viernes, 29 de abril de 2016

Los 8 tipos de personalidad según Carl Jung

Cara de Carl Gustav Jung
Carl Gustav Jung es sin duda uno de los nombres imprescindibles si queremos entender la historia de la psicología. Sus teorías han sido fuente de tanta controversia como inspiración. No en vano es el fundador de una escuela propia dentro del marco psicoanalítico, la escuela de psicología analítica, también llamada psicología de los complejos y psicología profunda.

Durante mucho tiempo, Jung fue discípulo de Freud. Sin embargo, se apartó de él principalmente porque no estaba de acuerdo con su teoría de la sexualidad. Así mismo, Jung postuló la existencia de un “inconsciente colectivo, que era previo al inconsciente individual. “Sé lo que quiero: tengo metas y opiniones. Dejadme ser yo misma, con esto me basta y me sobra.” -Ana Frank-

Jung fue un intelectual inquieto, que bebió de muchas fuentes. Además de la neurología y del psicoanálisis, las teorías de Jung recibieron la influencia de la mitología, e incluso de la religión y de la parapsicología. Una de sus grandes pasiones fue la arqueología y probablemente de esa inclinación se desprende la construcción de la teoría de los arquetipos, o símbolos universales que están presentes en el inconsciente humano.

La teoría de la personalidad de Jung

Para Carl Jung existen cuatro funciones psicológicas básicas: pensar, sentir, intuir y percibir. En cada persona una o varias de estas funciones tienen particular énfasis. Por ejemplo, cuando alguien es impulsivo, según Jung, se debe a que predominan las funciones de intuir y percibir, antes que las de sentir y pensar.

A partir de las cuatro funciones básicas, Jung postula que se conforman dos grandes tipos de carácter: el introvertido y el extravertido. Cada uno de ellos tiene rasgos específicos, que lo diferencian del otro.

Carácter de tipo extrovertido, se caracteriza por:
  1. Su interés se enfoca hacia la realidad exterior, antes que hacia el mundo interno.
  2. Las decisiones se toman pensando en su efecto en la realidad externa, antes que en la propia existencia.
  3. Las acciones se llevan a cabo en función de lo que otros pueden pensar acerca de ellas.
  4. La ética se construyen dependiendo de lo que predomine en el mundo.
  5. Son personas que se acomodan a casi cualquier ambiente, pero les cuesta trabajo adaptarse realmente.
  6. Son sugestionables, influenciables y tienden a imitar.
  7. Requieren hacerse ver y ser reconocidos por los demás.
Carácter de tipo introvertido se caracteriza por: 
  1. Siente interés por sí mismo, por como siente y piensa.
  2. Orienta su conducta de acuerdo con lo que siente y piensa, aunque vaya en contravía de la realidad exterior
  3. No se preocupa demasiado por el efecto que sus acciones causen en el entorno. Le preocupa sobre todo que le satisfagan interiormente
  4. Tienen dificultades tanto para acomodarse, como para adaptarse al entorno. Sin embargo, si logran adaptarse, lo harán realmente y de manera creativa.

Los tipos de personalidad

A partir de las funciones psicológicas básicas y de los dos tipos de carácter fundamentales, Jung señala que se derivan ocho tipos de personalidad bien diferenciadas. Todas las personas pertenecerían a uno u otro tipo. Estos son:

Reflexivo extravertido

La personalidad reflexiva extravertida corresponde a los individuos cerebrales y objetivos, que actúan casi exclusivamente con base en la razón. Solo toman por cierto aquello que se afirme con suficientes evidencias. Son poco sensibles y pueden llegar incluso a ser tiránicos y manipuladores con los demás.

Reflexivo introvertido

El reflexivo introvertido es una persona con gran actividad intelectual, que, sin embargo, tiene dificultades para relacionarse con los demás. Suele ser obstinado y muy tenaz para lograr sus objetivos. A veces se le ve como un desadaptado, inofensivo y a la vez interesante.

Sentimental extravertido

Las personas con gran habilidad para entender a otros y para establecer relaciones sociales son los sentimentales extravertidos. Sin embargo, les cuesta trabajo apartarse del rebaño y sufren cuando son ignorados por su entorno. Son muy diestros con la comunicación.

Sentimental introvertido

La personalidad sentimental introvertida corresponde a las personas solitarias y con gran dificultad para establecer relaciones con los demás. Puede ser huraño y melancólico. Hace todo lo posible por pasar desapercibido y le gusta permanecer en silencio. Sin embargo, es muy sensible a las necesidades de los otros.
Perceptivo extravertido

Los individuos perceptivos extravertidos tienen una especial debilidad por los objetos, a los que llega a atribuir cualidades mágicas incluso, aunque lo haga de manera inconsciente. No le apasionan las ideas, sino la manera como toman forma en cuerpos concretos. Busca el placer por encima de todo.

Perceptivo introvertido

Es un tipo de personalidad muy propio de músicos y artistas. Las personas perceptivas introvertidas ponen especial énfasis en las experiencias sensoriales: le dan gran valor al color, a la forma, a la textura. Lo suyo es el mundo de la forma, como fuente de las experiencias interiores.

Intuitivo extravertido

Corresponde al típico aventurero. Las personas intuitivas extravertidas son muy activas e inquietas. Requieren de muchos estímulos de todo tipo. Son tenaces para lograr sus objetivos, y una vez los consiguen pasan al siguiente olvidando el anterior. No les importa mucho el bienestar de quienes les rodean.

Intuitivo introvertido

Son extremadamente sensibles a los estímulos más sutiles. La personalidad intuitiva introvertida corresponde al tipo de personas que casi “adivinan” lo que otros piensan, sienten o se disponen a hacer. Son imaginativos, soñadores e idealistas. Les cuesta trabajo “poner los pies sobre la tierra”.

Jung: sincronía, azar o magia

No todo lo que ocurre puede ser explicado con una serie de causas y efectos. Hay conexiones de sucesos que no son fáciles de explicar. La casualidad es, sin duda alguna, una faceta de la ciencia que ha servido de fuente de preocupación a diversos pensadores a lo largo de los siglos.

El ser humano, desde el momento en que se entendió como tal, siempre buscó explicar la realidad que lo circundaba. Esta realidad, muchas veces, le parecía caótica. Siendo así, buscó medios con que poder dar un encadenar lógico a los sucesos naturales que se le presentaban a la vista. Así, se empeñó en conocer el mundo y la naturaleza en sus diversos aspectos.
Ya desde el origen de la Historia conocida surgen diversos mitos que intentan explicar quién hace llover, por qué llueve, por qué el Sol nace dando origen a la luz, por qué la Luna lo sustituye dando origen a la noche, etc. Sus explicaciones volvían siempre a un Dios o a una especie de entidad que, de manera sobrenatural, hacía que algo aconteciera en el mundo fenoménico que habitaban. Para que se tenga una idea en cuanto a la vieja estructura mental que buscaba una explicación a los hechos desconocidos, basta que el lector vea cómo el anochecer y el amanecer son descritos en el libro egipcio Am-Triat, en que es relatado cómo el dios Sol muerto se transforma en Khepera o escarabajo en la décima estación, y cómo, en la duodécima, sube en una barca que lo transportará rejuvenecido a un nuevo amanecer.
La Historia transcurrió y, con el tiempo, toda esta forma de explicación mítica fue puesta en duda, y la llamada ciencia moderna comenzó a seguir el conocido modelo del método científico. Según dicho modelo, si el evento B, por ejemplo, puede ser observado, este deriva de un evento A, antecedente que lo causó, y si viene a presentarse un evento C, este indefectiblemente debe haber sido causado por B. Así, todo en la naturaleza iría manifestándose a través de una cadena de acontecimientos, todo estará explicado a través de una causa que produce un efecto (relación causa-efecto o relación causal).
De acuerdo con estos patrones de la forma de pensar, para que algo sea considerado real, debe ser primeramente observable y controlable. Después se intentará delimitar cuál es el fenómeno que lo antecede o provoca. Si no es posible encontrar alguna relación entre el hecho en cuestión y un antecedente cualquiera que pueda haberlo causado, este hecho no es considerado, es decir, los científicos lo dejan de lado bajo pretexto de que no encontraron relación causal alguna del hecho en cuestión.
La ciencia llegó a atribuir al azar ciertas situaciones en las cuales no encontraba relación causal. La genética es una de ellas. Hoy se sabe que si una persona portadora de un genotipo Mm (normal portador para un gen que determina la miopía) se casa con un portador/a de genotipo mm (miope), esta pareja tiene una probabilidad del 50% de que se vean afectados por esta enfermedad. Se sabe que para tener un hijo normal portador, basta que este reciba un gen normal (M) y uno afectado (m); para tener un hijo afectado, basta que reciba dos genes recesivos; pero en la genética, lo que causa la unión de dominante con otro también dominante, o la unión de dos recesivos, todavía es atribuido al azar, pues este proceso aún no consiguió probarse a través de una relación causal. Lo mismo sucede en lo concerniente a la determinación de los sexos.
La ciencia positivista pasó a determinar la llamada causalidad a través de un método estadístico, y esta verdad estadística se volvió el fundamento filosófico de la atribución de la causalidad. La psicología experimental, de hecho, es una parte de la psicología que tiene por objeto estudiar la emisión de comportamientos por parte de un organismo.
Un ratón en la caja de Skinner, por ejemplo, está obligado a presionar la palanca de accionamiento del depósito de agua para poder beber. La psicología experimental plantea que la privación de agua (A) provoca el comportamiento del ratón sobre la palanca (B), y la recepción del agua (C) viene como consecuencia del comportamiento del ratón. Muchas veces, sin embargo, se presenta el evento A, como pude presenciar siendo monitor de psicología experimental en la Universidad Federal del Pará, en Brasil, y el comportamiento de presión sobre la palanca no es emitido. La explicación de este hecho gira en torno a dos motivos: el azar y las características idiosincrásicas. Con ello se concluye que la propia psicología experimental es pura estadística, ya que el proceso de relación causal en cuestión, que recibe el nombre de triple contingencia de Skinner, en su propio enunciado, afirma: “En la presencia de un Sd (estímulo discriminativo), la respuesta o comportamiento previsto tendrá muchas probabilidades de suceder si, después de ser emitido, es reforzado con un SR (estímulo reforzador)”. Sin embargo, todo ello solo plantea un alto margen de probabilidades, pero la seguridad nunca es total.
C. G. Jung postula que las explicaciones de los primitivos mitos tenían en cuenta la causalidad, pero esta causalidad era mágica y no pensada a partir de una cadena de acontecimientos como la nuestra.
Pongamos un ejemplo: si una persona adquiere un billete de metro para ir a comprar una entrada de teatro, y se da cuenta de que los números de ambos tickets son iguales, y tras esto alguien le deja su número telefónico, que es igual que el número del billete del metro y de la entrada del teatro, ¿a qué relación causal estarían todos estos hechos sometidos? Muchas personas dirían que esto no pasa de ser una coincidencia, y estamos de acuerdo, pero hay ciertos tipos de coincidencias, como algunas otras que Jung cita, que sobrepasan los límites de la casualidad, no obedecen a ninguna causalidad conocida y además los hechos mantienen un cierto significado intrínseco común. Citaré una experiencia de Jung, en la cual él relata una serie de no menos de seis términos, cuya relación es simplemente casual, pero altamente significativa:
En la mañana del día 1 de abril de 1949, yo había trascrito un relato referente a una figura que era mitad hombre mitad pez. En el almuerzo hubo pescado. Alguien nos recordó la costumbre del pez de abril (primero de abril). Por la tarde, una antigua paciente mía, a quien no veía hacía varios meses, me mostró algunas figuras de peces. Por la noche, alguien me mostró una pieza de bordado representando un monstruo marino. A la mañana siguiente, vi a otra antigua paciente que vino a visitarme por primera vez después de diez años. La noche anterior ella había soñado con un gran pez. Algunos meses después, al emplear toda esta serie de coincidencias en un trabajo mayor, y habiendo concluido su redacción, me dirigí a un local a la orilla del lago, enfrente de mi casa, donde ya había pasado diversas veces aquella misma mañana. Esta vez encontré un pez muerto, más o menos de un pie de largo (cerca de 30 cm) sobre el muro del lago. Como nadie pudo haber estado allí, no tengo ni idea de cómo el pez pudo llegar a parar a aquel sitio.
Casos como este son prácticamente imposibles de ser estudiados por la ciencia actual, ya que esta busca la relación causa-efecto, y en esta serie no se puede vislumbrar una posibilidad causal alguna de que un acontecimiento pueda haber provocado otro.
Sincronicidad
Para explicar fenómenos como este, Jung propone el término sincronicidad: una aparición simultánea de dos o más factores unidos por la significación y sin relación causal alguna entre sí; sería, por lo tanto, una coincidencia significativa. El secreto que liga un acontecimiento a otro estaría relacionado con el significado del evento, es decir, que la condición psíquica de Jung, en aquel momento, estaría volcada a los eventos marinos, y ello provocaría una especie de evocación de otros sucesos relacionados con el mismo tema.
Jung se inspiró, para crear el término sincronicidad, en Schopenhäuer, y más concretamente en su tratado La intencionalidad aparente en el destino del individuo (Parerga und Paralipomena, Vol.I.). En este tratado, Schopenhäuer habla de una especie de “(…) simultaneidad… de aquello que no tiene conexión causal”. Y usando una analogía geográfica cruzada de meridianos y paralelos, donde estos representarían las conexiones acausales, y aquellos las cadenas causales, plantea cómo una persona puede ser un héroe de su propia vida y un simple figurante de la vida ajena, a través de un esquema donde conexiones causales y acausales no se anulan, antes bien se completan. En opinión de Schopenhäuer, “el sujeto del gran sueño de la vida… es uno solo”; es decir, la voluntad, la primera causa de donde irradian todas las cadenas causales como meridianos del polo, gracias a los paralelos circulares, se encuentra en una relación de “simultaneidad significativa”. De esta simultaneidad significativa, Jung extrajo el término sincronicidad.
Puede parecer que toda la apuesta filosófica de Jung haya sido puramente subjetiva o limitada a su propia experiencia. Sin embargo, antes de publicarla, como era su costumbre, tuvo sumo cuidado e intentó buscar otros casos que confirmaran o refutaran su propuesta. Al hacerlo, Jung encontró una bibliografía sumamente significativa. Además de Schopenhäuer y él mismo, autores como Dariex, Flammarión, Schülz, Silberer o Rhine, además de haber consultado bibliografías semejantes, también hicieron uso de la estadística intentando explicar enigmas similares.
Dariex estudió los problemas de precognición telepática de la muerte y concluyó que casos como estos poseen una probabilidad de manifestarse al azar de 1 entre 4.144.545.
Flammarión estudió los casos conocidos por el nombre de phantasms of living(fantasmas de los vivos) y encontró una probabilidad de que sucediese por azar con un valor de 1 entre 804.622.222.
Este autor cita, en uno de sus libros (L’inconnu et les problèmes psychiques), que cuando escribía sobre la atmósfera, en la parte que trata sobre los vientos, fue sorprendido por una ráfaga de viento sobre su mesa justo en el momento en que discurría sobre este asunto. También nos informa sobre un episodio de M. Deschamps, que siendo niño en Orleans, un día recibió un pedazo de pastel de pasas que le dio un cierto M. de Fontgibu. Diez años después encontró pastel de pasas en un restaurante de París y pidió una ración. Le comunicaron que el pastel acababa de ser solicitado por M. de Fontgibu, que se encontraba allí. Varios años después, M. Deschamps fue invitado a compartir pastel de pasas, como una circunstancia especial. Mientras comía, observó que esta vez solo faltaba la presencia de M. de Fontgibu. En ese momento, la puerta se abrió y entró un señor muy anciano y desorientado; era M. de Fontgibu, que se había equivocado de dirección y había aparecido por error en dicha reunión. Flammarión tenía ciertamente en sus manos un caso de sincronicidad, pero él prefirió explicar este hecho basándose en la hipótesis, no menos inquietante, de la telepatía.
Schülz, en su obra Der Zufall Eine Vorfom des Schicksals, trata de demostrar cómo objetos perdidos y robados vuelven prodigiosamente a sus dueños. Narra, en dicha obra, el caso de una señora que habiendo sacado una foto de su hijo, envió la película para ser revelada en otra ciudad. Entonces estalló la 2.ª Guerra Mundial, causando la pérdida de la película. Años después viajó a la ciudad a la que había enviado la película y compró otra película virgen en una tienda, para sacar una foto de una hija. Cuando mandó revelar la película se dio cuenta de que ya había sido usada, pues las fotos estaban montadas. Algo después se apercibió de que las fotos que estaban debajo, es decir, las que habían sido sacadas anteriormente, eran las de su hijo, cuya película se había perdido durante la guerra. Schülz explica el hecho basándose en la atracción de los objetos, relacionados, según él, por el sueño de una Consciencia más grande que la nuestra.
Silberer, el único que estudió el problema bajo el punto de vista psicológico antes que Jung, creyó que estos hechos suceden, no debido a eventos parapsicológicos, sino por arreglos inconscientes.
Rhine, en su obra The Reach of Mind, fue el autor que dio mayor impulso al desarrollo de la idea de Jung.
Rhine colocó a un experimentador y un sujeto sentados frente a frente en una mesa, separados por una división de madera. El experimentador, portador de un juego de cartas con cinco tipos diferentes de decoración (estrella, rectángulo, círculo, dos líneas onduladas y cruz, siendo cada grupo de cinco cartas decorado por cada uno de estos motivos) sacaba una carta de la baraja, que había sido mezclada electrónicamente; el sujeto tenía que adivinar el símbolo de la carta que estaba sacando. El cálculo de probabilidad de aciertos por cada caso era de 5 entre 25, y el resultado promedio de cada sujeto fue de 6,5 entre 25, en 800 experimentos, es decir, un 1,5 más que la probabilidad de aciertos al azar, siendo la probabilidad de que todo ello sucediese por pura casualidad de 1 entre 250.000.
Durante todas estas experiencias, hubo un caso de un muchacho que alcanzó aciertos de 10 entre 25, y este mismo muchacho alcanzó después aciertos de 25 entre 25 (o sea, todos), siendo la probabilidad de que todo esto suceda por simple azar de 1 entre 298.023.233.876.935.125.
La distancia entre el experimentador y el sujeto se fue aumentando de acuerdo con el número de intentos, desde situarlos en la misma sala, hasta separarlos a una distancia de 350 km, donde se pudieron constatar aciertos tipo de 10,1 entre 25; 11,4 entre 25 y 12,0 entre 25 (recordemos que la media tipo acertada era de 5 entre 25).
Usher y Burt rehicieron el experimento y llegaron a alejar a experimentador y sujeto, en uno de los experimentos, 960 leguas, y en otro, 4000 leguas; uno de ellos estuvo en la ciudad de Durham (Carolina del Norte) y otro en Zagreb (Yugoslavia).
Por los resultados, se puede concluir que la distancia entre experimentador-sujeto poco o nada interfiere en los experimentos. Las propuestas de explicación de transmisión energética entre ambos también se derrumban, dado que tal distancia hace imposible cualquier tipo de transmisión de simple energía magnética, cinética, etc. De hecho, en algunos experimentos, los resultados se elevan proporcionalmente a la distancia.
Podemos suponer entonces que el espacio es un valor relativo. Y de acuerdo con todos estos experimentos, también el tiempo es relativo. Hay eventos que escapan a la atracción de estas fuerzas. Pero si espacio y tiempo son solo elementos subjetivos arbitrarios, necesarios para la vida en comunidad, pero no necesariamente existentes, lo mismo podríamos decir de la causalidad, ya que ella presupone estos dos elementos.
Tal vez el lector pueda sentirse aterrado con estas conclusiones, pero la propia teoría de la relatividad de Einstein propone conclusiones semejantes, y la física afirma que un minuto cósmico puede equivaler a mil millones de años terrestres. Así, presente, pasado y futuro, serían solo instancias arbitrarias en la mente del hombre moderno.
Jung concluye así el resultado de todas estas experiencias:
Hemos de admitir que la distancia es físicamente variable y, en determinadas circunstancias, puede ser reducida a cero por alguna disposición psíquica. Más notable todavía es el hecho de que el tiempo, en principio, no es un factor negativo, es decir, la lectura anticipada de una serie de cartas a ser sacadas en el futuro produce un número de aciertos que sobrepasan los límites de la probabilidad.
Jung no escatimó rigor científico en sus conclusiones y antes de publicarlas tuvo cuidado de conversar con el propio Einstein; y el físico W. Pauli llegó a ayudarle personalmente a través de intercambios de ideas. En la formulación de Jung, la tríada clásica de la física (espacio, tiempo y causalidad) debería ser completada con la inserción de un cuarto principio: la sincronicidad. Después de diversas discusiones con W. Pauli, quien aceptaba los argumentos psicológicos de Jung, ambos llegaron a la conclusión de que la causalidad (o conexión constante a través de causa y efecto) sería para la sincronicidad (o conexión inconstante a través de la contingencia o de la equivalencia o significación) así como una cierta energía indestructible; sería para un continuum espacio-temporal.
Jung afirma que habría, por lo tanto, una correspondencia de la teoría psicológica y de la física. La teoría de la física da explicaciones concretas, y la psicológica daría una equivalencia entre causalidad y sincronicidad, debido a factores a los cuales Jung llama arquetipos. Estos se unirían a la causalidad, debido a que están dotados de transgresividad (capacidad de transgredir o alterar). Ello se debe a que los arquetipos no se encuentran exclusivamente “en la esfera psíquica, sino que pueden presentarse también en circunstancias no psíquicas (equivalencia de un proceso físico con un proceso psíquico)”. Esta unión o equivalencia causalidad-sincronicidad sería contingente a la determinación causal, es decir, la sincronicidad acontecería debido a una situación causal, pero unida a ella por una ley que no es causal, o por lo menos así la consideramos, por desconocerla. Los arquetipos, de esta forma, serían el fundamento de la probabilidad psíquica, porque encierran acontecimientos ordinarios e instintivos de una especie de tipos de experiencias, de eventos, o simplemente, acontecimientos. Así nos dice Goethe a través de una concepción mágica y sincrónica de su famoso Fausto:
Todos nosotros tenemos fuerzas eléctricas y magnéticas dentro de nosotros y ejercemos un poder de atracción y de repulsión, dependiendo del contacto que tengamos con algo afín o desemejante.
La dificultad en la comprensión de la ley de la sincronicidad reside sobre todo en la tendencia unilateral del hombre moderno occidental en suponer todo concepto contenido en una relación causa-efecto de su propio modelo científico. El antiguo, o incluso el hombre oriental de nuestros días, no tienen dicha preocupación. Estos hombres ven la vida como un todo, como una interpenetración de un mundo físico y un mundo espiritual.
La sincronicidad, según Jung, puede ser un auxiliar natural para la psicoterapia, ya que puede servir para que el paciente reflexione sobre su posición psicológica. En su libro Sincronicidad: un principio de conexiones acausales, Jung cuenta el caso de una de sus pacientes que era bastante racionalista y que cambia su opinión sobre la vida cuando, después de haber soñado con un escarabajo de oro, narra su sueño a Jung para que se lo interprete, y se sorprende al ver un abejorro común entrar por la ventana del consultorio. Como el abejorro real y el escarabajo de su sueño tenían semejanzas físicas, el hecho sirvió para hacer reflexionar a la paciente en lo tocante a lo desconocido. Sin embargo, lo verdaderamente prodigioso del caso, aunque la paciente lo ignoraba, es que el escarabajo de oro de su sueño es un antiguo símbolo egipcio del renacimiento a una nueva vida, y en su caso ciertamente presagiaba una apertura y un renacimiento a un estado psicológico de mayor receptividad al mundo de lo mágico.
La astrología es otro ejemplo de sincronicidad. Esta ciencia es sincrónica al humor y a la disposición psíquica del niño recién nacido, pues se sabe que determinadas configuraciones planetarias coinciden con el nacimiento de personas con estados definidos de humor y disposición psíquica de sus semejantes.
La sincronicidad puede ser facilitada por determinados estados afectivos. Jung dice que la ausencia de interés y el tedio son estados afectivos que interfieren negativamente en la formación de sincronicidades, mientras que la expectativa pasiva o la participación directa en situaciones en común, interferían positivamente, así como la fe o la esperanza.
(por MICHEL ECHENIQUE)

20 frases de Carl Jung que te apoyarán a comprenderte mejor

Carl Gustav Jung fue uno de los mejores psiquiatras de todos los tiempos, pionero de la psicología profunda enmarcando en ella sus nociones sobre interpretación de los sueños, filosofía, arte, mitología, religión, antropología y alquimia.

  1. No retengas a quien se aleja de ti. Porque así no llegará quien desea acercarse.
  2. Todo lo que nos irrita de otros nos lleva a entendernos más y mejor a nosotros mismos.
  3. Si eres una persona con talento, no significa que ya hayas recibido algo. Quiere decir que puedes dar algo.
  4. El encuentro de dos personas es como el contacto de dos sustancias químicas: si hay alguna reacción, ambas se transforman.
  5. Nada tiene una influencia psicológica más fuerte en su ambiente y especialmente en sus hijos que la vida no vivida de un padre.
  6. La vida no vivida es una enfermedad de la que se puede morir.
  7. Tu visión se hará más clara solamente cuando mires dentro de tu corazón. Aquel que mira afuera, sueña. Quien mira en su interior, despierta.
  8. La soledad no llega por no tener personas a tu alrededor, sino por no poder comunicar las cosas que te parecen importantes a ti, o por mantener ciertos puntos de vista que otros consideran inadmisibles.
  9. Muéstreme un ser humano sano y yo lo curaré para ti.
  10. Tendemos hacia el pasado, hacia nuestros padres y hacia delante, hacia nuestros hijos, un futuro que nunca veremos, pero que queremos cuidar.
  11. Aquello a lo que te resistes, persiste.
  12. La depresión es como una señora de negro. Si llega, no la expulses, más bien invítala como una comensal en la mesa, y escucha lo que te tiene que decir.
  13.  A menudo, las manos resolverán un misterio con el que el intelecto ha luchado en vano.
  14. El sueño es una pequeña puerta oculta abriéndose a la noche cósmica que era el alma mucho antes de la aparición de la consciencia..
  15. Un hombre que no ha pasado a través del infierno de sus pasiones, no las ha superado nunca.
  16. Las personas hacen lo que sea, no importa lo absurdo, para evitar enfrentarse con su propia alma.
  17. Yo no soy lo que me sucedió, yo soy lo que elegí ser.
  18. Podemos llegar a pensar que nos controlamos por completo. Sin embargo, un amigo puede fácilmente contarnos de nosotros algo de lo que no teníamos ni la menor idea.
  19. “Mágico” es simplemente otra palabra para definir el alma.
  20. De una manera u otra somos parte de una sola mente que todo lo abarca, un único “gran hombre”.

“Uno no alcanza la iluminación fantaseando sobre la luz sino haciendo consciente la oscuridad, lo que no se hace consciente se manifiesta en nuestras vidas como destino”.

jueves, 28 de abril de 2016

La abundancia y la espiritualidad van de la mano

LA ABUNDANCIA Y LA ESPIRITUALIDAD VAN DE LA MANO

LA ABUNDANCIA Y LA ESPIRITUALIDAD VAN DE LA MANO

Tus formas de pensar y creencias crean materia, “antes que pidas ya se te ha concedido”. Nuestro cerebro va atrás en el tiempo, antes de que tu pidas, el universo ya sabe que petición vas a hacer. Si nosotros creemos una verdad, el universo nos traerá experiencias para confirmar nuestra realidad.
Voy a vivir experiencias que ya tengo programadas, es vital adquirir conciencia, tomar el timón de nuestro avatar. ¿Qué es lo que observas a tu alrededor en tu vida cotidiana?. Si voy hacia el victimismo estoy afirmando la misma forma de pensar. ¿Por qué vivimos el mundo que vivimos?. La masa crítica lo ha decidido. Las crisis son las grandes oportunidades para hacerse rico, ya que el hombre tiende al inmovilismo, y las crisis agudizan el ingenio.

El desapego al resultado

Si realmente quieres algo, es la renuncia al resultado final, si yo creo la "necesidad" del resultado, el universo me traerá la "necesidad" como respuesta. Si me apego al resultado, lo retraso. Piensen, deseen, creen, crean puede ser que aquello que deseen no funcione, pero sigan intentando. “Declara quien eres, y reclama tu herencia” que sientes que eres, quien sientes que eres, aquello que tu sientas, es aquello que vas a vivir.
Envíame la luz para gestionar esa abundancia.
Todas lo que requieras que tengas, el espíritu santo te las colmará, pero se requiere que tu entregues lo que sientas que requieras a él, y te dará todo los recursos para que tu hagas la función en este mundo, y sobre todo te dará el desapego, vivirás una situación sin apego, y lo disfrutas sin apego. (Un Curso de Milagros).
La abundancia son intuiciones. Las ideas y la imaginación es abundancia. ¿Cómo te imaginas que vas a vivir los próximos 10 años?. Tus peticiones deben ser precisas, para el universo, ¿sabes pedir?, ¿eres preciso en tus peticiones?, ¿ya pides sin miedo?, ¿ya pides sin necesidad?, ¿ya pides sin motivos ocultos?, ¿ya pides sin entrometerte en la vida de los demás?.
El dinero físico es apenas el 4% del dinero mundial.
Si luchamos contra algo lo reforzamos. No le debemos tener miedo, al miedo, mirarlo de frente, te está hablando de un aspecto de ti. La única forma de que esa fuerza se pierda es aceptar ese miedo para ver que hay detrás de este miedo, sino este miedo te creará situaciones de pobreza, cuando hay una emoción, observarla que hay detrás de ella, y transmutarla. Integrarla.
Si quieres que el mundo te sonría, sonríele a él.
Tu sonrisa, cambia la composición del universo, y el enfado también, por eso es más rentable sonreír. Haz bien y no mires a quién, que tu mano derecha no sepa lo que hace la izquierda. Nunca mires para atrás con aquello que has hecho, no busques ser reconocido, no busques aplausos, pero el ser reconocido y los aplausos vendrán en su momento. Porque aquello que das es aquello que vas a recibir.
Si no sabes lo que das, observa lo que estas recibiendo.Observa lo que recibes y así sabrás lo que estás dando. Decía Jesús: “Si queremos vino nuevo, tenemos que vaciar los odres viejos”. Si nos vamos acumulando de riqueza, podemos enfermar, tienen un conflicto de guardar, guardan cosas por si algún día lo requieres, cada vez que guardo algo las neuronas se ocupan de eso. Una de las cosas que deberíamos vaciarnos, serian de ideas y creencias viejas. Como un acto de inteligencia, empezar a mirar a las personas de otra forma, ver las virtudes de las otras personas, si quieres ser bendecido bendice.
La mente está creando continuamente, toda forma de pensar crea forma en cualquier nivel.
No te dejes llevar por la corriente. Cuanto más en contra estemos de una situación, mas viviremos su opuesto, viviremos los juicios que hacemos los demás.
Aquello que yo bendigo es lo que viviré, y aquello que juzgo lo viviré.
El poder de vivir una vida plena, el poder de vivir una vida abundante, bendice aunque no lo entiendas, bendice y se te dará. Si quieres saber cómo piensa una persona, observa su vida como le va, su realidad. Es tu aceptación lo que confiere realidad, si en tu mente aceptas una realidad es la que se te manifestará y vivirás en tu vida.
Todo aquello que acepto en mi mente es real para mí, aunque sea mentira.
Comparte la abundancia libremente, y enseña a tus hermanos a conocer la suya, no compartas sus ilusiones de escasez, de lo contrario te percibirás a ti mismo como alguien necesitado. Nos cansamos día a día de pensar las mismas cosas, cuando hablamos de regalar, no regale porque ve su carencia. Piensa a lo grande y apóyalos con: certeza, desapego y gratitud.
Uno de las actitudes más potentes que existen es la Gratitud, siempre dar las gracias por todo, el mundo te dará las gracias. Ser abundante es sentirse abundante, si quieren abundancia siéntense abundante, actúen como si fueran abundantes, con certeza. Una de las trampas que deben evitar es el cómo, el cuándo y de qué manera, pertenecen al ámbito del ego, y no del espíritu. Si crees que te mereces poco, poco vas a recibir, tienes lo que te mereces.
Cuídate de los Robasueños.
Cuídate de con quién compartes tus sueños, ser selectivos, no dudes en cortar, ser tajantes, es un regalo del universo para vosotros. ¿Cuántas personas no viven su vida pensando lo que pensarán las personas? Esto es pobreza, esto es dejarse vender su vida, esto es venderse por un plato de lentejas.
El sufrir.
Es el resultado de creencias erróneas, cuando sufres por una situación pensar como nos gustaría que fuera aquella situación, lo primero que hay que hacer es aceptar lo que ocurre, si queremos transmutar lo que ocurre, en presencia de un dolor o de sufrir, no te resistas, hay que examinar con mente abierta y la respuesta aparecerá sin falta. Aceptar, aprender y cambiar. A cualquier cosa que le pongas atención, crece, retírale la atención y muere.
Todo lo que tienes en tu vida lo has pedido tú. Tu mente es infinita. El momento más idóneo para crear es cuando te despiertas a las 6 de la mañana, programen su vida. Alimenten sus proyectos. Creadores de su realidad, creadores de tu vida, sueña muy en grande y déjate sorprender.
Rodéate de gente que cree en tus sueños, cuanto más se comparta más tendrás y antes de que te des cuenta ya se habrá manifestado en tu vida. Póngase en armonía con lo que eres. Alimenta tu sueño, continuamente, y deja al universo que actué. El universo no tiene escasez de nada.  Entrega tu tiempo al universo para que lo administre.
“Todo lo que te resistes persiste. Si quieres resultados más rápidos eleva tu nivel de certeza”.
Extraído de la conferencia:  La abundancia y la espiritualidad van de la mano por Enric Corbera

miércoles, 27 de abril de 2016

La reencarnación y Brian Weiss


Como hay mucho por decir, muchos conceptos, muchas ideas, y poco espacio, he pensado que la mejor manera de comunicarlo es contarlo en el mismo orden en el que lo aprendí yo y hacerlo, además, desde los autores que han investigado este tema. La primera persona a la que yo conocí fue a Brian Weiss, psiquiatra y director del hospital Monte Sinai de Nueva York.


brian_weissTal y como Weiss afirma, él era un hombre científico interesado en solucionar los problemas mentales de sus pacientes y que jamás se había preocupado por temas como la reencarnación. Para ayudar mejor a sus pacientes, este psiquiatra decidió usar en terapia la hipnosis, un método muy alejado de lo que vemos en televisión y que usan los grandes profesionales con sus pacientes. La finalidad de la hipnosis es que el sujeto se relaje completamente y sea capaz de recordar cosas de su pasado que le han traumatizado (no entraré en más detalles sobre esto). Durante una de esas hipnosis, una paciente comenzó a recordar cosas de otra época, de otra vida. Bran Weiss quedó muy sorprendido por esto y continuó investigando a la paciente, la cual describía con todo detalle sus vidas anteriores. En hipnosis es imposible mentir, por lo que todo lo que decía era comprobablemente cierto.
Siendo así, se abría una puerta a lo desconocido: las vidas pasadas y, por consiguiente, la reencarnación. Continuó investigando con más pacientes y explorando los mejores métodos para conseguir que recordasen sus vidas pasadas. Cuando había confirmado esto recibió de nuevo otra sorpresa. Durante la regresión de una de sus pacientes, esta cambió la voz y comenzó a hablar en otro tono, con más sabiduría y dulzura. Se trataba, como Weiss comprobaría después, de un Maestro. Un Maestro que aprovechó la hipnosis de la paciente para comunicarse con el psiquiatra a través de ella. Pero antes de seguir, debemos explicar qué es un Maestro o Guía.
Según todos los que han investigado sobre el tema, cada uno de nosotros tiene siempre consigo un Maestro o Guía que le ayuda en la vida. Ha recibido muchos nombres, por ejemplo para los cristianos se llama “Ángel de la Guarda”. Este ser es el encargado de cuidar de nosotros durante el tiempo que estemos en la Tierra. Él conoce nuestro plan de vida, nos pone las pruebas y nos ayuda a superarlas. Nosotros ya conocíamos a nuestro Maestro antes de bajar a la Tierra, fue con él con el que hablamos sobre qué veníamos a hacer y cómo queríamos hacerlo.
Continuando con Brian Weiss, comenzó a recibir una serie de mensajes por parte de estos Guías. Eran mensajes como los que había recibido mucho tiempo atrás otras gentes y como los que recibirían otros personajes futuros. A continuación recopilo algunas de las frases más interesantes de su libro “Los mensajes de los sabios”:
“Nuestra tarea es aprender (…) Gracias al conocimiento podremos descansar.
Después de haber aprendido, volvemos para enseñar y ayudar a los demás”.
“A menudo regresamos una y otra vez con la misma gente,
sólo que en papeles diferentes”.
“La recompensa consiste en hacer las cosas, pero en hacerlas sin esperar
nada a cambio, en hacerlas desinteresadamente”.
“Karma significa equilibrio. Todo tiene que equilibrarse.
La naturaleza está equilibrada”
En estas pocas frases, el Maestro que habla a Brian Weiss dice muchísimas cosas. Habla de que la finalidad de la vida es aprender, de que no podemos irnos hasta haber aprendido lo que necesitábamos. También dice que volvemos una y otra vez con las mismas personas, sólo que en papeles diferentes: quien en otra vida fue tu hermano, tal vez sea en esta tu amigo, o tu profesor. Y volvemos con ellos porque nos quedan tareas pendientes. Tenemos que saldar deudas con ellos, o ellos con nosotros… hay que saldar el Karma, estar en equilibrio, por lo que, todo lo que hacemos, se nos devolverá en esta o en otra vida. Continuemos con más revelaciones:
“Cuanta más ignorancia hay, menos luz se ve. El mal es una ignorancia
profunda y una ausencia de luz casi total”.
“Cuando ya no nos hace falta reencarnarnos, cuando hemos aprendido todas nuestras lecciones y pagado nuestras deudas, se nos da a elegir. Podemos regresar de forma voluntaria para ayudar o quedarnos en el otro lado y ayudar desde ese estado”.
Cuando hablaba de este tema con otra gente, muchas veces me preguntaban que, de ser cierta la reencarnación, ¿cómo es posible que ahora haya más gente que hace unos siglos? ¿Es energía nueva? ¿Son almas nuevas? ¿De dónde salen? A esto nos contesta también Brian Weiss:
“Hay muchas más almas que personas. Éste no es el único mundo. Las almas existen en muchas dimensiones. Ninguno de nosotros ha empezado en este planeta. La Tierra es más bien una especie de colegio. No es el nivel más bajo, pero tampoco el más alto”.

lunes, 25 de abril de 2016

Psiconeuroinmunología: lo que el corazón quiere, la mente se lo muestra

PSICONEUROINMUNOLOGÍA: LO QUE EL CORAZÓN QUIERE, LA MENTE SE LO MUESTRA

Hasta ahora lo decían los iluminados, los meditadores y los sabios; ahora también lo dice la ciencia: son nuestras formas de pensar y nuestras creencias los que en gran medida han creado y crean continuamente nuestro mundo. Hoy sabemos que la confianza en uno mismo, el entusiasmo y la ilusión tienen la capacidad de favorecer las funciones superiores del cerebro. La zona prefrontal del cerebro, el lugar donde tiene lugar el pensar más avanzado, donde se inventa nuestro futuro, donde valoramos alternativas y estrategias para solucionar las situaciones y tomar decisiones, está tremendamente influida por el sistema límbico, que es nuestro cerebro emocional

(Entrevista a cirujano de 48 años, nacido y viviendo actualmente en Madrid, está casado y tiene tres niños. Es cirujano general y del aparato digestivo en el Hospital de Madrid). 
Más de 25 años ejerciendo de cirujano. ¿Conclusión?
Puedo atestiguar que una persona ilusionada, comprometida y que confía en sí misma puede ir mucho más allá de lo que cabría esperar por su trayectoria.
¿ Psiconeuroinmunología ?Sí, es la ciencia que estudia la conexión que existe entre el pensar, la palabra, la mente y la fisiología del ser humano. Una conexión que desafía el paradigma tradicional. El pensar y la palabra son una forma de energía vital que tiene la capacidad (y ha sido demostrado de forma sostenible) de interactuar con el organismo y producir cambios físicos muy profundos.
¿De qué se trata?
Se ha demostrado en diversos estudios que un minuto “entreteniendo” un pensar "negativo" deja el sistema inmunitario en una situación delicada durante seis horas. El distrés, esa sensación de agobio permanente, produce cambios muy sorprendentes en el cerebro y en la constelación hormonal.
¿Qué tipo de cambios?
Tiene la capacidad de lesionar neuronas de la memoria y del aprendizaje localizadas en el hipocampo. Y afecta a nuestra capacidad intelectual porque deja sin riego sanguíneo aquellas zonas del cerebro que se requieren para tomar decisiones adecuadas.
¿Tenemos recursos para combatir al enemigo interior, o eso es cosa de sabios?
Un valioso recurso contra la preocupación es llevar la atención a la respiración abdominal, que tiene por sí sola la capacidad de producir cambios en el cerebro. Favorece la secreción de hormonas como la serotonina y la endorfina y mejora la sintonía de ritmos cerebrales entre los dos hemisferios.
¿Cambiar la mente a través del cuerpo?
Sí. Hay que sacar el foco de atención de las ideas y creencias que nos están alterando, provocando desánimo, ira o preocupación, y que hacen que nuestras decisiones partan desde un punto de vista inadecuado. Es más inteligente, no más razonable, llevar el foco de atención a la respiración, que tiene la capacidad de serenar nuestro estado mental.
¿Dice que no hay que ser razonable?
Siempre encontraremos razones para justificar nuestro mal humor, estrés o tristeza, y esa es una línea determinada de pensar. Pero cuando nos basamos en cómo queremos vivir, por ejemplo sin tristeza, aparece otra línea. Son más importantes el qué y el porqué que el cómo. Lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando.
Exagera
Cuando nuestro cerebro da un significado a algo, nosotros lo vivimos como la absoluta realidad, sin ser conscientes de que sólo es una interpretación de la realidad.
Más recursos
La palabra es una forma de energía vital. Se ha podido fotografiar con tomografía de emisión de positrones cómo las personas que decidieron hablarse a sí mismas de una manera más "positiva", específicamente personas con trastornos psiquiátricos, consiguieron remodelar físicamente su estructura cerebral, precisamente los circuitos que les generaban estas enfermedades.
¿Podemos cambiar nuestro cerebro con buenas palabras?
Santiago Ramón y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906, dijo una frase tremendamente potente que en su momento pensamos que era metafórica. Ahora sabemos que es literal: “Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro”.
¿Seguro que no exagera?
No. Según cómo nos hablamos a nosotros mismos moldeamos nuestras emociones, que cambian nuestras percepciones. La transformación del observador (nosotros) altera el proceso observado. No vemos el mundo que es, vemos el mundo que somos.
¿Hablamos de filosofía o de ciencia?
Las palabras por sí solas activan los núcleos amigdalinos. Pueden activar, por ejemplo, los núcleos del miedo que transforman las hormonas y los procesos mentales. Científicos de Harward han demostrado que cuando la persona consigue reducir esa cacofonía interior y entrar en el silencio, las migrañas y el dolor coronario pueden reducirse un 80%.
¿Cuál es el efecto de las palabras no dichas?
Solemos confundir nuestros puntos de vista con la verdad, y eso se transmite: la percepción va más allá de la razón. Según estudios de Albert Merhabian, de la Universidad de California (UCLA), el 93% del impacto de una comunicación va por debajo de la conciencia.
¿Por qué nos cuesta tanto cambiar?
El miedo nos impide salir de la zona de confort, tendemos a la seguridad de lo conocido, y esa actitud nos impide realizarnos. Para crecer hay que salir de esa zona.
La mayor parte de los actos de nuestra vida se rigen por el inconsciente
Reaccionamos según unos automatismos que hemos ido incorporando. Pensamos que la espontaneidad es un valor; pero para que haya espontaneidad primero ha de haber preparación, sino sólo hay automatismos. Cada vez estoy más convencido del poder que tiene el entrenar la mente.
Deme alguna pista
Cambie hábitos del pensar y entrene su integridad honrando su propia palabra. Cuando decimos “voy a hacer esto” y no lo hacemos alteramos físicamente nuestro cerebro. El mayor potencial es la conciencia.
Ver lo que hay y aceptarlo
Si nos aceptamos por lo que somos y por lo que no somos, podemos cambiar. Lo que se resiste persiste. La aceptación es el núcleo de la transformación.
No vemos el mundo que es, vemos el mundo que somos.

viernes, 22 de abril de 2016

Cinco mentiras que te mantienen atrapado en tu zona de confort

A un rey le obsequiaron dos pichones de halcón. Este, los entregó inmediatamente al maestro de cetrería para que los entrenara. Después de varios meses, el instructor le comunicó al rey que uno de los halcones estaba bien educado, pero no sabía qué le pasaba al otro. Desde que había llegado al palacio, no se había movido de la rama, incluso había que llevarle el alimento.

El rey mandó llamar a sanadores y curanderos pero ninguno pudo lograr que el ave volara. Desesperado, hizo público un edicto en el que proclamaba una recompensa para aquel que hiciera volar al halcón. A la mañana siguiente, el rey vio al ave volando en sus jardines.
– Traedme al autor de este milagro. Ante el rey apareció un campesino. El rey le preguntó:
– ¿Cómo lograste que el halcón volara? ¿Acaso eres mago?
– No, fue muy difícil – explicó sonriendo el hombre. – Tan solo corté la rama. En ese momento al ave no le quedó otra alternativa que echar a volar.
Esta fábula nos enseña que a veces se requiere quedarse en la rama para recuperar fuerzas, pero si nos quedamos en la zona de confort durante mucho tiempo, nunca sabremos cuán lejos habríamos sido capaces de llegar. Por eso, requerimos expandir cada vez más nuestra zona de confort.

Crecemos al salir de la zona de confort

Lo queramos o no, la capacidad para abandonar de manera consciente nuestra zona de confort y atrevernos a descubrir nuevos horizontes o perseguir nuestros sueños es lo que nos hace diferentes a los demás, es lo que nos permite tener nuevas experiencias que enriquezcan nuestra vida. Lamentablemente, la mayoría de las personas prefieren quedarse en su zona de confort,ese espacio en el que se sienten más o menos a gusto y al seguro.
Para comprender la zona de confort puedes imaginar dos círculos concéntricos, uno pequeño dentro de uno mayor, pero que no se tocan en ningún punto. El círculo pequeño representa todas las cosas a las que estamos acostumbrados, nuestros hábitos y rutinas, los sitios que solemos visitar y las personas que frecuentamos. Es nuestra zona de confort.
A primera vista, todo puede parecer genial, pero lo cierto es que mantenerse dentro de ese círculo no es una garantía de felicidad ni te asegurará que al final de tu vida no tendrás nada que arrepentirte. En realidad, mantenerse en la zona de confort te limita porque no te permite descubrir nada nuevo. De esta forma, es posible que mueras un poco cada día. De hecho, recuerda que la vida comienza donde termina tu zona de confort.
Sin embargo, existe un círculo mucho más grande, compuesto por las cosas que no conoces, por tus sueños, los desconocidos, los lugares nuevos. Es el círculo del re aprendizaje. De hecho, solo crecemos cuando somos capaces de dar el salto a ese círculo, de manera que nuestro pequeño círculo se amplíe cada vez más.
A muchas personas dar ese salto les asusta demasiado, porque no saben qué encontrarán en ese otro círculo, de manera que ponen en práctica un mecanismo de auto sabotaje, para mantenerse en su zona de confort y no verse obligadas a salir.

Las mentiras que nos contamos para no salir de la zona de confort

1. “No tengo por qué hacerlo”

Es cierto, no hay nadie que te empuje fuera de tu zona de confort, no es obligatorio que salgas, pero si te quedas dentro, no crecerás. Recuerda que no creces simplemente porque pasen los años, sino por los retos que enfrentas. Cuando piensas en un proyecto que representa un gran desafío y de tu voz interior te dice que no tienes por qué hacerlo, en realidad lo que estás expresando es una resistencia al cambio, porque una parte de ti desea que te mantengas dentro de los límites de lo conocido. Sin embargo, cuando vuelvas a pensar que no tienes motivos para emprender algo nuevo, recuerda que el simple hecho de crecer y descubrir, son razones más que suficientes.

2. “No es el momento adecuado”

En muy pocas ocasiones se dan las condiciones perfectas para emprender algo, pero ir en pos de un sueño significa luchar contra viento y marea, creando las condiciones a lo largo del camino. Cuando te dices a ti mismo que no es el momento adecuado, está hablando el miedo, probablemente un intenso miedo al fracaso que te inocularon desde la infancia. Por supuesto, no se trata de lanzarse a la aventura sin valorar los pros y los contras pero si queremos lograr realmente algo en la vida, debemos ser conscientes de que no podemos quedarnos parados, requerimos ir dando pequeños pasos. Y mientras antes comencemos a andar, mejor.

3. “Comenzaré cuando…”

Se trata de una de las excusas más comunes para quedarnos a salvo en nuestra zona de confort. En práctica, es el auto-engaño perfecto porque no estamos renunciando al sueño o el proyecto que tenemos en mente, sino tan solo aplazándolo, hasta que se produzca determinada situación. El problema es que esta excusa nos lleva directamente a la procrastinación (dilación de tareas), por lo que es probable que cuando la condición que demandamos se cumpla, pongamos otra, y luego otra más. De esta forma logramos mantener viva la esperanza pero, a la vez, no tenemos que esforzarnos para hacer ese sueño realidad. Por eso, aunque no estén todas las condiciones creadas, simplemente ve dando pequeños pasos, no esperes demasiado porque la vida es muy corta.

4. “No es para mí”

Básicamente, detrás de esta frase se esconde la idea de que no somos lo suficientemente buenos o capaces. Se trata de la excusa perfecta para las personas inseguras y que tienen una baja autoestima. También es una excusa que utilizan las personas que tienen miedo del mundo y se cierran a las nuevas experiencias. En todo caso, no podrás saber si una cosa realmente te gusta o no hasta que no la pruebes. De hecho, es probable que en más de una ocasión hayas pensado que algo no estaba hecho para ti pero después de probarlo, has llegado a amarlo o incluso te has aficionado. Por tanto, no te cierres nunca a las nuevas experiencias ni te limites como persona. Es lo peor que podrías hacer.

5. “No sé cómo hacerlo”

Las cosas nuevas pueden atemorizar, por eso una de las excusas que inventamos para permanecer en nuestra zona de confort consiste en decirnos que no sabemos cómo enfrentar el reto. Podemos pensar que no tenemos las habilidades requeridas o que nunca las podremos desarrollar. Sin embargo, recuerda que cuando tienes un “qué”, los “cómos” llegan solos. Es cierto que para emprender determinados proyectos se requiere una preparación pero eso no implica que no puedas hacerlo, tan solo significa que te llevará más tiempo o que requerirás a una persona que te apoye. Ninguna destreza surge de la nada, todas esconden en su base mucha pasión y esfuerzo.
Como colofón, ten siempre en mente lo que decía Nelson Mandela: “Imposible es todo aquello que no se intenta”.
-Jennifer Delgado-