jueves, 31 de mayo de 2018

La mediocridad

(Un texto muy revelador sobre cómo abordar el AUTOCONOCIMIENTO y la Meditación)

Nunca os resignéis a una mediocridad, porque es un pecado contra la vida. Nunca pidáis que la vida carezca de riesgos y jamás pidáis seguridad, porque eso es pedir la muerte.
Muchas personas, casi el noventa por ciento, han decidido vivir en terreno llano, seguro, sin asumir riesgos.
Jamás caen en las profundidades, nunca se elevan a las alturas. Su vida es aburrida, ordinaria, sin cumbres ni valles, sin noches ni días. Llevan una vida gris, y poco a poco también ellas se vuelven grises y mediocres.
El mayor peligro es alcanzar las mayores cumbres de la divinidad y caer a las mayores profundidades del infierno. Convertíos en viajeros entre esos dos puntos, sin temor.
Poco a poco llegaréis a entender que existe una trascendencia. Llegareis a saber que no sois la cumbre ni la profundidad, ni la cumbre ni el valle.
Llegaréis a saber que sois los observadores, los testigos.
Algo en vuestra mente alcanza la cumbre, algo en vuestra mente desciende al valle, pero algo que hay más allí está siempre ahí vigilando, tomando nota de ello, y ese algo sois vosotros.
Ambas polaridades están en vosotros, pero no sois ninguna, os eleváis por encima de ellas.
El terreno es alto y bajo, tanto el cielo como el infierno están ahí, pero, de algún modo vosotros os debéis encontrar lejos de ambos.
Simplemente observáis todo el juego, toda la actividad de la conciencia.
Osho

Cuando perdemos la libertad


La preciosa sangre fluye por un complejo y extensísimo sistema de tuberías que aseguran el aporte de oxígeno, glucosa y múltiples nutrientes para todas las células del cuerpo (unos 50 trillones de células hambrientas de oxígeno y alimento) unas 70 a 100 veces por minuto. La juventud de este sistema de tuberías es la edad biológica del individuo. Si el sistema de tuberías está obstruido, rígido, el individuo será “viejo” aunque tenga 25 años.


Los órganos y tejidos reciben el precioso líquido, la sangre con una determinada presión. Si fuera muy suave, los nutrientes y el aire llegarían con atraso y los órganos no podrían funcionar bien y no podríamos mover los músculos con dinamismo suficiente como para una marcha rápida y menos para practicar algún deporte. 

La presión debe ser suficientemente alta para que haya velocidad en los intercambios, porque le debe llegar sangre oxigenada y también a gran velocidad se debe drenar sangre venosa, con los desechos biológicos. Pero si fuera muy fuerte la presión, se podrían lesionar las delicadas estructuras de los tejidos, los órganos y las células.Ni muy baja (yin) ni muy alta (yang).

De forma similar cuando tomamos una ducha regulamos el flujo de agua de modo tal que tengamos el nivel de presión perfecto para una ducha perfecta. Si la presión es muy baja la ducha será demasiado lenta y exasperante. Si la presión fuera demasiado fuerte, sentiremos dolor e incluso se podrían abrir fisuras en la piel.

Nuestra sensibilidad determina el calibre justo para tener la presión perfecta para la ducha perfecta. Esa sensibilidad es la salud, la pérdida de salud se manifiesta como insensibilidad.
La mano sensible, abre o cierra el grifo de acuerdo a lo que la piel sensible indica como óptimo; también además de regular la presión del agua, la mano sensible debe regular el nivel de temperatura perfecto para la ducha perfecta.

Sería triste que perdiéramos esa sensibilidad y que tuviera que venir un experto en patologías de la piel para que en función de mediciones de presión y temperatura (colocando sensores en la piel) determinara cuánto abre el grifo y cuál es el nivel de calor – frio adecuado para la ducha.

Y nosotros ahí desnudos mientras el técnico/a lo hace para nosotros. De igual modo cuando los vasos sanguíneos se estrechan y vuelven rígidos se pierde la delicada sensibilidad para determinar el nivel de presión ideal para irrigar los órganos.

Entonces debe intervenir la ciencia, que mide la presión y en base a esa medición determina la cantidad de medicación que debemos tomar, en forma de diuréticos y/o vasodilatadores. Cuando se pierde la autorregulación autonómica por exceso de yang durante años, perdemos la libertad y debemos depender del sistema de salud y de la industria farmacéutica para irrigar nuestras preciosas células.

Y esto le ocurre a un tercio de la población mundial. Y la ciencia no puede curarlo, o al menos eso es lo que se nos intenta hacer creer.

-Martín Macedo-

La generación de nuestros abuelos

Un día un joven le preguntó a su abuelo: "¡Abuelo! Cómo pudieron vivir antes...

- Sin tecnología
- Sin internet
- Sin computadoras

- Sin drones
- Sin bitcoins
- Sin celulares
- Sin Facebook
El abuelo respondió:

"Al igual que tu generación vive hoy...
- Sin oraciones
- Sin dignidad
- Sin compasión
- Sin vergüenza
- Sin honor
- Sin respeto
- Sin personalidad
- Sin carácter
- Sin amor propio
- Sin modestia
- Sin honra
Nosotros, las personas nacidas entre 1950 y 1989 somos los bendecidos, nuestra vida es una prueba viviente.
Cuando montábamos en bicicleta, nunca usamos el casco.
Después de la escuela, hacíamos la tarea y salíamos a jugar hasta el anochecer.
Jugábamos con amigos de verdad, no amigos de internet.
Si alguna vez nos sentíamos sedientos, bebimos agua del caño, no agua embotellada.
Nunca nos pusimos enfermos compartiendo el mismo vaso con nuestros amigos.
Nunca ganamos peso comiendo platos de arroz todos los días.
No le pasó nada a nuestros pies a pesar de andar descalzos.
Nunca usamos suplementos para mantenernos saludables.
Solíamos crear nuestros propios juguetes y jugar con ellos.
Nuestros padres no eran ricos. Ellos nos dieron amor, no materiales mundanos.
Nunca tuvimos teléfonos celulares, DVD, Play Station, Xbox, videojuegos, computadoras personales, internet... pero sí tuvimos amigos de verdad.
Visitábamos la casa de nuestro amigo sin haber sido invitados y disfrutamos de la comida con ellos.
Los familiares vivían cerca para disfrutar el tiempo de la familia.
Es posible que hayamos estado en fotos en blanco y negro, pero puedes encontrar recuerdos muy coloridos en esas fotos.
Somos una generación única y más comprensiva, porque somos la última generación que escuchó a sus padres ...y también la primera que tuvo que escuchar a sus hijos.
¡Somos una edición LIMITADA! Disfrútanos y atesóranos, aprende de nosotros.

miércoles, 30 de mayo de 2018

Sólo debo tener una fe absoluta


Recibo muchas consultas por cáncer.
Cada vez más.
En la medida que la comprensión colectiva está aceptando que la solución está en las medicinas alternativas.
Mi mayor satisfacción es cuando las personas que me consultan logran recuperar su plenitud física y mental.
Cada día le pido al Poder Supremo que me ayude a servir con maestría a las personas que desean curarse.
Cada día le pido al Padre que me de la fuerza infinita para convencer a esos corazones atemorizados por medicinas que trabajan al servicio de grandes corporaciones.
Al principio trabajaba sólo con la nutrición.
La milagrosa macrobiótica.
Luego comprendí la necesidad de pacificar la mente.
Y poco a poco fui entrando en contacto con nuevas y poderosas herramientas.
Ahora estoy mejor equipado que cuando comencé hace 35 años.
Mi pasión es ayudar a crear la tan anhelada salud.
Veo los mismos errores en muchas personas.
Uno de ellos es la falta de fe.
Van de un especialista a otro pidiendo segundas opiniones.
Se van a medir los marcadores tumorales cada 15 días.
Creen que ello es una actitud diligente y responsable.
Mientras adoptan los nuevos hábitos alimenticios.
Es un poco como el niño que siembra un poroto.
Y todos los días lo desentierra para comprobar que está germinando.
Así está revelando una falta de confianza en la maravilla de la creación.
Sólo tengo que sembrar el poroto (frijol) y confiar en que la madre tierra hará que crezca fuerte y hermoso.
Sólo debo tener una fe absoluta y a lo sumo poner un poquito de agua de vez en cuando.
Y esperar con confianza inquebrantable.
Ya hice lo que tenía que hacer.
No debo hacer nada más.
No es pasividad.
Es sabiduría.
Aunque aparentemente no pase nada sobre la superficie.
Bajo tierra están operando poderosos cambios en la semilla.
Cuando comenzamos la curación de un cáncer con la dieta.
Cambiamos la dieta y dejamos que la maravilla de nuestro cuerpo comience a mover tóxicos y a reparar los tejidos dañados.
Reabsorberá el tumor y lo dejará como un fósil.
Como una pieza de museo.
Que finalmente será reabsorbido hasta desaparecer.
Se puede hacer una revisión cada 3 o 4 meses para tranquilizar a las personas que no tienen tanta fe.
Pero ir a medirse los marcadores tumorales cada dos o tres semanas.
Viajar a diferentes centros médicos para pedir "segundas" opiniones cuando ya van por media docena.
Indica una completa falta de fe.
Y toda esa energía emocional que se está moviendo.
Es miedo y sólo aumenta el miedo.
Quien se enfoca con pasión en su curación.
Realiza el mínimo de mediciones y controles.
Porque ha comprendido que el mejor sitio para hacer el control de su enfermedad.
Es su boca.
Porque es la única puerta de entrada y salida del cáncer.

-Martín Macedo-

El ego se alimenta de tu deseo de ser algo más


"¿De dónde el ego consigue esta energía? El ego se alimenta de tu deseo de ser algo más. Tú eres pobre y quieres ser rico; el ego está absorbiendo energía, es su aliento vital. Eres ignorante y te quieres convertir en un sabio; el ego está absorbiendo energía. Eres un don nadie miserable y quieres ser poderoso; el ego está absorbiendo energía.
Entiende el proceso del ego. ¿Cómo vive el ego? El ego vive en la tensión entre lo que eres y lo que quieres ser. A quiere ser B; el ego es creado por esta tensión. ¿Cómo muere el ego? El ego muere al aceptar lo que eres. Cuando dices: 'Estoy bien como soy, donde estoy está bien. Permaneceré tal como la existencia me quiere. Su voluntad es mi voluntad'.
"Cuando has dejado todas las tensiones acerca del futuro - que debería convertirme en esto y debería convertirme en eso - el ego se evapora. El ego vive sobre una base del pasado y del futuro. Entiende esto un poco. Las reclamaciones del ego son del pasado: "Yo hice esto, Yo hice aquello"; todo es del pasado. Y el ego dice: 'Voy a lograr eso definitivamente, Definitivamente te mostraré que puedo lograr eso'. Todo eso es futuro. El ego simplemente no existe en el presente. Si tú vienes al presente, entonces el ego desaparece. Esa es la muerte para el ego. Llegar al presente es la muerte para el ego".
Osho, Die O Yogi Die, charla #8

martes, 29 de mayo de 2018

La "enfermedad" es mi problema


...no es el problema del médico, es mi responsabilidad, yo, y únicamente yo tengo que ver con eso. La medicina no puede ser el arte de pasarle la pelota al médico, porque le pagamos. La nueva medicina de la consciencia, es el arte de responsabilizarnos de nuestra vida, y de descubrir que realmente podemos hacer mucho por nuestra vida.


Frecuentemente, vemos que una persona con un cáncer ha tenido un shock, o una pérdida afectiva muy grande. Si una pérdida afectiva le produce un vacío existencial de tal dimensión que se vuelve un vacío de energía, y permite que las células degeneradas puedan invadirle, es porque estaba apegado, ese es el problema del apego que yo debo reconocer.

Si alguien se va y yo lo vivo desde el amor, desde el desapego, sé que su consciencia está conmigo, lo dejo partir no lo amarro. Muchas veces, vemos a alguien al que se le muere el papá o la mamá pero no lo deja partir, eso es literalmente cierto, se queda con parte de su energía anclada al plexo solar. Esa anclada energética puede crear crisis de pánico, de hipertensión, cosas violentas en la clínica. Si nosotros logramos que la persona se sane, es su alma la que lo sana.

El sanador no lo hace por el paciente, yo como sanador soy un imán que le doy la carga que su alma necesita, realmente, la sanación es rescatar la autonomía, la autogestión, y la libertad del otro, para sanarse.

Jorge Carvajal Posada.

La curación cuántica

¿Cuánto poder tienen nuestros pensamientos y emociones sobre nuestro cuerpo? En verdad, numerosos estudios demuestran que cuando una persona está triste y cuando esta tristeza es prolongada (especialmente, después de la muerte de un cónyuge, luego de un matrimonio largo), tiene mayor incidencia de cáncer u otras enfermedades. Así que la Dra. Bert, al igual que otros científicos que la han seguido, han demostrado por lo menos una cosa: que tenemos un cuerpo pensante. Que en realidad, cada célula del cuerpo es una célula consciente, viva, pensante. Que por lo tanto, no podemos confinar la mente al cerebro, sino que está en cada célula del cuerpo. Este es nuestro primer gran salto, porque creíamos que la mente se encontraba solamente en el cerebro. Está en TODO el cuerpo. El Dr. Deepak Chopra hace referencia al Ayurveda, que es la medicina india tradicional y nos habla sobre el sistema inmune y cuanto poder tienen nuestros pensamientos y emociones sobre él. El Compromiso Cognoscitivo Prematuro Hay un experimento que ustedes pueden hacer: se ponen unas moscas en un frasco grande con tapa durante varios minutos. Si al cabo de ese tiempo, se quita la tapa, el 99.9% de las moscas no pueden salir del frasco. En base a esta experiencia sensorial inicial, las moscas y su mente-cuerpo, o lo que sea, han estructurado un compromiso consigo mismas de que ése es el límite de su universo. No pueden escapar de él, excepto una o dos de las pioneras que se las arreglan para salir. En la India se entrenan elefantes. Se hace algo interesante: se toma un elefante bebé y se le ata con una cuerdita a una planta durante varias semanas. Cuando este elefante crece, si se le ata con una cadena a un árbol, puede romper la cadena o arrancar el árbol, pero si se le ata a una planta con una cuerdita similar a la original, no podrá escapar, no podrá escapar. Cumple el compromiso con su cuerpo-mente, esa es su prisión. Este fenómeno se conoce entre los psicólogos como “compromiso cognoscitivo prematuro“. Es un compromiso que hacemos con nuestro cuerpo-mente que finalmente estructura nuestra realidad. De manera que lo que ves ahí, es lo que te enseñaron a ver, básicamente. Si no te dijeron que existe, entonces no existe para tí. El sistema nervioso se desarrolla como respuesta a los estímulos nerviosos. Eso crea una cierta percepción del mundo y esa percepción del mundo estructura un sistema de creencias. ¿Cómo se hace un sistema de creencias? Por lo que ves y tocas, por lo que oyes y hueles. Luego el sistema nervioso tiene una sola función: reforzar el sistema de creencias. En este momento, con las excepciones del caso, sólo pueden captar menos de una millonésima de los estímulos presentes de donde están. Menos de una millonésima de los estímulos presentes puede entrar en el sistema nervioso. Y estos son los que refuerzan lo que ustedes piensan que existe. 

Si Ustedes no piensan que existe, ni siquiera lo van a ver. De manera que el dicho “ver para creer” es al revés: “creer para ver“. De aquí que si no se cree en algo, no se le ve y no se le oye, no se le puede tocar, gustar, ni oler. Nuestro sistema nervioso ha sido programado para captar sólo un fragmento de la realidad y con estos fragmentos, que es todo lo que tenemos, no podemos ver el todo. Esa es la razón por la que vivimos alienados, fragmentados, separados de los demás, porque sólo podemos ver un poco aquí y allá. Y estos fragmentos se han estructurado como resultado de los compromisos cognoscitivos prematuros que hemos hecho. Por ejemplo, el ojo humano puede ver entre 3.70 y 7.90 billonésimas del espectro. Esto se puede entender, pero normalmente sólo puede ver dentro de esos límites. Todo lo que sobrepase estas longitudes de onda, no existe para nosotros. Hay instrumentos o aparatos científicos que extienden esos límites, pero sólo un poco. Lo que percibimos no es exactamente la realidad. No es el aspecto real del mundo. Es literalmente nuestra manera de mirarlo. Las diferentes especies (de animales) lo ven diferente. Si uno pasea con su perro, verá que huele un universo completamente diferente al nuestro, oye lo que uno no puede oír. Una serpiente siente su medio más en infrarrojo. Un murciélago se orienta durante su vuelo a través del eco del ultrasonido. Las células del ojo de la abeja no pueden percibir los colores que nosotros percibimos, pero ven en la zona del ultravioleta. Cuando la abeja mira una flor, no ve la flor, sino la miel a distancia. Se pierde la flor, pero nosotros nos perdemos la miel. Los ojos del camaleón se mueven a lo largo de dos ejes diferentes. No podemos imaginar cómo ve el camaleón esta sala. ¿Cuál es entonces el verdadero aspecto, la verdadera textura, el verdadero sonido? La respuesta es: no hay más que infinitas posibilidades coexistiendo al mismo tiempo. De esas infinitas posibilidades coexistiendo al mismo tiempo, nosotros estructuramos una realidad perceptual. Y si ocurre que concordamos con ella, entonces decimos que ahí tenemos la prueba de que existe. Lo que llamamos tiempo no es más que una colección de experiencias subjetivas, resultado de nuestra realidad perceptual. Pero esa realidad, es una realidad en un nivel y es un artefacto en otros niveles. No es toda la historia. Sir John Eccles, fisiólogo británico actualmente australiano, quien también ganó el Premio Nobel, dijo: No existen colores en el mundo real, no hay textura en el mundo real, ni olores, ni belleza, ni fealdad. Son todas realidades perceptuales, estructuradas en nuestra propia consciencia. Lo creamos todo mediante nuestra interacción. Es un hecho que el Universo está compuesto por campos de fuerza y campos de materia que provienen de un sólo campo unificado. Las Cuatro fuerzas Básicas Hoy, los científicos afirman que todo lo que uno percibe proviene de cuatro fuerzas básicas del universo: 1. La gravedad (la gravitación universal), que hace que gire el mundo, mantiene unido al planeta. 2. La electricidad que produce el calor, la luz, etc. 3. El magnetismo que hace que funcione la pantalla de televisión y todas las demás cosas de nuestra tecnología moderna. 4. La gran fuerza que mantiene unido el núcleo del átomo, es una fuerza muy grande y por eso da la impresión de que en verdad existe la materia. Cuando se logra desarticular esa fuerza, entonces ocurre la explosión nuclear, que es tan fuerte. Es la fuerza responsable de la radiactividad y la transmutación de los elementos, y eso es todo. Campo Unificado Los científicos sostienen que estas fuerzas provienen de una única fuerza fundamental dentro de la naturaleza, denominada “campo unificado”. Y nosotros también somos parte de ello, porque es todo lo que hay. El espacio, el tiempo, todo lo que llamamos el universo material, se encuentra estructurado como resultado de la fragmentación y expresión de estas fuerzas naturales. Como científicos, denominamos a este proceso “fragmentación simétrica” y su expresión es lo que denominamos “objetos materiales”, separados unos de otros en espacio y tiempo. Pero en realidad, lo que experimentamos como materia es algo que sólo sucede en la consciencia. Todo el mundo exterior se compone simplemente de campos energéticos y estos campos energéticos son, en realidad, un sólo campo. El espacio y el tiempo también son parte de este campo energético. De alguna manera este campo se fragmenta mediante la percepción. Podemos convertir ese campo energético en experiencia de sonido, gusto, forma, color, etc. Luego, está el proceso de rotulado que se lleva a cabo en nuestra propia consciencia; y a partir de este campo energético, tenemos el mundo material que percibimos. Pero no es así realmente lo exterior. Sólo es así dentro de nuestra mente. La Medicina Contemporánea Sin embargo, la base científica de la Medicina de hoy es una superstición. Y esta superstición es que todo el mundo está compuesto por materia y que los cuerpos humanos también son materiales, y que el universo está compuesto de objetos separados que se relacionan en el espacio y el tiempo. La superstición del materialismo es, literalmente, la causa de nuestra lógica en la medicina occidental y en lo que podríamos llamar, medicina contemporánea. Toda la lógica de la medicina contemporánea se basa en esta superstición de que solamente somos máquinas físicas que han aprendido a pensar. Que por alguna razón, esta danza de moléculas en nuestro cuerpo crea lo que llamamos el “pensamiento”. 

Y podríamos decir, que nuestra medicina contemporánea ve el cuerpo como una escultura congelada. Si uno no puede digerir todo lo que comió, simplemente toma un Alkaseltzer y se “soluciona” el problema. Si no puede dormir de noche, se toma una pastilla para dormir. Y así con todas estas píldoras mágicas que tenemos ¿Está ansioso? Tómese un tranquilizante. Se supone que le dará tranquilidad. Si tiene una infección, tome un antibiótico. Si tiene cáncer dése quimioterapia, radiación. Si tiene dolor en el pecho, tome nitroglicerina, o mejor aún, hágase una operación de “by pass”. Y así, sucesivamente. Hoy, todavía estamos buscando todo tipo de pastillas mágicas. Últimamente, la búsqueda es para el SIDA. La búsqueda de esta solución mágica es constante. Pero todo el concepto está equivocado. Se basa en la idea de que el cuerpo es material y que los agentes materiales son la causa de la enfermedad. Los científicos tratan siempre de entender el mecanismo de la enfermedad. De eso, trata la ciencia. ¿Cuáles son los mecanismos de la enfermedad?; y luego ¿cómo podemos interferir con esos mecanismos para prevenir la enfermedad. Lo que sucede, es que la confusión entre mecanismo y causa última, nos da la idea de que en realidad estamos haciendo algo. El hecho es que existe una gran desilusión, incluso dentro de la profesión médica, con respecto a este enfoque porque simplemente no funciona. Es un enfoque sintomatológico que no llega a la causa básica de la enfermedad, enmascara los síntomas de las enfermedades con tranquilizantes y pastillas para dormir. Las prescripciones médicas resultan ser la causa No. 1 de drogadicción en el mundo. ….Desde 1962 a 1986 ha habido un aumento del 300% en drogadicción, debido a prescripciones médicas legales. En el mismo lapso, el crecimiento de la drogadicción en la calle es del 40%. No hay comparación. Los antibióticos son hoy la causa No. 1 de muerte por infecciones, no el SIDA – aunque eso es lo que nos quieren hacer creer los diarios. La Asociación Médica de California acaba de completar un estudio, subsidiado por una entidad de seguros de salud, que demuestra más allá de toda duda, de que en este país ocurren 80 000 muertes por año a causa de infecciones adquiridas en los hospitales, como resultado de organismos resistentes a los antibióticos. Y aún en cáncer, donde creemos que estamos haciendo grandes adelantos, si observamos las últimas décadas, en los últimos 40 años encontraremos que la mortalidad (por edades) atribuible al cáncer, no ha cambiado ni siquiera el 1%, sino que más bien ha aumentado. Se sabe que algunos tipos de cáncer son curables, por ejemplo el Hodgkins y otros. Y aún así, la comunidad médica que se ocupa de la inmunología teme que en el futuro la causa más frecuente de cáncer sea su mismo tratamiento, porque utilizamos drogas tan poderosas que equivalen literalmente a una guerra nuclear dentro de nuestro cuerpo que destruye el sistema inmunológico y nos hace más susceptibles a otros tipos de infecciones y a otros tipos de cáncer más terrribles. Este enfoque contemporáneo está siendo cuestionado actualmente por la comunidad médica y hay muchas escuelas médicas que están revisando todo este modelo. El modelo es erróneo. No es que los científicos no tengan buenas intenciones o que los médicos no quieran ayudar a sus pacientes. Por lo general, la mayoría de los médicos sí lo quieren hacer. El único problema es que está equivocado el modelo. Quizás haya que enterrar todo el modelo Newtoniano por obsoleto, porque en realidad está congelado en la idea de que somos máquinas físicas que han aprendido a pensar. El Modelo Ayurvédico Por lo tanto, hoy me gustaría introducirles al modelo Ayurvédico que es también el modelo que se está haciendo contemporáneo como resultado del vislumbramiento de la física y de la neurobiología. Y este modelo no toma al cuerpo como una estructura congelada, sino más bien, literalmente, como una danza dinámica de energía inteligente. “El ADN constituye la información genética que poseemos, donde se encuentra literalmente toda la información de toda la historia evolutiva, no sólo del ser humano, sino de todas las especies biológicas. Este ADN (con toda la información del Universo) que tenemos ahora, no es el mismo que teníamos hace seis semanas. El carbono, hidrógeno, nitrógeno, etc., como materia, no estaban allí hace seis semanas, por lo tanto, según el Ayurveda, si uno cree que somos un cuerpo físico, entonces se crea un dilema: ¿a cuál nos referimos? El modelo de 1989 no es el mismo que el modelo 1988, ni el de tres meses atras. En realidad cambiamos nuestros cuerpos físicos con menos trabajo y más rápidamente de lo que nos cambiamos de ropa. Hay otra cosa que estructura y da la experiencia del cuerpo físico. Pero el cuerpo físico es como el río que es siempre un nuevo río. Así que, si no somos el cuerpo físico que aprendió a pensar, ¿qué somos? ¿De dónde venimos? Hoy, los cientícos nos dan algunas respuestas interesantes. Si Ustedes pudieran ver el cuerpo físico, desde el punto de vista de un investigador de la física cuántica, se darían cuenta que está compuesto por átomos y que los átomos están dispuestos a través de espacios vacíos, apareciendo, desintegrándose, desapareciendo constantemente. Estas partículas no son objetos materiales, aunque parezcan serlo; en realidad, son fluctuaciones de energía en el campo energético. Si pudiéramos ver el cuerpo tal cual es, lo veríamos, proporcionalmente, tan vacío como el espacio intergaláctico. Cada átomo del cuerpo es, en sí, un sistema solar completo. Repito, si pudiéramos verlo tal cual es, sin el artificio de la experiencia sensorial, sólo veríamos un gran vacío con algunos puntos aislados y descargas eléctricas aisladas. 

El Ayurveda tiene mucho que decir sobre el vacío. El vacío es el terreno esencial de nuestro ser. Y este vacío no es una porción vacía de nada, es una plenitud de inteligencia no material. Eso es lo que somos: inteligencia no material que se expresa como cuerpo material. El cuerpo material viene y se va, pero la inteligencia no-material, la plenitud de inteligencia no-material permanece por siempre. Está más allá del tiempo y del espacio. Estructura la experiencia del cuerpo físico. Si pudiéramos conocer esto mediante la experiencia y no sólo intelectualmente (porque intelectualmente todos los físicos se están poniendo de acuerdo en esto), entonces, desaparecerían todos nuestros problemas porque nos daríamos cuenta que no somos seres humanos con experiencias espirituales ocasionales, sino que en verdad, somos seres espirituales con experiencias humanas ocasionales. Y ese cambio básico de percepción cambiaría nuestra crisis de identidad y también cambiaría completamente nuestra manera de interactuar entre nosotros, cambiaría todo el Universo y cómo lo experimentamos. Los científicos están comprobando que la realidad es así. Ayer, estuve en Boston con un grupo como éste. Era un grupo fascinante porque estaba Fritjof Capra (uno de los mejores físicos de todos los tiempos), estaba también Candice Bert. Estoy seguro que conocen a Candice, ella fue Jefa de Biología Molecular en el Instituto Nacional de Salud. Y creo, que es a ella a quien más se le debe esta comprensión de lo que es la mente, lo que es el cuerpo, y lo que es el espíritu (si quieren llamarlo así). Debería ganar el Premio Nobel de Medicina, a menos que el jurado sea muy chauvinista o machista. Ya la han postulado varias veces, pero creo que indudablemente lo va a ganar por esta magnífica contribución acerca de cómo la mente se transforma en materia. Hace ya como diez años que descubrió las endorfinas y consecuentemente los neuropéptidos, que actualmente han sido estudiados por cientos y miles de científicos. Fue la Dra. Bert, quien primero demostró que cuando pensamos, o sentimos, o nos emocionamos, o deseamos algo, eso se transforma inmediatamente en una molécula. Al comienzo, se creyó que esa molécula se formaba en el cerebro; y por eso se denominó neuropéptido. “Neuro” porque pertenece al cerebro y “péptido” porque se parece a las proteínas. Candice Bert demostró que las fluctuaciones de energía en el campo energético en el que experimentamos un pensamiento, se transforman en ciertos péptidos en nuestro cerebro. Los llamó neuropéptidos. Y así, es como se comunican las neuronas entre sí. Así, es como se hablan las células en el cerebro. No lo hacen en inglés o castellano, sino en el lenguaje de estos neuropéptidos, de estas sustancias químicas, de estas moléculas mensajeras del espacio interior. Y eso es lo que somos. Ese vacío interior interactúa consigo mismo, crea fluctuaciones energéticas que experimentamos como pensamientos y luego, los fragmentos inteligentes de energía se transforman en moléculas de la mente denominadas péptidos. En realidad, estos péptidos son como pequeñas llavecitas que entran en la superficie de otras células, donde hay pequeñas ranuras para ellas, como pequeñas cerraduras. Así es que, cuando uno tiene un pensamiento, éste se transforma en una molécula que es como una llavecita, la cual viaja y luego encuentra su cerradura; y entra en esa cerradura. Y, una vez que entró en la cerradura, la célula recibe el mensaje. Estas cerraduras se llaman receptores, que hay en el cerebro. Esto, en sí, ya era interesante. Pero lo que descubrió la Dra. Bert (que luego, confirmaron otros científicos), fue que existen receptores de estas moléculas de la mente, no sólo en las células cerebrales, sino en todas las células de todas partes. Cuando comenzaron a observar las células del sistema inmunológico, por ejemplo, las que protegen contra el cáncer, las infecciones, etc., encontraron receptores de los mismos mensajeros químicos en las células T, en las células B, en los monocitos. En otras palabras, tus células inmunológicas, las que te protegen del cáncer y de las infecciones, están literalmente vigilando cada pensamiento tuyo, cada emoción, cada concepto que emites, cada deseo que tienes. Cada pequeña célula T y B del sistema inmunológico, produce las mismas sustancias químicas que produce el cerebro cuando piensa. Esto, lo hace todo muy interesante, porque ahora podemos decir que las células inmunológicas son pensantes. No son tan elaboradas, como lo es la célula cerebral que puede hacerlo en inglés o castellano, pero sí piensa, siente, se emociona y desea, se alegra, se entristece, etc. En verdad, numerosos estudios demuestran que cuando una persona está triste y cuando esta tristeza es prolongada (especialmente, después de la muerte de un cónyuge, luego de un matrimonio largo), tiene mayor incidencia de cáncer u otras enfermedades. Esto, se debe a que las células inmunológicas están tristes y de luto; tienen un diálogo interno: “déjennos sóla, no queremos que nos molesten” y por lo tanto no se preocupan por las infecciones y cancerígenos que están flotando a su alrededor. Son células pensantes, son conscientes. Ahora, la Dra. Bert y otros científicos han descubierto que no sólo se trata de las células inmunológicas. Por donde quiera que uno mire, en el cuerpo, hay receptores de neuropéptidos. Pero ya no se les puede llamar neuropéptidos, porque no están confinados exclusivamente al sistema nervioso. Los produce el estómago, los intestinos, el cólon, los riñones, las células del corazón. Así que cuando decimos, “lo siento en mis entrañas”, no estamos hablando simbólicamente, sino muy literalmente, ya que nuestros intestinos producen las mismas sustancias químicas que nuestro cerebro cuando piensa. Lo mismo ocurre cuando decimos: “mi corazón está triste”. No hablamos simbólicamente, el corazón realmente está triste. 

Así que la Dra.Bert, al igual que otros científicos que la han seguido, han demostrado por lo menos una cosa: que tenemos un cuerpo pensante. Que en realidad, cada célula del cuerpo es una célula consciente, viva, pensante. Que por lo tanto, no podemos confinar la mente al cerebro, sino que está en cada célula del cuerpo. Este es nuestro primer gran salto, porque creíamos que la mente se encontraba solamente en el cerebro. Está en todo el cuerpo. 

Fuente: Libro la Curación Cuántica del Dr. Deepak Chopra 

lunes, 28 de mayo de 2018

Hooponopono (una filosofía de vida)

en

Las cosas o personas que se presentan en tu vida... no lo hacen por casualidad...El motivo son los lazos... las memorias...algo que tienes que soltar o borrar. Cuando alguien te dice algo que te molesta, puedes gritar y reclamarle pero también puedes entender que no es más que una proyección de ti y si te parece absurdo en un cine acercarte a la pantalla y decirle al actor que es un idiota porque te hizo sentir mal o preguntarle ¿Por qué me haces esto?...pues en la vida es igual... esa persona que te dijo algo que te  y decirle al actor que es un idiota porque te hizo sentir mal o preguntarle ¿Por qué me haces esto?...pues en la vida es igual... esa persona que te dijo algo que te molestó es una proyección tuya...así que si le dices Gracias o utilizas cualquier otra herramienta, cortas el lazo para ti pero también para ella y la memoria se va de ambos. Así pasa con todo el mundo quien toma la responsabilidad es el que borra. Por ejemplo los terapeutas tienen que saber que cuando les llega una persona...es para ayudarles... esa persona viene en realidad para resolver los problemas del terapeuta El camino más fácil es tomar la responsabilidad, toma en cuenta que si un programa no está en el computador por más que pulses las teclas es imposible que aparezca. Pues esto es igual, si no lo tienes en tu programa interior no puede aparecer en tu vida. (Esto incluye todo lo que te gusta y lo que te disgusta, de ahí lo propicio de mantener pensamientos de dicha... lo demás viene por añadidura) ¿Así que soy responsable hasta de los pensamientos y acciones de los demás?.... pues sí, si están o aparecen en tu vida si…. Y que "suerte" porque si eres responsable lo puedes cambiar! Pero ¿tengo que pensar lo que estoy borrando?... No, nuestra parte divina sabe muy bien lo que hay que limpiar, tampoco hay que pensar que algo no lo quieres borrar… se borra solo lo que se tiene que borrar, pero ¿Cuánto tiempo tengo que estar borrando?... todo el tiempo, incluso cuando te sientas feliz. Hacer esto es “ir de la mano de Dios” .
Losiento
Perdóname
Gracias
Te amo
y estando así vives mucho el presente...el ahora.
Los miedos también son una memoria... un recuerdo y también debes darles las gracias

Ale Mateu

Lo semejante atrae a lo semejante

Sólo una persona amorosa, alguien que sea ya amoroso, puede encontrar la pareja adecuada.
Esta es mi observación: Si eres infeliz encontrarás a alguien que sea infeliz. 
Las personas infelices sienten atracción por las personas infelices. Y eso está bien, es natural. Está bien que las personas infelices no sientan atracción por las personas felices. De otro modo destruirían la felicidad de estos. Está perfectamente bien.

Sólo la gente feliz se siente atraída por la gente feliz. 
Los iguales se atraen. Las personas inteligentes se sienten atraídas entre sí; las personas estúpidas se atraen mutuamente.

Te conectas con personas de tu mismo nivel. Así que lo primero que hay que recordar es: una relación que se ha originado en la infelicidad se volverá amarga. Primero sé feliz, alegre, celebra, y entonces encontrarás otra alma que esté celebrando y habrá un encuentro de dos almas bailando juntas y una danza maravillosa surgirá de ahí.
No pidas una relación desde la soledad, no. De ser así, te estarás moviendo en la dirección equivocada. Entonces estarás utilizando a la otra persona y estarás siendo utilizado por ella. Y...¡a nadie le gusta ser utilizado! Cada individuo es un fin en sí mismo. El utilizar a alguien es inmoral.
Primero aprende a estar solo. La meditación es una forma de estar solo.
Si eres capaz de ser feliz cuando estás solo, habrás encontrado el secreto de la felicidad. Entonces serás capaz de ser feliz en pareja. Si eres feliz, entonces tendrás algo que dar, que compartir. Porque cuando das, también recibes; no al contrario. Entonces surge la necesidad de amar a alguien.

Normalmente la necesidad consiste en ser amado por alguien. Es una necesidad equivocada. Es una necesidad infantil; denota tu inmadurez. Es la actitud de un niño.
Nace un niño. Naturalmente, el niño no puede amar a su madre; no sabe qué es el amor y no sabe quién es su madre ni quién es su padre. Está absolutamente indefenso. Su ser aún se tiene que integrar; no está formado, no está conjuntado todavía. Es sólo un potencial. La madre tiene que amarlo, el padre tiene que amarlo, toda la familia ha de volcar su amor en él. Ahora él aprende algo: que todos deben amarlo. Él nunca aprende que debe amar. Ahora el niño crecerá, y si permanece estancado en esta actitud de que todos deben amarle, sufrirá por el resto de su vida. Su cuerpo habrá crecido, pero su mente permanecerá inmadura. 
Una persona madura es aquélla que descubre su otra necesidad: la necesidad de amar a alguien.

La necesidad de ser amado es infantil, inmadura. La necesidad de amar es madura.
Y cuando estás listo para amar a alguien, surgirá una relación bella. No de otra forma.

'¿Es posible que dos personas en una relación amorosa se hagan daño mutuamente?'. Si, esto es lo que está ocurriendo en todo el planeta. El ser bueno es muy difícil. Ni siquiera eres bueno contigo mismo. ¿Cómo vas entonces a ser bueno con alguien más?
Ni siquiera te amas a ti mismo. ¿Cómo vas a amar a otro? Ámate a ti mismo, sé bueno contigo mismo.
Y tus llamados santos religiosos te han enseñado a no amarte nunca, a no ser bueno nunca contigo mismo. ¡Sé duro contigo! Te han enseñado a ser blando con los demás y estricto contigo mismo. Esto es absurdo.

Yo te enseño que lo primero y más importante es ser amoroso contigo mismo. No seas duro, sé blando. Cuida de ti mismo. Aprende a perdonarte una y otra y otra vez siete veces, setenta y siete veces, setecientas setenta y siete veces. Aprende a perdonarte. No seas duro; no te enfrentes contigo mismo. Entonces florecerás.
En ese florecimiento atraerás a otra flor. Es natural. Las piedras atraen a las piedras; las flores atraen a las flores. Entonces se da una relación que tiene gracia, que tiene belleza. Si puedes encontrar una relación así, tu relación crecerá, se convertirá en una oración; tu amor se convertirá en éxtasis y a través del amor conocerás lo divino.

Osho

Todos podemos crear nuestra realidad


Si quisiera construir la mejor pared del mundo, utilizaría ladrillos de máxima calidad; los elegiría cuidadosamente uno por uno, de la misma forma que un técnico de la selección nacional de fútbol elige a sus mejores jugadores.
Todos los técnicos eligen con máximo esmero a sus jugadores.
Si quisiera crear la más hermosa realidad para mi vida, elegiría cuidadosamente los mejores pensamientos; los más hermosos y grandiosos.....
Edificaría mi magnífica realidad en el mundo infinito.
Y allí la haría crecer con el único alimento que las hace crecer: la constante contemplación cargada de emoción.
Y me regocijaría contemplando día y noche mi maravillosa creación como un pintor que ha pintado el mejor cuadro de su vida y lo contempla extasiado día y noche.
No puede quitarle los ojos de encima.
Tener un gran sueño, el más bello y creer en él no garantiza su realización de la misma manera que el técnico no garantiza la copa del mundo al elegir con máximo cuidado a sus jugadores.
Pero es el primero paso, es el cimiento de un gran edificio de una belleza infinita.
La constante contemplación de nuestra visión debe ser acompañada de una voluntad fuerte y persistente, que no se desanime ni de día ni de noche hasta ver plasmada su grandiosa visión hasta en el mínimo detalle.
Así todos podemos crear nuestra realidad.
Primero en la dimensión infinita (informal).
Luego en la dimensión finita (formal).
Porque lo que no tiene forma crea lo que tiene forma.
Siempre ha sido así y siempre será así.

-Martin Macedo-

Hipertensión arterial


La vasoconstricción (yang) aumenta la presión arterial y la vasodilatación (yin) la disminuye.
La enfermedad denominada hipertensión arterial (HTA) se caracteriza por una pérdida de la autorregulación autonómica de modo que la presión fluctúa sin control hacia arriba y hacia abajo.
Es como conducir un coche a alta velocidad y soltar el volante.
La inteligencia infinita regula nuestra presión arterial, la sube cuando hay que subirla y la baja cuando hay que bajarla.
Nadie lo hace mejor que ella.
Pero los hombres y mujeres renuncian a esta inteligencia porque estropean la salud de sus vasos sanguíneos de modo tal que la autorregulación se anula y el control de la presión pasa a estar bajo jurisdicción del centro de salud.
Entonces la "ciencia" tratará de imitar ese maravilloso sistema de autorregulación mediante el uso de fármacos.
Como se le teme más a la subida (yang) que a la bajada (yin) las medicinas están básicamente diseñadas para bajarla y por eso son yin (diuréticos y vasodilatadores).
El exceso de proteína animal (carne, huevos, lácteos, pollo) que se come en cada comida como base del plato (desinteligencia infinita occidental) durante toda una vida termina por endurecer en forma crónica la pared de las arterias, engrosando la capa muscular, reduciendo la luz arterial (espacio por donde intenta circular la sangre porque es un tubo que se va obstruyendo) y aumentando el riesgo de infartos por los depósitos de colesterol y calcio no metabolizable en las paredes internas de los vasos sanguíneos.
Como es un sistema de tuberías muy extenso (100.000 kms) la gran torpeza de alimentarse en base a yang animal se extiende poco a poco por este gigantesco entramado vascular, arruinando la salud y la vida.
Pero la gente sigue haciendo asados todos los fines de semana en nombre de la "familia" y para reunir a los "amigos".
Cuando se pierde la autorregulación la medicina intenta minimizar este yang tan fuerte, reduciendo el sodio de la dieta y mediante el uso de drogas extremadamente yin como lo son los vasodilatadores y diuréticos.
Pero éstos crean impotencia sexual entre otros problemas.
Porque un estilo de vida basado en extremos crea y sostiene este sistema de medicina extremo.
Los extremos se buscan porque se necesitan mutuamente para crear un tipo de equilibrio inestable y peligroso.
Pero las culturas más sabias del mundo usan básicamente proteína vegetal, que también sirve para la construcción del cuerpo pero al tener una energía yin, mantiene la flexibilidad sin subir la presión aunque se tenga mucha edad.
En cambio en occidente a mayor edad mayor presión y todavía la ciencia está buscando una explicación "lógica". 

-Martín Macedo-

domingo, 27 de mayo de 2018

Y el miedo y la salud nunca van juntos


Recuerdo mis años de estudiante, cuando teníamos 23 o 24 años y recibíamos entrenamiento en medicina social y comunitaria. 

Nos trasladábamos a barrios periféricos de la ciudad de Montevideo y nos reuníamos con los profesores en parroquias o policlínicas barriales.
Y nos asignaban tareas en los hogares donde nos ofrecíamos para tomar la presión arterial a los vecinos y les dábamos educación sanitaria como parte de nuestra formación.
Salíamos en grupos de 4 o 5 estudiantes y tocábamos timbre en las casas, equipados con nuestras túnicas blancas y nuestro instrumental para tomar la presión.
Y la gente nos recibía como si fuéramos ángeles enviados por Dios; les complacía que los visitáramos y les tomáramos la presión, dándoles consejos médicos.
Casi siempre en los grupos había 2 o 3 estudiantes guapísimas que enamoraban en el primer vistazo apenas nos abrían la puerta.....
Casi siempre había alguien con cifras altas...mayores a 140/90.
Entonces nuestras instrucciones eran muy claras:
1. Usted es hipertenso y la hipertensión no tiene cura.
2. Debe evitar la sal en forma total.
3. Debe concurrir al centro de salud lo antes posible porque su vida corre un riesgo ya que los órganos vitales pueden sufrir daños importantes.
En eso creíamos (yo no porque tenía otra comprensión) y esa era nuestra forma de "educar" en el miedo.
Y la mayoría aceptaba.
Pero una vez olvidé mi estetoscopio y regresé unos minutos más tarde a un hogar donde vivía un anciano solo.....y cuando me abrió estaba fumándose un cigarro.
En su caso el miedo que tratamos de imponerle no dio resultado.
Fue contraproducente.
Porque la ley de atracción dice que lo semejante atrae lo semejante.
Y si creamos una vibración de temor y muerte, la mayor parte de las veces, la gente responde con ansiedad haciendo lo que le perjudica con mayor intensidad.
O sea que nuestra promoción de la salud era en realidad una promoción del miedo.
Y el miedo y la salud nunca van juntos.....

- Martín Macedo-

jueves, 24 de mayo de 2018

¡Chist! - Cuento - Texto completo por Anton Chejov



Iván Krasnukin, periodista de no mucha importancia, vuelve muy tarde a su hogar, con talante desapacible, desaliñado y totalmente absorto. Tiene el aspecto de alguien a quien se espera para hacer una pesquisa o que medita suicidarse. Da unos paseos por su despacho, se detiene, se despeina de un manotazo y dice con tono de Laertes disponiéndose a vengar a su hermana:
-¡Estás molido, moralmente agotado, te entregas a la melancolía, y, a pesar de todo, enciérrate en tu despacho y escribe! ¿Y a esto se llama vida? ¿Por qué no ha descrito nadie la disonancia dolorosa que se produce en el alma de un escritor que está triste y debe hacer reír a la gente o que está alegre y debe verter lágrimas de encargo? Yo debo ser festivo, matarlas callando, e ingenioso, pero imagínese que me entrego a la melancolía o, una suposición, ¡que estoy enfermo, que ha muerto mi niño, que mi mujer está de parto!…
Dice todo esto agitando los brazos y moviendo los ojos desesperadamente… Luego entra en el dormitorio y despierta a su mujer.
-Nadia -le dice-, voy a escribir… Te ruego que no me molesten, me es imposible escribir si los niños chillan, si las cocineras roncan… Procura que tenga té y… un bistec, ¿eh?… Ya lo sabes, no puedo escribir sin té… El té es lo que me sostiene cuando trabajo.
Aquí nada es resultado del azar, del hábito, sino que todo, hasta la cosa más insignificante, denota una madura reflexión y un programa estricto. Unos pequeños bustos y retratos de grandes escritores, una montaña de borradores, un volumen de Belinski con una página doblada, una página de periódico, plegada negligentemente, pero de manera que se ve un pasaje encuadrado en lápiz azul, y al margen, con grandes letras, la palabra: “¡Vil!” También hay una docena de lápices con la punta recién sacada y unos cortaplumas con plumas nuevas, para que causas externas y accidentes del género de una pluma que se rompe no puedan interrumpir, ni siquiera un segundo, el libre impulso creador… Krasnukin se recuesta contra el respaldo del sillón y, cerrando los ojos, se abisma en la meditación del tema. Oye a su mujer que anda arrastrando las zapatillas y parte unas astillas para calentar el samovar. Que no está aún despierta del todo se adivina por el ruido de la tapadera del samovar y del cuchillo que se le caen a cada instante de las manos. No se tarda en oír el ruido del agua hirviendo y el chirriar de la carne. La mujer no cesa de partir astillas y de hacer sonar las tapas redondas y las puertecillas de la estufa. De pronto, Krasnukin se estremece, abre unos ojos asustados y olfatea el aire.
-¡Dios mío, el óxido de carbono! -gime con una mueca de mártir-. ¡El óxido de carbono! ¡Esta mujer insoportable se empeña en envenenarme! ¡Dime, en el nombre de Dios, si puedo escribir en semejantes condiciones!
Corre a la cocina y se extiende en lamentaciones caseras. Cuando, unos instantes después, su mujer le lleva, caminando con precaución sobre la punta de los pies, una taza de té, él se halla, como antes, sentado en su sillón, con los ojos cerrados, abismado en su tema. Está inmóvil, tamborilea ligeramente en su frente con dos dedos y finge no advertir la presencia de su mujer… Su rostro tiene la expresión de inocencia ultrajada de hace un momento. Igual que una jovencita a quien se le ofrece un hermoso abanico, antes de escribir el título coquetea un buen rato ante sí mismo, se pavonea, hace carantoñas… Se aprieta las sienes o bien se crispa y mete los pies bajo el sillón, como si se sintiese mal o entrecierra los ojos con aire lánguido, como un gato tumbado sobre un sofá… Por último, y no sin vacilaciones, adelanta la mano hacia el tintero y, como quien firma una sentencia de muerte, escribe el título…
-¡Mamá, agua! -grita la voz de su hijo.
-¡Chist! -dice la madre-. Papá escribe. Chist…
Papá escribe a toda velocidad, sin tachones ni pausas, sin tiempo apenas para volver las hojas. Los bustos y los retratos de los escritores famosos contemplan el correr de su pluma, inmóviles, y parecen pensar: “¡Muy bien, amigo mío! ¡Qué marcha!”
-¡Chist! -rasguea la pluma.
-¡Chist! -dicen los escritores cuando un rodillazo los sobresalta, al mismo tiempo que la mesa. Bruscamente, Krasnukin se endereza, deja la pluma y aguza el oído… Oye un cuchicheo monótono… Es el inquilino de la habitación contigua, Tomás Nicolaievich, que está rezando sus oraciones.
-¡Oiga! -grita Krasnukin-. ¿Es que no puede rezar más bajo? No me deja escribir.
-Perdóneme -responde tímidamente Nicolaievich.
-¡Chist!
Cuando ha escrito cinco páginas, Krasnukin se estira de piernas y brazos, bosteza y mira el reloj.
-¡Dios mío, ya son las tres! -gime-. La gente duerme y yo… ¡sólo yo estoy obligado a trabajar!
Roto, agotado, con la cabeza caída hacia a un lado, se va al dormitorio, despierta a su mujer y le dice con voz lánguida:
-Nadia, dame más té. Estoy sin fuerzas…
Escribe hasta las cuatro y escribiría gustosamente hasta las seis, si el asunto no se hubiese agotado. Coquetear, hacer zalamerías ante sí mismo, delante de los objetos inanimados, al abrigo de cualquier mirada indiscreta que le atisbe, ejercer su despotismo y su tiranía sobre el pequeño hormiguero que el destino ha puesto por azar bajo su autoridad, he ahí la sal y la miel de su existencia. ¡De qué manera este tirano doméstico se parece un poco al hombre insignificante, oscuro, mudo y sin talento que solemos ver en las salas de redacción!
-Estoy tan agotado que me costará trabajo dormirme… -dijo al acostarse-. Nuestro trabajo, un trabajo maldito, ingrato, un trabajo de forzado, agota menos el cuerpo que el alma… Debería tomar bromuro… ¡Ay, Dios es testigo de que si no fuera por mi familia dejaría este trabajo!… ¡Escribir de encargo! ¡Esto es horrible!
Duerme hasta las doce o la una, con un sueño profundo y tranquilo… ¡Ay, cuánto más dormiría aún, qué hermosos sueños tendría, cómo florecería si fuese un escritor o un editorialista famoso o al menos un editor conocido!…
-¡Ha escrito toda la noche! -cuchichea su mujer con gesto apurado-. ¡Chist!
Nadie se atreve a hablar ni andar, ni a hacer el menor ruido. Su sueño es una cosa sagrada que costaría caro profanar.
-¡Chist! -se oye a través de la casa-. ¡Chist!
FIN

No aplaces. Vive aquí y ahora

Estamos siempre aplazando. Ese aplaza-miento se convierte en un diálogo interior, en un monólogo interior. No aplaces. Vive aquí y ahora. Cuanto más vivas en el presente, menos requerirás esa constante actividad mental, ese constante pensar. ¡Lo requerirás cada vez menos!.

Está ahí a causa de los aplaza-mientos y seguimos aplazándolo todo. Vivimos siempre en el mañana, que nunca llega y no puede llegar; es imposible. Lo que llega es siempre el hoy, y nosotros seguimos sacrificando el hoy al mañana, que no existe. Entonces la mente sigue pensando en el pasado, que ya has destruido, que has sacrificado en aras de algo que aún no ha llegado. Y después sigues aplazando las cosas para otros mañanas.

Sigues pensando que lo que te has perdido lo conseguirás en algún momento futuro. ¡No lo conseguirás! Esa constante tensión entre pasado y futuro, ese constante perderse el presente, es el ruido interior. Si no lo paras, no puedes caer en el silencio. Así que lo primero es ser total en todo momento. 

Y otra cosa: tu mente es tan ruidosa porque siempre estás pensando que los causantes son otros, que tú no eres responsable. Y así, sigues pensando que en un mundo mejor -con una esposa mejor, con un marido mejor, con hijos mejores, con una casa mejor en un sitio mejor todo irá bien y tú podrás quedar en silencio. Crees que no estás en silencio porque todo va mal a tu alrededor, y así cómo vas a poder.

Osho

La conciencia

La conciencia es una llave maestra. Abre todas las cerraduras de la existencia.
"EL único pecado es la inconsciencia y la única virtud es la conciencia. Lo que no se puede hacer sin inconsciencia es pecado. Lo que solo se puede hacer mediante la conciencia es virtud. Es imposible cometer un asesinato si eres consciente; es imposible ser violento en forma alguna... si eres consciente. Es imposible violar, robar, torturar... todo eso es imposible si hay conciencia. Solo cuando la inconsciencia predomina, en las tinieblas de la inconsciencia, toda clase de enemigos penetran en ti.

Buda decía: «Si hay luz en una casa, los ladrones la evitan; y si el vigilante está despierto, los ladrones ni lo intentan. y si hay gente andando y hablando dentro, y los habitantes todavía no se han quedado dormidos, no es posible que los ladrones entren, ni siquiera se les ocurre pensar en ello.»
Exactamente lo mismo ocurre contigo. Eres una casa sin ninguna luz. El estado ordinario del ser humano es el funcionamiento mecánico: Homo mechanicus. Solo tienes de humano el nombre; por lo demás, eres solo una máquina adiestrada y habilidosa, y cualquier cosa que hagas será errónea. y recuerda, digo que cualquier cosa que hagas; ni siquiera tus virtudes serán virtudes si estás inconsciente. ¿Cómo vas a poder ser virtuoso estando inconsciente? Detrás de tu virtud vendrá un gran, un enorme ego. Tiene que ser así. Incluso la santidad, practicada, cultivada con gran trabajo y es fuerzo, es fútil. Porque no acarreará sencillez y no acarreará humildad, y no acarreará esa gran experiencia de lo divino, que solo se da cuando el ego ha desaparecido. Vivirás una vida respetable como santo, pero tan pobre como la de cualquier otro: podrida por dentro, una existencia sin sentido por dentro. Eso no es vida, es solo vegetar. Tus pecados serán pecados, tus virtudes también serán pecados. Tu inmoralidad será inmoralidad, tu moralidad también será inmoralidad.
Yo no enseño moralidad, ni enseño virtud... porque sé que sin -conciencia-son solo pretensiones, hipocresías. Te hacen falso. No te liberan, no pueden liberarte. Por el contrario, te aprisionan.
Solo una cosa es suficiente: la conciencia es una llave maestra. Abre todas las cerraduras de la existencia. La conciencia significa vivir momento a momento, estar alerta, consciente de ti mismo y consciente de todo lo que ocurre a tu alrededor en una respuesta momento a momento. Eres como un espejo, reflejas. Y reflejas de un modo tan total que todo lo que se hace basándose en ese reflejo está bien hecho porque encaja, está en armonía con la existencia. En realidad no surge en ti, no eres tú el hacedor. Surge en el contexto total: la situación, tú y todo lo demás participáis en ello. De esa totalidad nace el acto. No es tu acto, tú no has decidido hacerlo así. No es una decisión tuya, no es idea tuya, no es tu carácter. No lo estás haciendo tú, solo estás dejando que ocurra.
Es como si salieras a pasear a primera hora de la mañana, cuando el sol aún no ha salido, y encuentras una serpiente en el camino. No hay tiempo para pensar. Solo puedes reflejar, no hay tiempo para decidir qué hacer y qué no hacer. ¡Saltas inmediatamente! Fíjate en la palabra inmediatamente: no se pierde ni un solo instante; saltas inmediatamente fuera del camino. Más tarde, podrás sentarte bajo un árbol y pensar en ello: qué ocurrió, cómo lo hiciste, y te puedes dar una palmadita en la espalda por haberlo hecho bien. Pero en realidad, tú no lo hiciste; es algo que ocurrió. Ocurrió en un contexto total. Tú, la serpiente, el peligro de muerte, el esfuerzo de la vida por protegerse... y mil y una cosas más, todo forma parte. La situación total ocasionó el acto. Tú solo fuiste un médium.
Ahora bien, este acto encaja. Tú no eres el hacedor. En términos religiosos, podríamos decir que Dios lo ha hecho por medio de ti. Eso no es más que una manera religiosa de hablar, nada más. El todo ha actuado por medio de la parte.
Esto es virtud. Nunca te arrepentirás de ello. Y es un acto verdaderamente liberador. En cuanto ocurre, ha terminado. Quedas otra vez libre para actuar; no llevarás esa acción en la
cabeza. No pasará a formar parte de tu memoria psicológica. No dejará ninguna herida en tu interior. Fue tan espontáneo que no dejará ninguna huella. Este acto nunca se convertirá en un karma. Este acto no dejará ninguna marca en ti. El acto que se convierte en un karma es el que no es un verdadero acto sino una reacción: algo que procede del pasado de la memoria, del, pensamiento. Eres tú quien decide, quien elige. No surge de la conciencia, sino de la inconsciencia. Entonces, todo es pecado.

Osho

Tu manera de vivir crea tu enfermedad

La felicidad está en la naturaleza del hombre. No te debes preocupar en absoluto por la felicidad, ya está aquí, está en tu corazón; sólo tienes que dejar de ser infeliz, debes detener el funcionamiento del mecanismo que crea la infelicidad.


Pero nadie parece preparado para eso. La gente dice: Quiero la felicidad. Es como si estuvieras diciendo: Quiero la salud, y permanecieras apegado a tu enfermedad sin permitir que se vaya. Si el doctor prescribe la medicina, la tiras; no sigues ninguna prescripción. Nunca sales a una caminata matinal, nunca vas a nadar, nunca sales a correr a la playa, nunca haces ejercicio. Comes de forma obsesiva, destruyes tu salud, y de manera constante preguntas dónde encontrar la salud, sin cambiar los mecanismos que generan la falta de salud.
La salud no es algo que se pueda conseguir en algún sitio, no es un objeto.
La salud es una manera de vivir totalmente diferente. La manera como vives genera enfermedad, la manera como vives genera miseria.
Por ejemplo, la gente viene a mí y me dicen que quieren ser felices, pero no pueden dejar sus celos. Si no puedes dejar tus celos, el amor no podrá crecer; la mala hierba de los celos destruirá la rosa del amor. Y cuando el amor no crece, serás infeliz ya que ¿quién puede estar feliz cuando el amor no crece? A menos que una rosa florezca y despida su fragancia, no puedes ser feliz.
La gente quiere felicidad, pero sólo por quererlo, no la puedes conseguir. El desearlo no basta. Tendrás que entrar en el fenómeno de tu miseria, de cómo la generas, cómo te haces desgraciado en primer lugar, cómo te haces desgraciado a diario; ¿cuáles son tus técnicas?
Dado que la felicidad es un fenómeno natural, si alguien es feliz no hay técnica en ello, si alguien está contento, no se requiere de ninguna pericia para ello.
Los animales son felices, los árboles son felices, los pájaros son felices. Toda la existencia es feliz, salvo el hombre. Sólo el hombre es suficientemente listo como para crear infelicidad; nadie más parece tener esa habilidad. Así que cuando estás feliz se trata de algo simple, inocente, no es algo importante. Pero cuando estás infeliz te estás haciendo cosas importantes a ti mismo; estás haciendo algo realmente duro.

Osho.

miércoles, 23 de mayo de 2018

La verdadera libertad es espiritual

LA LIBERTAD VERDADERA no tiene nada que ver con el mundo externo.

La libertad verdadera no es politica, no es económica; es espiritual. La libertad política puede ser arrebatada en cualquier momento ; la libertad económica puede desaparecer como una gota de agua de rocío al sol de madrugada. No están en tus manos. Y lo que no está en tus manos no puede ser llamado libertad verdadera. 

La verdadera libertad siempre es espiritual. Tiene que ver con tu ser interior, que no puede ser encadenado, que no puede ser esposado, que no puede ser metido en una cárcel.


Sí, tu cuerpo puede padecer todas estas cosas, pero tu alma es intrínsecamente libre. No tienes que pedirlo y no tienes que luchar por ello.Ya es así, este mismo momento. Si te vuelves hacia tu interior, todas las cadenas, todas las prisiones, todos los tipos de esclavitudes desaparecen... y hay muchas. La libertad es solo una; las esclavitudes son muchas; igual que la verdad es una, y mentiras puede haber miles.

¿ Cuál es exactamente la sustancia más íntima de la libertad ? Que eres libre del pasado, que eres libre del futuro. No tienes recuerdos que te atan al pasado, que te arrastran siempre de vuelta al pasado: eso va en contra de la existencia; nada va hacia atrás. Y también eres libre de la imaginación, del deseo, del anhelo: esas cosas te arrastran hacia el futuro.


No existe el pasado, ni existe el futuro. Todo lo que hay es el presente. Y alguien que vive el presente, sin cargar con el pasado y el futuro, conoce el gusto de la libertad. No hay cadenas: cadenas de recuerdos, cadenas de deseos. Estas son las cadenas verdaderas que amarran tu alma y nunca te permiten vivir el momento que es tuyo.

Por mi parte, no veo que sin una mente meditativa se pueda ser nunca libre.

OSHO
Del libro Libertad