miércoles, 18 de septiembre de 2019

La salud viene de ti mismo y no te das cuenta

Somos las únicas criaturas en la superficie de la Tierra capaces de transformar nuestra biología mediante lo que pensamos y sentimos. Nuestras células están constantemente observando nuestros pensa-mientos y siendo modificadas por ellos. 

Un bajón puede arrasar nuestro sistema inmunológico; serenarse, al contrario, puede fortificarlo tremendamente. La alegría y la actividad armoniosa nos mantienen saludables y prolongan la vida. El recuerdo de una situación tóxica o triste, libera las mismas hormonas y sustancias biológicas destructivas que el estrés. 

Sus células están constantemente procesando todas sus experiencias y metabolizandolas de acuerdo con sus puntos de vista personales. No se puede simplemente captar datos aislados y confirmarlos con un juicio. Usted se transforma en la interpretación cuando la internaliza. Quien está con bajón proyecta tristeza por todas partes del cuerpo. 

La producción de neurotransmisores a partir del cerebro se altera, el nivel de hormonas varía, el ciclo del sueño es interrumpido, los receptores neuropeptídicos en la superficie externa de las células de la piel se modifican, las plaquetas sanguíneas se tornan más viscosas y más propensas a formar grumos y hasta sus lágrimas contienen trazos químicos diferentes al de las lágrimas de alegría. 

Todo este perfil bioquímico será drásticamente modificado cuando la persona se sienta tranquila. Estos hechos confirman que se requiere usar nuestra consciencia para crear los cuerpos que realmente requerimos. El proceso de envejeci-miento puede ser neutralizado cada día. Shakespeare no estaba siendo metafórico cuando a través de su personaje Próspero dijo: ¿Usted quiere saber cómo está su cuerpo hoy? Entonces recuerde lo que pensó y sintió ayer. ¿Quiere saber cómo estará su cuerpo mañana? ¡Observe sus pensa-mientos y emociones hoy! ¡¡¡

Recuerde que al abrir su corazón y su mente evitará que algún cirujano lo haga por usted!!! .

La medicina está en ti y tú no la usas. La falta de salud viene de ti mismo y no te das cuenta. 

Los 4 elementos de la naturaleza Contacto con la Naturaleza. 

El contacto con la Naturaleza y las actividades al aire libre (paseo, ejercicio) colaboran para una buena salud: el contacto con la naturaleza, andar descalzo en contacto con la tierra (hierba, arena de la playa), con los pies libres y “tocando tierra”.

Contacto con el agua. 

Somos agua en dos terceras partes o más y esto es un indicativo de la importancia de este elemento para el organismo. El agua limpia externamente y lo que es tan importante internamente. En muchos rituales aparece el agua. Cuando estamos cansados y estresados una ducha de agua o un baño nos “descarga” y relaja. El agua vital de los alimentos frescos, frutas y verduras o el agua pura con pocos minerales de un claro manantial es un elemento primordial para favorecer la salud o la curación de la desequilibrio. 

Evitaremos en todo momento los refrescos artificiales o las bebidas alcohólicas. Es recomendable que la persona beba cuando tenga sed, el instinto de la sed marcará la cantidad que requiera de agua para el cuerpo. Se requiere mantener la higiene personal en condiciones, y se recomienda la ducha con agua templada o un poco caliente. No utilizar los productos de la falsa higiene: colonias o desodorantes químicos. 

Respiración consciente. 

La respiración tiene que ver con lo emocional y psicológico. La respiración profunda y tranquila nos ayuda a recoger la energía del aire y tranquilizar la mente. No podemos olvidar que en relación a su peso, el cerebro es el órgano del cuerpo que más oxígeno consume. Se recomienda mantener abiertas las ventanas de la habitación especialmente cuando la persona está convaleciente. Es preferible taparse con más mantas o utilizar una bolsa de agua caliente a la hora de evitar el frío. 

Quien se encuentra en crisis de desequilibrios elimina muchas sustancias tóxicas por el aliento y si la habitación está herméticamente cerrada las vuelve a respirar. Por supuesto no se permitirá a nadie tomar productos tóxicos delante del convaleciente. 

Tomar el sol. 

El sol es uno de los cuatro elementos de la naturaleza del que recibimos mucha energía, aunque no nos demos cuenta. Los rayos ultravioleta del sol, al incidir sobre la capa lípida, situada bajo la piel, produce vitamina D. La vitamina D es totalmente necesaria para una buena absorción del calcio por el intestino, una disminución de su pérdida por la orina, y el posterior depósito de calcio en los huesos. 

Debido a estas acciones es un elemento importante que hay que tener en cuenta en los problemas de huesos y en especial en la osteoporosis. Por supuesto las recomendaciones de tomar el sol van unidas a los consejos mínimos y sanos de no tostarnos al sol del mediodía en un día de verano con 40 grados a la sombra. No podemos desaconsejar tomar el sol cuando creemos que tan fácil y alegremente se “receta” no tomarlo hoy en día. El sol es un elemento necesario para nuestra vida en el planeta y nuestro cuerpo requiere recibirlo, si es posible sin ropa, para que no se quede ninguna de las partes “que hay que esconder”. Estas partes que nos tapamos guiados por nuestros falsos conceptos de la moralidad al uso, requieren tanto el sol como cualquiera de las otras. 

Es importante, por ejemplo, que una persona con problemas óseos en la cadera sepa tomar el sol en esa zona, sin que nadie se escandalice por ello. El sol, es un elemento vital para nuestro organismo, del que es cierto que no podemos abusar, pero no podemos evitar tomarlo. En su medida y en su momento justo, sin “tostar” el cuerpo, nos da vida. La luz del sol mantiene la claridad de la luz del día en la habitación y es recomendable para la persona que se encuentra en desequilibrio a menos que le afecte desfavorablemente, por ejemplo, en una migraña. El estado psicológico de la persona en recuperación es mejor en un día soleado. 

Daki Om


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