viernes, 20 de septiembre de 2019

La cantidad es importante, la calidad lo es aún más.


La cantidad es importante.
Pero la calidad lo es aún más.
La cantidad de años que una persona vive es importante.
Pero sin calidad cuanto más se vive más se sufre.
La cantidad de comida que debe recibir un niño para crecer sano es fundamental.
Pero sin calidad cuanto más coma más enfermo estará.
Algo similar ocurre con el entrenamiento físico.
La cantidad de repeticiones es crucial para garantizar el desarrollo de la fuerza o de una habilidad deportiva.
Pero si el profesor no tiene calidad, cuanto más repita una rutina más serias serán las lesiones.
Cuando practico mis ejercicios a veces tengo poco tiempo y debo elegir.
Entre apurarme para lograr el número de repeticiones habitual o trabajar lentamente pero con calidad máxima.
La experiencia me ha enseñado que es preferible menos cantidad y más calidad.
Es preferible hacer 20 abdominales con excelencia que hacer 100 con prisa y sin disfrutar de la práctica.
También este principio se aplica a la nutrición.
Más vale unos pocos bocados tomados lentamente y con conciencia.
Que un mayor volumen con ansias de terminar antes.
Una arquitecto con maestría sabe que para construir una gran obra, se necesita una gran cantidad de ladrillos.
Colocados uno a uno de una manera perfecta.
Porque si falta la calidad en lo pequeño, cuanto más grande la construcción, mayor será la vergüenza cuando se desmoronen sus grandes paredes.

-Martín Macedo-

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