viernes, 5 de abril de 2024

El poder corrompe

 El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente.

Son palabras famosas de un historiador inglés llamado John Acton.
Esta sentencia parece inapelable, como una especie de verdad incuestionable, casi intocable.
Pero me gustaría analizarla brevemente con nuestra filosofía de yin y yang, no sólo como un juego mental sino también para extraer de allí una conclusión práctica, para que todos podamos beneficiarnos en nuestra vida cotidiana y no sólo como un acertijo intelectual.
El poder es yang y la corrupción es yin.
Hay muchas formas de poder.
Generalmente asociamos el poder con el poder político en alguien que asciende a presidente de un país.
O con personas extremadamente ricas que con su dinero tienen el poder de cambiar muchas cosas.
También con el poder físico; un atleta muy fuerte o muy veloz o con una habilidad extraordinaria...rápidamente alcanza sus objetivos, se vuelve famoso y alcanza la cima de su campo profesional.
También la belleza es otra forma de poder; una mujer o un hombre con una gran belleza consigue casi todo lo que quiere mucho más fácil y mucho más rápidamente que el promedio de la gente.
De alguna forma todos buscamos empoderarnos.
El que va al gimnasio y trabaja muy duro durante años, busca el poder de su cuerpo físico.
Ese tipo de poder físico le da ventajas y facilidades en su trabajo o simplemente para encontrar pareja.
Otros van a la universidad y estudian años y años; luego hacen maestrías y doctorados; todos estos esfuerzos buscan empoderar al estudiante hasta convertirlo en un profesional o doctor exitoso.
Cuántas chicas van a clínicas de belleza o salones de belleza buscando el poder de la belleza.
Por ello el poder, en cualquiera de sus formas es yang.
Pero el poder corrompe y una gran poder crea una gran corrupción.
La corrupción es yin; algo se corrompe cuando se deteriora, se descompone, se desintegra o se muere.
Algunos santos y figuras religiosas están "incorruptos" y ese es el milagro de algunos santos que luego de muertos no se desintegran como todos los cuerpos humanos que han muerto.
El poder corrompe nos dice Lord Acton.
Yo diría que el poder sin sabiduría corrompe y el que poder absoluto sin sabiduría corrompe absolutamente.
Es simplemente la secuencia, la alternancia de yin y yang.
Cuando un boxeador o un futbolista llega a la fama, al éxito, se vuelve poderoso, la gente lo admira, lo sigue, los medios lo tienen siempre presente, todos hablan de él o ella.
Podemos decir que llegan al punto "gran yang"; alcanzan la cima o el poder en su campo deportivo.
Entonces comienzan las fiestas, la vida de lujos, los coches caros, las casas más hermosas en barrios exclusivos.
Y también los cigarros caros, las bebidas más finas, las comidas en restaurantes elegantes.
Y allí comienza el yin, la corrupción.
Como el caso del imperio romano; el ascenso al poder de los romanos (yang) fue seguido por una vida de excesos de todo tipo (yin) que creó la corrupción de ese mismo poder.
Pero si los romanos hubieran sido todos como Marco Aurelio, sobrios, disciplinados, sabios y trabajadores podrían haber gozado de ese poder sin corromperse durante muchos años más.
Y un gran poder, un gran éxito, una gran fortuna, una gran belleza, un poder absoluto lleva a una gran arrogancia y a cometer excesos absolutamente escandalosos por lo que el poder absoluto sin sobriedad, sin sabiduría acaba en una corrupción total y definitiva.
La vida es como subir una montaña; todos vamos hacia la cima, allí están nuestros sueños esperándonos ya materializados.
Para alcanzar la cima necesitamos el poder para escalar y sobrepasar todos los obstáculos.
Necesitamos la salud infinita, el poder de la salud infinita.
Pero una vez que lleguemos debemos acordarnos de Lord Acton y no corrompernos con excesivas fiestas y celebraciones, porque ahí comienza la corrupción; el momento de llegar a la cima tiene ese peligro...la arrogancia, el excesivo orgullo del triunfo y las recompensas que son los disfraces que inician la caída.
Seamos como los estoicos romanos que a pesar de gozar de fama y prestigio supieron evitar la tentación de los excesos y así pudieron escapar del destino de los que alcanzan el triunfo.

-Martín Macedo-

lunes, 1 de abril de 2024

Espacio para ser

Entre las diferentes capas de las que estamos formados como seres humanos, la capa de ser es la más sutil y profunda. Cubierta por todo lo que conlleva el factor humano, en muchas ocasiones, lograr espacios para que la luz y presencia de ser se muestre, puede convertirse en algo tan excepcional que, cuando se da, pase incluso desapercibido.

Esta incapacidad de ser eclipsado por tanta inconsciencia es lo que puede llegar a reflejarse en nuestros hogares.

Nuestro hogar es una capa más para nuestro ser. Un entorno que precisamos para sobrevivir y que nos debería aportar, además de confort, espacio para que sintamos el abrazo de la vida con recarga de vitalidad y serenidad.

Para muchas personas, su hogar es un lugar más de tensión y cuando profundizo en el estudio de la energía de su hogar y les pregunto sobre su forma de vida interior, sobre cómo se sienten dentro de sí mismas, las respuestas son prácticamente iguales.

Tratar, por tanto, de crear espacios para ser desde fuera hacía adentro, es una tarea muy común, pero, en muchas ocasiones, con poco éxito. Sobre todo si se ha tratado de crear dichos espacios desde el esfuerzo y la inconsciencia de lo que verdaderamente se precisa para simplemente ser.

Es por ello, que uno de los primeros pasos recomendados antes de iniciar cualquier cambio externo, aunque el objetivo sea la búsqueda interna, es tratar de lograr previamente un espacio interno de serenidad y de calma. De esa forma, la inconsciencia y el esfuerzo bajan y es más fácil sentir lo realmente necesario.

La respiración serena, la meditación, crear un espacio -aunque sea sencillo- en casa donde se sienta serenidad, iluminar con una sencilla luz el centro de la vivienda o cualquier sencillo hábito que te permita conectar con tu esencia para vislumbrar la necesidad real de cambio desde ella, puede garantizar un mejor resultado.

En la mayoría de ocasiones, los cambios que se conciben necesarios desde la consciencia de ser son mucho más sutiles que los que la mente o la inconsciencia concebían.

La sencillez, la paz, el orden y el silencio son, casi siempre, la base de las respuestas.

Andrés Tarazona

sábado, 30 de marzo de 2024

La guerra nunca la hacen los vegetarianos

 La guerra nunca la hacen los vegetarianos.

Porque los vegetarianos son yin.
Sin comprender yin y yang, el problema de la guerra y de la paz es extremadamente difícil y complejo.
Sin comprender yin y yang, curar el cáncer o la enfermedad cardíaca es extremadamente difícil.
Sin comprender yin y yang curar las enfermedades mentales es extremadamente difícil.
La gente espera que la ciencia resuelva estos grandes problemas, pero no puede resolverlos ni podrá hacerlo mientras no tome en cuenta estos principios que rigen el universo.
Yin y Yang son simples; deberíamos estudiarlos en la escuela primaria y nuestra vida sería mucho más feliz.
La guerra es yang y la paz es yin.
Los alimentos de origen animal son yang y los de origen vegetal son yin.
Nos nutrimos de ambos reinos pero lo que cambia todo es la proporción.
Una dieta de 70% de carnes y otros derivados durante años y durante generaciones crea temperamentos yang, muy fuertes y más agresivos.
Las naciones occidentales, los romanos, los griegos y más recientemente los EEUU tienen un profuso historial de guerras que se suceden casi sin intervalos.
Las naciones occidentales son más yang debido a ese alto consumo de yang de origen animal.
Las naciones orientales también han tenido guerras, pero comparadas a las potencias occidentales son regiones pacíficas.
Su consumo de yang proviene de fuentes vegetales.
Sólo en los últimos 100 años los asiáticos han comenzado a incrementar la ingesta de carnes y por ello cambió su actitud hacia la guerra.
Los vegetarianos y veganos detestan la guerra, la matanza, la crueldad hacia otros seres humanos o hacia las mascotas.
Los que consumen mucho yang de origen animal sienten el impulso de luchar y de pelear para obtener sus metas.
Lo vemos claramente en la naturaleza; los carnívoros tienen una actitud mucho más agresiva que los herbívoros.
La guerra sólo puede existir en un mundo donde la mayor parte de la gente se nutre con grandes cantidades de proteínas animales.
Por lo tanto los que promueven dietas altas en proteína animal, como los médicos, nutricionistas y científicos así como los promotores de la dieta keto u otras modas basadas en la superioridad de la carne sobre los cereales están empujando a la humanidad hacia un estado casi constante de guerras y matanzas entre hermanos ya que la ingesta constante de derivados animales yang crea emociones yang y formas de pensar en las que ellos sienten que la guerra es inevitable para resolver los conflictos humanos.
Pero los vegetarianos siempre buscarán soluciones que descarten la violencia como lo hicieron Gandhi, Nelson Mandela y Luther King, entusiastas vegetarianos.
Por lo tanto la llave para la paz mundial es la nutrición y la comprensión de cómo ésta nos vuelve más agresivos o más pacífico.

-Martin Macedo-

domingo, 24 de marzo de 2024

Teoría de los campos mórficos

 LA TEORÍA DE LOS CAMPOS MÓRFICOS DE RUPERT SHELDRAKE Y EL ÁRBOL GENEALÓGICO

Rupert Sheldrake es el bioquímico británico que postuló la hipótesis más revolucionaria de la biología contemporánea: la de la Resonancia Mórfica.
Las mentes de todos los individuos de una especie -incluido el hombre- se encuentran unidas y formando parte de un mismo campo mental planetario. Ese campo mental -al que denominó morfogenético- afecta a las mentes de los individuos y las mentes de estos también afectarían al campo. “Cada especie animal, vegetal o mineral posee una memoria colectiva a la que contribuyen todos los miembros de la especie y a la cual conforman”, afirma Sheldrake. De este modo si un individuo de una especie animal aprende una nueva habilidad, les será más fácil aprenderla a todos los individuos de dicha especie, porque la habilidad “resuena” en cada uno, sin importar la distancia a la que se encuentre. Y cuantos más individuos la aprendan, tanto más fácil y rápido les resultará al resto.
El campo donde está conectada la información genealógica lo describe Rupert Sheldrake desde un punto de vista cuántico: “Existen en la naturaleza unos campos llamados Morfogenéticos, los cuales son como estructuras organizativas invisibles que moldean o dan forma a tales cosas como plantas o animales, que también tienen un efecto organizador en la conducta”.
Estos campos Morfogenéticos contienen información recopilada de toda la historia y la evolución pasada, algo a la manera de la “memoria racial” de Freud o el “inconsciente colectivo” de Jung o el “circuito neurogenético” de Timothy Leary o los "registros Akáshicos de los vedas".La resonancia mórfica, el principio de memoria colectiva, se puede aplicar al estudio del árbol genealógico. Cada familia tiene su propia memoria colectiva a la que todos sus miembros están conectados y tienen acceso.
La transmisión intergeneracional ocurriría pues en este campo mórfico, pues hay una memoria común compartida por todos los miembros del clan, hayan o no convivido en las mismas coordenadas espaciotemporales.
¿Esto podría ser otra forma de entender el inconsciente colectivo y el inconsciente familiar? ¿Daría respuesta al por qué los secretos y los no dichos de una generación ejercen ese tremendo efecto en las siguientes?
Claudine Vegh decía que “…vale más saber una verdad, aun cuando sea difícil, vergonzosa o trágica, que ocultarla, porque aquello que se calla, es subordinado o adivinado por los otros y ese secreto, se convierte en un traumatismo más grave a largo plazo”.
Anne Ancelin Schützenberger lo ha estudiado a fondo: “Los duelos no hechos, las lágrimas no derramadas, los secretos de familia, las identificaciones inconscientes y lealtades familiares invisibles” pasean sobre los hijos y los descendientes. “LO QUE NO SE EXPRESA POR PALABRAS SE EXPRESA POR DOLORES”.
¿Podemos los descendientes modificar esa información almacenada en el campo?
Y siempre mi amado Maestro Bert Hellinger :
El campo es más grande y se refleja en una Constelación Familiar, con lo nó dicho, secretos ,lealtades familiares ,pertenencias al clan etc. Allí en las CF se ve todo : eso lo digo yo

sábado, 23 de marzo de 2024

Todo lo que sube debe bajar primero

 Todo lo que sube debe bajar primero.

Nuestra visión es dinámica y toma en cuenta el ritmo del universo.
Yin y Yang se alternan eternamente.
Y a veces nos cuesta entenderlo.
Tendemos a ver todo fragmentado y ver una cara como el lado bueno y la otra como el lado malo.
Y no queremos el lado malo, sólo el bueno.
Y tratamos de suprimirlo o borrarlo como si fuera un error de la creación.
Esa visión fragmentada se llama dualismo y debemos considerarla como una enfermedad mental porque crea todos los problemas del mundo.
La medicina moderna es dualista; intenta asegurar la salud, ofrece tratamientos para conservar la salud pero ataca con violencia las manifestaciones de la enfermedad.
La salud infinita es un estado de alta energía.
Se trata de energía infinita y si todos tuviéramos energía infinita, fuerza infinita y confianza infinita estaríamos en la gloria.
En la gloria de la salud infinita.
La baja energía es baja función, baja calidad, es depresión; depresión anímica, depresión del sistema inmune, depresión de la capacidad de generar colágeno u hormona tiroidea o insulina o jugo gástrico.
La enfermedad es energía baja, disminuida, deprimida.
Pero la alta energía no puede sino surgir de la baja energía.
Queremos la salud infinita pero sin pasar por la baja energía.
Queremos estar en la cima de la montaña pero sin comenzar en la base.
Queremos atajos, trucos para no experimentar el lado que consideramos negativo o errado.
Salud infinita es energía infinita.
La más alta energía del universo.
Se dice que el amor es la más alta energía del universo.
Y la enfermedad es miedo o la más baja energía del universo.
Yo quiero la salud infinita, la felicidad pero no quiero sufrir, me dijo un alumno hace un tiempo atrás.
Es como querer graduarse como licenciado en leyes pero sin los sacrificios de horas y horas de estudio y horas y horas de privaciones para aprender todos los requerimientos de un abogado excelente.
La energía debe bajar antes de subir.
Para la salud infinita es necesario liberarse de la dependencia de las proteínas animales como base de la nutrición.
Entonces las personas dejan de comer carnes y lácteos y otros alimentos "fuertes" y sienten que se debilitan, bajan de peso o pierden grasa corporal y los familiares los critican diciendo que se están debilitando, que les va a venir anemia.
Pero quien quiera llegar a la salud infinita debe pasar por esto, es decir por un debilitamiento transitorio.
Antes obtenía su energía yang de grandes cantidades de carne, lácteos, pollo y huevos.
Ahora ya no tiene eso y por eso experimenta una etapa de debilidad temporal.
Ahora debe aprender a obtener su yang de los cereales y de las técnicas culinarias macrobióticas.
Debe tomar clases de cocina en buenas escuelas, en las mejores escuelas del mundo, de lo contrario seguirá débil indefinidamente.
Luego si aprende a crear yang de fuentes vegetales será como un gran búfalo o rinoceronte o como un toro salvaje que tendrá un gran poder físico, un cuerpo poderoso y bien desarrollado pero que funciona con yang de origen vegetal.
Entonces su fuerza será ilimitada porque su nutrición vegetal mantendrá permeables todas sus arterias y podrá gozar de salud durante muchísimos años.
Pero los que se empeñan en crear poder físico en base a dietas de grasa y proteína de origen animal, crearán un bloqueo de sus vasos sanguíneos, de sus riñones, de su hígado y acabarán su vida prematuramente como muchos amantes del gym que creen a rajatabla en la superioridad de la carne sobre los cereales completos.
Quien no tiene el valor de pasar por esta crisis inicial debe olvidarse de alcanzar la gloria de la salud infinita.

-Martin Macedo-

miércoles, 20 de marzo de 2024

El silencio

 

El Silencio no es meditar, es una forma de vivir.

Todo nace en el Silencio.

Lo  mejor del Silencio es que te permite vivir sin necesidad de defenderte de nada, pues el único secreto de la vida, es vivirla.

Pareciera que vives en la intemperie, como si andarás descalzo, a flor de piel…  pero en realidad el Silencio te enraíza en los adentros y te hace caminar por la vida como si cada  instante, cada paso,  fuese en  tierra sagrada. Nunca estas fuera de casa.

El Silencio convierte en sagrado cada encuentro, cada respiración, cada palabra. Habitar en el Silencio es habitar en lo  trascendente, o sea, nada es rutinario, todo lo que se vive está impregnado de lo eterno, de ese instante que ya nunca más podrás vivir.

El Silencio  hace que  todo sea intenso,  y vives desde el asombro, tal y como viven los niños, que viven jugando, sin defensa, solo entregándose a la experiencia, de corazón a corazón, desde la total vulnerabilidad.

Quizás lo más maravilloso del Silencio, es que te abre la puerta que conduce  a la presencia de Dios. Y no se trata del Dios omnipotente que desciende de los  cielos, sino de un Dios camuflado en cada rostro, en cada suspiro. El Silencio se eleva por encima de las diferencias y realza la dignidad de cada individuo.

Donde existe Dios, donde existe el Silencio, no hay miedo. El Silencio todo lo acepta, todo lo acoge, todo lo recibe y puedes vivirte, conocerte y mostrarte, sin maquillaje, sin artificio.

El Silencio es  la desnudez.

¿Cuál es el secreto?

Toda verdadera experiencia se inaugura, sólo,  desde la vulnerabilidad del Silencio.

En el Silencio todo es abundancia: es la matriz de la Vida, donde todo es posible.

En el plano de la física cuántica el Silencio es el equivalente del vacío.

Por eso en el  Silencio todo se transforma: la oscuridad en Luz, el caos en Vida, la desesperanza en ilusión, las amenazas en oportunidades.

En el Silencio vives desprotegido, pues no necesitas la identidad de la mente, de una estructura, método o sistema. Ningún pensamiento, creencia o certeza te define o defiende.  Te dejas romper, pues sabes que en la ausencia de justicia y de luz, también está  la Vida.  En el Silencio no necesitas huir ni reaccionar. Ni te ocultas, ni te adaptas. El Silencio es la Verdad.

Solo ante  la autenticidad de tu propia experiencia, de tu presencia, eres libre.

En el Silencio las heridas no son cicatrices, sino adornos. Un corazón remendado en doblemente  hermoso, pues ha experimentado la alquimia del dolor,  transformado en oro.

Y contemplas la Vida como una danza, adentrándote en el Silencio de las almas, y todas son perfectas, y están en el lugar perfecto, en la danza del Vacío.

El verdadero Silencio siempre habla del vacío, el que habita dentro de tus átomos y el del Cosmos que te rodea. ¡La perfecta armonía!!!

Lourdes Tornos

martes, 12 de marzo de 2024

El yin y yan siempre están juntos

 Nuestra filosofía se basa en la comprensión de que yin y yang siempre están juntos.

Son inseparables al punto de que no pueden existir el uno sin el otro.
Yo existo porque tu existes, le dice yin a yang.
Y yo no puedo existir sin ti, de dice yang a yin.
Por eso te amo, porque eres la causa de mi vida.
Yin y yang se aman y cuando uno aumenta el otro también aumenta.
Si uno se enferma el otro también se enferma.
Lo femenino es yin.
Lo masculino es yang.
Observemos una mano, nuestra propia mano; una cara es yang y el dorso de la mano es yin.
Si la palma se lastima, sufre toda la mano, sufre la otra cara.
Porque toda la mano está en peligro.
La mano es un buen ejemplo de yin y yang.
Si la palma se hace hermosa el dorso también lo hará.
Si el dorso recibe luz solar y se pone fuerte, la palma también recibirá este beneficio.
No debe haber conflictos este la palma y el dorso, ni entre hombres y mujeres.
Es como una guerra civil, todo el país sufre.
Todos pierden, nadie gana.
Creen que ganan pero es un gran engaño, una falsa esperanza.
Si los padres pelean los niños sufren.
Si los padres se aman los niños se sienten seguros y los mismos padres estarán felices viendo cómo su amor beneficia a sus hijos.
Yin y yang siempre están juntos, existen juntos, crecen juntos o se destruyen juntos.
Todos tenemos esas dos fuerzas yin y yang.
Todos tenemos un joven y un viejo.
Todos tenemos un sabio y un tonto.
Todos tenemos un oriental y un occidental.
Todos somos maestros y al mismo tiempo discípulos.
No podemos dejar de ser tontos ni dejar de ser débiles.
Si elimino de mi vida el pecado también elimino la virtud.
Porque sin pecado no hay virtud.
Sin tonterías no puede haber sabiduría.
Tampoco enfermedad y salud.
Todos somos sanos y enfermos al mismo tiempo.
Masculinos y femeninos al mismo tiempo.
Lo que cambia de uno a otro es la proporción.
Todos somos un poco tontos; aunque lo escondamos no podemos evitarlo.
El problema es cuando somos demasiado tontos.
O demasiado débiles.
Porque yin y yang no están en equilibrio, sino que cambian todo el tiempo, como la luz y oscuridad del cielo a lo largo del día.
Los grandes vendedores apelan a ese lado tonto que todos tenemos para vendernos sus invenciones.
Nos venden la idea de que necesitamos colágeno.
Que nuestro nivel de B12 está muy baja.
Necesitamos complejo B, magnesio, vitamina D y que necesitamos bajar el colesterol.
Nuestro lado tonto se deja convencer y compramos todo eso en la farmacia durante toda nuestra vida.
Pero no debemos ser tan tontos.
Porque nuestro lado inteligente nos muestra claramente que todo esto es creado por nuestro cuerpo, por nuestra biología a través de la naturaleza, el alimento de calidad y nuestras actividades.
Como todos somos un poco tontos estas industrias nos venden lo que no necesitamos.
Pero cuando la proporción de razón e inteligencia sea mayor, dejaremos de consumir falsificaciones de todo aquello que nuestra biología provee en cantidad y calidad infinitas.

-Martín Macedo-