"Una
visión compartida no es solamente una idea. (...) Es una fuerza en el corazón de
la gente, una fuerza de impresionante poder. Puede estar inspirada por una
idea, pero si es tan convincente como para lograr el respaldo de más de una
persona, cesa de ser una abstracción y se vuelve real, palpable. La gente
comienza a verla como si existiera. Pocas fuerzas humanas son tan poderosas
como una visión compartida" (Peter Senge).
La clave
para lograr una visión que se convierta en una fuente de inspiración y
productividad para los equipos y las organizaciones es que todos los miembros
aprendan a descubrir en sí mismos la capacidad de crear una visión
personal que de sentido a las diferentes áreas o dimensiones de su vida
(pareja, filantropía, interrelaciones, etc.).
Todas las
visiones personales van alimentando la gran visión del equipo, de la organización
o de la comunidad, y cada uno siente en ella una conexión intima que lo impulsa
a dar todo de sí para convertirla en realidad. Cuando los miembros de un
equipo, organización o comunidad comparten la visión consiguen funcionar de
forma sincronizada convirtiéndose en grupos y equipos de alto rendi-miento y
fuerte compromiso capaces de atravesar lo que se requiera para concretar la
visión en sus vidas.
El hábito de «empezar con un fin en mente» se
basa en el principio de que todas las cosas se crean dos veces. Siempre
hay primero una creación mental, y luego una creación física. Pensemos en una
casa. Uno la “crea” con todos sus detalles antes de dibujar el plano, antes de
poner el primer ladrillo. La regla del carpintero es «medir dos veces antes de
cortar una». Hay que estar seguro de que el plano, la primera creación, sea
realmente lo que uno quiere, que se ha pensado en todo. Después se levanta la
casa con ladrillos y cemento. Cotidianamente uno va a la obra y despliega el
plano para decidir el trabajo del día. Se empieza con un fin en mente.
Una de las
importantes claves para desarrollar visiones compartidas consiste en alentar a
los miembros de la organización a que desarrollen visiones personales.
Si la gente no tiene una visión propia, como mucho “suscribirá” la visión de
otro. El resultado será el acatar, nunca el compromiso. Es decir, aceptarán la
visión pero no la querrán de verdad. O quizá la quieran por alguna motivación
externa (beneficio oculto), como una promoción, para mantener su empleo, o un
lugar de prestigio en la comisión barrial, o no perder el lugar en un modelo de
gestión cooperativo, etc. pero no la
querrán en sí misma.
Posibles respuestas
de los miembros de la organización ante una visión:
·
Me comprometo: Quiero la visión. Lograré concretarla. Crearé las condiciones que
se requiera.
·
Me alineo: Quiero la visión. Hare lo que sea posible dentro de los que me
permite la organización adoptada.
·
La acato genuinamente: Veo los beneficios de la visión. Haré todo lo que se espera y más.
Seguiré lo que se plantee "al pie de la letra", seré un "buen
soldado".
·
La acato formalmente: Veo los beneficios de la visión. Haré lo que se espera y nada más.
Seré "bastante buen soldado".
·
La acato a regañadientes: No veo los beneficios de la visión, pero tampoco quiero perder el empleo
o mi estatus social. Haré casi todo lo que se espera de mí porque no queda más
remedio, pero doy a entender que no formo parte del asunto.
·
La desobedezco: No veo los beneficios de la visión y no haré lo que se espera.
"No lo haré; no puedes obligarme".
·
Apatía: No estoy a favor ni en contra de la visión. No muestro interés ni
energía. "¿Ya es hora de irse?".
ALGUNAS IDEAS
PARA CONSTRUIR UNA VISIÓN COMPARTIDA
La
construcción de una Visión compartida es el producto de varias interacciones de
visiones individuales, que requieren conversaciones periódicas donde las
personas se sientan libres para expresarse generando confianza y mostrándoles
que son parte importante de la organización.
·
Construyendo una visión personal.
·
Generando encuentros rigurosamente planificados para
describir una imagen futurista de la organización que deseen crear,
respondiendo a la pregunta ¿Para que existe la organización (empresa,
cooperativa, equipo…)?
·
Pensado, imaginando cómo desean relacionarse
con los socios claves (clientes, proveedores, accionistas, colaboradores, etc.)
y en general con la sociedad toda.
·
Elaborando una visión que englobe el
sentir de todos los integrantes de la organización y exprese en forma
convincente tu sueño y el sueño de todos.
·
Pensando en futuro, redactándola en
presente.
·
Ya se es lo que se quiere ser.
Una vez visualizado y construida la
visión, la vives en el aquí y ahora de tu existencia presente, desde tus formas
de ser, ya estas siendo lo que
anhelas ser.
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