viernes, 13 de septiembre de 2019

La Psicogenealogía y la Transmisión Transgeneracional.

LA PSICOGENEALOGÍA DE ANNE ANCELIN SCHUTZENBERGER
¿QUÉ ES LA PSICOGENEALOGÍA?
La Psicogenealogía y la Transmisión Transgeneracional.
Para tener una buena comprensión de lo que es la psicogenealogía es esencial leer "Ay Mis Ancestros" de Anne Ancelin Schützenberger.

• La psicogenealogía es una metodología que se interesa en los problemas ligados al lugar que ocupamos en la genealogía familiar y que están sometidos al impacto de los eventos vividos en las generaciones anteriores y contienen la dimensión del inconsciente familiar.
Mediante una lectura gráfica del árbol genealógico se establece el mapa familiar sobre varias generaciones, dando sentido al lugar de cada uno, subrayando los lazos afectivos más importantes, tanto negativos como positivos. Es un trabajo que empieza con lo que registró la memoria y que sigue con una investigación genealógica.
• El árbol genealógico suele utilizarse como herramienta terapéutica que recapitula información. Por ejemplo, las repeticiones como el síndrome de aniversario (concepto innovador de Anne Ancelin Schützenberger, como también el “árbol genealógico”) van a poner a la luz lo que une a los miembros de una familia, las lealtades, los traumatismos y los escenarios que se vuelven a repetir.

El análisis transgeneracional acoge, recibe el inconsciente familiar y ancestral y su conjunto de identificaciones y de proyecciones paras reordenarlo y transformarlo.

Es de gran utilidad para los secretos de familia. Estos pueden esconderse detrás de enfermedades auto-inmunes, como el cáncer, o repeticiones amorosas negativas, o también fracasos profesionales recurrentes.
Sondea y aclara la identidad, es reparador de lazos familiares y aporta comprensión, tolerencia y capacidad de perdón en ciertas situaciones, además de una mayor libertad.
"Los secretos de familia pueden matar"
Una lealtad invisible nos lleva a repetir acontecimientos dolorosos que vivieron nuestros antepasados. Traumas de generaciones anteriores pueden heredarse sin contacto directo.

"El inconsciente tiene buena memoria", revela Anne Ancelin Schützenberger en su libro "¡Ay, mis ancestros!". "Uno se puede tejer un cáncer a la edad que quiera", suele decir también esta prestigiosa analista, una de las más grandes psicodramatistas mundiales. De nacionalidad francesa, desde 1967 es profesora emérita de la Universidad de Niza.

Evelyne Bissone Jeufroy es la discípula autorizada de Schützenberger para trabajar en países de habla hispana en el análisis Transgeneracional y, en la actualidad, la única que cuenta con permiso para difundir su obra. De nacionalidad argentina, y con una extensa formación profesional en Francia, Bissone Jeufroy ha pasado gran parte de su vida estudiando y trabajando en aquel país sobre esta temática. Su desempeño en el área de selección de personal en IBM en Francia y el trabajo con niños reveló su habilidad para detectar y tratar a personas que cargan con "secretos de familia".

¿Por qué repetimos situaciones vividas por nuestros ancestros?
Hay varios motivos, puede ser por fidelidad o por lealtad familiar inconsciente con una persona amada o importante en la familia. Otra razón posible es que algo no haya sido hablado. Si hubo un trauma, como un suicidio, un aborto espontáneo o provocado, un robo, una bancarrota o un reparto injusto de bienes hereditarios, y no se habló de ello, estos acontecimientos se van a volver a repetir hasta que alguien los trabaje y salgan a la luz. Los padres repercuten sobre los hijos, como los abuelos repercutieron sobre los padres, los tatarabuelos sobre los abuelos y así podemos seguir...
¿Cómo pueden sacarse a la luz esos acontecimientos no hablados?
La tarea de reparar el trauma es tan intensa y cansadora como la de arar la tierra. La persona hace el trabajo y yo la acompaño. Lo comparo a un bosque en el que se sacan todas las ramas muertas y entra la luz del sol. Cuando uno trabaja un trauma, la primera vez sube al menos cuatro generaciones y si después la persona vuelve con más datos, lo hacemos a partir de la quinta. Hay quienes me dicen que dejaron valijas de varios kilos en mi consultorio porque el inconsciente familiar pesa, y mucho. Una paciente me dijo: "Le dejé una valija de 120 kilos, usted no se imagina lo que pesaban estas dos familias." Incestos, suicidios, cosas muy graves.
¿Cómo es una primera sesión?

Cuando vienen a verme les pregunto cuál es la razón primordial por la que se acercaron a mí. Tienen que elegir un tema que se trata en una sola sesión de 3 horas y media. Después de esa vez, la mayoría de la gente no necesita verme durante un año. Yo les aviso que luego de esa sesión no van a tener ganas de salir, porque es muy cansador. Pero tengo que darme cuenta si el problema que me plantea el paciente es la real motivación por la que vino. De lo contrario, tengo que reencauzarlo. Anne (Ancelin Schützenberger) compara este trabajo con el de Agatha Christie o Sherlock Holmes, porque hay que ver por dónde me lleva la persona con sus asociaciones inconscientes.
Si no se supera un trauma, ¿podría éste provocarnos una enfermedad grave o un accidente?
Anne trabajó con enfermos de cáncer y descubrió que muchos desarrollaban la enfermedad a la misma edad que sus antepasados. "Uno se puede tejer un cáncer a la edad que quiere", suele repetir ella. En 1970, los médicos le decían que esa enfermedad era provocada por cuestiones genéticas, pero ella demostró que no, asistiendo a una mujer de 35 años con un cáncer terminal. Encontró que su madre había muerto de lo mismo a la misma edad y se dio cuenta que estaba tan identificada con ella que iba a repetir su trágico destino. Eso es lo que se denomina "síndrome de aniversario".

¿Y qué puede hacerse?
Nosotros trabajamos los "aniversarios de fragilidad". Por ejemplo, en la semana que murió un pariente muy amado las personas está en una época de fragilidad y tienen que evitar operarse, por ejemplo, porque sus defensas estarán bajas. Además, por razones que no entendemos, los hospitales y las clínicas te dan esas fechas. Nosotros le decimos a la gente que las cambie, pero a veces no se puede. Una persona se tenía que operar de un cáncer el 7 agosto y el 8 se conmemoraba el fallecimiento de su padre. Como no pudo cambiar el día, trabajamos con ella para subirle las defensas. Y eso pasa todo el tiempo.
¿De qué manera la psicogenealogía puede ayudar a un paciente que presenta algún trauma?
La psicogenealogía pone en relieve las transmisiones útiles para la persona que está en la búsqueda del origen de un trauma. También se trabaja sobre su identidad. El paciente habla y se pone al trauma en su contexto. Por ejemplo, hace más de treinta años tener un hijo sin estar casado o sin haberle dicho al niño quién era su padre les generaba un trauma tanto al pequeño como a la madre, porque era inaceptable para la sociedad. El pequeño era rechazado por sus compañeros de escuela, quienes se burlaban de él y lo señalaban. Por eso la importancia de poner al trauma en el contexto en que ocurrió, si no, no entendemos nada. Podemos revivir también el hambre que nuestros antepasados vivieron durante la guerra, eso también se contextualiza.
¿Cómo se encuentran esas transmisiones entre generaciones?
Trabajamos en una pizarra, exponemos el problema y revivimos las emociones mediante preguntas. En este trabajo no se juzga, por el contrario, entra mucha compasión y mucho amor por las personas, y si hicieron daño separamos el acto del individuo. Alguien que mató o se suicidó no es malo, lo hizo porque tuvo un momento de desesperación o de depresión. Cuando la persona lo contextualiza, empieza a entender que el sufrimiento viene de sus antepasados.
¿Podría comentarnos algún caso?
Una vez vino a verme una mujer que odiaba a su mamá, porque la había abandonado en un asilo junto a su hermano cuando tenía apenas cuatro años y no conocía a su padre. Pero cuando nos pusimos a trabajar, observamos que su madre tampoco había conocido al suyo. Subimos cuatro generaciones y nos dimos cuenta que no había hombres en esa familia y las mujeres siempre estaban solas. Casualmente ella había tenido dos hijos y ni noticias del padre. Había repetido la historia como sus antepasados. A esta mujer no se le puede quitar el sufrimiento porque no se puede abandonar a un chico a los cuatro años. Su hermano nunca se repuso, pero ella, sí, aunque fue muy lastimada. Este trabajo le dio compresión porque contextualizó que su madre no tenía modo de hacer las cosas de otra forma. Ahora sigue adelante. Creo que una parte de su odio disminuyó, pero el daño no se puede sanar. Cargarse de odio también es muy pesado y hace mucho mal.
¿Estamos impulsados por una inconsciente fidelidad a nuestra historia familiar?
Sí, estamos impulsados por el inconsciente que es mucho más importante que el consciente, porque es el que nos maneja. Esta tarea nos da mucha humildad, porque nosotros creemos que tomamos decisiones para nuestras profesiones o para elegir la persona con la que nos vamos a casar, pero en realidad es el inconsciente el que elige.
¿Se puede romper esa cadena invisible?
Cuando el trauma es hablado y sale a la luz ya no se necesita repetirlo por fidelidad. Son cosas que no se dicen porque los secretos de familia tienen como base la vergüenza. No tener padre, haber sido víctima de incesto, haber nacido en una familia donde alguien estuvo en prisión o donde se escondió a un hijo que tenía una discapacidad son situaciones que generan vergüenza y ésta se tapa con un secreto. Pero a veces éste puede matar.
¿Qué es un árbol genealógico?
Es una poderosa herramienta de la psicogenealogía que no se puede utilizar con todos los pacientes porque si la persona está muy frágil o con depresión puede salir completamente destruida. Es un árbol genealógico comentado en una pizarra o sobre una o dos hojas que la persona se llevan a su casa. Allí se indican los principales acontecimientos positivos o negativos que han dejado una marca: casamientos, accidentes, mudanzas, pérdidas de trabajo, fallecimientos, herencias, injusticias, todo lo que tiene importancia sobre varias generaciones. También se anotan todas las pérdidas de objetos de amor, como un perro o una casa. Se agregan los lazos conflictivos, los positivos y negativos, los constructivos y destructivos, las frases que nos han dañado, los mandatos, etc.
¿Es necesario investigar sobre nuestros antepasados antes de la sesión?
No, porque todo está grabado en el inconsciente. Se dice que los chicos y los perros saben todo de una casa y es absolutamente cierto. Los niños escuchan detrás de las puertas, se dan cuenta cuando su madre cambia el tono de voz al hablar sobre un tema que la incómoda y hasta notan cuando una tía desvía el tema de conversación al observar su presencia. Ellos quieren saber de qué se trata y tienen razón: tienen derecho a conocer lo que pasa en su familia. Hay adultos que dicen que no se acuerdan de nada, pero eso es imposible. No recuerdan lo consciente, porque éste borra lo que no es cómodo. La mente se olvida de todo lo que duele, pero el inconsciente y el cuerpo no se olvidan jamás. Allí queda la huella de lo ocurrido.

*Lealtades familiares invisibles. Elaboración de los duelos
La fidelidad inconsciente a los ancestros puede gobernarnos e impulsarnos a cumplir merced a una «lealtad invisible» con un destino prefijado o repetitivo. Hacerla visible, tomar consciencia de ella es necesario para volvernos libres de vivir nuestra propia vida.

Evelyne Bissone Jeufroy es argentina por nacimiento, pero también se considera norteamericana y francesa por haber estudiado y vivido en el extranjero desde los 18 anos. Volviendo a nuestro país para hacer trabajo social comunitario y ver a su familia cada año. Luego de formarse en Psicología e Historia del Arte en New York, siguió estudios en París; entre ellos los seminarios de la reconocida psicóloga infantil Françoise Dolto, con quien trabajó durante 5 años. Estudiando el simbolismo subyacente en el dibujo de los niños, pudo comprobar -con Dolto como testigo- que su relación con los padres era particularmente armónica. A la par de este trabajo, Evelyne se desarrolló como Directora Artística y de Comunicación de empresas como Cristalería de Baccarat y Faïencerie de Gien. También trabajó como psicóloga en selección de personal en IBM Francia. A través de su trabajo también orientado a la selección de personal, pronto descubrió que además de llevarse bien con los padres de los niños a los que atendía, tenía una intuición especial para detectar y trabajar con personas que cargaban con "secretos de familia". Interesada en esta temática asistió a un seminario de Anne Ancelin Schützenberger, especializada en lazos transgeneracionales y psicodrama, convirtiéndose en su discípula y amiga.
El vigor del trabajo de Anne reside no sólo en su extensa formación, sino en la atención particular del sistema en el que se presentan los fenómenos que analiza y que son relacionados con el contexto familiar, histórico, económico, cultural, nacional y psico-histórico en el que se manifiestan. Considerando importante divulgar en nuestro país este tipo de trabajo, Evelyne gestionó con éxito la divulgación de dos libros fundamentales de Anne: ¡Ay, mis ancestros! - lleva 17 ediciones en Francia- y La voluntad de •vivir -10 ediciones en ese país-, los dos recibidos con gran interés en Argentina. Conversamos con Evelyne acerca de su deseo de volver a vivir alguna vez aquí y de lo importante que es para las existencias individuales, y también para los argentinos, aventurarse en el conocimiento de los lazos transgeneracionales, lo que abre la posibilidad de aceptar las diferencias y otorga un sentido clarificador a la realidad pasada, presente y futura. Este trabajo conecta al consultante con su realidad personal y vincular sin resentirlo ni contra sí mismo ni contra los otros; por el contrario, otorga una gran tolerancia y es sumamente reparador. Cuando hablamos de vínculos transgeneracionales, se pone en evidencia que somos un eslabón en la cadena de generaciones y que a veces, merced a una suerte de "lealtad invisible", pagamos las deudas de nuestros ancestros; somos impulsados a repetir, queriéndolo o no, sabiéndolo o no, situaciones desagradables o hechos dolorosos. Como señala Anne A. S.: "Somos, finalmente... menos libres de lo que creemos. Sin embargo podemos reconquistar parte de nuestra libertad y salir de la repetición comprendiendo lo que pasa, atrapando esos hilos en su contexto y en su complejidad. Podremos, al fin, vivir así "nuestra" propia vida, y no la de nuestros padres o abuelos...“ Esos complejos vínculos con los ancestros "... pueden ser vistos, sentidos o presentidos, al menos parcialmente, pero generalmente no se habla de ellos : son vividos como lo indecible, lo impensado, lo no-dicho o el secreto". Como nos aclaró Evelyne: muchas veces -" Las historias de la familia están embellecidas, pero uno no puede hacer una construcción sólida de sí mismo con mentiras-.” Tanto el inconsciente como el cuerpo lo reconocen. De lo que se trata entonces es de "evitar las trampas de las repeticiones transgeneracionales inconscientes. Conectado con este trabajo que implica la construcción de un árbol genealógico -árbol genealógico comentado del paciente se relaciona la temática que Anne y Evelyne abordaron al escribir juntas un libro todavía no publicado en castellano y cuyo título en este idioma sería Salir del duelo. Dialogamos con Evelyne acerca de estos trabajos.
-En su libro hace referencia a que con el tiempo, los duelos no elaborados se acumulan También señala que es la “pérdida del objeto de amor", lo que desencadena el proceso de duelo.

-Todo lo relacionado con una pérdida vivida dolorosamente debería ser acompañado de un duelo elaborado y completado: así se trate de la pérdida de un ser querido, de un trabajo, de una relación amorosa, de los bienes, de un órgano o de situaciones como un exilio o abortos... Estos son sólo algunos ejemplos y engloban aquellas situaciones irreparables que llevan al desconsuelo y a una pérdida del sentimiento de seguridad y por lo tanto a la fragilización del afectado en ese proceso. Luego de la pérdida de una relación amorosa, uno de mis pacientes expresó que se sentía "desnudo como un bebe abandonado por su madre". También la no realización puede llevar al individuo a tener que asumir la pérdida de ese ideal no realizado. Este libro que también pudiera haberse titulado Las pérdidas que jalonan nuestra vida, trata acerca de las etapas del duelo y de cómo podemos llevarlas adelante hasta el fin de ese proceso.

-¿ Coma elaborar el duelo en una sociedad basada en ideales de juventud, belleza, éxito y poder, en la que la vejez, la muerte y la tristeza son tabúes?
-Nuestra sociedad funciona como si la muerte no existiera, tampoco nos prepara para los renunciamientos que debemos afrontar. En una época en la que solo se reconoce el éxito, no sabemos encarar las pérdidas y la sociedad parece hacer lo posible por borrar los ritos reparadores de antaño. Bajo la consigna "sufrir en silencio" o de mantener una "tristeza digna," o "poner buena cara" no se nos permite darle tiempo a un proceso que es largo y doloroso pero al término del cual se reencuentra una cierta paz interior y serenidad.
-Es un proceso que a veces requiere ayuda especializada.

-Generalmente lleva entre uno y tres anos, y es difícil hacerlo solo. Se necesita alguien para que nos escuche, nos entienda y nos acompañe con empatía, una presencia contenedora y ése es un trabajo que vengo realizando con Anne, cuya experiencia a lo largo de más de cincuenta años hemos volcado en Salir del duelo y que conecta con la temática familiar y Transgeneracional. No hay edad para hacer el trabajo de duelo. Es mejor afrontar el sufrimiento tardíamente -veinte o treinta años después del hecho que nunca. La experiencia reciente de quienes se ocupan de lo Transgeneracional muestra que si uno es incapaz o niega el trabajo de duelo, ese sufrimiento y esos problemas pasarán a su descendencia. Lo no dicho y el secreto se transforma en lo "indecible" para las generaciones siguientes, deviene lo "impensable", lo "encriptado" : un sufrimiento que se lleva sin poder conectar a su causa original.

-En el libro ¡Ay, mis ancestros! Anne recuerda la frase de San Agustín: "Los muertos son seres invisibles, no ausentes ".

-Nuestros ancestros nos legan historias y mitos familiares : al hablar acerca de la propia vida y relacionarla con nuestra familia descubrimos que el mundo no comenzó con nuestros propios padres, y ellos mismos son fruto de un entramado que puede situarse en una perspectiva intergeneracional: las cosas que nos cuentan nuestros padres o parientes; y otra que es la perspectiva Transgeneracional y que se refiere a las cosas silenciadas u ocultas, a veces incluso prohibidas al pensamiento que atraviesan a los descendientes de manera inconsciente. Buscar en nuestras raíces e identidad deja en evidencia que hay procesos de transmisión Transgeneracional que podemos llamar "lealtades familiares invisibles", secretos familiares, repeticiones; roles que nos marcan y determinan y solo reconociéndolos podemos liberarnos de ciertas imposiciones.

-Ustedes trabajan con el árbol genealógico: un árbol genealógico completa con todos los hechos importantes y lazos significativos.

-En una hoja de papel o en una pizarra el consultante hace -de memoria, es decir sin búsqueda de información y documentación- su árbol genealógico, y se lo ayuda con preguntas o haciéndole hacer asociaciones. Es importante registrar las "pérdidas de objeto del amor", las coincidencias de fechas y edades en el caso de repetición de enfermedades o hechos traumáticos a lo que llamamos "síndrome de aniversario". Es crucial la forma en la que el autor del árbol genealógico percibe a los personajes y los lazos que los unen. Son trascendentes los agujeros de la memoria, lo que fue "tachado" de la memoria familiar". Todo eso apuntando a un trabajo clínico que señale las repeticiones familiares para detenerlas, o superar los daños causados por lo no-dicho o secreto. El rol del terapeuta es acompañar a su "cliente" ayudándolo a encontrar y representar su historia personal y familiar para que pueda salir del caos, de lo impensado, de lo indecible, de la repetición y de los roles y mandatos para que pueda asumir su historia y su pasado. Claro que no se puede inducir a nadie a hacer este trabajo si no lo desea; pero creemos que hacerse cargo de la propia vida, "inventarse" a sí mismo, "dar vuelta la página" sólo es posible cuando se aceptan las cosas tal como son y a nosotros mismos tal como somos -y no como deberían o deberíamos ser-; éste es un paso fundamental para aceptar los dolores e injusticias pasadas. Es necesario hacer el duelo de nuestros sufrimientos y pérdidas, dejar de rumiar las injusticias de la vida, y dejar de lado a los perseguidores o “enemigos" que nos acosan. Aceptarse y amarse a pesar de nuestros defectos y aun con ellos, para mejor aceptar a los otros tal como son. Eso es a lo que aspiramos.
*SALIR DEL DUELO: Superar el dolor, reaprender a vivir
La vida implica constantes cambios y pérdidas, exigiendo un trabajo de duelo: muerte, ruptura amorosa, despidos, exilios, desarraigos. A menudo carecemos de energía, libertad de espíritu y del conocimiento para tomar decisiones convenientes. Pasamos nuestro tiempo “rumiando”.

Superar la tristeza y aprender nuevamente a vivir, re-encontrar una paz interior, una serenidad, recuperar otro sentido a la vida: es el propósito de este libro.
Para salir del duelo es necesario y vital, encontrar nuevos recursos, desprenderse, perdonar, aceptar la pérdida. Existen ciertas técnicas, que pasan todas por la misma ruta: auto gratificarse, estar bien rodeada,
Cuatro placeres al día, ¡como mínimo! Los efectos benéficos del placer sobre el cuerpo y el espíritu

Permitirse diariamente, como mínimo cuatro pequeños placeres parece tan fácil que la mera intención de ofrecérselos causa gracia. Y, no obstante muchas personas no pueden siquiera definir una lista de placeres cuando se les pregunta. Sin embargo, el placer nos da energías, dinamismo, ahuyenta la fatiga, nos calma y nos cura. Nos devuelve la alegría, nos vuelve a conectar con el cuerpo, con los demás y con el mundo ; siendo también un camino hacia la espiritualidad.

Habiendo ella misma sufrido duelos y pruebas difíciles, Evelyne Bissone Jeufroy ha podido gracias al método de los cuatro placeres recuperar el gusto y la alegría de vivir; Ilustrado con decenas de casos con los cuales muchos se podrán identificar, la lectura de este libro es clara y simple.
Evelyne Bissone Jeufroy es psicóloga y coach, especializada en el acompañamiento de personas que atraviesan dificultades pasajeras o que desean reorientar su vida.
Entrevista a Evelyne Bissone Jeufroy.
Elizabeth Romero Sánchez y Edgar Romero Franco

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