domingo, 10 de abril de 2011

Genera un "trabajo" que te guste y no trabajarás nunca más en tu vida

“El más hermoso de los destinos, la más maravillosa de las buenas fortunas que puede generar un ser humano, es que le paguen por hacer aquello que ama hacer” 
-Abraham Maslow-


Manifiesto públicamente mi total satisfacción y privilegio por el tipo de tarea que desarrollo en la actualidad. Esto, entre otras cosas, es el resultado de mi dedicación, constancia y perseverancia en una determinada linea de acción. De haber pagado costos -económicos, emocionales, vinculares, etc. 

De haber salido, en muchas oportunidades, del lugar de "confort" y total convicción de que en esta etapa de mi vida hago lo que me gusta y lo que está conectado con mi talento y a lo que creo vine hacer acá, en la tierra. 

Con dificultades varias, resultado de mi excesiva racionalidad, creencias que me limitan,  "traumas" y quiebres aún presentes, fluyo y dejo salir lo mejor de mí, conectándome con mi sentido a mi vida y creo, generando valor con quienes interactúo, enfocado en desarrollar mi filantropía.

Mi total gratitud a los y las participantes de la mayoría de los talleres que desarrollo a lo largo y ancho del país y en particular del taller que estamos desarrollando actualmente en la ciudad de Salto. 

El compromiso, la responsabilidad, la motivación, la alegría, las ganas de aprender (re aprender), las ganas de hacer la diferencia en el mundo es lo que marcó las intensas y enriquecedoras jornadas del fin de semana, simplemente gracias por lo que me mostraron, re aprendí y lo que crecí junto a ustedes. 

Verónica de Andrés y Florencia Andrés en su libro "Confianza total" expresan que "según explica Mihaly Csikzentmihalyi, creador del concepto de "fluir" el motivador más potente que existe es la sensación de fluir. 

Este autor describe el "fluir" como ese estado en el cual desarrollamos alguna tarea o actividad y quedamos tan involucrados, tan absortos en la tarea, que pareciera que lo hiciéramos casi sin esfuerzo, y genera incluso que perdamos la noción del tiempo. 

Encontrar algo que nos permita "fluir" no tiene directamente que ver con la tarea en sí misma, sino con el estado mental y emocional al que esa tarea nos lleva...el fluir, asegura el autor, genera "eustrés", haciendo que el cerebro libere sustancias que apoyan a concentración, a hacer foco y a generar fascinación...para encontrar una fuente de motivación verdadera y duradera, se requiere buscar en nuestro interior afirma este autor.

A su vez, en el Blog de Ubierna leemos que "la psicóloga Amy Wrzesniewski plantea que la gente experimenta su trabajo en uno de los siguientes tres modos: como una tarea, como una carrera, o como una vocación. 

La mayoría percibe el trabajo como una tarea, con el foco puesto en la compensación financiera más que en la satisfacción personal. En este caso la gente sale a trabajar a la mañana en primer lugar porque siente que “tiene que hacerlo” más que porque sienta que “quiere hacerlo”. No espera del trabajo más que cobrar el sueldo a fin de mes o a fin de semana, y aguarda con ganas que llegue el viernes o algún feriado o las vacaciones. 

La persona que experimenta el trabajo como una carrera está motivado principalmente por factores extrínsecos, como ganar más dinero o creci-miento -en poder o prestigio. Espera con ganas una próxima promoción, un ascenso jerárquico. 

Para una persona que experimenta su trabajo como una vocación (filantropía), el trabajo es un fin en si mismo. Mientras el sueldo o los honorarios son algo por cierto importante, como así también lo es el creci-miento, trabaja principalmente porque quiere hacerlo. 

Está motivado por razones intrínsecas y experimenta una sensación de realización personal al realizar ese trabajo, sus metas son auto definidas. Se siente apasionado con lo que hace y de su tarea obtiene satisfacción y plenitud; considera su trabajo como un privilegio más que como una tarea".
En su Blog Juan Pablo Rico nos propone una linda historia que dice así: "la misma proviene de unos 6 siglos atrás y afirma que el caminante se detiene de pronto ante lo dramático de la escena: una docena de hombres al rayo del sol, luciendo cansados y sucios, picando unas duras piedras de pórfido al pie de una montaña.
El caminante se acerco al picador que tenía más cerca, y ofreciéndole agua de su cantimplora le pregunto - "¿Qué es lo que estás haciendo?" - "Ya ves!!" - contestó de mal modo el otro, - "picando estas malditas piedras al rayo del maldito sol, ¿es que no tienes ojos?"-

El caminante se apartó en silencio y camino hasta otro de los trabajadores. Le ofreció agua, a la vez que le preguntó qué era lo que hacia allí. "¿Es que eres estúpido?!!" - le preguntó con furia "estoy picando estas piedras del demonio!!!. Hora tras horas me paso en este maldito paraje picando y picando ....., vaya pregunta que me haces!!!"

El caminante volvió a apartarse, y miró a su alrededor observando una vez más a aquellos trabajadores, y en todos pareció encontrar el mismo gesto de amargura, furia y resignación. En todos menos en uno. Así era, había uno de aquellos hombres que parecía estar sonriendo mientras hacía su trabajo. Mirando un poco más en detalle, observó que también parecía mas enérgico y predispuesto que los anteriores.

Se acercó entonces a este disonante trabajador y le ofreció agua. - "Gracias buen hombre!" - obtuvo como inmediata respuesta, acompañada de una amplia sonrisa y un hermoso brillo en los ojos. Y como a los otros le preguntó - "Cuéntame, ¿qué es lo que estás haciendo?" - "Ya ves", contesto con la misma sonrisa, y un gesto que ahora dejaba traslucir orgullo -" estoy construyendo una Catedral". Fin de la historia.
Mismo contexto: el sol, la dureza de las piedras, la sed, las horas de trabajo. Distintos observadores, unos enfocados en las dificultades, otro enfocado en su poder transformador, en su trascendencia. Distintos resultados, unos en el malestar, el resenti-miento y el sufri-miento, otro en la alegría, el bienestar y el orgullo.

Vuelvo al aquí y ahora de mi vida. Estamos en el día domingo y está comenzando la tarde. Para muchos, una hora crítica. Para otros, solo un momento más de la semana, abierto como cualquier día a las infinitas posibilidades del universo. 

Mañana a la mañana, para muchos de nosotros es hora de despertar y salir al mundo. ¿Que elijo hacer? ¿picar piedras? o ¿construir catedrales?. ¿Cuál es mi filantropía? ¿En qué tarea se alimentará y expresará? ¿Cuál labor nos dará armonía, paz, aceptación e integridad? ¿En que ocupación construiremos el sentido? 

Estas interrogantes no se refieren a factores como el "éxito social", la acumulación económica, el poder, el prestigio social. Si evadimos aquellas pregunta, estos factores pueden convertirse en pesadas cargas y enfrentarnos a dudas crueles ¿que hago aquí? ¿Para que sigo en esto si no me realizo? ¿Cómo me juzgarán si renuncio al éxito, al prestigio, al poder, al bienestar material?.

"Hay muchas personas que hoy sufren porque su trabajo carece de alma", afirma el ex sacerdote, músico y psicoterapeuta Thomas Moore en "Un trabajo con alma". 

Sufrimos, creo, cuando nos convertimos en aquello que hacemos, cuando amoldamos nuestras capacidades, recursos, inclinaciones, aspiraciones y potencialidades a la forma rígida de una profesión o un oficio. Solemos hacer eso para satisfacer expectativas ajenas, recibir reconoci-miento, encontrar seguridad material, ocultar vulnerabilidades no admitidas, etcétera. Así, somos lo que hacemos, y nuestra identidad, el ego, es nuestro trabajo. 

Ego es la identidad "oficial" de cada quien, aquella que, compuesta con retazo de nuestro ser total y nuclear (y a costa de otros aspectos que quedan relegados, olvidados o negados), nos permite encontrar "un lugar en el mundo". 

Lugar que nos será reconocido a condición de que nos ajustemos a un rol. Puede haber suculentas recompensas, pero el alma no estará cómoda allí y lo hará saber mediante insatisfacción, ansiedad, angustia, irritabilidad o síntomas físicos. 

Distinto es cuando hacemos lo que somos. Cuando buscamos la tarea, profesión o quehacer que amplifica, expresa y da forma y sentido a toda aquella materia prima espiritual, emocional, creativa y fecunda que nos hace únicos y representa nuestra verdadera e intransferible identidad. Entonces encontramos más que "un" lugar en el mundo, encontramos nuestra razón de ser en el universo. 

Esto ocurre, dice Moore, cuando seguimos nuestro daimon. Este es, según los antiguos griegos, padres de nuestra cultura, un poderoso impulso que empuja a las personas en una dirección, aún a riesgo de confusión o temor. Quien toma a su daimon en serio -afirma Moore- debe atender a esas preguntas y voces interiores que le advierten sobre la inconveniencia de una tarea, requieren de un cambio, la insatisfacción en un cargo. 

Voces que llevan a correr un riesgo. Y nos preguntan qué nos hace sentir vivos, qué nos motiva, qué requerimos para encontrar sentido en lo que hacemos. Preguntas como: "¿Lo que hago es de verdad lo que quiero hacer? ¿El que lo hace soy yo o es el que otros esperan que yo sea?" 

Si soy lo que hago, cualquier riesgo que amenace a mi trabajo o profesión pondrá en duda mi identidad. El día que (por diferentes circunstancias asociado a un "despido", a una "enfermedad", a un desequilibrio económico, ...) no pueda hacer eso que me identifica, no existiré. Pero si, en cambio, hago lo que soy, lo que voy siendo, mi ser puede reflejarse de un modo único en más de una tarea, oficio o profesión. Estos serán sólo medios y no fines. 

Desarrollaré una tarea para la vida y no una vida atada a una tarea. Haga lo que hiciere será una labor inspirada, un a tarea con alma que, así sea por una sola acción realizada, dará sentido a mi vida. 

"Trabajo" con alma es el que nos permite expresar nuestra integridad en un contexto ético, el que nutre al contexto en que vivimos, empezando por el entorno más cercano y tangible, y es el que expresa aquello que nos hace únicos, aunque muchos hagan la misma tarea. 

La labor que estamos destinados a hacer en este mundo puede tardar una vida en revelarse, dice Moore, y mientras buscamos, quizá desempeñemos más de un oficio o profesión. Lo importante es saber en cada momento si estoy siendo lo que hago o hago lo que estoy siendo. Como siempre, vos elegís!!!

Mi elección, ir a más y por más, cumplir con mis sueños, descubrir y desarrollar mi misión, transformarme en lo que quiero y puedo ser, saber que siempre estoy siendo hacia algo mejor cada vez; esta actitud está acompañada de la INTEGRIDAD TOTAL y RESPONSABILIDAD EXTREMA.

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