lunes, 30 de septiembre de 2019

Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva de Stephen Covey



 Hábitos para la victoria privada

Primer Hábito: SER PRO-ACTIVO.  Hábito de la responsabilidad.

-      Tenga iniciativa, sea pro activo.
-      Elija su propio destino.
-      Usted es responsable de lo que haga y genere en su vida y su consecuencia.
-      Decida que quiere hacer y hágalo.

La pro-actividad se refiere a que ante cada estímulo del ambiente tenemos la libertad (albedrío) de decidir la respuesta que queremos dar, esto quiere decir que no somos esclavos de las acciones que sobre nosotros se efectúan, sino libres ejecutores de nuestra conducta.

Los Seres Humanos somos la CAUSA de todo lo que recibimos, lo que nos suma o lo que nos resta en éste aquí y ahora (a mediano y largo plazo todo suma).  Significa comprender que generamos todo lo que recibimos en nuestras vidas, a partir de quién estamos siendo o de quien hemos sido en el pasado aún aquello que desde la mirada física (la mirada de los 5 sentidos), pareciera no tener nada que ver con nosotros.

De ésta manera los seres humanos vamos a generar un tipo de vida si creemos que los resultados que recibimos pueden llegar a tener que ver con razones ajenas a nosotros y un tipo de vida diametralmente opuesta y distinta si comprendemos e incorporarnos  la certeza de que NADA ES INOCENTE, es decir que CAUSAMOS, GENERAMOS y ATRAEMOS todo aquello que recibimos, tanto lo que suma como lo que resta en este aquí y ahora de nuestras vidas.

Los  eventos (los llamados “accidentes”, “enfermedades”, “robos”, etc.) y los personajes (personas con quien nos vinculamos) que “recibimos” no “nos pasan”, los eventos “no pasan”, los eventos cuando los “recibimos”, significa que los estamos generando a partir de quién estamos siendo o de quien estuvimos siendo.

Todo lo que generamos los seres humanos en el pasado y en el Aquí y Ahora de nuestra vida está directamente relacionado con lo que emitimos, con lo que estamos generando, y desde esta perspectiva no hay una milésima de algo  que recibamos que no lo hayamos generado nosotros, sea lo que sea que estemos recibiendo.

Es decir si nos paramos en formas de ser íntegras, en todo aquello  que genera una “energía” limpia, genuina, armoniosa, fresca y despejada que honra la vida o en formas de ser desintegras, todo aquello que genera una energía y vibración turbia, nociva y des-honra la vida. De esto dependen los resultados que tengamos en nuestras vidas y de lograr lo que legítimamente deseamos.

Segundo Hábito: EMPIECE CON UN FIN EN MENTE. Hábito del liderazgo personal.

-      Imagine su objetivo.
-      Sea creativo.
-      Escriba su propio libreto.
-      Use esto como base de lo que hace cada día.

Este hábito consiste en que nuestra conducta no la rige ni el capricho ni el azar. Requerimos tener objetivos precisos a los cuales acercarnos: un título universitario, comprar una casa o un auto, mantener una relación armoniosa con nuestros familiares y compañeros de trabajo, identificar y desarrollar el talento agregando valor a la sociedad.

Cada vez que tomemos una decisión requerimos pensar si ésta nos acerca o nos aleja de nuestros objetivos y de nuestra integridad, es decir aquellas decisiones que generan una “energía” limpia, genuina, armoniosa, fresca y despejada que honra la vida.

Tercer Hábito: ESTABLEZCA PRIMERO LO PRIMERO. Hábito de la administración personal.

-      Haga sólo lo que es importante para lograr su objetivo.
-      Emplee más tiempo para lo que es realmente importante para lograr su objetivo, y no a lo que lo apremie como urgente.

 El capitulo comienza un una frase del sabio alemán Goethe: "Lo que importa más nunca debe estar a merced de lo que importa menos". Consiste en distribuir nuestro tiempo sobre la base de prioridades.

El autor describe un método de organizar el tiempo sobre la base de cuatro cuadrantes en los cuales coloca las actividades: urgentes, no urgentes, importantes y no importantes.

Hábitos para la victoria pública

Cuarto Hábito: PENSAR EN GANAR-GANAR. Hábito del beneficio mutuo.

-      Cree la interdependencia.
-      Busque el beneficio mutuo en un ganar-ganar.
-      Hay suficiente para todos.
-      Tenga una mentalidad de abundancia.
-      Busque aquellas soluciones que beneficien a todos.

Este hábito indica que nuestras interacciones con otros seres humanos siempre deben ser de mutuo beneficio, que no existe otra opción. Nuestra relación con un cliente debe ser ganar-ganar, si yo gano y mi cliente pierde, pierdo al cliente.

No existe otra opción, aunque a corto plazo otros tipos de relaciones resulten en ganancias inmediatas, a largo plazo vemos que son ineficaces y perjudiciales para ambas partes.

El autor explica que si después de razonar con nuestro interlocutor no logramos un acuerdo ganar-ganar, nos queda la opción de "no hay trato".

Quinto Hábito: PROCURE PRIMERO COMPRENDER Y DESPUES SER COMPRENDIDO. Hábito de la comunicación efectiva.

-      Tenga empatía. Póngase en los zapatos del otro.
-      Escuche hasta entender internamente a la otra persona.

Este hábito nos invita a ponernos primero en el lugar del otro, de ver las cosas desde su punto de vista.

Se basa en el refrán popular de " Todo es del color del cristal con que se mire".

Es quizás el más difícil de practicar, casi siempre pasamos más tiempo hablando que escuchando y creemos que las cosas sólo pueden ser de la manera en que nosotros las vemos.

Sexto Hábito: LA SINERGIA. Hábito de la interdependencia.

-      El total es mayor que la suma de las partes.
-      Comparta.
-      Valorice y celebre las diferencias.
-      Busque nuevas alternativas que eliminen los obstáculos encontrados.
-      Encuentre formas de cooperar con todos.

Algunas metas las podemos lograr solos, pero los proyectos de valor y grandes sólo las podemos lograr con trabajo en equipo y cooperativo.

Hábito de renovación

Séptimo Hábito: AFILE LA SIERRA. Hábito de la mejora contínua.

-      Sea consistente.
-      Preserve, renueve y  mejórese a Ud. mismo.
-      Balancee sus cuatro dimensiones: física, espiritual, mental y socio-emocional.

Este capítulo comienza con la historia de un leñador que se encuentra tan inmerso en su trabajo de derribar árboles que olvida que dedicar unos minutos a afilar su sierra le haría ahorrar muchas horas de esfuerzo.

Aplicado a nuestra vida afilar la sierra se refiere a dedicar un breve espacio de nuestra vida a mejorar nuestras condiciones físicas, intelectuales y espirituales mediante el ejercicio físico y el estudio y la meditación.

Fundamentos de la efectividad personal y organizacional

Las cinco columnas que sostienen la estructura conceptual del pensa-miento de Stephen R. Covey, son las siguientes:

1.      Paradigmas
2.     Principios
3.     Proceso de adentro hacia fuera
4.     Hábitos de efectividad
5.     Niveles de efectividad

1. Paradigmas. De acuerdo con Covey, los paradigmas son los modos en que las personas ven el mundo, en el sentido de percepción, comprensión o interpretación.

Otro modo de entender los paradigmas es la idea de que son teorías, explicaciones, modelos o supuestos que son útiles para explicar la realidad.

Los paradigmas son mapas de nuestras mentes y corazones que dan origen a nuestras actitudes y conductas y, en última instancia, a resultados.

2. Principios -  Los principios -siempre en la visión de Covey- son leyes naturales en la dimensión humana que gobiernan la efectividad y que no pueden quebrantarse.

Estos principios representan verdades profundas, fundamentales, duraderas, universales y permanentes que han sido reconocidas por todas las civilizaciones importantes a través del tiempo. Si los paradigmas son el mapa, pues los principios son el territorio.

3. Proceso de adentro hacia fuera. Conforme a Covey, el proceso de cambio y desarrollo personal siempre se produce de adentro hacia fuera, y se sustenta en los principios, la persona humana (carácter, paradigmas y motivaciones) y los hábitos de la efectividad.

Esto quiere decir que los programas de cambio y desarrollo personal para poder ser realmente efectivos tienen antes que ser asimilados internamente por la persona traspasando las resistencias internas y las barreras externas.

4. Hábitos de efectividad. Los hábitos no serían sino la resultante de la intersección de tres elementos:

            1. Conoci-miento, responde al qué hacer y por qué;
            2. Capacidad, responde al cómo hacer; y
            3. Deseo, responde al querer hacer o motivación (para que).

Los siete hábitos encarnan principios esenciales arraigados en nuestra conciencia ética y en nuestro sentido común.

5. Niveles de efectividad

1.       La efectividad personal, basada en el principio de la confiabilidad, constituye la relación conmigo mismo.
2.      La efectividad interpersonal, sustentada en el principio de confianza, son mis relaciones e interacciones con los demás.
3.      La efectividad gerencial, sostenida en el principio del faculta-miento, es la responsabilidad de hacer que otros lleven a cabo determinada tarea con un claro sentido de responsabilidad y compromiso,
4.      La efectividad organizacional, soportada en el principio de alinea-miento, es la condición de organizar a las personas en armonía con las líneas maestras de la organización.



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