lunes, 16 de mayo de 2016

El encuentro más íntimo no es el sexual, es el desnudo emocional

El encuentro más íntimo entre dos personas no es el sexual, es el desnudo emocional. Un intercambio que se produce cuando se vence el miedo y nos damos a conocer al otro tal y como somos en cada una de nuestras vertientes.
No es fácil de lograr. De hecho, un desnudo emocional no es algo que se consiga a la ligera ni con cualquiera. Hace falta tiempo, fuerza y ganas de escuchar, sentir y abrazar emociones. Autoconocimiento y heteroconocimiento, es decir, el conocimiento de uno mismo y el de la realidad del otro.
El desnudo emocional comienza por uno mismo
El desnudo emocional comienza por uno mismo. Es decir, es muy importante que las personas nos identifiquemos con lo que sentimos y nos demos cuenta de cómo nos sentimos cómodos o incómodos, qué pensamos y cómo podemos utilizar nuestras emociones al servicio de nuestros pensamientos.
Escucharnos, conectar y conocer nuestra herencia emocional, es decir, escanear nuestro cuerpo emocional es imprescindible para destapar nuestros miedos, nuestros conflictos, nuestras inseguridades, nuestros logros, nuestros aprendizajes, etc.
Conocer nuestra filosofía emocional, explorar nuestras vulnerabilidades permanentes, ser conscientes de lo doloroso y que eso fluya, es imprescindible para poder contemplar la imagen que nuestro espejo emocional nos proyecta al quitarnos las prendas que nos “visten”.
El autoconocimiento de nuestras vulnerabilidades emocionales no hace que estas desaparezcan, pero tener una concepción más profunda sobre ella implica que cada vez que aparezca en nuestra vida podamos identificarla y actuar sobre ella, impidiéndole que ahogue nuestras conexiones emocionales.

Nuestra herencia emocional, la clave para conectar

Nuestra herencia emocional ejerce un fuerte impacto tanto en nuestra capacidad de conectar emocionalmente con los demás como en las ocasiones que tenemos de hacerlo. Es precisamente este bagaje, esta piel, la que nos hace matizar y actuar sobre nuestras sensaciones, sentimientos y emociones de una determinada manera.

Exponernos a nuestros recuerdos y a aquellas sensaciones que pueden resultarnos desagradables no es fácil y muchas veces ni siquiera se contempla como útil. Sin embargo, existen muchas razones por las que resulta recomendable quitarse las prendas:
  • Si queremos tener relaciones más significativas, es importante que nos detengamos a mirar al pasado y a sanar las heridas emocionales de nuestra infancia.
  • El cableado de conducción que transporta nuestros mensajes emocionales debe ser descubierto para que nuestras reacciones no nos manejen. Por ejemplo, cuando decimos que “nuestro hermano nos saca de quicio”, realmente estamos teniendo la sensación de que sabe en qué tecla tocar para enfadarnos.
  • Conocer estas pautas de reacción emocional y comunicarlas nos ayuda a regenerar nuestros pensamientos y nuestro estado de bienestar general.
  • Así, cuando realizamos una labor de autoconocimiento, nuestro diálogo interno puede lograr cambiar de “Las personas son peligrosas para mí” a “La forma en que me trataron me hizo daño, pero ya soy consciente y procuro que eso no influya”.
  • Cuando accedemos a nuestra herencia emocional y comprendemos cómo los sentimientos del pasado matizan las experiencias del presente, podemos ser más hábiles a la hora de establecer fuertes y sanos lazos de unión con quien nos rodea.
  • Ser conscientes de los filtros emocionales, de los abrigos y de las corazas que nos ponemos contribuye a hacernos hábiles lectores e intérpretes tanto de los intentos de conexión de los demás como de los propios.

No es fácil desnudar a una persona herida

Desnudar emocionalmente a las personas muy marcadas por su pasado puede resultar difícil, pues hace falta lidiar con las corazas, con las prendas que le vuelven inaccesible, las desilusiones que envuelven a la persona, los miedos al rechazo, al abandono, a la soledad…
Para hacerlo se requiere ser inteligente, amar a la persona y abrir los oídos, los ojos y la piel desterrando los prejuicios y la actitud de juzgar. Es decir, una escucha activa emocional a través de todos los sentidos sin “peros” ni comas fuera de lugar.
Para hacer esto requerimos saber que un desnudo emocional no se crea en cualquier tipo de ambiente sino que deben darse las condiciones idóneas para generar emociones, sentirlas, manipularlas, examinarlas y usarlas.
Los escenarios emocionales ideales para el desnudo son aquellos en los que prima la escucha desde el interior, la empatía y la inteligencia emocional. Escenarios en los que se potencia la comunicación y la comprensión con una gran base de respeto y tolerancia.
Solo así lograremos crear un ambiente emocionalmente distendido en el que realmente pueda darse en el encuentro íntimo, el desnudo de los miedos, de las inseguridades y de la verdad emocional. Solo así lograremos esos abrazos que rompen los miedos, que cierran nuestros ojos y que nos entregan al 200% en cuerpo y alma.
(En "La mente es maravillosa" por Raquel Aldana)

15 frases de Enric Corbera que te apoyaran a tomar consciencia



Todo lo que generamos en nuestro camino es información valiosa para continuar en nuestro proceso de transformación hacia la toma de consciencia que nos permita vivir desde nuestro proyecto sentido, en paz con nuestro clan familiar. Estas frases de Enric Corbera te apoyarán a la expansión de tu consciencia y a conectar con tu parte más interna acercándote a un pensar holístico.

1. Cuando sabes donde vas el universo te abre camino.
2. Tus errores son tus grandes maestros. El único error posible es no seguir tu voz interior.
3. Aunque tengas miedo, hazlo igual. Pase lo que pase, estás condenado a re aprender.
4. Cuando te haces consciente de algo, te desapegas de ello.
5. Los juicios que hacen de ti, expresan más de ellos que de ti mismo.
6. Si no haces algo por miedo, habrás fracasado antes de empezar.
7. No preguntes, tú eres la respuesta.
8. No es ni bueno ni malo, es perfecto.
9. Aquello que te resuene es un compromiso con tu alma.
10. La única relación que tienes que sanar es contigo mismo.
11. Querer cambiar para cambiar al otro, te mantiene en el problema.
12. A través del amor, iluminamos el mundo.
13. Tú ya lo tienes todo. No hay nada que lograr, nada que demostrar. No se trata de no hacer nada, se trata de hacer aquello que sientas que tienes hacer.
14. No huyas: muévete. No busques: experimenta. No vayas: sé tu mismo en todo. No preguntes: tú eres la respuesta.
15. Ama lo que haces y lo que haces te amará cien veces más.

miércoles, 11 de mayo de 2016

El poder dentro de Ti

Existe un principio trascendental que está presente en toda la existencia, este es el principio de vibración. Este básicamente dice que todo tiene una vibración, y que estas vibraciones se pueden sumar. Cuando nosotros pensamos en algo, eso produce un movimiento de cargas eléctricas las cuales son producidas por nuestras neuronas (específicamente por la comunicación entre las neuronas, lo que se conoce como sinapsis), el conjunto de neuronas que mueven esas cargas eléctricas, obviamente producen una energía.

Esa energía producida por nuestros pensamientos, tiene una frecuencia, lo que se podría definir como, un grado de movimiento o un número de movimientos en un tiempo especifico, investigado por dos grandes Físicos, Albert Einstein y Max Planck que descubrieron que la energía poseía una frecuencia. Al tener nuestros pensamientos una frecuencia o vibración, la fuerza de esa vibración es posible sumarla con otras frecuencias que sean iguales o similares, logrando de esta forma, sumar las fuerzas y energías de todos los pensamientos que estén en sintonía con esa frecuencia. 
 Imaginemos que hay un grupo de personas delante de ustedes las cuales forman un coro de cantantes, como deben saber, el sonido de sus cantos también posee una frecuencia y vibración. Entonces imaginen qué pasaría si una sola persona de ese coro comenzara a cantar, su canto se escucharía, pero con un volumen débil, ahora, piensen qué pasaría si a esa persona se le uniera otro cantante cantando la misma canción al mismo tiempo, obviamente la canción se escucharía más fuerte (las energías de las vibraciones de los cantos se han sumado) , finalmente, piensen que sucedería si TODO el coro se une a la misma canción.
La respuesta ya la saben, su canto se haría muy fuerte (tendría mucha energía), y se oiría en todo el lugar. Lo mismo sucede con la energía producida por nuestros pensamientos. De esto concluimos que si muchas personas pensamos lo mismo en un mismo momento, toda esa energía se suma y forma una gran “masa” de energía, la cual es capaz de realizar cualquier cosa, por ejemplo, los milagros, mucha gente piensa en algo concreto y no abandona ese pensamiento, finalmente esa energía produce lo que TODAS esas personas desearon con sus pensamientos.


Es muy importante el enfoque que le damos a nuestros pensamientos, por ejemplo, si queremos ver un mundo sin violencia, sin guerras, sin hambre, con paz y amor… entonces debemos enfocarnos solo en buenos pensamientos, solo debemos ayudar a nuestros hermanos. Todos sabemos que en algún lugar del planeta, alguien está sufriendo, que existe violencia y hambre, pero la verdad es que si vivimos preocupados pensando en eso, ¿adivinen qué? Le estaremos dando nuestra energía a esas cosas que ¡NO queremos! ¡Que NO deseamos!
Por ahí, ha habido gente que ha dicho, “tú no puedes cambiar el mundo” me da lo mismo lo que ellos me digan, si ellos creen eso es porque no ven su propio poder, y eso es problema de ellos, yo sé que ¡si puedo! Y seguramente tú que estás leyendo esto también sabes que puedes, solo debes creerlo y enfocarte en lo que ¡Si quieres! Un mundo lleno de paz, donde todos somos iguales de importantes, donde el hambre dejo de existir y la gente vive sana y sin enfermedades. Sé que yo solo no puedo cambiar el mundo, pero también sé que hay mucha gente en todo el mundo que piensa y desea lo mismo que yo, y cada vez hay más gente, y que tú, que estás leyendo esto, también te unas.

martes, 10 de mayo de 2016

La consciencia en biodescodificación

Cuando uno realmente se involucra en el proceso de aprender o ejercer la Biodescodificación, es requisito indispensable, alejarse de patrones establecidos de creencias. Un biodescodificador debe pensar más allá y, además, contar con una apertura mental libre de prejuicios, tabúes o religión. La biodescodificación se basa fundamentalmente en Energía, y dado que todos somos energía, estudia la manera en que dicha energía va traspasando generaciones y va también, afectando nuestro entorno. Cambias tú, cambia tu vida, tu pareja, tu familia, tu lugar de trabajo, tus hijos y así es como poco a poco, cada célula de nuestro cuerpo, va sanando o enfermando.

Y si todos somos energía, y si nuestro paso por ésta vida es temporal, estamos determinados por ondas electromagnéticas, neuronas, cuántica y emociones, que no son más que “energía” pasando por nuestro cuerpo. Muchas personas, no logran comprender cuál es la relación entre que yo haga un coraje y tiempo después me diagnostiquen cáncer de estómago.
Pues bien, imaginen que cada emoción, provoca una cierta frecuencia y cantidad de “electricidad” en el cuerpo. Ahora imaginen, que su cerebro, es un centro de control con botones que representarán a todos los órganos de su cuerpo. Imaginen ahora, que dichos botones, necesitan electricidad para estar en “verde” todo el tiempo y que pudieran a ponerse en color “rojo” si hay muchos altibajos emocionales. Bien, ahora, en nuestra mente, ya tenemos claro que el cerebro, es un tablero con botones encendidos en color verde y a veces, en rojo, ¿me siguen?
Volvamos al ejemplo del coraje y el cáncer de estómago. Yo vivo día con día, con el botón de mi estómago en verde, subo, bajo, voy, vengo, y mi botón del estómago, está en verde. Llega de pronto en mi vida, una temporada en que tengo 3 trabajos, tengo problemas en mi casa, no tengo tiempo para mí. Toda la familia me necesita, no puedo fallar. Corro todo el tiempo, no duermo bien. No como bien y mi vida es un completo caos. Mi botón del estómago se torna rojo, alerta, soy vulnerable, pero, bien que mal, sigue funcionando. Una noche, llego a mi casa, tardísimo como siempre, y mi esposo está peleando en la cocina con mis hijos. Todos gritan y dicen que es mi obligación hacer la cena. Yo exploto de coraje, porque no puedo creer que no me ayuden, que esas personas por las que lucho, aún exijan más.
Seis a ocho meses después, me diagnostican cáncer de estómago. El botón del estómago, ubicado en mi cerebro, recibió tal cantidad de electricidad (emoción fuerte y negativa), que se quemó. Ya no funciona, está apagado. El impacto emocional (electricidad), no se recibió en el estómago (por eso no importa lo que yo comí o bebí), la parte de mi cuerpo que recibió el impacto emocional, fue mi cerebro, específicamente, en el botón que controla el estómago. Y el cerebro, es mente, son recuerdos. ¡Es por eso que nunca me cansaré de decirles, que la solución está en tomar CONSCIENCIA! Porque mi problema de estómago no se va a resolver con AMOR, QUIMIOTERAPIA, o MEDICAMENTOS. Mi problema de estómago, estará en mi cabeza, en mis ideas, en mi comportamiento, en mis pensamientos, en mis miedos. ¿Siguen conmigo?
Aquí, ya tenemos claro que cualquier emoción negativa fuerte, es capaz de provocar en mi cerebro, un impacto emocional. Esa emoción, es capaz de quemar el botón específico, de un órgano específico. Y he aquí, de paso, la explicación del por qué no existen las metástasis en los casos de cáncer. Porque un impacto eléctrico (emoción), no puede, nunca jamás, fundir dos focos a la vez, dañar dos focos a la vez. Una emoción – una descarga eléctrica – un órgano dañado. Por lo tanto, lo que los médicos llaman metástasis, no es más que emociones diferentes, da vivencias diferentes, dañando simultáneamente a dos órganos diferentes (o tres o cuatro, o los que sean).
Ahora bien… ¿cuál es la magia de la toma de consciencia?. Resulta, que como para nuestro inconsciente, no hay tiempo, toda vivencia emocional negativa, que haya impactado esa zona específica del cerebro (botón) y que provoque, que yo presente, una enfermedad en ese órgano específico, se estará viviendo, desde el día en que ocurre, y hasta el día de hoy, como “reciente”.
Y es esa la razón, por la que es NECESARIO tomar consciencia (pensar, recordar lo que ocurrió en nuestra vida). Tomar consciencia, en biodescodificación es sinónimo de “vete a sentar e intenta recordar qué viviste y qué emociones emitiste (electricidad), para dañar ese botón que indicó el órgano que iba a enfermar”. Encontrar, localizar, recordar, ese hecho emotivo que nos hizo enfermar, es la clave para “superar” el impacto emocional, para asimilarlo, comprenderlo, soltarlo. Sí, aunque no lo crean!. Es así de simple y así de fácil.
Encontrar el conflicto emocional, en el hecho vivido, es lo que sana. Expresar lo que realmente sentimos en dicho momento, es lo que sana. Es lo único que logrará, poner el botón fundido en color verde nuevamente. Sanar entonces, es así de sencilla o así de complicada, porque un gran número de personas comienzan con pretextos y excusas para no hacerlo. Y finalmente, si no se sienten capaces de pensar o recordar, mucho menos, de querer sanar.
Y es su inconsciente, el que tiene el bloqueo, algo dentro de ellos les dice: permanece enfermo, te conviene, mira cómo te ponen atención, mira cómo te cuidan, sigue enfermo. Repito, la solución para cualquier síntoma o enfermedad, está en sentarte a pensar única y exclusivamente, qué emoción viviste, sin únicamente enfocarte en conflictos fuertes. Deberás tomar en cuenta todo lo vivido recientemente si tu síntoma es sencillo o todo lo vivido de 8 meses para acá, si tu síntoma es grave.
¿Esto por qué? Porque, habremos de pensar también, en que podemos es estar cargando, un conflicto ya programado, que, en nosotros, sólo espera un pequeño impacto emocional para detonarse (qué tú enfermes). Es por eso, que la Biodescodificación, analiza tanto la vida presente, como la vida de las generaciones anteriores, para localizar el conflicto emocional (electricidad), que originó el síntoma.
-Akasha Sanación Integral-

domingo, 8 de mayo de 2016

Alguna de las trampas del ego


  • Si crees que es más "espiritual" andar en bicicleta o utilizar el transporte público para moverse, eso está bien, pero si juzgas a alguien que conduce un auto, entonces estás en una trampa del ego.
  • Si crees que es más "espiritual" no ver televisión porque crea problemas en el cerebro, eso está bien, pero si juzgas a quien todavía lo ven, entonces estás en una trampa del ego.
  • Si crees que es más "espiritual" evitar chismes o los medios de comunicación, pero juzgas a aquellos que leen estas cosas o aun caen en chimentear, entonces estás en una trampa del ego.
  • Si crees que es más "espiritual" hacer yoga, convertirse en vegetariano, comprar solo alimentos orgánicos, comprar cristales, practicar reiki o meditación, usar ropa "hippie", visitar templos y leer libros sobre iluminación espiritual, pero enjuicias a quien no hace esto, entonces tu estás atrapado en el ego. 
  • Estar siempre consciente para sentirse superior. La idea de que tú eres superior es la indicación más grande que te encuentras en una trampa de tus egos. El ego quiere venir a través de la puerta de atrás. 
  • Tendrás una idea noble, como empezar el yoga y luego cambia, para servir al objetivo de sentirte superior a los demás. Empezarás a menospreciar a aquellos que no están siguiendo tu "camino espiritual". Superioridad, juicio, sentencia...estas son las trampas del ego. 
MOOJI

sábado, 7 de mayo de 2016

Cada alma tiene un complemento único

Cada alma tiene un complemento único que le aguarda en las alturas de la consciencia el encuentro no es causal depende de la propia elevación. Cuando se requiere del otro como de una muleta 
cuando ya no se requiere de una muleta cuando crecieron las alas se aprendió a volar y se llegó a las cimas del encuentro. 
Cuando los complementos se unen ingresan a un vertiginoso río de mayor desarrollo interior. Cuando la muleta cumplió su función y ya no se requiere y se persiste en su uso la evolución se estanca la armonía se pierde la consciencia decrece. 

Mayor dolor hay en una mala unión que en desatar lo mal atado. Cuando las almas no se me aproximan cuando no transitan el camino de la Luz y no se liberan de sus grandes sombras ni tienen obras de servicio al Amor no están sus consciencias iluminadas y no pueden encontrar su complemento. 

Existen parejas unidas por las sombras por sus impurezas por atractivos externos por razones materiales o sociales por apoyo ante debilidades ficticias pero no por Mí unidas no por Amor. En otras produje Yo el encuentro para el crecer de uno o de ambos pero sólo para un trecho no a perpetuidad.

Aunque vanos papeles y ritos les aten si ya no hay Amor no les mantengo unidos Yo el Amor. El adulterio y la separación la falta de armonía la convivencia forzada rutinaria y gris la indiferencia del alma comprueban lo falso de la unión. La pareja por Mí unida vive en armonía y dicha genera frutos valiosos no se puede traicionar ni separar y no por obligación ni por temor. 

Toda unión no fundamentada en verdadero Amor es adulterio porque traiciona al verdadero Amor y es fornicación porque utiliza la Sagrada Fuerza sin Amor. Para generar tu complemento busca primero tu Luz. No pierdas tu semilla en tierra ajena ni manches tu tierra con semilla impropia. El humano completo no es uno son dos que se hacen uno. En el Nuevo Tiempo cesará el predominio de él sobre ella tampoco ella le dominará a él caminarán unidos complementarios pero iguales.
(Blog: El universo interior)

Las relaciones como espejo

¿Por qué hay tanto rechazo hacia algunas personas y tanta atracción hacia otras?. Puedes aceptar que esas características que te atraen de esa persona son tuyas, pero ¿Por qué es tan difícil aceptar que posees en tu interior aquellas que detestas? A medida que puedas reconocer que esos “defectos” del otro están en ti, puedes cambiarlo.

Todos somos extensiones del campo universal de energía, distintos puntos de vista de una única entidad. Esto implica ver todas las cosas del mundo, a todas las personas del mundo, y darnos cuenta de que estamos mirando otra versión de nosotros mismos. Tú y yo somos lo mismo. Todo es lo mismo.
Todos somos espejos de los demás y debemos aprender a vernos en el reflejo de las demás personas. A esto se llama espejo de las relaciones. A través del espejo de una relación, descubro mi yo no circunscrito. Por esta razón, el desarrollo de las relaciones es la actividad más importante de mi vida. Todo lo que veo a mi alrededor es una expresión de mí mismo. Las relaciones son una herramienta para la evolución espiritual cuya meta última es la unidad en la conciencia. Todos somos inevitablemente parte de la misma conciencia universal, pero los verdaderos avances tienen lugar cuando empezamos a reconocer esa conexión en nuestra vida cotidiana.
Las relaciones son una de las maneras más efectivas para alcanzar la unidad en la conciencia, porque siempre estamos envueltos en relaciones. Piensa en la red de relaciones que mantienes: padres, hijos, amigos, compañeros de trabajo, relaciones amorosas. Todas son, en esencia, experiencias espirituales. Cuando estás enamorado, romántica y profundamente enamorado, tienes una sensación de intemporalidad. En ese momento, estás en paz con la incertidumbre. Te sientes de maravilla, pero vulnerable; sientes cercanía pero también desprotección. Estás transformándote, cambiando, pero sin miedo. Te sientes maravillado. Ésa es una experiencia espiritual.
Tanto aquellos a quienes amamos como aquellos por quienes sentimos rechazo, son espejos de nosotros. ¿Hacia quiénes nos sentimos atraídos? Hacia las personas que tienen características similares a las nuestras, pero eso no es todo. Queremos estar en su compañía porque sub-conscientemente sentimos que al hacerlo, nosotros podemos manifestar más de esas características. Del mismo modo, sentimos rechazo hacia las personas que nos reflejan las características que negamos en nosotros. Si sientes una fuerte reacción negativa hacia alguien, puedes estar seguro de que tú y esa persona tienen características en común, características que no estás dispuesto a aceptar. Si las aceptaras, no te molestarían.
Cuando reconocemos que podemos vernos en los demás, cada relación se convierte en una herramienta para la evolución de nuestra conciencia. Gracias a esta evolución experimentamos estados extendidos de conciencia. La próxima vez que te sientas atraído por alguien, pregúntate qué te atrajo. ¿Su belleza, gracia, elegancia, autoridad, poder o inteligencia? Cualquier cosa que haya sido, sé consciente de que esa característica también florece en ti. Si prestas atención a esos sentimientos podrás iniciar el proceso de convertirte en ti más plenamente.
Lo mismo se aplica a las personas hacia las que sientes rechazo. Al adoptar más plenamente tu verdadero yo, debes comprender y aceptar tus características menos atractivas. La naturaleza esencial del Universo es la coexistencia de valores opuestos. No puedes ser valeroso si no tienes a un cobarde en tu interior; no puedes ser generoso si no tienes a un tacaño; no puedes ser virtuoso si no tienes la capacidad para actuar con maldad.
Gastamos gran parte de nuestras vidas negando este lado oscuro y terminamos proyectando esas características oscuras en quienes nos rodean. ¿Has conocido personas que atraigan sistemáticamente a su vida a los sujetos equivocados? Normalmente, aquéllas no comprenden por qué les sucede esto una y otra vez, año tras año. No es que atraigan esa oscuridad; es que no están dispuestas a aprobarlas en sus propias vidas.
Un encuentro con una persona que no te agrada es una oportunidad para aceptar la paradoja de la coexistencia de los opuestos; de descubrir una nueva faceta de ti. Es otro paso a favor del desarrollo de tu ser espiritual. Las personas más esclarecidas del mundo aceptan todo su potencial de luz y oscuridad. Cuando estás con alguien que reconoce y aprueba sus rasgos negativos, nunca te sientes juzgado. Esto sólo ocurre cuando las personas ven el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto, como características externas.
Cuando estamos dispuestos a aceptar los lados luminosos y oscuros de nuestro ser, podemos empezar a curarnos y a curar nuestras relaciones. Todos somos multidimensionales, omnidimensionales. Todo lo que existe en algún lugar del mundo también existe en nosotros. Cuando aceptamos esos distintos aspectos de nuestro ser, reconocemos nuestra conexión con la conciencia universal y expandimos nuestra conciencia personal.
Las características que distinguimos más claramente en los demás están presentes en nosotros. Cuando seamos capaces de ver en el espejo de las relaciones, podremos empezar a ver nuestro ser completo. Para esto es necesario estar en paz con nuestra ambigüedad, aceptar todos los aspectos de nosotros. Requerimos reconocer, en un nivel profundo, que tener características "negativas" no significa que seamos imperfectos. Nadie tiene exclusivamente características "positivas". La presencia de características negativas sólo significa que estamos completos; gracias a esa totalidad, podemos acceder más fácilmente a nuestro ser universal, no circunscrito.
A través del espejo de las relaciones, de cada una de ellas, descubrimos estados prolongados de conciencia. Una vez que puedas verte en los demás, será mucho más fácil establecer contacto con ellos y, a través de esa conexión, descubrir la conciencia de la unidad. Éste es el poder del espejo de las relaciones.

Diez signos de que estas creciendo emocionalmente

Los proyectos más ambiciosos a menudo son cuesta arriba, demandan una gran dosis de entrega y perseverancia. Por eso, es comprensible que perdamos la fuerza y el empuje a mitad del camino. Sin embargo, cuando la des-motivación surge, estamos tentados a abandonar. En ese momento, solo miramos hacia adelante, solo percibimos el camino que nos falta por recorrer y por eso no nos percatamos del trayecto andado. No obstante, a veces se requiere mirar atrás para comprender la verdadera magnitud de lo que hemos alcanzado.
De hecho, a menudo abandonamos nuestros sueños solo porque no somos plenamente conscientes de las cosas que hemos logrado, de los pequeños pasos que hemos ido dando. Cuando nos centramos únicamente en las situaciones que nos restan (en el aquí y ahora), perdemos la motivación y corremos el riesgo de abandonar justo antes de llegar a la meta.
Esto se debe, en parte, a que nuestra sociedad nos ha enseñado a castigarnos por los errores, pero no a recompensarnos por cada logro. En el ámbito del desarrollo personal esta realidad resulta aún más evidente. Nos planteamos cambios trascendentales pero cuando se produce una involución, nos desmotivamos y abandonamos, sin darnos cuenta de todo lo que habíamos logrado. De hecho, muchas personas abandonan la psicoterapia porque no generan la paciencia que se requiere y no valoran los pequeños cambios.
Por eso, de vez en cuando se requiere hacer inventario de lo que hemos logrado. Puede que estés creciendo emocionalmente sin que te hayas dado cuenta.

¿Cuáles son las señales que indican que estás creciendo emocionalmente?

1. Dejas ir las cosas que te dañan

Aprender a dejar ir, centrarse en las cosas que realmente le veas el valor y obviar aquellas que nos dañan o molestan, es una habilidad clave para tener éxito y, sobre todo, para alcanzar el equilibrio emocional. Sin embargo, también es una habilidad muy difícil de desarrollar. Por eso, el simple hecho de aprender a reconocer a las personas tóxicas y saber cómo lidiar con sus actitudes, sin que generen culpa o ira, ya es un gran paso.

2. Aprendes de los errores

Nadie es perfecto, nadie puede afirmar que nunca se ha equivocado. Por eso, despojarse del perfeccionismo y aceptar que los errores forman parte del camino y que incluso son valiosos, es un signo inequívoco de que has madurado. Cuando comprendemos las equivocaciones como oportunidades para crecer, cambia por completo nuestra perspectiva y podemos emprender proyectos más ambiciosos sin temor a quedarnos a mitad del camino.

3. Dejas de quejarte

Las quejas suelen ser un agujero negro por el cual se escapa la energía porque no conducen a soluciones sino que tan solo generan un malestar aún mayor que nos hace ver el mundo bajo un prisma gris. Sin embargo, las personas más equilibradas y exitosas no lloran sobre la leche derramada, se ponen inmediatamente manos a la obra y dan vuelta al problema. Si estás actuando más y quejándote menos, es porque estás creciendo emocionalmente.

4. Celebras el éxito de los demás

Aplaudir el éxito de las personas es una señal de madurez, indica que no les envidias y que comprendes que su éxito no significa que hayas fracasado. Ser capaces de reconocer el trabajo y el esfuerzo de los otros, en vez de lanzar críticas denigrantes, no solo contribuye a crear un buen clima sino que implica un cambio de actitud que te beneficiará.

5. Tus relaciones personales son menos conflictivas

El mundo no es conflictivo, solo hay egos demasiado grandes que chocan entre sí y dan lugar a conflictos que se podían haber evitado. Parte de la madurez significa dejar de ver las relaciones interpersonales como un campo de batalla en el que hay ganadores y vencidos. Cuando tus relaciones son fluidas, logras trabajar mejor y te sientes a gusto, es porque has madurado y has aprendido que es mejor tener paz que tener razón.

6. No temes pedir apoyo

Pedir apoyo no significa ser débil. De hecho, es una señal de fortaleza y confianza en sí mismo. Ninguna persona ha podido crecer y tener éxito aislada, requiere de los demás. Pedir apoyo significa que has reconocido que no puedes lograr algunas cosas por ti solo y que eres lo suficientemente humilde como para reconocerlo y apoyarte en los demás.

7. Has alzado tus estándares

A medida que maduramos, somos más conscientes de lo que queremos y de lo que no estamos dispuestos a permitir. Una persona madura es segura de sí y establece ciertos límites que los demás no deben traspasar. Por supuesto, no se trata de límites caprichosos sino de reglas que te permiten proteger tus derechos como persona y mantener tu equilibrio psicológico.

8. Has aprendido a abrirte emocionalmente

El amor es arriesgado. Amar significa entregarse y, por consiguiente, exponerse a que alguien nos dañe. Por eso, muchas personas temen comprometerse y se cierran cuando alguien se acerca. Sin embargo, cuando maduramos emocionalmente nos damos cuenta de que la mejor apuesta es abrir nuestro corazón. Es cierto que podemos ser rechazados o salir dañados pero habremos vivido, atesorado experiencias y conectado emocionalmente con alguien.

9. No te importa lo que piensen los demás

Es obvio que la opinión de las personas que están a tu alrededor es importante pero, en cierto punto de la vida, estas deben convertirse solo en sugerencias, no en lineamientos que determinen tu vida. La madurez llega cuando eres capaz de convivir con los demás sin dejarte influenciar demasiado por las expectativas que tienen sobre ti, cuando logras encontrar tu lugar en el mundo, un lugar con el que te sientes a gusto y puedes realizarte.

10. Aceptas tus limitaciones y trabajas para mejorar

La madurez emocional no implica desarrollar un positivismo ilusorio. La persona madura es consciente de sus limitaciones, sabe que hay muchas cosas que no puede cambiar o que están fuera de su alcance. Sin embargo, eso no la deprime. Al contrario, le permite focalizarse en las situaciones sobre las cuales puede realmente incidir. De esta forma, es capaz de economizar sus fuerzas y usarlas allí donde realmente puede obtener frutos.
Recuerda que “la vida no se trata de encontrarte a ti mismo, la vida es crearte a ti mismo”, según el escritor irlandés George Bernard Shaw.

viernes, 6 de mayo de 2016

La forma de pensar curan más que los medicamentos

Bruce Lipton reclama una nueva medicina, la que tenga en cuenta la capacidad de curar a través de la energía, mucha más eficaz que los medicamentos. Bruce Lipton ha conseguido aunar ciencia y espíritu. No es poco mérito el suyo si tenemos en cuenta lo “alérgicos” que son los científicos a los temas trascendentales. Es doctor en Biología Celular y fue pionero en la investigación con células madre. Sus estudios sobre la membrana celular y las modificaciones de las células según el entorno sentaron las bases de la nueva epigenética. Sus descubrimientos (que iban en contra de la opinión científica establecida de que la vida es controlada por los genes) y el estudio de la física cuántica le han llevado a criticar duramente la medicina convencional. Es autor de libros como “La biología de la creencia” y “La biología de la transformación”. A continuación veremos una entrevista realizada al Doctor Bruce Lipton:

Usted asegura que la medicina convencional va por muy mal camino. ¿Tan peligrosos son los medicamentos que nos recetan?

Nos dan medicamentos para la enfermedad, pero esto causa muchos problemas en el cuerpo. Porque esta medicina basada en la farmacología no entiende cómo está interrelacionada toda la bioquímica del organismo. Cuando tomo una pastilla química y la introduzco en mi cuerpo, no solo afecta a aquel lugar donde tengo el problema, sino que afecta a muchas otras cosas a la vez. Son los llamados “efectos secundarios”. Pero, en realidad, no son secundarios sino directos. No entienden que el efecto de las drogas no solo crea un efecto sino múltiples. Según las estadísticas en EEUU, ¡los fármacos matan allí a más de 300.000 personas cada año! Y esas personas son muchas más que las que mueren por tomar drogas ilegales. Hay algo que no funciona en la ciencia médica. Hace algunas cosas bien, como la traumatología, pero está matando a mucha más gente de la que ayuda. Tiene que aprender cómo funcionan las células.
¿Y qué ha descubierto sobre las células pero que no tiene en cuenta la medicina?
Yo ya trabajaba con ellas en los años 60. Fui un pionero porque en esa época había muy poca gente trabajando en ello. Y un experimento que hice en esa época cambió la idea que tenía del mundo. Puse una célula madre en un plato petri y, como cada diez horas se divide en dos, al cabo de dos semanas, tenía miles de células, todas idénticas. Luego cogí algunas de ellas, las coloqué en otro plato y cambié el entorno celular (son más como peces porque viven en un entorno fluido). Cambié la química en ese plato y ahí formaron músculo. Después, cogí otras del primer plato y las puse en un entorno diferente, y se formó hueso, y otras se convirtieron en grasa al volver a cambiar el entorno. Entonces, la pregunta es muy sencilla, ¿qué controla el destino de las células? Todas eran idénticas, lo único que era diferente era el entorno. Cuando cojo células sanas y las coloco en un entorno nocivo, las células enferman y mueren. Si un médico las mirara, diría: “¿Qué medicina hay que darles?” ¡Pero no hace falta ninguna medicina! Les cambias el entorno nocivo, las colocas en uno sano y saludable y las células sanan. Los humanos somos una comunidad de 50 trillones de células, por tanto, la célula es el ser viviente y la persona es una comunidad. ¡El humano es un plato petri cubierto de piel!

¿Cuál es el entorno de la célula que hay que cuidar?

Dentro de mí hay 50 trillones de células y el entorno celular para nosotros es la sangre, por ello la composición de la sangre cambia el destino de la célula. ¿Y qué controla la sangre? Pues el sistema nervioso, que crea una química diferente según el sistema exterior. La célula y el ser humano son la misma cosa. Por ello, si pongo al ser humano en un entorno nocivo, igual que la célula, también enferma. Si lo trasladas a un entorno sano, entonces sana. Por tanto, la medicina culpa a las células por la enfermedad y trata de cambiar la química de las células, pero ese no es el problema, el problema es el entorno. Y si cambias a la persona de entorno, sin medicamentos, el cerebro cambia la química. El cerebro de la célula y el de la persona leen y entienden el entorno.

En un entorno sano, ¿nos curamos automáticamente? ¿Así de fácil?

No es tan fácil, porque la mente interpreta. Puede suceder que estemos en un entorno muy sano y que la mente lo lea como un entorno negativo o perjudicial. Entonces crea una química que hará a mi cuerpo enfermar. La diferencia entre la célula y el ser humano es que este tiene una mente que hace una interpretación y la célula lee el entorno directamente. Si metes un programa con errores en la mente, entonces la química que genera no está en armonía con la vida. Y esto nos sirve para entender cómo funciona un placebo. Cambio mi creencia y pienso que esto me va a sanar, tomo una píldora porque creo que esto me va a traer salud, y me mejora y me sana, pero la píldora podría ser de azúcar, en realidad no ha hecho nada, han sido mis creencias. Y a eso lo llamamos pensamientos positivos y efecto placebo.

¿Está diciendo que el efecto placebo –creer que algo nos sanará– es más curativo que un medicamento? Pero no hay casi investigaciones sobre eso.

Sí, tienes razón. ¿Eres consciente de que hay más de una manera de hacer energía sin tener que depender del petróleo? Pero seguimos dependiendo del petróleo porque no interesa el cambio a los que controlan la energía. Lo mismo pasa con las empresas farmacéuticas. Venden fármacos y ¿poder sanar sin fármacos es bueno o malo para la industria farmacéutica? No quieren que sanes sin comprar sus fármacos. ¿Se puede poner energía en una cápsula? Si fuera así, las farmacéuticas intentarían vendértela. Si puedo sanar sin usar medicamentos, la industria que los produce no gana dinero. Deberíamos poder decir que la ciencia está separada de la industria farmacéutica, pero no es así, porque con el dinero de esta se paga el desarrollo de la ciencia, y ese dinero solo va esos estudios que dicen que las drogas funcionan. El dinero controla la ciencia.

Explíquenos cómo funciona ese poder que dice que tiene la mente para la autocuración.

He hablado de que la mente controla: si piensa de una manera, se va en una dirección y, si piensa de otra, se va en otra. Por ejemplo, cierro los ojos, los abro y veo a alguien a quien amo. Entonces mi cerebro segrega dopamina, oxitocina, etc. Lo puedo sentir en mi cuerpo, puedo sentir el amor, y esa química trae salud a las células. Por eso, quien se enamora se siente tan bien. Pero si abro los ojos y veo algo que me asusta, segrego hormonas del estrés. Y estas hacen dos cosas. La primera es que frenan el crecimiento del cuerpo. Porque si me está persiguiendo un león, necesito toda la energía para poder escaparme, y mi organismo apaga todo lo que no sea imprescindible para correr más rápido, así que se paraliza todo lo que tiene que ver con el crecimiento. La gente no lo sabe, pero tienes que crecer todos los días, porque, si no, te mueres. Cada día cientos de billones de células mueren y tienes que ir produciendo nuevas. Cada tres días, el sistema digestivo renueva sus células, pero si se interfiere con ese crecimiento, entonces no puedo estar sano porque estoy perdiendo demasiadas células al día, por eso la quimioterapia hace que se caiga el pelo y crea problemas de digestión, porque mata todas las células, no solo las del cáncer. La segunda consecuencia de las hormonas del estrés es que se cierra todo aquello que usa energía, y el sistema inmunitario usa muchísima energía: cuando estás enfermo, te sientes muy cansado porque tu energía la está usando el sistema inmunitario.

Eso significa que el estrés nos hace enfermar, ¿no?

Las hormonas del estrés apagan el sistema inmunitario, incluso la medicina usa este efecto en algunas ocasiones. Por ejemplo, si me trasplantaran un corazón, mi sistema inmunitario lo rechazaría. En esos casos, los médicos dan hormonas del estrés y eso impide que funcione el sistema inmunitario. Es tan claro que suprime el sistema inmunitario que lo usamos como un medicamento. Cuando la persona está bajo estrés, afecta de dos maneras: la primera es que deja de haber crecimiento y la segunda es que se apaga el sistema inmunitario. De esta forma, virus nocivos pueden atacarme fácilmente. Cuando estás bajo mucho estrés, te enfermas. Y debo decir que, si tomamos una muestra de sangre de cada persona, descubrimos que todos tenemos células cancerígenas. Las tenemos siempre, pero si está funcionando el sistema inmunitario, no pueden crecer. Una vez que se apaga el sistema inmunitario, proliferan. Es como el catarro: no tienes que coger el virus, ya lo tienes dentro. Son organismos oportunistas. El 90 por ciento de la gente que va al médico es debido al estrés, y también el cáncer funciona igual.
Si pones al ser humano en un entorno nocivo, igual que la célula, enferma. Si lo trasladas a un entorno sano, entonces sana.

Explíquenos qué es la medicina cuántica o medicina de la energía.

Como decía, la primera razón por la que la medicina de hoy es cuestionable es porque los médicos no saben cómo funcionan las células. La segunda es que la medicina está basada en la física de Newton. No reconoce la energía, esa parte invisible, las señales electromagnéticas. Pero, a principios del siglo XX, apareció la física cuántica, que dice que todo es energía, lo que podemos ver y también lo invisible. Si miras dentro del átomo, hay electrones, protones, neutrones. ¿Y qué hay dentro? Energía. La ciencia más reciente indica que el cuerpo responde a la física cuántica, no a la newtoniania. La medicina dice que quiere cambiar la química del organismo con drogas y la nueva medicina dice que hay que cambiar la energía. Y esta nueva medicina, la cuántica, es mucho más poderosa, porque responde primero el campo energético que el físico.

Si todo es energía, ¿los pensamientos también? ¿Cómo influyen en nuestra salud?

La mente es energía. Cuando piensas, transmites energía, y los pensamientos son más poderosos que la química. Así que esto es peor para las empresas farmacéuticas porque no lo pueden vender. Por tanto, no les interesa una conexión entre la mente y el cuerpo. Pero es cierto que las propias creencias se convierten en un campo energético, una transmisión, y esta se transforma en una señal que es capaz de cambiar el organismo. Y así es como funcionaba la sanación antes del desarrollo de la medicina. La gente sanaba con los chamanes, con las manos… pero eso no puede vender y por eso la medicina no quiere ir por ese camino. Y es la razón por la que yo cambié mi carrera. Estaba enseñando en la universidad que hay que seguir con drogas y sabía que eso no era verdad. La medicina lo conoce, pero no habla de ello. Sabe que el pensamiento positivo, el placebo, puede sanar, y también que el pensamiento negativo puede matar. Uno se llama placebo y el otro nocevo. En realidad, no es que sea positivo o negativo, es la manera de pensar. Si el médico te dice que tienes cáncer, aunque no tengas cáncer, si lo crees, crearás la química que generará cáncer. Por tanto, el problema no es tanto el entorno real sino el que tú interpretas.
La mente es energía. Cuando piensas, transmites energía, y los pensamientos son más poderosos que la química.

Y eso enlaza con la física cuántica

Totalmente. Por eso no funciona la medicina, porque no reconoce la ciencia cuántica. No mira hacia ahí porque el dinero está en otro lado.

Usted ha explicado que, en la mente, quien realmente tiene el poder es el subconsciente, ¿por eso es tan difícil cambiar hábitos de pensamiento?

Es millones de veces más poderoso y más importante que la mente consciente. Utilizamos el subconsciente el 95 por ciento del tiempo.

Pero no lo podemos controlar

Lo puedes reprogramar. La información del subconsciente se recibe en los primeros seis años de vida. Eso que aprendiste en esos años se convierte en el conocimiento fundamental de tu vida. Por tanto, hay muchos estudios que demuestran que las enfermedades que tenemos de adultos, como el cáncer, tienen que ver con la programación y el entorno que vivimos en los primeros seis años de vida.

Es decir, los niños absorben también sus enfermedades o sus actitudes negativas, y así se ‘programa’ su subconsciente. ¡Qué gran responsabilidad para los padres!

La gente, cuando oye esto, se preocupa, se culpa. Pero no eres culpable si tú no sabes que el subconsciente funciona así. No lo sabían nuestros padres, ni nuestros abuelos ni bisabuelos. Ahora bien, cuando lo entiendes, tienes que cambiar tu manera de vivir, porque entonces sí eres responsable. Está demostrado que si un niño adoptado vive en su familia casos de cáncer, en su madurez puede padecer cáncer aunque su genética sea diferente. Sería algo así como conducir un coche: si te enseñaron a conducir mal y has automatizado esa forma de conducir, pues lo más probable es que tengas accidentes. Si te enseñaron a maltratar tu cuerpo con mala información, destruirás el vehículo de tu cuerpo, cuyo conductor es la mente. El futuro es una mejor educación para los niños, incluso en la etapa prenatal.

¿Podemos reprogramar el subconsciente para estar más sanos o ser más felices con nuestra vida?

Los comportamientos que vienen del subconsciente no los percibes y pueden estar haciéndote daño. Quizás te sientes enfermo y echas la culpa a otra cosa. Al cambiar estosprogramas erróneos en el subconsciente, puedes recrear toda tu vida. Hay varias maneras de hacerlo. Se piensa que, cuando la mente consciente registra algo, la subconsciente también filtra esa información, pero no es así. La mente consciente es creativa y la subconsciente trata de todos los hábitos. Si le enseñas al subconsciente algo diferente, se lo enseñas también a la consciente, pero no al revés. Por ello, la manera de reprogramar es repetir y repetir hasta que se crea un hábito. Si leo un libro de autoayuda, mi mente consciente dice: “Sé todo lo que hay en el libro y lo aplico”, pero la subconsciente no se entera de nada. Entonces, piensas: “¿Por qué sé tanto y todavía mi cuerpo no funciona?”. Los pensamientos positivos, el conocimiento… solo funcionan el 5% del tiempo, pero el 95% son los hábitos que tengo desde mi niñez. Y esa es la razón por la que los pensamientos positivos no son suficientes. Ayudan, pero no ves muchos resultados. Todo sigue igual hasta que no cambias el subconsciente. Técnicas de psicología basadas en la energía como la hipnosis o el Psych-K son una manera de cambiar el subconsciente, es como un aprendizaje rápido.

Con su investigación, ha aunado ciencia y espíritu, un binomio que evita la mayoría de los científicos. ¿Usted cree en la eternidad?

Absolutamente, sí. No hay dos personas iguales, y lo digo desde el punto vista biológico. Si cojo mis células y las traslado a tu cuerpo, no soy yo, el sistema inmunitario las rechaza. En las células hay como una especie de antenas en miniatura. Son receptores y algunos son autorreceptores. Tú tienes diferentes autorreceptores a los míos. Pero los receptores reciben las señales del entorno. Si corto esos receptores, la célula no tiene ninguna identidad, porque no le viene de dentro sino de fuera. Para explicarlo de forma gráfica, diría que el cuerpo es como un televisor: mis antenas captan y reproducen el programa televisivo de Bruce. Esos receptores recogen esa transmisión. Si estoy viendo la tele y se estropea el tubo de la imagen, ha muerto el televisor, pero sigue la transmisión. Así que cojo otra, la enciendo, conecto el canal y vuelvo a ver el programa de Bruce, pero en otra tele, o lo que es lo mismo, en otro ser. Si ese ser tiene los mismos receptores que tienes tú, volverás a estar trasmitiendo lo mismo, pero en otro cuerpo. Esto explica la reencarnación y quiere decir que el cuerpo puede ir y venir, pero la transmisión siempre está ahí.

¿Eso le hizo creer que tenemos espíritu?

Nunca había creído en el espíritu, pero cuando comprobé esto en la célula, me cambió la vida entera. La pregunta que me planteé es: ¿por qué esa duplicidad?, ¿por qué tener un espíritu y un cuerpo? Y la respuesta vino de mis células: si solo existiera el espíritu, ¿a qué sabe el chocolate? Solo con la parte espiritual, ¿cómo vivir una puesta de sol? ¿Qué se siente cuando se está enamorado? Todas esas sensaciones vienen de las células del cuerpo, que puede oler, sentir, tener experiencias. Recoge todo eso, lo transmite al cerebro. Se convierte en vibraciones y lo transmite a la fuente del ser. Si se muere mi cuerpo, mi fuente de ser y mi espíritu tienen la memoria hasta que tenga otro cuerpo. La lección más importante es que estar vivo es un regalo, una alegría por todo lo que podemos sentir. Cuando hagamos eso, todo el mundo estará sano.
(Por Paradigma Terrestre)

domingo, 1 de mayo de 2016

Antes de nacer elegimos a nuestros padres

¿Tu estas seguro de que elegimos a nuestros padres antes de nacer?. 


Hay una pregunta esencial que muchos seres humanos alguna vez en su vida se han hecho y que es la esencia de la conciencia que nos hace ser quien somos, esto es, la pregunta de por qué estamos aquí. La forma de pensar moderno apoyado en la ciencia responde muy bien al cómo llegamos aquí: la mayormente "azarosa" unión de un esperma y un óvulo, el abrazo carnal de dos seres con los que "no teníamos nada que ver" hasta el momento de la concepción. Para la ciencia establecida no se requiere ir más allá de esto, puesto que, según el paradigma materialista, no existíamos antes de la concepción en el vientre de nuestra madre y no venimos al mundo por ninguna razón en específico, lo único que de alguna manera traemos con nosotros son los genes de nuestros antepasados.

Esta respuesta no es muy satisfactoria para muchas personas que creen que su vida y el mismo mundo tienen un propósito, un significado y un destino que no puede ser reducido solamente de la ciega evolución de la materia y a un juego del azar.

 Los aspectos cualitativos de la existencia, las intuiciones, las “verdades espirituales”, no pueden comprobarse científicamente, pero aún así ejercen una atracción y nos dotan de una razón de ser, son aquello que nos mueve e impulsa a crecer y desarrollarnos espiritualmente, puesto que el ser humano, creemos, no deja de crecer cuando se convierte en adulto.
Como dice el filósofo Manly P. Hall, para muchos niños y niñas la noción de que han existido y existirán para siempre no es en ninguna medida algo extraño, o algo que deben de re aprender a creer bajo algún dogma, es algo que se cree con naturalidad, puesto que generalmente el ser no se identifica con el cuerpo solamente. Es posible que el universo mismo no haya tenido principio y no tenga final, solamente sea existencia existiendo multiforme, infinita transformación (en esto coinciden religiones con algunas teorías físicas modernas). ¿La muerte realmente es el final? ¿Nacer es el inicio de todo lo que somos? O, en cambio, ¿no es más bien sólo un nuevo despertar en una larga cadena de sueños y despertares en nuevos modos de existencia?
Para el budismo, la reencarnación es el resultado del karma, es decir, de las acciones que hemos realizado. El budismo no cree en la existencia de un alma inmortal, pero sí en la continuidad de la mente. La mente no está ligada al cuerpo más que por habituación y no es definida por lo material, tiene una base intangible, la misma que el espacio y la misma que Buda. Las vidas y cuerpos a los que nacemos son el resultado de los karmas que hemos echado a andar, hábitos a los cuales nos hemos aferrado de alguna manera, consecuencias cristalizadas. 

En el hinduismo, donde sí se considera que existe un alma inmortal, la reencarnación es vista de forma similar, sólo que en algunas acepciones de esta religión se confiere realidad al individuo, el cual es una emanación por así decirlo, del Ser Supremo, y el cual evoluciona hacia la reidentificación con su esencia inmortal.
El psicólogo James Hillaman explica que si bien nuestra cultura tiene la noción de la genética y la influencia de la naturaleza, “estas teorías no nos hablan a la individualidad y a la unicidad que sientes que eres tú”. Otras culturas tienen un mito fundacional que debemos reconsiderar, como por ejemplo el Mito de Er que expone Platón en La República: El mito dice que el alma elige sus padres particulares, y así son parte de tu destino, ya sea que experimentes una carencia paternal, padres solteros, adoptivos o lo que sea. 

En el mundo actual otorgamos a los padres de un gran peso, como si fueran dueños y totalmente responsables del destino total de sus hijos. Este otro mito sugiere que tú tienes tu propio destino y que los padres tiene la tarea de proveer el lugar en el mundo en el que puedes enraizarte en la vida y hacer más fácil que crezcas.
Ya sea que las coordenadas de la reencarnación hayan sido elegidas por la voluntad del alma o hayan sido computadas por el cosmos conforme a la ley del karma, de cualquier manera el resultado –la encarnación particular en un cuerpo determinado en el seno una familia determinada– es exactamente lo que merecemos y requerimos, según la teoría de la reencarnación en diversas las culturas. Es decir, la vida que generamos es la oportunidad perfecta para crecer. La reencarnación supone una teoría de la evolución espiritual –una teoría de la evolución más completa puesto que incluye los aspectos éticos y espirituales de la existencia.
De esta forma cada encarnación es la continuidad de nuestro esfuerzo evolutivo, de nuestra estancia en una escuela metafísica de re aprendizaje, del vehículo del cuerpo en servicio del espíritu. Asimismo, la reencarnación y el karma garantizan la ética y la causalidad inherente en todos los aspectos del universo. Sin ellas, nuestros actos e ideas no tendrían ninguna regulación ni ningún sentido ya que se desvanecerían en la nada, y podríamos hacer lo que se nos plazca sin cosechar los efectos integrales de cada acto. Intuimos, sin embargo, que esto no es así, lo que hacemos en un sentido no sólo físico y cuantitativo, sino también metafísico y cualitativo tiene consecuencias en directa relación a la naturaleza de nuestros actos.
En un sentido práctico, existen dos importantes nociones que la reencarnación nos brinda. Por una parte nos exhorta a reconocer por nuestro propio bien, que existimos en un universo ético e íntegro donde nuestras actos tienen consecuencias y en el que somos responsables de nuestra actualidad, de todas las condiciones con las que enfrentamos el mundo. No hay manera de descargar: no fue el azar, no fueron nuestros padres, ni siquiera fue dios. Somos siempre lo que hemos sido. El presente es la co-presencia de todos los momentos que hemos vivido bajo la forma de un cuerpo en el tiempo con una cierta memoria. Asimismo, nos llama a optar por una actitud de reverencia y comprensión en lo que se refiere a nuestros padres, una actitud que ya no busca juzgar o culpar, sino que entiende que nuestros padres son el vehículo de la manifestación de aquello que somos, no los dispositores. Y cualquiera interesado en responder a la pregunta con la que empezó este artículo y con la que empieza toda búsqueda de sentido en la vida, entonces verá en sus padres una rica fuente de enseñanzas para acercarse a resolver el misterio de por qué está aquí.
¿Qué es lo que venimos a re aprender de ellos, o qué es lo que venimos re aprender al mundo que requerimos que fuéramos engendrados por este padre y esta madre y no cualquier otro par? Pueden existir muchos maestros, algunos muchos más evolucionados y cercanos a la iluminación –algunos de ellos serán quizás nuestros padres espirituales– pero lo que si es seguro, es que en nuestros padres tenemos maestros inmediatos, insoslayables, a veces crueles, a veces amorosos, pero siempre poseedores de una valiosa lección, de una profunda joya psíquica, de una historia que va más allá de la sangre y que requerimos comprender para conocer quiénes somos y a dónde vamos.
(por Alejandro Martínez Gallardo en Consejos del Conejo)