Existen por lo menos cuatro posibilidades para tomar decisiones en
una organización
1.
Una persona decide (o se delega la decisión a una comisión): Se trata de decisiones rápidas y suaves
Beneficios
·
El grupo otorga la autoridad a una persona o a una
comisión en quien confían.
·
Puede ser más eficiente y eficaz.
·
Es más práctico cuando los miembros no quieren asumir
responsabilidades o se trata de temas “menores”.
Limitaciones
·
Quien decide puede no tener toda la información o no
contar con la capacidad técnica para tomar decisiones con efectividad.
·
Los miembros no consultados no se sienten
implicados y pueden, posteriormente, no colaborar para implementar la decisión
tomada y/o boicotear el desarrollo de la actividad.
2.
Votación: Muchos miembros
participan aportando informaciones y opiniones
Beneficios
·
Decisión colectiva (previamente a la votación todos
se sienten implicados y responsables de la decisión).
·
Relativamente rápida y eficaz.
Limitaciones
·
Puede polarizar al grupo y promover una dinámica “gano-pierdo”.
·
Se discute y puede haber enfrenta-mientos entre los
que están en desacuerdo.
·
Hay un sentí-miento de vencedores y vencidos (puede
ser por un solo voto).
·
Los que pierden pueden boicotear, o simplemente no
colaborar, con lo que no se llegará donde se quería.
·
Puede haber personas que no participen en ningún
momento.
3.
Consenso: Se busca una opción en la que
todo el mundo se sienta representado aún en un mínimo.
Beneficios
·
No hay perdedores absolutos.
·
Se tienen en consideración las opiniones,
informaciones y experiencias de todos, también las de la minoría.
·
Todos participan.
·
La actitud de los participantes es “¿cómo hacer
para que ganen todos?”
Limitaciones
·
Llegar a un consenso requiere tiempo, organización
y una capacidad y colaboración significativa por parte de los participantes, lo
que implica un aprendizaje mínimo en la interacción grupal, es decir, habilidad
y experiencia de los implicados en conversaciones eficientes y efectivas.
·
No permite decisiones rápidas.
4.
Unanimidad: En
la unanimidad, el 100 % de las personas del grupo (cooperativa) requieren estar
de acuerdo.
·
Unanimidad vs consenso
Para empezar
conviene no confundir los términos de la unanimidad y consenso, ambos términos
no son lo mismo. Para que haya unanimidad,
todas las personas del grupo requieren estar de acuerdo.
Esto implica
que cualquiera puede vetar la decisión (está es la clave de la
unanimidad), Cualquiera que entienda que sus intereses no están
representados, puede mantener abierta la discusión tanto
tiempo como se requiera.
Así que, si nos
comprometemos a tomar acuerdos por unanimidad también nos comprometemos a que
las discusiones se puedan alargar, hasta que todos estemos de acuerdo.
El consenso es diferente. El
consenso es el proceso para llegar a una decisión de grupo, un proceso que
debe concluir con que la decisión final «nos
representa».
·
El desafío de llegar al consenso por
unanimidad
El principal y el
más común es que transcurra el tiempo y no haya unanimidad, entonces se llega a
una situación de bloqueo. Transcurre el tiempo y a alguien le toca cerrar la
reunión, típicamente, esa persona tomará la propuesta mayoritaria, y ya no
habrá una decisión por unanimidad.
Ante esta
situación, la gente se puede sentir engañada, es como haber cambiado las reglas
en mitad de la partida, hemos empezado «siendo muy participativos» y hemos
terminado como siempre, que “decide uno o la mayoría”.
·
El desafío de las votaciones
Otra manera de
llegar al consenso, y modificar el acuerdo por unanimidad, es mediante la
votación. Típicamente, votos a favor,
votos en contra, y un acuerdo para tomar una decisión, por ejemplo, mayoría,
tres cuartas partes del grupo votan «sí», o lo que se acuerde.
Esto rompe la idea
de la unanimidad pura, pero suele recortar los tiempos para tomar una decisión
de grupo. El desafío a superar de usar sólo «si» o «no», en una votación,
frente a una decisión, es ese, que sólo hay dos opciones.
Sólo bajo el «sí»,
puede haber un «sí totalmente», un «bueno sí, sino hay más remedio», etc. Y lo
mismo pasa con el «no» en términos absolutos.
Les
presento un camino interesante para resolver lo anterior aplicando la técnica
de «los gradientes para llegar a
acuerdos».
·
Gradientes para escalar acuerdos
La
idea de los gradientes es romper el flexibilizar los consensos por unanimidad y
no caer en el uso de votaciones sólo con «sí» y «no». Y lo que plantea es que, frente a una
propuesta, podamos elegir entre los siguientes:
1.
Lo apoyo de corazón, frase típica…« ¡Me
gusta mucho!».
2.
Lo apoyo con alguna observación, «No es
perfecto, pero es lo suficientemente bueno».
3.
Lo apoyo con reservas, «Puedo vivir con
ello».
4.
Me abstengo, «No me afecta».
5.
Requerimos discutirlo más, «Todavía no
lo entiendo».
6.
No me gusta, pero lo apoyaré, «No es
genial, pero no quiero que el grupo esté más tiempo discutiendo».
7. En total desacuerdo,
«No estoy de acuerdo con esto, no cuentes conmigo».
8. Veto:
«Bloqueo la propuesta».
Esta
es la propuesta original de la técnica. Algunos grupos quitan opciones para
poder llegar a una decisión más rápido.
-
Una manera de usarlos es pintar la escala de
números en un sitio visible y, frente a una propuesta, contar cuantas personas
están en cada número.
-
También puedes establecer reglas del tipo,
«aceptamos la propuesta sino hay más de n votos en los gradientes 7 y 8».
-
También puedes hacer rondas, una primera ronda,
sacar como queda el gradiente, exponer nuevas ideas y volver a hacer otra
ronda.
-
Entre otras posibilidades que se pueden proponer.
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