viernes, 23 de marzo de 2012

Cuando me amé de verdad

Cuando me amé de verdad comprendí que en cualquier
circunstancia, yo estaba en el lugar correcto, en la hora
correcta y en el momento exacto y entonces, pude relajarme.

... Hoy sé que eso tiene un nombre…”AUTOESTIMA”

Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y
mi sufrimiento emocional, no es sino una señal de que voy
contra mis propias verdades.
Hoy sé que eso es…”AUTENTICIDAD”

Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera
diferente y comencé a ver todo lo que acontece y que contribuye a
mi crecimiento.
Hoy eso se llama…”MADUREZ”

Cuando me amé de verdad, comencé a percibir como es
ofensivo tratar de forzar alguna situación, o persona, solo
para realizar aquello que deseo, aún sabiendo que no es el
momento o la persona no está preparada, inclusive yo mismo.
Hoy sé que el nombre de eso es…”RESPETO”

Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que
no fuese saludable…, personas, situaciones, todo y cualquier cosa
que me empujara hacia abajo. De inicio mi razón llamó esa actitud
egoísmo.
Hoy se llama…”AMOR PROPIO”

Cuando me amé de verdad, dejé de temer al tiempo libre y desistí
de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro.
Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero
y a mi propio ritmo.
Hoy sé que eso es…”SIMPLICIDAD”

Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y
con eso, erré menos veces.
Hoy descubrí que eso es la…”HUMILDAD”

Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y
preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es
donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez.
Y eso se llama…"PLENITUD”

Cuando me amé de verdad, percibí que mi mente puede atormentarme y
decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, ella
tiene una gran y valiosa aliada.
Todo eso es…"SABER VIVIR!"

"No tengamos miedo: 
…los planetas también chocan, y del caos, nacen las estrellas."

Charles Chaplin

"La gente que me gusta"


Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad. 

Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos de nuestro padre Dios. 

Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de sí, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio. 

Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme. La gente que tiene tacto. 

Me gusta la gente que posee sentido de la justicia. 

A estos los llamo mis amigos. 

Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica. La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor. La gente que nunca deja de ser aniñada. 

Me gusta la gente que con su energía, contagia. 

Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera. 

Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata. 

Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo. La gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos. 

La gente que lucha contra adversidades. 

Me gusta la gente que busca soluciones. 


Me gusta la gente que piensa y medita internamente. La gente que valora a sus semejantes no por un estereotipo social ni cómo lucen. La gente que no juzga ni deja que otros juzguen. 

Me gusta la gente que tiene personalidad. 

Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón. 

La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, el arrepentimiento y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE. 

Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí, me doy por bien retribuido.


Mario Benedetti

jueves, 22 de marzo de 2012

Recibir para compartir versus recibir solo para si mismo

 

Kabbalah significa RECIBIR, el principio y postulado que marcan la esencia de esta gran propuesta para la humanidad. Se basa en la comprensión de que los seres humanos venimos a este mundo a RECIBIR PARA COMPARTIR Y NO A RECIBIR SOLO PARA SI MISMO. 

La kabbalah muestra con fundamentos inteligentes, específicos y pragmáticos: 
  • que todo lo que genera y causa el ser humano es a partir del legítimo derecho que tenemos los humanos de "recibir",
  • qué generamos cuando compartimos,
  • y qué generamos cuando no lo hacemos y solo "recibimos" para nosotros mismos.
El deseo de Recibir lo atraemos, por ejemplo, cuando vemos la posesión material o espiritual de otra persona y se despierta en nosotros un deseo por poseer algo similar. Entonces vamos y la adquirimos. Es loable, hasta aquí no hay problema.

El Deseo de Recibir Sólo para Sí Mismo lo atraemos cuando poseemos algo material y aún así nos resentimos y envidiamos al vecino por haber comprando lo mismo, aunque esto no afecte a nuestras posesiones. En otras palabras, cuando pensamos que sólo nosotros deberíamos poseerlo.

El cuerpo humano, con todos sus deseos intensos, es una expresión pura de lo que la Kabbalah llama “inteligencia reactiva”. Si no se supervisa, el cuerpo se convierte en un agujero negro, su propia atracción gravitatoria (también conocida como el deseo de recibir para sí mismo) se vuelve tan grande que succiona todo lo que está a su alrededor.

El alma, sin embargo, es la manifestación de la inteligencia proactiva de la Luz. Quiere estar en control, no bajo el control, de las circunstancias externas. Quiere probar la esencia espiritual de la vida.

Allí yace la mayor decisión en cada vida, decidir entre el cuerpo y el alma, entre el deseo reactivo y el deseo proactivo, entre la Luz y la oscuridad.

lunes, 12 de marzo de 2012

Indignados y "ocupas" por Leonardo Boff

El tema central era «democracia ya». Se reivindicaba otra democracia, bien diferente de esta a la que estamos acostumbrados, que es más farsa que realidad. Quieren otra democracia que se construya a partir de la calle, de las plazas, el lugar del poder originario. Una democracia desde abajo, articulada orgánicamente con el pueblo, transparente en sus procedimientos y no corroída nunca más por la corrupción. Esta democracia, de entrada, se caracteriza por vincular justicia social con justicia ecológica. 

Curiosamente, los indignados, los ocupas y los de la primavera árabe no se remiten al clásico discurso de las izquierdas, ni siquiera a los sueños de las distintas ediciones del Foro Social Mundial. Nos encontramos en otro tiempo y ha surgido una nueva sensibilidad. Se postula otro modo de ser ciudadano, incluyendo poderosamente a las mujeres antes invisibilizadas, ciudadanos con derechos, con participación, con relaciones horizontales y transversales facilitadas por las redes sociales, por el móvil, por el twitter y por los facebooks. 

Nos encontramos ante una verdadera revolución. Antes las relaciones se organizaban de forma vertical, de arriba abajo. Ahora lo hacen de forma horizontal, hacia los lados, en la inmediatez de la comunicación a la velocidad de la luz. Este modo representa el tiempo nuevo que estamos viviendo, el de la información, del descubrimiento del valor de la subjetividad, no aquella de la modernidad, encapsulada en sí misma, sino la de la subjetividad relacional, la de la emergencia de una conciencia de especie que se descubre dentro de una misma y única Casa Común, que amenaza ruina a causa del excesivo pillaje practicado por nuestro sistema de producción y de consumo. 

Esta sensibilidad no tolera ya más los métodos del sistema para superar la crisis económica y derivadas, saneando los bancos con el dinero de los ciudadanos, imponiendo una severa austeridad fiscal, el desmantelamiento de la seguridad social, el abaratamiento del empleo, el recorte de las inversiones, suponiendo ilusamente que de esta forma se reconquista la confianza de los mercados y se reanima la economía. 

Tal concepción se ha vuelto dogma y en muchas partes se oye la estúpida muletilla \"TINA: there is no alternative”, no hay alternativa. Los sacrílegos sumos sacerdotes de la trinidad nada santa formada por el FMI, la Unión Europea y el Banco Central europeo han dado un golpe financiero en Grecia e Italia, y han impuesto allí a sus acólitos como gestores de la crisis, sin pasar por el rito democrático. 

Todo es visto y decidido desde la óptica exclusiva de lo económico, rebajando lo social y aumentando el sufrimiento colectivo innecesario, la desesperación de las familias y la indignación de los jóvenes porque no consiguen trabajo. Todo esto puede desembocar en una crisis de consecuencias dramáticas. 

Paul Krugmann, premio Nobel de economía, pasó unos días en Islandia para estudiar la forma como ese pequeño país ártico salió de su crisis avasalladora. Siguieron el camino correcto que otros también deberían haber seguido: dejaron quebrar a los bancos, pusieron en prisión a los banqueros y especuladores que practicaron desfalcos, reescribieron la constitución, garantizaron la seguridad social para evitar el colapso generalizado y consiguieron crear empleo. Consecuencia: el país salió del atolladero y es uno de los países nórdicos que más crece. 

El camino islandés ha sido silenciado por los medios de comunicación de masas mundiales por temor a que sirva de ejemplo a los demás países. Y así el carruaje, con medidas equivocadas pero coherentes, corre veloz hacia el precipicio. Contra este curso previsible se oponen los Indignados. Quieren otro mundo más amigo de la vida y respetuoso de la naturaleza. Tal vez Islandia les servirá de inspiración. ¿Hacia dónde irán? Quién sabe. Seguramente no en la dirección de los modelos del pasado, ya agotados. 

Irán en dirección de aquello que decía Paulo Freire de lo «inédito viable» que nacerá de ese nuevo imaginario y que se expresa, sin violencia, dentro de un espíritu democrático-participativo. En cualquier caso, el mundo ya nunca será como antes, y mucho menos como a los capitalistas les gustaría que fuese. 


Leonardo Boff 

viernes, 9 de marzo de 2012

Del ficticio gen egoísta al carácter cooperativo del genoma humano

Los tiempos de crisis del sistema como los que vivimos favorecen una revisión de conceptos y el ánimo para proyectar otros mundos posibles que hagan realidad lo que Paulo Freire llamó lo “inédito viable”.
Es sabido que el sistema capitalista imperante en el mundo es consumista, visceralmente egoísta y depredador de la naturaleza. Está llevando a toda la humanidad a un impasse pues ha creado una doble injusticia: ecológica, por haber devastado la naturaleza, y social, por haber generado una inmensa desigualdad social. Simplificando, aunque no tanto, podríamos decir que la humanidad se divide entre aquellas minorías que comen hasta hartarse y aquellas minorías que se alimentan insuficientemente. Si en este momento quisiéramos universalizar el tipo de consumo de los países ricos para toda la humanidad, necesitaríamos por lo menos tres Tierras iguales a la actual.
Este sistema pretendió encontrar su base científica en la investigación del zoólogo británico Richard Dawkins que hace treinta y seis años escribió su famoso El gen egoísta (1976). La nueva biología genética ha demostrado que ese gen egoísta es ficticio, porque los genes no existen aislados, constituyen un sistema de interdependencias formando el genoma humano, que obedece a tres principios básicos de la biología: la cooperación, la comunicación y la creatividad. Es, por lo tanto, lo opuesto al gen egoísta. Esto es lo que han demostrado nombres notables de la nueva biología como la premio Nobel Barbara McClintock, J. Bauer, C. Woese y otros. Bauer denunció que la teoría del gen egoísta de Dawkins «no se funda en ningún dato empírico». O peor, «sirvió de justificación biopsicológica para legitimar el orden económico anglonorteamericano» individualista e imperial (Das kooperative Gen, 2008, p.153).
De esto se deriva que si queremos conseguir un modo de vida sostenible y justo para todos los pueblos, aquellos que consumen mucho deben reducir drásticamente sus niveles de consumo. Esto no se conseguirá sin una fuerte cooperación, solidaridad y una clara autolimitación.
Detengámonos en esta última, la autolimitación, pues es una de las más difíciles de alcanzar debido al predominio del consumismo, difundido en todas las clases sociales. La autolimitación implica una renuncia necesaria para respetar a la Madre Tierra, para tutelar los intereses colectivos y para promover una cultura de la sencillez voluntaria. No se trata de no consumir, sino de consumir de forma sobria, solidaria y responsable con nuestros semejantes, con toda la comunidad de vida y con las generaciones futuras, que también deben consumir.
La limitación es, además, un principio cosmológico y ecológico. El universo se desarrolla partir de dos fuerzas que siempre se autolimitan: las fuerzas de expansión y las fuerzas de contracción. Sin ese límite interno, la creatividad cesaría y seríamos aplastados por la contracción. En la naturaleza funciona el mismo principio. Las bacterias, por ejemplo, si no se limitasen entre sí y una de ellas perdiese los límites, en muy poco tiempo ocuparían todo el planeta desequilibrando la biosfera. Los ecosistemas garantizan su sostenibilidad por la limitación de los seres entre sí, permitiendo que todos puedan coexistir.
Pues bien, para salir de la actual crisis necesitamos sobre todo reforzar la cooperación de todos con todos, la comunicación entre todas las culturas y gran creatividad para diseñar un nuevo paradigma de civilización. Hay que dar un adiós definitivo al individualismo que sobredimensionó el “ego” en detrimento del “nosotros”, que incluye no sólo a los seres humanos sino a toda la comunidad de vida, a la Tierra y al propio universo.
Leonardo Boff

sábado, 3 de marzo de 2012

Corrección Espiritual: un camino para la autotransformación

Cada uno de nosotros llega a este mundo con un propósito específico que es únicamente nuestro, así como un propósito general que todos compartimos que algunos llaman “nuestra corrección espiritual”. 

Lo creas o no –va más allá de nuestras creencias porque las cosas se generan de todas maneras- nuestra vida se va formando por situaciones y eventos (quiebres que sumaron o restaron) acumulados de vidas anteriores. 

Re orientar estos sucesos es nuestro trabajo aquí. Transformar y limpiar este “equipaje” es la forma en que alcanzamos nuestra corrección y, en última instancia, nuestra perfección.  

Hay dos caminos para lograrlo. El primero empieza con el despertar de la conciencia preguntándose: “No soy la persona que quiero ser. No puedo ser alguien que vive meramente tomando de los demás; seré alguien que da”. 

Como resultado de esta comprensión, empezamos nuestro trabajo espiritual.  ¡Esto es un logro en sí mismo! Tomar la decisión de cambiar representa un gran paso hacia delante. 

Nuestra naturaleza como seres físicos es ser dominados por el Deseo de Recibir Sólo para Uno Mismo. Apartarnos de este enfoque es en realidad bastante asombroso, y no lo genera todo el mundo.

La otra forma de completar el trabajo es a través de los aconteci-mientos externos y sus efectos. Si no llegamos a ver nuestra momento para cambiar, finalmente se nos requerirá que lo hagamos a través del dolor y el sufri-miento. El universo nos pegará fuerte como efecto de nuestras acciones. 

De una u otra forma, al final llegaremos y acabaremos el trabajo, si no en esta vida, entonces en una futura; pero una persona que ha elegido cambiar conscientemente revela más Luz y bendiciones para ella misma y para el mundo que una que meramente reacciona a fuerzas externas

En este mundo se nos da una simple elección: la auto transformación o el sufri-miento.  ¡Ninguna de estas opciones es fácil! Cualquier cosa que merezca ser vivida  es siempre complejo atravesar, pero cuando elegimos nuestra propia transformación erradicamos el sufri-miento, no sólo de nuestra vida, sino del mundo entero.  

Recuerda que aquello que te resulte más difícil hacer es lo que viniste a este mundo a corregir. Recuerda que los momentos en los que más quieres ser reactivo, “¡Este es mi momento! ¡Esta es mi hora para brillar!”; sólo en estos momentos tenemos la rara oportunidad de liberarnos de la esclavitud de nuestras encarnaciones previas.

Muchos tenemos la CERTEZA –empírica, concreta, pragmática- de saber que el sistema funciona y debido a que funciona, estamos en el lugar adecuado ahora mismo, independientemente de lo que aparezca en el exterior.  Y como estamos en el lugar adecuado, en el momento adecuado, a cada momento, decides estar bien donde estoy, “pase lo que pase”. 

Saber que para lograr aquello que realmente quieres, que realmente es importante para ti, es determinante comprender que requieres pagar un precio o precios emocionales, por eso es tan importante, por eso es realmente lo que quieres, nunca y eso quiere decir nunca, lo vamos a obtener si no pagamos el precio que el universo comprende que requerimos pagar. Lo del principio, el camino de la auto transformación es transitar por "nuestra corrección espiritual". 

No existe la espiritualidad de medio tiempo. Cada momento es un momento espiritual. Cada cosa, cada momento, cada respiro que tomamos tiene el único propósito de perfeccionar nuestras almas. No hay que dejar de participar, formar parte de este mundo físico. Para nada. Lo que si es certeza que nuestra meta es alcanzar esa perfección, mientras que todo lo demás es solamente el medio por el cual podemos alcanzar esa meta.