viernes, 24 de febrero de 2012

La retroalimentación

La RETROALIMENTACIÓN es la "información brindada por un ser humano a otro ser humano o, a un equipo de seres humanos sobre lo que, equivocado o no, vibra, ve, siente y le genera una experiencia que, lo encanta, lo desencanta o le genera indiferencia". 

En la retroalimentación, quien la recibe o quienes la reciben, tiene o tienen dos opciones: CONVERTIRLA EN TESORO PARA SU VIDA O DESCARTARLA. Imaginemos un mundo rodeado de espejos con la tarea de informarme aspectos de mi persona. Toma algún elemento y lo refleja, ve mi forma de actuar y me entrega su juicio, observa mi estar en el mundo y me va señalando el camino que estoy transitando. 

Es lo que, en el acierto o en el error, ese espejo (representado por una persona) está viendo y sintiendo de mi persona. Siendo así puedo convertir en tesoro esta información e integrarla a mis propios esquemas de decisión, y seguramente se reflejaran en un creci-miento personal. 

Puedo descartar esta información y la oportunidad de conocer un poco más de mi persona la dejo ir; desde mi interpretación, dicha decisión, seguramente tomada desde la ignorancia, el miedo, la inseguridad, el orgullo, fue totalmente torpe, perdí el instante de sabiduría que encierra la palabra para conocerme un poco más y aprender y cambiar.

Para que la retroalimentación sea efectiva y funcione y no se convierta en energía que genere reactividad en el ser humano que lo está recibiendo, es determinante que esta técnica de retroalimentación sea una petición de quien lo recibe, sino en un 100%, en un porcentaje alto que le permita saborear el valor de esta técnica maravillosa, concreta, pragmática y efectiva para generar luz en la vida de los seres humanos, hasta que la adopte totalmente y para siempre. Por otro lado para que esta petición se traslade y se encamine de forma eficiente, es fundamental encontrarle el valor, el para qué y sobre todas las cosas validar al ser humano al que se le pide retroalimentación.

Y para que este mecanismo cumpla su objetivo, es esencial el motivo interior de quién expone su información. Cuando el MOTIVO INTERIOR es de CONSTRUCCIÓN, desde una inquietud de Luz (vs. un motivo interior de destrucción, de oscuridad, de venganza), se traslada una vibración tan potente que, independientemente de que, lo que esté recibiendo sea información incómoda, esa inquietud de construcción y de Luz, indefectiblemente provoca una diferencia, genera un impacto en quien la recibe y en consecuencia, posiblemente, en una cambio en su vida.

Cumpliendo los requisitos anteriores la técnica de la retroalimentación se aplica en diferentes situaciones de vida, entre los miembros de la familia, en la pareja, entre amigos, en el ámbito laboral, en toda relación donde exista respeto y la voluntad de crear valor y crecer como ser humano. Quien aporta información:

- lo hace sin guardarse nada (si te guardas algo, estás estafando a la persona privándola de su poder de elección); 
- con total respeto (por ejemplo faltamos el respeto teniéndole lástima y subestimando a la persona); y
- sin especular (por ejemplo especulamos cuando escondemos información para lucir "bien").

Existen varios grados en la profundidad de la retroalimentación. Se puede iniciar respondiendo a las siguientes preguntas:

- "Lo que veo de ti es...
- "Lo que siento de ti es....
- "Lo que no me funciona de ti es...
- "Lo que me separa o aleja de ti es ... 
- "Lo que interpreto no te funciona y te separa de tu máxima posibilidad es...

Una vez que hayamos experimentado esta técnica (que es más que una técnica, es una forma de pararse en la vida; desde la responsabilidad, con ganas legitimas de aportar valor a tu vida y a la vida del otro, de correrte de la mediocridad del que dirán, y de la pregunta aburrida ¿y si se molesta con lo que le estoy informando?...) y podamos escuchar sin prejuicios, sin justificar, sin fundamentar, sin argumentar, solo escuchar con el corazón, agradeciendo profundamente cada palabra que entra en mi conciencia, se puede indagar sobre aspectos más profundos por ejemplo aspectos que hacen a la Integridad o Desintegridad. En este último nivel se requiere fundamentar y argumentar con total responsabilidad los juicios que le entrego a quien me solicita la información. 

La retroalimentación no se realiza desde:

- un juicio moral (planteando la dicotomía lo que esta "mal" o "bien" o "bueno" o "malo");
- un "endulzar" para quedar "bien";
- el consejo o recomendación;
- lo que tiene que hacer;
- decir lo que es, "lo que eres" ya que nunca somos, siempre ESTAMOS SIENDO

La motivación interior es de construcción, creci-miento, Luz  y se hace de una manera amorosa, con respeto, responsabilidad y compromiso, sabiendo que tenemos en nuestras manos el mayor tesoro que podemos regalarle a un amigo, a una compañera, a un hijo, a un colega para aprender, crecer y cambiar. 


RETROALIMENTACIÓN: EL MAYOR TESORO PARA APRENDER, CRECER, CAMBIAR, TRANSFORMAR.

viernes, 17 de febrero de 2012

Apego - Desapego

El apego no es una condición limitante, por el contrario es una condición vigilante, expansiva, que nos libera de algo que impide en nosotros el contacto con el alma, ese algo es el miedo de la libertad. 

Tenemos apego cuando tenemos miedo de la libertad. Es la falsa idea que algo nos pertenece. 

Tenemos apego cuando perdemos el poder interior. 

Tenemos apego cuando nos volvemos dependientes de una persona, de un evento, de una circunstancia; inclusive de la religión como una muleta exterior, no como un punto de apoyo interior. 

El apego nos hace perder el poder, porque nos hace perder el punto de apoyo interior y este es autonomía. 

La autonomía es la condición del alma, del contacto de la personalidad con el alma. 

Solamente cuando seamos autónomos, nos aceptemos, nos reconozcamos, tengamos autonomía interior y seamos nosotros mismos; entonces recién el alma podrá anclarse en nuestro vehículo. 

Nosotros somos fundamentalmente el alma que utiliza la personalidad. 

Pero el alma es virtual, es potencial, es como un futuro incierto cuando nosotros no somos libres. El alma solo se puede asentar, en medio de la libertad. 

El apego limitante lo llamamos rechazo o aversión. 

Estamos apegados a una emoción que volvemos resenti-miento. Y el resenti-miento como una forma de aversión es el peor de los apegos. 

El apego no solo es la dependencia de otro, el apego siempre es la dependencia de una emoción. 

Los apegos se dan en el campo emocional o en el campo astral; que es el campo de las emociones. 

En ambos casos nos separamos; porque no hay peor separación, que la de la proximidad física, cuando no hay libertad.

Puede que estemos muy juntos y muy cerca. 

Puede que nos besemos, puede que nos abracemos, puede que ocupemos el mismo techo, pero si la relación se basa en el apego, estamos profundamente separados en nuestra esencia. 

Mientras más cerca esté nuestros cuerpos y nuestras personalidades; si hay apego, más lejanas están nuestras almas. 

Mientras más cerca estemos, más prisioneros somos el uno del otro, si la relación es de apego. 

Una relación es de apego si produce sufri-miento; no hay sufri-miento, sin apego. La condición del sufri-miento es el apego. 

Tú puedes irte o puedes quedarte; pero si yo sufro es porque estoy apegado y si estoy apegado a ti es porque estoy inseguro de mí, porque "necesito" un punto de apoyo exterior. 

Si estoy apegado a ti, es porque estoy inseguro de mí. Si yo estoy apegado a ti estoy violando tu libertad, si tú estas apegado a mí, entonces también estas violando mi libertad. 

No confundir desapego con indiferencia. Paradójicamente se trata del mayor compromiso, el "apego" a la libertad del otro y en consecuencia mi libertad, son dos libertades que deciden caminar juntos.

De tal manera que la mejor manera de unirse es paradójicamente liberarse. La mejor manera de encontrarse es desaparecerse. La mejor manera de no rechazarte es aceptarme a mí mismo. 

Así se pueden ver las paradojas que se dan en una relación que tiene como punto de partida la reflexión; yo me miro y me observo en un espejo, pero yo me miro y me observo en un espejo que eres tú. 

Aquellas cosas a las que yo me apego son esas inseguridades y vacíos interiores que tengo. 

De manera que te estoy utilizando en la relación como un instrumento para compensar mis carencias. 

La relación no es un instrumento para compensar carencias, sino es un instrumento de liberación.

Si yo te "necesito" (vs te requiero) a ti para llenar mis vacíos, pobre de ti y de mí, porque te voy a atrapar en la prisión de mi vacío. 

Si tú me "necesitas" solo para compensar tus vacíos en la relación, no me vas a dar más que tu carencia, tu sombra y tu pobreza. 

No me vas a regalar lo mejor de ti mismo que es tu riqueza y todas aquellas cosas que ya has afirmado, aquello que traes para regalarle al mundo desde tu propio corazón.

Nicolás Sosa 

El Poder del Perdón

El primero en pedir perdón es el más valiente . El primero en perdonar es el más fuerte. El primero en olvidar es el más feliz - Sri Ravi Shankar-

Perdona a todos y perdónate a ti mismo, no hay liberación más grande que el perdón; no hay nada como vivir sin enemigos. Nada peor para la cabeza, y por lo tanto para el cuerpo, que el miedo, la culpa, el resenti-miento y la crítica (agotadora y vana tarea), que te hace juez y cómplice de lo que te disgusta” - Facundo Cabral-

Es redundante afirmar que nuestra mamá y nuestro papá son las dos personas que más incidencia tienen en nuestra vida, en mi vida, en tu vida. No hay duda de que si hubieran sabido hacerlo de otra manera, estableciendo una relación amorosa y educativa, más efectiva, lo hubiesen hecho y de que hicieron lo que sabían hacer -seguramente reproduciendo su propia experiencia- y que toda torpeza en sus acciones fue producto de su ignorancia y no por la falta de amor. 

El alma de un niño/a elige a sus padres, selecciona la familia apropiada en la cual va a nacer, antes del momento de la concepción. Tú elegiste a tus padres yo elegí a mis padres, tus hijas también te eligieron, mis hijos me eligieron a mí. Todos nos elegimos unos a otros porque sabíamos de antemano qué equipaje traería cada uno a la mesa. Y ese equipaje tiene un solo gran propósito: desencadenar reacciones dentro de ti, aquellas que te dan la oportunidad de elevarte por encima de ellas y crear “milagros”, ese ser único e irrepetible que somos cada uno de nosotros, capaz de realizaciones maravillosas y llegar a ser lo que efectivamente vinimos a ser al mundo, dando cumpli-miento plenamente a nuestra Misión.

La dificultad es que la mayoría de las veces reaccionamos primitivamente, respondemos, devolvemos el golpe y dejamos que todos nos provoquen (nuestros padres y todo personaje que atraemos a nuestra vida) y reaccionamos torpemente, nos encerramos, enjuiciamos, sufrimos, nos confundimos. Y así nada cambia. Los “milagros” suceden y tú y yo “culpamos” a nuestros padres, “culpamos” al mundo de nuestro pesar. 

Pero no tiene nada que ver con nuestros padres ni con el mundo. Nuestros padres están en nuestra vida para que tú y yo traspasemos lo que vinimos a traspasar a esta dimensión. Tú los elegiste, yo los elegí. No saber esto y eventualmente ignorarlos, pelearnos o distanciarnos -de nuestros padres- es la torpeza mayor que podemos ejecutar los seres humanos. Cuando lo hacemos no estamos comprendiendo de qué se trata el “rompecabezas” de nuestra vida y estamos cada vez más alejados de armarlo. 

En esta relación el acto declarativo del perdón juega un rol sanador. Generalmente, la declaración del perdón solemos expresarlo frecuentemente en forma de petición. Decimos “Te pido perdón”. Con ello hacemos depender la declaración “Perdón” que hace quien asume responsabilidad por aquellas acciones que lesionaron al otro, del acto declarativo que hace el supuesto lesionado al decir “Te perdono”. Ambos actos son extraordinariamente importantes y no es bueno subsumir el primero en el segundo. 

Lo importante de mantenerlos separados es que nos permite reconocer la eficacia del decir “Perdón” con independencia de la respuesta que se obtenga del otro. Es decir, la responsabilidad que nos cabe sobre nuestras propias acciones no la podemos hacer depender de las acciones de otros. El perdón del otro no nos exime de nuestra responsabilidad. El haber dicho “Perdón”, aunque el otro no nos perdonara, tiene de por sí una importancia mayor y el mundo que construimos es distinto –independientemente del decir del otro- según lo hayamos o no declarado. Muchas veces el declarar “Perdón” puede ser insuficiente como forma de hacernos responsables de las consecuencias de nuestras acciones. La mayoría de las veces, además del perdón, requerimos asumir responsabilidad en reparar el daño hecho o en compensar al otro. Pero ello no disminuye la importancia de la declaración del perdón. 

El segundo acto declarativo asociado con el perdón es “Te perdono”, “Los perdono” o simplemente “Perdono”. Este acto es diferente del decir “Perdón”. Cuando alguien no cumple con lo que nos prometiera o se comporta con nosotros de una manera que contraviene las que consideramos que son “legitimas expectativas” (diferente a meros caprichos), muy posiblemente nos sentiremos afectados por lo acontecido. Más todavía si, luego de lo sucedido, la persona responsable no se hace cargo de las consecuencias de su actuar o de su omisión. Cuando sucede esto la mayoría de las personas decide sentirse "víctimas"de una “injusticia” y caemos en el RESENTI-MIENTO.

Al caer en el resenti-miento, nos hemos puesto en una posición de dependencia con respecto a quien hacemos responsable. Este puede perfectamente haberse desatendido de lo que hizo. Sin embargo, nuestro resenti-miento nos va a seguir atando, como esclavos, a ese otro. Nuestro resenti-miento va a carcomer nuestra paz, nuestro bienestar, va probablemente a terminar tiñendo el conjunto de nuestra vida y cargaremos, como piedras en una mochila, ira, bronca, rencor, resenti-miento, toda emoción oscura y limitante. El resenti-miento nos hace esclavos de quien culpamos y, por lo tanto, socava no sólo nuestra armonía y bienestar, sino también nuestra libertad como personas. 

Perdonar no es un acto de gracia para quien nos hizo daño, aunque pueda también serlo. Perdonar es un acto declarativo de LIBERACIÓN PERSONAL. Al perdonar rompemos la cadena que nos ata al "victimario" y que nos mantiene como "víctimas". Al perdonar nos hacemos cargo de nosotros mismos y resolvemos poner término a un proceso abierto que sigue reproduciendo el daño que originalmente se nos hizo. Al perdonar reconocemos que no sólo el otro, sino también nosotros mismos, somos ahora responsables de nuestro bienestar. 

El perdón implica ofensa, es decir que para que alguien pueda perdonar, primero tiene que haber sido ofendido, pero como nadie tiene el poder para ofender a nadie a menos que uno le haya dado ese poder, resulta que, paradójicamente, el perdón nunca debería recaer sobre la persona que supuestamente nos ofende sino, en todo caso, sobre uno mismo, por haberle dado tan neciamente cabida a la ofensa. Cada uno crea sus propios estados de ánimo, o, expresado de otra manera, "los hombres no se perturban por causa de las cosas, sino por la interpretación que de ellas hacen" (Epícteto). El ofensor, por lo tanto, siempre es uno mismo: te ofendes porque te ofendes. De ahí que cuando alguien perdona una ofensa, lo único que está haciendo, en realidad, es desligarse de la responsabilidad que le cabe por ser su propio ofensor para trasladarla a otro, salvo que, junto a la declaración del perdón, asuma la responsabilidad total de su estado de ánimo y de su correspondiente transformación.

Le otorgamos a las palabras un poder que resulta en cierta medida ficticio para alterar nuestro ánimo. Es una autoridad inventada porque las palabras no tienen más potestad sobre nosotros que la que nosotros mismos decidimos otorgarle. Ninguna palabra debería tener el poder para ofender a nadie, a menos que uno mismo le haya dado ese poder . Y si le hemos dado poder a determinadas palabras para que quien las pronuncie nos ofenda, la única alternativa que nos queda es retirarles el poder que nosotros mismos les hemos dado. ¿Puede haber algo más paradójico que darle poder a determinadas palabras para ofendernos y luego echarle la "culpa" a quien las pronuncia?.

El tercer acto declarativo asociado al perdón es, esta vez, no el decir “Perdón”, ni tampoco el perdonar a otros, sino PERDONARSE A SÍ MISMO. Esto no nos exime de la responsabilidad por nuestras acciones y nos evite actuar para hacernos cargo de lo que hicimos. Perdonarse a si mismo parte del reconoci-miento de que en el pasado actuamos desde condiciones diferentes de aquellas en no encontramos en el presente y que hoy, somos capaces de ver, analizar y modificar responsablemente las decisiones y sus consecuencias. El perdón a sí mismo tiene el mismo efecto liberador del que hablábamos anteriormente y hacerlo es una manifestación de amor a si mismo y a la propia vida. 

Por todo lo dicho nuestras posibilidades para generar resultados extraordinarios, disfrutables y a largo plazo, mientras sigamos cargando con emociones limitantes, ya sea hacia los demás o hacia nosotros mismos, son escasas. No tiene que ver con la otra persona o las otras personas cuando hablamos de PERDONAR A OTROS, tienen que ver contigo, conmigo, con cada uno, te hayan hecho lo que te hayan hecho, hayas recibido, lo que hayas recibido, pueden ser todas torpes interpretaciones de las palabras o acciones que recibiste. Pero en definitiva no lo estás haciendo por las otras personas, lo estás haciendo por ti, para ti, para que esa internalización, que luego se transforma en declaración, juegue para ti y abra el mundo para ti. Ya sabes que si lo recibiste, es porque tú lo trajiste a tu vida. Y esta certeza también es un disparador para decidir tomar la decisión interna de PERDONAR y de LIMPIAR y asumir la RESPONSABILIDAD de tu propia vida. 

“El perdón es la llave a la acción y libertad” Hannah Arendt

Te invito a generar acciones, en primer lugar con tus padres (luego con todas las personas que interpretes son generadoras de emociones limitantes) . No esperes al último minuto de vida de tus padres (y de toda persona que has generado en tu vida) para conectarte con ellos, para decirles todo lo que tu corazón quiera decirles, para abrazarlos, para sentirlos, para "PERDONARLOS", para AMARLOS, para COMPARTIR. TU LO ELEGISTE, DISFRÚTALOS!!!.

"El perdón es una decisión, no un senti-miento, porque cuando perdonamos no sentimos más la ofensa, no sentimos más rencor. Perdona, que perdonando tendrás en paz tu alma y la tendrá el que te ofendió." -Madre Teresa-

viernes, 10 de febrero de 2012

Dador o Quitador dos formas de ser

Hoy, durante una actividad recreativa y observando las diferentes actitudes y los comporta-mientos de los integrantes del grupo participante me preguntaba: ¿que determina que una persona decida ser DADOR (recibe para compartir) o un QUITADOR (recibe solo para sí mismo)?. 


Algunas personas se mantienen en un silencio reflexivo y sólo recurren a la pregunta oportuna e inquieta cuando lo requieren y están atentos incondicionalmente a servir a otros cuando ve que es preciso dar una mano, otros preguntan retóricamente y permanentemente están llamando la atención, procurando ser servidos, por el docente u compañeros, buscando algo a cambio; a mi, por lo menos, esta actitud me aburre. 


Por eso me dispongo a pensar sobre este tema, partiendo de una premisa: quien toma un camino u otro, lo toma por decisión, elige ser dador o quitador. También se puede interpretar que estas formas de pararse en el mundo son hereditarias, viene en el ADN de la persona, puede ser, el asunto que están ahí y marcan dos formas de actuar, y siempre en último término tu decides cuál de las dos se alinea a tu forma. Definamos, en primer término, que entendemos por una persona con características DADORAS y que entendemos por una persona QUITADORA. 

Un ser humano DADOR a aquel ser humano que llega a un lugar, conecta, mira, elige y toma acción desde una única pregunta que se hace...¿que está faltando aquí y qué tengo yo para contribuir, para compartir o intervenir en esto que está faltando...?.

Y un ser humano TOMADOR o QUITADOR como aquel ser humano que tiene como protagonista al EGO y la OSCURIDAD, tiene una forma escasa de pararse en la vida. Recibe únicamente para si mismo. 

Viajando en un lleno y sudoroso transporte colectivo observo a una mamá con una hija de aproximadamente 5 años sentada con ella (que mantenía un vínculo agresivo con su mamá y también supongo era su hermanito) y un niño menor de aproximada 3 años que viajaba en su falda. El niño con un llanto forzado, aparentando estar caprichosamente afligido tendía a subirle la blusa a su madre procurando tomarla del pecho y mamar. La madre dudaba en acceder a este pedido. Descendí antes de presenciar el resultado final. Seguramente y solo a modo de hipótesis, ese niño, si esta actitud se repite en otras situaciones, es un potencial tomador, pide caprichosamente y se le da sin límite. 

Un ser humano dador es responsable y se compromete de manera incondicional. No asume el papel de víctima, no apela a la "culpa", no especula, no se queja, simplemente se compromete con el otro y con la situación y acciona. Parte del principio de la abundancia, un mundo donde hay de todo para todos en el universo. Actúa desde el ganar-ganar. Una de las consecuencias de un ser humano dador es que naturalmente se vuelve en un ser confiable, puedes contar con el incondicionalmente. No recurre, para eludir la responsabilidad, a  la queja o justificación torpe y aburrida. 

Una persona tomadora recibe únicamente para si mismo. Se para desde el ganar-perder. Para que yo gane (parándose desde la limitación y escasez) tu tienes que perder. Está claro que no confía en nadie, ni siquiera en él mismo y los demás no confían en él. Tiene miedo de decir que no, tiene miedo de opinar, un constante miedo al rechazo. A menudo suelen preguntar ¿qué voy a recibir yo a cambio?. Este tipo de personas especula siempre con esta pregunta y piensa "si no me das el equivalente a lo que te aporto no muevo un pelo, por lo menos aspiro a que me reconozcas, que me agradezcas?. Tienes que saber que si eres condicional, acabarás con personas en tu vida que son condicionales.

Lo único que requerimos desear a cambio es nuestra propia Luz, nuestra propia realización, también a nivel profesional. Eso significa que, si estás en relación, simplemente da y no te preocupes por lo que obtienes a cambio. Cuando damos con nuestro corazón, la energía retornará a nuestras vidas. No importa si el retorno viene de esa persona o de alguna otra, si es ahora y es nunca. Si queremos Luz requerimos actuar como la Luz. Una forma de hacerlo es dando incondicionalmente. Quieres Luz opta por ser Dador!!!!

El cuerpo consiste totalmente en nuestro deseo de recibir y el alma es el deseo de compartir. El camino espiritual radica en asegurarnos de que nuestras acciones provengan desde el punto de vista del alma. ¿Cómo sabemos si nuestras acciones provienen del alma?. No es fácil, no tenemos intenciones ocultas y no estamos pensando solo en nosotros -Yehuda  Berg-


Daniel Corsino-

jueves, 9 de febrero de 2012

Creando oscuridad en mi vida (el camino de la "desintegridad")

Formas de crear oscuridad en mi vida
El siguiente listado es una primera aproximación a un conjunto de actitudes que contribuyen a crear oscuridad en la vida de las personas. Está abierta a nuevos aportes.
  • Quedándome únicamente con la lectura del mundo físico.
  • Parándome en la creencia de la escasez y limitación del Universo.
  • Creyéndome efecto (y no causa).
  • Frivolizando.
  • Enjuiciando. 
  • Criticando. 
  • Manipulando. 
  • Imponiendo.
  • Especulando. 
  • Maltratando.
  • Culpándome.  
  • Subestimándome (subestimar a la gente)
  • Condicionando.
  • Insultando.
  • Violentando.
  • Racionalizando todo. 
  • Desconfiando.
  • Rompiendo mi palabra. 
  • Suponiendo. 
  • Tomándome las cosas personalmente. 
  • Callándome.
  • Dejándome herir e incomodar por el otro.
  • Aburriéndome
    • la monotonía y el aburrimiento nacen de saber que no he alcanzado o he abandonado para mi la total expansión espiritual.
  • Enojándome. 
  • Quejándome. 
  • Justificándome.
  • Conformándome. 
  • Sufriendo. 
  • Vengándome. 
  • Mintiéndome (y mintiendo).
  • Engañándome (y engañando). 
  • Matando (física y/o con la palabra).
  • Robándome (y robar). 
  • Estafándome (y estafando).
  • Aflojandome.
  • Apagándome. 
  • Congélandome.
  • Robotizándome.
  • Cruzándome de brazos. 
  • Reaccionando reactivamente ante los sucesos externos. 
  • Actuando desde mi instinto e impulsos primarios.
  • Buscando la satisfacción y el placer temporal y la supuesta "felicidad", efímera. 
  • Siendo avaro. 
  • Preocupándome por los efectos, síntomas y reacciones. 
    • Victimizándome de las acciones de otras personas y de circunstancias externas provocadas por lo que creo es la acción del “azar”.
  • Quedándome únicamente en los conceptos de "casualidad", "accidentes", "enfermedades", "robos"...sin ver en cada evento una señal para profundizar e ir a fondo con el origen de los mismo. 
  • Queriendo tener la razón. 
  • Encaprichándome.
  • Luciéndome. 
  • Deteniéndome por miedo. 
  • Evitando el dolor. 
  • Teniéndome -teniendo-  lástima.
  • Complaciéndome (siendo complaciente).
  • Chismorreando (criticando a un tercero en ausencia de él). 
  • Juzgando. 
  • Corrompiéndome.
  • Compitiendo.
  • Subestimándome (subestimando).
  • Degradandome (degradando).
  • Trabajando en algo que no me gusta.
  • Moviéndome por el ego o por el dinero o por el placer. 
  • Haciendo dinero a costa de cualquier precio.
  • Parándome desde el ganar-perder.
  • Comerciando productos nocivos para la salud de los seres humanos.
  • Vendiendo y consumiendo productos nocivos para la madre tierra. 
  •  
     
  • Alimentándome con cadáver.
  • Protegiéndome y usando prendas de origen animal. 
  • Recibiendo únicamente para mí mismo/a. 
  • Escuchando solamente a mi Ego. 
  • Manipulando
  • Controlándome (controlando).
  • Peleando
  • Discutiendo
  • Gritando
  • Compartiendo una relación solamente por conveniencia, comodidad o por no querer estar solo. 
  • Estar con otra persona que no sea tu pareja si el acuerdo establecido establece que eso no es una opción.
  • Omitir lo que realmente piensas y sientes por una persona a la que quieres.
  • Quedándome en estados emocionales limitantes:
    • Celo
    • Odio
    • Ira
    • Miedo
    • Pesimismo
    • Melancolía
    • Depresión
    • Ansiedad
    • Angustia
    • Desesperanza
    • Resentimiento
    • Rencor
    • Irritabilidad
    • Desprecio
    • Iracundia
    • Hipocrecía
    • Impotencia
    • Esclavizandome
    • Remordimiento
    • Desinterés
    • Apatía
    • Lástima
    • Desconexión
    • Violencia
    • Rigidez
  • Quedándome en mi zona de “comodidad”. 
  • Siendo "correcto" cumpliendo "únicamente" con los mandatos familiares y sociales tradicionales (casarme, estudiar, comprar una casa, adquirir un auto, viajar, etc.).
  • Yendo por caminos "fáciles" y conocidos. 
  • Haciendo cosas desde "yo tengo que".
  • Observando la vida pasar ante mis ojos. 
  • Desconetándote de tus hijos y no hacerte responsable por ellos hasta su mayoría de edad.  
  • Prostituyendote (sexualmente, materialmente, laboralmente, efectivamente y de todas formas en que te estás vendiendo por dinero)
  • Comiendo del “Pan de la Vergüenza”, definido por las emociones que nos restan cuando obtenemos lo que tenemos sin haber hecho el esfuerzo (a nivel económico, afectivo, etc.).

Hacia el camino de la Integridad: Creando Luz en mi vida

 
La siguiente lista son un conjunto de actitudes que contribuyen a crear Luz en la vida de la personas.
  • Creyendo en el Orden Absoluto del Universo. 
  • Creyendo en la Perfección e Infinita Luz Espiritual y del Universo. 
  • Creyendo en la Abundancia del Universo. 
  • Sabiendo que los seres humanos estamos conectados en un nivel más profundo de la realidad inmediata y física.  
  • Transformando nuestra naturaleza basada en el ego y auto centrada a una verdadera naturaleza altruista.
  • Siendo causa de todo lo que recibo.
  • Teniendo la certeza que todo lo que recibo soy el yo que lo estoy generando.
  • Ubicándome desde la INTEGRIDAD TOTAL.
  • Parándome desde la RESPONSABILIDAD EXTREMA. 
  • Buscando la máxima elevación espiritual. 
  • Haciendo uso del "libre albedrío". 
  • Buscando mi transformación total.
  • Honrando mi palabra y compromiso.
  • Haciéndome cargo de las promesas no cumplidas.
  • Re negociando, en el momento adecuado, los acuerdos no cumplidos.
    • Cuando hacemos un compromiso, creamos una vasija espiritual, y una energía automáticamente viene para llenar esa vasija. Experimentamos esa luz como la buena sensación que sentimos cuando hacemos una promesa. 
      Allí yace el problema. Obtenemos la Luz por simplemente tener la intención. Pero cuando no cumplimos con nuestros compromisos, obtenemos la Luz de igual modo, sólo que no hay vasija para contenerla. Entonces esa energía cae en un agujero negro. Es aquí cuando las cosas empiezan a salir mal.
      La solución es simple. Cumple con tu palabra, o no la des.
  • Siendo coherente (congruencia entre lo que pienso, digo y hago).
  • Sabiendo que hay una lectura metafísica que trasciende el mundo físico.
  • Mirando el mediano y el largo plazo. 
  • Restringiendo mi deseo de gratificación instantánea.
  • Estirando lo que creo genera valor en mi vida.
  • Adueñándome de mi vida.
  • Protagonizando mi vida.
  • Siendo el arquitecto /la arquitecta de mi destino.
    • Los grandes son simplemente quienes han sido capaces de enfrentar y cumplir con su destino -Moisés-
  • Disfrutando.
  • Ubicándome desde mi originalidad, y como ser único e irrepetible.
  • Estableciendo metas profesionales y personales ambiciosas, luchando por llegar a la mejor versión de mi persona en tanto persona. 
  • Dispuesto a pagar los precios emocionales que requiero pagar. 
  • Reconociendo mis talentos y virtudes.
  • Participando pro activamente (con responsabilidad y ambición). 
  • Interviniendo cuando requiero intervenir. 
  • Recibiendo retroalimentación como tesoro.
  • Siendo espejo directo y honesto.
  • Respondiendo con habilidad e inteligencia ante todo lo que recibo. 
  • Estudiando.
  • Exponiéndome. 
  • Arriesgándome. 
  • Involucrándome en cada desafío que genero. 
  • Incomodándome y buscando los caminos difíciles. 
  • Conectándome con mi corazón. 
  • Apasionándome.  
  • Amando.
  • Siendo amoroso. 
  • Relacionándome (con una pareja o amistad) por amor.  
  • Viviendo una vida sexual plena.
  • Haciendo lo máximo y en cualquier circunstancia en que me encuentre. 
  • Conectando con mi vida y con lo que realmente es importante para mi. 
  • Siendo impecable con mi pensamiento.
  • Siendo impecable con lo que sale de mi boca. 
  • Permitiéndome el margen de duda ante lo que escucho y veo. 
  • Desarrollando la humildad. 
  • Siendo leal. 
  • Siendo flexible y abierto al aprendizaje.
  • Abriéndome.
  • Rompiendo mi imagen. 
  • Siendo espejo y confrontando.
  • Estableciendo relaciones armoniosas ( no quiere decir complacientes). 
  • Riéndome (de mi mismo y de situaciones). 
  • Generando alegría en mi vida y en quienes me rodean.
  • Traspasando el dolor.
  • Perdonando.
  • Perdonándome.
  • Aceptándome.
  • Confiando.
  • Aceptando las dificultades como parte del proceso de crecimiento.
  • Serenándome.
  • Partiendo desde la certeza (que no es un pensamiento positivo o un mantra personal).
    • Certeza es saber que el sistema funciona y debido a que funciona, estoy en el lugar adecuado ahora mismo, independientemente de lo que aparezca en el exterior. 
    • Y como estoy en el lugar adecuado, en el momento adecuado, a cada momento, decido estar bien donde estoy, “pase lo que pase”.
    • Saber que para lograr aquello que realmente quiero, que realmente es importante para mí, es determinante comprender que requiero pagar un precio o precios emocionales, por eso es tan importante, por eso es realmente lo que quiero, nunca y eso quiere decir nunca, lo vamos a obtener si no pagamos el precio que el universo comprende que requerimos pagar.
  • Alimentándome con productos nobles.  
  • Cuidándome físicamente.
  • Parándome desde el ganar-ganar.
  • Cooperando. 
  • Dando incondicionalmente.
  • Recibiendo para compartir, única forma de obtener resultados contundentes, disfrutables y a largo plazo.
    • Lo que pensamos y lo que hacemos entra en la conciencia global y la cambia. Según Rav Ashlag, cada vez que una persona elimina tan sólo un fragmento de Deseo de Recibir Sólo para Sí Mismo, el incremento en conciencia se acumula para el alma global. Cada vez que uno de nosotros revela más de su naturaleza divina ello influye en el Ser colectivo.

domingo, 5 de febrero de 2012

El Don de la Auto-Profecía

Una profecía (del latín prophetīa, y este del griego προφητεία, o quizá del griego φαινος, aparición) es, en la primera acepción del Diccionario de la lengua española de la Real Académica Española, un "don sobrenatural que consiste en conocer por inspiración divina las cosas distantes o futuras". Se le llama popularmente "profecía" a la predicción de eventos futuros que no pueden ser conocidos por medios naturales. La palabra Hebrea hozeh (profecía) indica una "visión" o "revelación interpretada". El significado de la palabra profecía nos remite a un don sobrenatural que nos permite predecir el futuro. 

Parto de la certeza de que todo lo que estoy recibiendo del Universo es el resultado de lo que emito, es la cosecha de una semilla que en algún momento sembré. Y, si esto es así, no puedo menos que pensar que mínimamente tengo la posibilidad de saber de antemano -sin apelar a un don sobrenatural ni a la inspiración divina- los resultados que obtendré en mi vida. 

Es la certeza de mi total Responsabilidad en lo que estoy recibiendo del Universo, siempre vinculado a la forma que actué en el pasado y como estoy actuando en el presente. Por lo menos a mí me sucede que, cuando tomo una decisión desintegra (sin importar la dimensión, importancia, consecuencia), algo me hace ruido, estoy incómodo con la acción realizada y ya se que, inevitablemente y en algún momento recibiré un quiebre que restará y que significará una señal del camino equivocado que estoy tomando. Esta señal me permite rectificar la senda de la transformación y la Luz.

Podemos hacer uso del "don de la auto profecía" todos, sin excepción. Esto es, saber por anticipado que estaré recibiendo del Universo, acá no vale la queja, ni ubicar la responsabilidad de mi existencia en un Otro. Obviamente, como condición para que esto suceda, es imprescindible hacernos cargo de nuestras vidas (esto es "remangarnos", luchar por lo que queremos y creemos mejor para nuestras vidas, responsablizarnos de nuestra vida), de nuestras decisiones, sabiendo que todo, si, todo lo que recibo, depende de mí, de aquella semilla que en algún momento sembré. 

Todas las situaciones de mi vida y en la vida de cualquier ser humano, es el propio ser humano que lo esta recibiendo, el que causa y genera esa situación y por lo tanto es -soy- el único responsable de que eso este aconteciendo, de que eso haya acontecido y se haya visto movido mi estado "normal" en la vida cotidiana. 

Desde esta interpretación no cabe apostar a la “mala suerte”, ni a la “buena suerte”, directamente no existe el concepto vulgar de “la suerte” no existen las “enfermedades”, no existen las “casualidades”, no existen los “accidentes”, no existen las “injusticias”, no existe un dios que premie o castigue, que nos diga que hacer en cada momento, esa tarea nos las dejo a nosotros. 

Creer en la “suerte”, en las “casualidades”, en los “accidentes”, en las “injusticias”, en un dios que premia o castiga, es justamente la enfermedad y la irresponsabilidad de los seres humanos. La llamadas “enfermedades”, “accidentes”, “casualidades”, son eventos que generamos nosotros y que permiten, a modo de señal o síntoma, observar que estoy haciendo (sembrando), que no estoy haciendo, como lo estoy haciendo (como estoy sembrando) , etc, reorientando mi vida por el camino de la transformación hacia INTEGRIDAD y la Luz.

Por eso, cuando se trata de transformar mi forma de ser y ascender por los peldaños de la escalera de la espiritualidad, poseemos la cualidad del albedrío, es decir, decidimos en cada momento la semilla que sembraré (en buen estado o en mal estado). Una persona reacciona y comete una acción “desintegra” (miente, roba, mata, pelea, agrede, etc.) de acuerdo con el principio de “causa y efecto” debería producirse una retribución “negativa” inmediata (un quiebre que resta). Sin embargo no sucede así, hay siempre una distancia entre causa y efecto que impide que percibamos la conexión entre los sucesos que acontecen en nuestras vidas. Quizás hemos decidido plantar una “semilla de la desintegridad” hace muchos años atrás, pero cuando esta germina y nace la planta y vemos el árbol, nos hemos olvidado de la semilla y el tiempo de siembra, y la única cosecha serán frutos en mal estado y surge la pregunta ¿por qué a mí?. ¿Cómo? ¿No te acuerdas de tu pasado?.

Parece como que lo que estoy recibiendo es resultado del "azar", de la "casualidad" y nos perdemos que siempre, si, siempre, se "cosecha" lo que se "siembra" aún habiendo una distancia inconmensurable entre causa y efecto (siembra y cosecha). Sin embargo todas las cosas del Universo se interrelacionan y cada una influye en la otra en forma sincrónica, operan al unísono, como unidad y como yo soy para de esa equilibrio maravilloso, estoy influyendo directamente en mis resultados. En cada instante, ante cada acto de mi vida, decido -conciente o inconcientemente- ser responsable o irresponsable. Por lo tanto y como hemos afirmado en otros momentos hay una única forma de obtener resultados contundentes que sumen en mi vida, que me lleven a la tan proclamada armonía, bienestar, paz, aceptación y esta forma es pararnos desde la INTEGRIDAD. 

Si mis decisiones están alineadas a la INTEGRIDAD y asumo la RESPONSABILIDAD TOTAL por mis decisiones y acciones, sin poner en el afuera la responsabilidad de mi vida y de lo que estoy recibiendo, tengo a mi disposición una herramienta muy poderosa, pragmática y bien concreta para orientar mi vida hacia la armonía, la paz, la aceptación y en consecuencia ambicionar proyectos, proyectarme en mi Misión, en lo que identifique viene hacer a este mundo. 

Es lo del principio, tengo en mis manos el "don de la auto-profecía", esto es, tengo en mis manos un arma poderosa para transformar mi vida hacia la Luz, siendo INTEGRO cada vez que decido y actúo en cualquier dimensión de mi persona y en todo momento y asumiendo la total RESPONSABILIDAD de mi vida.

Daniel Corsino


"Aquellos que no aprenden nada de los hechos desagradables de sus vidas, fuerzan a la conciencia cósmica a que los reproduzca tantas veces como sea necesario para aprender lo que enseña el drama de lo sucedido.
Lo que niegas te somete.
Lo que aceptas te transforma."
C. G. Jung