Primer Hábito: SER PRO-ACTIVO.
Hábito de la responsabilidad.
- Tenga iniciativa, sea pro activo.
- Elija su propio destino.
- Usted es responsable de lo que haga y genere en
su vida y su consecuencia.
- Decida que quiere hacer y hágalo.
La pro-actividad se
refiere a que ante cada estímulo del ambiente tenemos la libertad (albedrío) de
decidir la respuesta que queremos dar, esto quiere decir que no somos esclavos
de las acciones que sobre nosotros se efectúan, sino libres ejecutores de
nuestra conducta.
Los Seres Humanos somos la
CAUSA de todo lo que recibimos, lo que nos suma o lo que nos resta en éste aquí
y ahora (a mediano y largo plazo todo suma).
Significa comprender que generamos todo lo que recibimos en nuestras
vidas, a partir de quién estamos siendo o de quien hemos sido en el pasado aún
aquello que desde la mirada física (la mirada de los 5 sentidos), pareciera no
tener nada que ver con nosotros.
De ésta manera los seres
humanos vamos a generar un tipo de vida si creemos que los resultados que
recibimos pueden llegar a tener que ver con razones ajenas a nosotros y un tipo
de vida diametralmente opuesta y distinta si comprendemos e incorporarnos la certeza de que NADA ES INOCENTE, es decir
que CAUSAMOS, GENERAMOS y ATRAEMOS todo aquello que recibimos, tanto lo que
suma como lo que resta en este aquí y ahora de nuestras vidas.
Los eventos (los llamados “accidentes”,
“enfermedades”, “robos”, etc.) y los personajes (personas con quien nos
vinculamos) que “recibimos” no “nos pasan”, los eventos “no pasan”, los eventos
cuando los “recibimos”, significa que los estamos generando a partir de quién
estamos siendo o de quien estuvimos siendo.
Todo lo que generamos los
seres humanos en el pasado y en el Aquí y Ahora de nuestra vida está
directamente relacionado con lo que emitimos, con lo que estamos generando, y
desde esta perspectiva no hay una milésima de algo que recibamos que no lo hayamos generado
nosotros, sea lo que sea que estemos recibiendo.
Es decir si nos
paramos en formas de ser íntegras,
en todo aquello que genera una “energía”
limpia, genuina, armoniosa, fresca y despejada que honra la vida o en
formas de ser desintegras, todo
aquello que genera una energía y vibración turbia, nociva y des-honra la vida. De esto dependen los resultados que tengamos en nuestras vidas y de
lograr lo que legítimamente deseamos.
Segundo Hábito: EMPIECE CON UN FIN EN MENTE. Hábito del liderazgo
personal.
- Imagine su objetivo.
- Sea creativo.
- Escriba su propio libreto.
- Use esto como base de lo que hace cada día.
Este hábito consiste en
que nuestra conducta no la rige ni el capricho ni el azar. Requerimos tener
objetivos precisos a los cuales acercarnos: un título universitario, comprar
una casa o un auto, mantener una relación armoniosa con nuestros familiares y
compañeros de trabajo, identificar y desarrollar el talento agregando valor a
la sociedad.
Cada vez que tomemos una
decisión requerimos pensar si ésta nos acerca o nos aleja de nuestros objetivos
y de nuestra integridad, es decir aquellas decisiones que generan una “energía”
limpia, genuina, armoniosa, fresca y despejada que honra la vida.
Tercer Hábito: ESTABLEZCA PRIMERO LO PRIMERO. Hábito de la
administración personal.
- Haga sólo lo que es importante para lograr su
objetivo.
- Emplee más tiempo para lo que es realmente
importante para lograr su objetivo, y no a lo que lo apremie como urgente.
El capitulo comienza un una frase del sabio
alemán Goethe: "Lo que importa más
nunca debe estar a merced de lo que importa menos". Consiste en
distribuir nuestro tiempo sobre la base de prioridades.
El autor describe un
método de organizar el tiempo sobre la base de cuatro cuadrantes en los cuales
coloca las actividades: urgentes, no urgentes, importantes y no importantes.
Hábitos
para la victoria pública
Cuarto Hábito: PENSAR EN
GANAR-GANAR. Hábito del beneficio mutuo.
- Cree la interdependencia.
- Busque el beneficio mutuo en un ganar-ganar.
- Hay suficiente para todos.
- Tenga una mentalidad de abundancia.
- Busque aquellas soluciones que beneficien a
todos.
Este hábito indica que
nuestras interacciones con otros seres humanos siempre deben ser de mutuo
beneficio, que no existe otra opción. Nuestra relación con un cliente debe ser
ganar-ganar, si yo gano y mi cliente pierde, pierdo al cliente.
No existe otra opción,
aunque a corto plazo otros tipos de relaciones resulten en ganancias
inmediatas, a largo plazo vemos que son ineficaces y perjudiciales para ambas
partes.
El autor explica que si
después de razonar con nuestro interlocutor no logramos un acuerdo ganar-ganar,
nos queda la opción de "no hay trato".
Quinto Hábito: PROCURE PRIMERO COMPRENDER Y DESPUES SER COMPRENDIDO.
Hábito de la comunicación efectiva.
- Tenga empatía. Póngase en los zapatos del
otro.
- Escuche hasta entender internamente a la otra
persona.
Este hábito nos invita a
ponernos primero en el lugar del otro, de ver las cosas desde su punto de
vista.
Se basa en el refrán
popular de " Todo es del color del cristal con que se mire".
Es quizás el más difícil
de practicar, casi siempre pasamos más tiempo hablando que escuchando y creemos
que las cosas sólo pueden ser de la manera en que nosotros las vemos.
Sexto Hábito: LA SINERGIA. Hábito de la interdependencia.
- El total es mayor que la suma de las partes.
- Comparta.
- Valorice y celebre las diferencias.
- Busque nuevas alternativas que eliminen los
obstáculos encontrados.
- Encuentre formas de cooperar con todos.
Algunas metas las podemos
lograr solos, pero los proyectos de valor y grandes sólo las podemos lograr con
trabajo en equipo y cooperativo.
Hábito
de renovación
Séptimo Hábito: AFILE LA SIERRA. Hábito de la mejora contínua.
- Sea consistente.
- Preserve, renueve y mejórese a Ud. mismo.
- Balancee sus cuatro dimensiones: física,
espiritual, mental y socio-emocional.
Este capítulo comienza
con la historia de un leñador que se encuentra tan inmerso en su trabajo de
derribar árboles que olvida que dedicar unos minutos a afilar su sierra le haría
ahorrar muchas horas de esfuerzo.
Aplicado a nuestra vida
afilar la sierra se refiere a dedicar un breve espacio de nuestra vida a
mejorar nuestras condiciones físicas, intelectuales y espirituales mediante el
ejercicio físico y el estudio y la meditación.
Fundamentos
de la efectividad personal y organizacional
Las cinco columnas que
sostienen la estructura conceptual del pensa-miento de Stephen R. Covey, son
las siguientes:
1.
Paradigmas
2.
Principios
3.
Proceso de adentro hacia fuera
4.
Hábitos de efectividad
5.
Niveles de efectividad
1.
Paradigmas. De
acuerdo con Covey, los paradigmas son los modos en que las personas ven el
mundo, en el sentido de percepción, comprensión o interpretación.
Otro modo de entender los
paradigmas es la idea de que son teorías, explicaciones, modelos o supuestos
que son útiles para explicar la realidad.
Los paradigmas son mapas
de nuestras mentes y corazones que dan origen a nuestras actitudes y conductas
y, en última instancia, a resultados.
2.
Principios - Los principios -siempre en la visión de Covey-
son leyes naturales en la dimensión humana que gobiernan la efectividad y que
no pueden quebrantarse.
Estos principios
representan verdades profundas, fundamentales, duraderas, universales y
permanentes que han sido reconocidas por todas las civilizaciones importantes a
través del tiempo. Si los paradigmas son el mapa, pues los principios son el
territorio.
3.
Proceso de adentro hacia fuera. Conforme a Covey, el proceso de cambio y desarrollo personal siempre
se produce de adentro hacia fuera, y se sustenta en los principios, la persona
humana (carácter, paradigmas y motivaciones) y los hábitos de la efectividad.
Esto quiere decir que los
programas de cambio y desarrollo personal para poder ser realmente efectivos
tienen antes que ser asimilados internamente por la persona traspasando las
resistencias internas y las barreras externas.
4. Hábitos
de efectividad. Los hábitos no serían sino la resultante de la intersección de tres elementos:
1. Conoci-miento, responde al qué hacer y por qué;
2. Capacidad, responde al cómo hacer; y
3. Deseo, responde al
querer hacer o motivación (para que).
Los siete hábitos encarnan principios esenciales arraigados en
nuestra conciencia ética y en nuestro sentido común.
5.
Niveles de efectividad
1.
La efectividad personal, basada en el principio de la confiabilidad, constituye
la relación conmigo mismo.
2.
La efectividad interpersonal, sustentada en el principio de confianza,
son mis relaciones e interacciones con los demás.
3.
La efectividad gerencial, sostenida en el principio del faculta-miento,
es la responsabilidad de hacer que otros lleven a cabo determinada tarea con un
claro sentido de responsabilidad y compromiso,
4.
La efectividad organizacional, soportada en el principio de alinea-miento,
es la condición de organizar a las personas en armonía con las líneas maestras
de la organización.
No hay comentarios:
Publicar un comentario