jueves, 30 de agosto de 2018

Tu Alma Gemela Según Los Budistas




Según el budismo cuando conoces a tu alma gemela, tu corazón no se altera, tus manos y piernas no tiemblan y no se siente agitado ni con ansiedad. 

Contrario a lo que pensamos, al ver al amor de tu vida.

Te invade un senti-miento de paz y calma por que ambos están hechos el uno para el otro.

Si desde el primer instante su conexión es mas espiritual que física, es la persona indicada.

Los budistas siempre han predicado que quien te paraliza o acelera el corazón, quien te pone a temblar de pies a cabeza, quien debilita tus venas y sentidos, no es –para nada– tu amor eterno.

Ése es quien no te propicia agitación, ansiedad o miedo, mucho menos dolor, incertidumbre o tristeza.

Tu alma gemela –o varias de ellas– pueden llegar de muchos lugares, en ciertas formas y en diferentes intensidades: tumbando paredes, arrancando pisos y sacudiendo el alma –es cierto– pero aquella persona en quien te reflejas y viceversa, sólo puede ser la que arriba a tu vida en paz, con ternura, paciencia y la única intención de amar.

Los demonios que arrastras desde tu infancia



"La infancia es la etapa de la vida más significativa en lo que se refiere a interiorizar valores, aprendizajes y conductas".


Muchos psicólogos especialistas en el estudio de las etapas infantiles como Jean Piaget o Erik Eriksson remarcan la importancia de una maduración gradual y de ir superando las distintas etapas de forma satisfactoria para no quedarnos atrapados en ninguna de ellas.


Si tenemos que señalar quienes son las personas que más influyen en el niño estos van a ser sus progenitores o su cuidador principal. La inmensa mayoría de los padres y cuidadores nos aman, quieren lo mejor para nosotros y saben que es una tarea complicada. Sin embargo, muchas veces querer no es poder.

"Lo que vivimos en la infancia nos afecta cuando somos adultos"

No todas las paternidades y maternidades se dan en un contexto ideal. Puede existir un desequilibrio en la distribución de las tareas, una falta de madurez emocional, crisis en la propia pareja o simplemente a algunas personas esta nueva responsabilidad les desborda o les resulta dificultosa.

No vamos a juzgar esa labor, ni queremos que nadie lo entienda así. Pero sin duda, algunas crianzas han marcado "negativamente" la vida de algunos niños que hoy ya son adultos.

Son muchas las actitudes de nuestros progenitores  que podemos relacionarlas con conductas que pueden aparecer en la vida adulta.

El conoci-miento y la introspección es la mejor arma para vencer nuestros demonios.

Soy tu síntoma

Hola, soy tu síntoma

Yo, el síntoma, simplemente intento
hablarte en un lenguaje que comprendas.
Pero lo único que haces es combatir el síntoma .
Hola, tengo muchos nombres: dolor de rodilla, grano, dolor de estómago, reumatismo, asma, mucosidad, gripe, dolor de espalda, ciática, cáncer, depresión, migraña, tos, gripe, dolor de garganta, insuficiencia renal, diabetes, hemorroides, hipertensión y la lista sigue y sigue.
Me he ofrecido como voluntario para el peor trabajo posible:
Ser el portador de noticias poco gratas para ti.
Tú no me comprendes, nadie me comprende. Tú piensas que quiero fastidiarte, echar a perder tus planes de vida, todos piensan que quiero entorpecerles, hacerles daño o limitarles. Y no, eso sería un completo disparate.
Yo, el síntoma, simplemente intento
hablarte en un lenguaje que comprendas.
Que entiendas.
No comprendes que yo, el síntoma, no puedo ser -sutil- cuando debo darte el mensaje, con todo el mundo te quejas de mi, de mi presencia en tu cuerpo, pero no te tomas ni un segundo en razonar y tratar de comprender el motivo de mi presencia en tu cuerpo.
Aunque no lo creas, yo debo mantenerme firme y constante,
porque debo hacerte entender el mensaje..!
¿Y tú qué haces.?
Me mandas a dormir con medicinas.
Me mandas callar con tranquilizantes.
Me suplicas desaparecer con antiinflamatorios.
Me quieres borrar con quimioterapias.
Sabes que con el alcohol, sólo desaparezco por momentos.
Es inútil pensar que consumiendo drogas me iré para siempre.
Intentas días con día, taparme, sellarme, callarme.
Y me sorprende ver que a veces, hasta prefieres consultar brujas
y adivinos para que de forma -mágica- yo me vaya de tu cuerpo.
— Mi única intención es darte un mensaje —
Imagínate que soy esa alarma con sirena que intenta de mil formas decirte que de frente hay un abismo y que vas a caer y hundirte. Sueno y sueno por horas, por días, por semanas, por meses, por años, intentando salvar tu vida, y tú te quejas porque no te dejo dormir, porque no te dejo caminar, porque no te dejo trabajar, pero sigues sin escucharme…

¿Vas comprendiendo?

Para ti, yo el síntoma, soy -La Enfermedad-
Qué cosa más absurda. No confundas las cosas.
Y vas al médico, y pagas por docenas de consultas médicas.
Gastas dinero que no tienes en medicamento tras medicamento.
Y sólo para callarme.
Yo no soy la enfermedad, soy el síntoma.
¿Por qué me callas, cuando soy la única alarma que está intentando salvarte?

No será que con tu estilo de vida, con tus emociones contenidas, propicias la enfermedad.? Ningún médico sabe cómo combatir -esas-enfermedades. Lo único que hacen es combatirme, combatir el síntoma. Callarme, silenciarme, desaparecerme. Ponerme un maquillaje invisible para que tú no me veas.
Está bien si por ahora te sientes un poco molesto o frustrado. Pero yo puedo manejar tus procesos bastante bien y los entiendo. De hecho, es parte de mi trabajo, no te preocupes. La buena noticia es que depende de ti no necesitarme más. Depende totalmente de ti, analizar lo que trato de decirte, lo que trato de prevenir.!
Cuando yo, -el síntoma-

aparezco en tu vida, no es para saludarte.
Es para avisarte que una emoción que contuviste dentro de tu cuerpo,
debe ser analizada y resuelta para no enfermarte.
Deberías darte la oportunidad de preguntarte a ti mismo:
-por qué apareció este síntoma en mi vida-, -qué querrá decirme-?
¿Por qué está apareciendo este síntoma ahora?
¿Qué debo cambiar en mí para ya no necesitar de este síntoma?

El -DOLOR- existe, ahí está..tomaras algún medicamento,

pero por que viene ese dolor..?

Si dejas este trabajo de investigación, sólo a tu mente, la respuesta no te llevará más allá de lo que has hecho años atrás. Debes consultar también con tu inconsciente, con tu corazón y con tus emociones.
Por favor, cuando yo aparezca en tu cuerpo, antes de correr al doctor para que me duerma, analiza lo que trato de decirte, de verdad que por una vez en la vida, me gustaría ser reconocido por mi trabajo, por mi excelente trabajo. Y entre más rápido hagas conciencia del porqué de mi aparición en tu cuerpo, más rápido me iré.

Poco a poco descubrirás, que entre mas comprendas, menos veces vendré a visitarte. Y te aseguro que llegará el día en que no me vuelvas a ver ni a sentir. Al mismo tiempo que logres comprender tendrás ese equilibrio y perfección en tu vida, tus emociones, tus reacciones, tu coherencia, te garantizo que jamás volverás a necesitarme.
¿Crees o piensas de verdad, que yo disfruto lo que hago?
Te invito a que reflexiones el motivo de mi visita, cada que me veas aparecer.

miércoles, 29 de agosto de 2018

Practica la humildad en tu vida



A lo largo de los siglos, ser humilde ha sido una virtud. Y aunque hoy en día la humildad sigue siendo muy valorada, solo nos damos cuenta de ella cuando por, ejemplo, los dirigentes de un país hacen ejercicio de revisión y mejora, o con aquellas personas con las que nos relacionamos en el día a día de manera más íntima.

Sin embargo, a algunas personas el éxito les hace cambiar y pervertir algunas de las cualidades por las que empezaron a tener el reconocimiento de su alrededor.

Cabe preguntarse entonces, cuáles son las características que definen a las personas humildes. No solo cuando se encuentran en una situación desfavorecida, sino también cuando alcanzan numerosos logros y pasan a vivir de una forma acomodada.

La humildad no es simpleza, sino sencillez en la grandeza. 

¿Cómo son las personas humildes? 

Como rasgo más llamativo, las personas humildes se encuentran fuertemente comprometidas con algún aspecto de su vida. No buscan el éxito, ni la fama, sino la gloria y el talento en lo que hacen; ya sea trabajando como escultora, ama de casa o médico.



Las personas que practican la humildad buscan mejorar la vida de los demás sin vanagloriarse de ello. Se centran en el proceso más que en el resultado, mostrándose receptivos a posibles cambios en el camino. Sus indicaciones, mandatos u órdenes no están cargados de imposición, sino de autoridad abierta a la crítica y a la mejora.

“Cuando somos grandes en humildad, estamos más cerca de lo grande” 

-Rabindranath Tagore- 

Escuchan a los demás con interés, sin menospreciar valoraciones según de quienes vengan, desde un artesano a un político. Y consideran cada una de las opiniones como interesantes para entender algo en concreto o nutrirse de una visión más certera de la realidad que les rodea.

La exaltación del poder es algo alérgico para ellos. Además de no buscarlo, consideran que su recompensa está implícita en un trabajo bien hecho, mucho más que en su reconocimiento público. Por lo que son congruentes con su vida privada y con las ideas públicas que expresan. La hipocresía no entra dentro de su código de conducta.

En sus relaciones con los demás, prima la amabilidad y la buena comunicación, no emitiendo juicios a la ligera y practicando la empatía. Para ellos a veces las historias tienen más valor para cambiar el mundo que las normas.

Las personas humildes hacen pequeños actos todos los días que simplifican la vida de los que les rodea, sin ni tan siquiera avisar de que lo han hecho. Su manera de actuar es un fluir natural, sencillo y honesto.

¿Cómo son las personas carentes de humildad?



Ahora que ya sabemos los principales rasgos de las personas humildes, podemos mencionar cómo son las personas carentes de este gran valor:

Suelen ser personas carentes de todo pensamiento autocrítico y que practican una actitud de superioridad moral, intelectual o económica. Algo que crea tensión en sus relaciones con los demás. 

No intercambian opiniones para enriquecerse. Creen que la única forma de imponer su punto de vista es mediante la evitación de otras opiniones, la ridiculización del otro e incluso la intimidación. 

No escuchan. Aprovechan para expresar lecciones de vida y consejos que de ser seguidos por la otra persona, implican una ganancia implícita para ellos mismos. 

Su obsesión por el poder y por el éxito, por agradar a los demás ante todo, produce en muchas ocasiones, un modo poco elaborado de encarar su trabajo y superar pequeñas dificultades para mejorarlo. 

Y en el plano emocional, tienen la idea de que para llevar una buena vida en este ámbito es condición indispensable mostrar la felicidad como si de un trofeo se tratase. Esto puede llevar a la persona y a los que le rodean a un sentimiento de vacío y a una pérdida del verdadero sentido de las relaciones y su intimidad diaria.

Por lo tanto, practica la humildad, no tengas miedo de ser insignificante. Tendrás más impacto del que crees y más tranquilidad espiritual.

“Si crees que un mosquito es demasiado pequeño para causar impacto, intenta dormir con uno en la habitación” 

-Anita Roddick-

Para ser feliz debes creer que te lo mereces


La felicidad es tan accesible a ti cómo lo es el dolor, simplemente por estar vivo y por tener conciencia de que lo estás. Ser feliz es accesible para todos. Esa es la primera premisa que requerimos pensar cuando estamos ahogados en esos pensa-mientos catastrofistas, pues la única catástrofe sin solución es no estar vivos.

Si continuas generando eventos que restan en tu vida, es porque no haces cosas para que se genere lo contrario. Te has entregado al malestar porque crees que es lo que te mereces.

Partiendo de esta realidad puedes preguntarte : ¿Qué es lo que he hecho tan mal que ni tan siquiera puedo aspirar a sentirme algo mejor? Cuando respondas, te darás cuenta de que no te mereces tanto sufri-miento autoinfligido.

Es por ello que queremos pasar a reflexionar acerca de qué es la felicidad y cuáles son las causas de que muchas personas se nieguen la posibilidad de ser felices. Resulta importante saber qué mecanismos están implicados en este masoquismo emocional para detectarlos y alejarnos. Recuerda que para ser feliz debes creer que te lo mereces.

Qué es la felicidad

La felicidad depende de tres factores fundamentales: de cómo te encuentres, de lo que te encuentres y de cómo procesas ese encuentro entre tú y el mundo. La felicidad al fin y al cabo, es una actitud

La felicidad es un estado de espíritu abierto a experimentar. Sin embargo, la mente y lo que pensamos sobre nosotros conquistan casi siempre ese espacio destinado a la sencillez del disfrute, limitándonos.


Puede ser que por tus experiencias personales o la educación recibida hayas integrado la premisa de que no puedes ser feliz porque no te lo mereces. Pero te equivocas. No hay nada en el mundo que deniegue a una persona el poder sentir la felicidad.

Además, si te encuentras atravesando una situación difícil recuerda que otras personas han salido ya de las mismas o similares circunstancias que tú, ¿la diferencia?: Ellos creen que todo su sufri-miento pasado valida el deseo de volverse a sentirse bien, con ilusiones, de creer en las personas y de ver la parte positiva de nuestro gigantesco mundo.
Qué mecanismos utilizamos para negar la felicidad

Es importante analizar la llamada “pulsión de muerte” que nos explicó Freud, el fenómeno de la indefensión aprendida comprobado por Martin Seligman, o la consecuencia de soportar una ansiedad muy alta durante mucho tiempo, que deriva en cuadros cómo la desrealización y la despersonalización. A continuación, vamos a reflexionar sobre por qué las personas se niegan a ellas mismas la felicidad: 

Indefensión aprendida: algunas personas han adoptado un rol pasivo, en el que consideran el dolor como algo que toca soportar y no pueden hacer nada para evitarlo. La indefensión aprendida sucede cuando la persona da todo por perdido y siente que no puede hacer nada por mejorar. Ya no se lucha por salvarse. 

Desrealización: el mecanismo de la desrealización es cuando aparece una distancia psicológica respecto a la realidad que rodea a la persona. Es decir, es como si su entorno y contexto le resultara extraño. 

Despersonalización: el mecanismo de la personalización se refiere a una distancia y extrañeza psicológica respecto al sí mismo. La persona no se empeña por salir de ese estado o por buscar la felicidad porque no sabe que es lo adecuado para su situación. Está perdido, roto, desconectado. 

Pulsión de muerte: es muy difícil entender algunas conductas como las de las anoréxicas, como si en esa conducta estricta y peligrosa estuviera su poder. Más allá del peligro físico que implican sus hábitos alimentarios, sienten que deben controlarse muy fuertemente o seguir haciéndose daño por ser la única forma de encontrar placer: Es lo que Jacques Lacan llamó “goce” y Sigmund Freud “pulsión de muerte”. 

¿Qué nos dicen estos tres fenómenos? Pues que cuando alguien toca fondo, se siente culpable y no es capaz de superar su pasado, entra en un estado de la vida en el que no vive, solo se está presente, sin más; y no se siente digno de ser feliz.

Cuando una persona cree que no merece la felicidad se aísla y adopta conductas de autocastigo para sanar sus errores. No hace nada porque cree que no vale para nada y deja de considerarse persona.

Si crees que te mereces ser feliz, actúa en consecuencia

¿A cuántas cosas has renunciado o estás renunciando por miedo, por falta de autoestima o por sentir que ya no encuentras tu lugar en el mundo? Existen miles de teorías y técnicas de psicología que pueden ayudarte con tus habilidades sociales, con tus esquemas negativos y a programar acciones concretas. Existe también medicación, aunque para el dolor de alma todavía no han patentado ninguna.

Lo mejor para el alma es que vuelvas a conectar con ella para sentir que está herida, pero no muerta. A tu espíritu le encanta renovarse, ya sabes eso que dicen algunos de renovarse o morir y parece ser que a muchos no les va nada mal.

Así que saca las fuerzas que ni tan siquiera crees que tienes y vuelve a llenar tu vida de experiencias. Que al morir tu vida esté llena de experiencias, no de sueños. Si no crees que te lo mereces, piensa entonces en cómo será tu vida y la de los que te quieren si sigues sin creer merecértelo.

Y no olvides, que si no eres tú quien te da la oportunidad para empezar a construir tu felicidad, nadie más va a poder concedértela. Solo tu sabes qué es lo que necesitas y cómo para ser feliz, y la primera opción es aceptase y creerse lo que uno vale…

Las reglas de la felicidad, según Schopenhauer



Arthur Schopenhauer fue un brillante filósofo alemán, profundamente ingenioso y con gran influencia durante la segunda mitad del siglo XIX y los comienzos del XX. Se caracterizó por plantear una posición claramente pesimista frente al mundo y a la vida, lo cual quedó plasmado en su principal obra, El mundo como voluntad y representación.
Su gran realismo y la hondura de su pensamiento le impedían ver “el mundo en rosa”. Aún así, Schopenhauer escribió un ensayo con 50 reglas para alcanzar la felicidad.
La “felicidad” es uno de esos conceptos imprecisos en los que jamás, a lo largo de la historia, nos hemos puesto de acuerdo. Compartimos la idea de que se trata de una cierta sensación de plenitud y dicha, pero cada persona llega a ese estado por razones diferentes. De hecho, muchos afirman que ni siquiera es un estado como tal, sino una percepción pasajera.


Schopenhauer desarrolló un concepto de la felicidad que tenía por fundamento la prudencia y la ética. Dentro de su pensamiento, la felicidad tiene mucho más que ver con la paz interior, que con la exultación o la dicha. De sus cincuenta reglas para la felicidad, hemos seleccionado 10 que pueden resultarte enriquecedoras. 
Arthur Schopenhauer

1. Evitar la envidia, norma básica en el pensamiento de Schopenhauer


“Regla número 2. Evitar la envidia. Sabemos cuán cruel e implacable es la envidia y, sin embargo, nos esforzamos sin cesar en suscitarla en los demás. ¿Por qué?”
La envidia es una fuerza muy negativa que puede apoderarse de nuestro corazón y bloquear la alegría de vivir. Quien está más enfocado hacia lo que hacen o sienten los demás, descuida la tarea de construir su propia felicidad.

2. Desprenderse de los resultados


“Regla número 7. Reflexionar a fondo sobre una cosa antes de emprenderla y una vez llevada a cabo no angustiarse con los resultados, sino desprenderse plenamente del asunto”
Simplemente, se trata de poner todo nuestro empeño en lo que hacemos, ya que es lo único que depende solamente de cada uno de nosotros. Debe quedarnos la satisfacción de haberlo hecho bien. Lo demás no tiene importancia.

3. Permitirnos la alegría


“Regla número 13. Cuando estemos alegres, no debemos pedirnos permiso para ello con la pregunta de si tenemos motivo para estarlo”
Muchas personas llegan a experimentar cierta extrañeza y hasta culpabilidad cuando se sienten alegres. Esto se debe a que otros sufren o a que se considera que el sufrimiento es más loable que la alegría. Es importante desprendernos de estas ideas y ser capaces de experimentar la alegría, sin ningún cuestionamiento.
Mujer feliz con alas

4. Controlar las fantasías


“Regla número 18: En todas las cosas que afectan a nuestro bienestar y malestar, nuestras esperanzas y temores, hay que poner riendas a la fantasía”
Decía Goya que “la imaginación engendra monstruos”. Tanto con nuestros temores, como con nuestras ambiciones, tendemos a dejar volar la fantasía. Por eso terminamos viendo peligros mayores a los que realmente existen o éxitos gigantescos que, en todo caso, no llegan con simplemente soñarlos.

5. Evitar la infelicidad


“Regla número 22. Vivir feliz solo puede significar vivir lo menos infeliz posible”
Aunque parezca obvio, no todas las personas evitan la infelicidad. De hecho, hay quienes la buscan y, por supuesto, la encuentran. Para Schopenhauer, lo saludable es evitar o erradicar todas aquellas situaciones que puedan traernos desdicha, porque en esencia no valen la pena y solo son la fuente de nuevas dificultades.

6. Valorar lo que se tiene


“Regla número 25. Debemos ver lo que poseemos como lo estaríamos mirando si alguien nos lo quitara; sea propiedad, salud, amigos, amantes, esposa e hijos, la mayoría de las veces solo sentimos su valor después de haberlos perdido”

Cada día deberíamos despertarnos y pensar en todo aquello por lo que tenemos que dar gracias. Comenzando por un día más de vida, por un techo, una cama y una conciencia para valorar lo que tenemos y que muchos otros no poseen.
Chica rodeada de fantasía

7. Emprender y aprender


“Regla número 30. La actividad de emprender o aprender algo es necesaria para la felicidad del ser humano”
Tener planes y proyectos le aporta una dosis importante de entusiasmo a la vida. No importa que ese proyecto sea simplemente cultivar una planta o hacer una comida deliciosa. Esos pequeños emprendimientos son un tesoro.
De igual manera, el aprendizaje siempre nos permite sentir que estamos creciendo y evolucionando; por lo tanto, contribuye a la felicidad de vivir.

8. Cuidar la salud


“Regla número 32. Al menos nueve décimas partes de nuestra felicidad se basan exclusivamente en la salud”

Con la enfermedad cambia por completo la perspectiva frente a la vida. Esto lo saben quienes han debido padecer los rigores del dolor, de la incomodidad o la limitación. La salud es un auténtico tesoro que debemos cuidar para poder disfrutar de todo lo demás.
Mujer con el corazón renaciendo

9. Ser compasivos con nosotros mismos


“Regla número 34. Cuando analizamos nuestra vida y nuestros fallos en ella podemos excedernos fácilmente en los reproches contra nosotros mismos
La primera forma de bondad debe estar dirigida hacia nosotros mismos, defiende Schopenhauer. Es importante evaluarnos, reconocer los errores y aprender de ellos. Lo que no debemos hacer es fustigarnos, criticarnos de más o señalarnos duramente. Al final, no sirve de nada.

10. Prepararte para el paso del tiempo


“Regla número 35. Lo que más frecuentemente y casi forzosamente descuidamos y dejamos de tener en cuenta en nuestros planes de vida son las transformaciones que el tiempo opera en nosotros mismos”
Cuando somos jóvenes, nos parece como si la vejez fuera algo que les ocurre a otros, nunca a nosotros. Esta fantasía nos lleva a vivir sin prepararnos para ese futuro en donde el peso de los años introduce nuevas limitaciones y nuevas vulnerabilidades. Quien se prepara para la vejez, garantiza un mejor estar en esa frágil etapa de la vida.

lunes, 27 de agosto de 2018

Como es adentro es afuerta



Quien insulta, se insulta. Quien desprecia, se desprecia. Quien odia, se odia. Quien maldice, se maldice. Quien critica, se critica. Quien miente, se miente. Quien acusa, se acusa. Quien maltrata, se maltrata. Pues todo aquello que de nosotros sale a nosotros regresa, a nosotros pertenece y a nosotros afecta.
Todo lo que haces, piensas o dices del resto del mundo, te define en este momento y a ti vuelve, convirtiéndose en un círculo, en una rueda que no es fácil de romper, así como en un gran engaño, debido al hecho de creer que toda esa visión pertenece sólo al exterior. Si lo que de ti sale es engaño, espera sólo ser engañado; si lo que de ti nace es simpatía, disponte a recibir simpatía y, si lo que de ti surge es incomprensión hacia los demás, prepárate para no ser comprendido.
Porque lo que ves fuera, a tu alrededor, es justo lo que llevas dentro. Todo aquello externo a lo que tu mente presta atención, que enjuicias o valoras, es exactamente lo que existe en tu interior. Y cuanto más duele ver un defecto o un comportamiento en los demás, más profunda es la herida, porque reconoces la tuya propia.
Si quieres conocerte, pon atención a tu entorno, a todo lo que tu mente observa cada día a tu alrededor y estarás frente a un retrato de ti mismo, frente a un dibujo exacto de tu interior. Porque lo que es fuera, también es dentro.
¿O no son quizás los consejos que se dan a los demás los que mejor nos sirven a nosotros mismos, cuando nos encontramos en una situación parecida? Porque lo que de ti surge está hecho justo para ti, ahora, en este momento.
Y conociendo esto, que la vida es una rueda y que todo está en nosotros, sólo podemos vislumbrar una solución para romper este círculo, para cambiar el mundo y para cambiar nuestro destino, que es dirigiéndose al cimiento de la mente, al lugar de donde emerge y se manifiesta nuestro yo: el pensamiento. Y para ello es necesario observarlo, estudiarlo y controlarlo.
O al menos, encender una luz de alarma, un dispositivo que nos avise que entra en nuestra mente un pensamiento que no nos conviene, inadecuado, perjudicial para nosotros. Y en cuanto seamos avisados, localizarlo, reconocerlo y desecharlo.
Sólo desde el interior, desde dentro, se puede modificar todo, se puede mejorar el entorno; sólo el interior dirige el camino, porque todo está en ti, todo depende de ti y sólo a ti volverá.
Yo soy otro tú y tú eres otro yo. Todos somos uno en la fuente divina.

domingo, 26 de agosto de 2018

En la grandeza de la mente infinita está la cura


La mente es infinitamente grande.
El cuerpo es infinitamente pequeño. 
¿Por qué la medicina sólo estudia el cuerpo? 
Busca respuestas en la pequeñez del cuerpo.
En vez de buscarlas en la inmensidad de la mente.
Lo fragmenta en trozos. 
Crea máquinas para poder ver mejor esas partes.
Crea especialistas que pasan muchos años estudiando cada sector. 
Es imposible curar lo pequeño si no se cura antes lo grande. 
Es imposible curar el cuerpo si no se corrige el pensamiento erróneo que sostiene la enfermedad.
Y como no se corrige la mente se concluye que la enfermedad es incurable.
Y que lo único científicamente válido es tomar medicinas de por vida. 
En la grandeza de la mente infinita está la cura.
Quienes creen en la salud infinita manifestarán la salud infinita. 
Pero quienes creen que hay enfermedades incurables.
No podrán curarse. 
Aunque tomen las mejores medicinas del mundo y consulten a los mejores especialistas. 
Porque una creencia es mas poderosa que todos los recursos de la ciencia. 
Porque la ciencia sólo quiere ver la parte menor.
Y no comprende que la parte menor. 
Es sólo una proyección de la parte mayor. 
Donde se encuentran todas las respuestas. 

-Martín Macedo-

La vida debería ser una pasión

Si te pones a nadar, nada, pero hazlo con todo tu ser, así todo tu ser es nadar; el nombre se disuelve. Si corres, corre; eres el propio acto de correr, no el corredor. En las Olimpiadas hay corredores, egos, competidores… ambición. Si simplemente puedes correr olvidándote del corredor, correr se convierte en zen, llega a ser algo meditativo. Baila. Sólo baila y deja que la danza te lleve a donde ésta quiera ir.

Ábrete a la vida, confía en ella, y poco a poco ella destruirá todas tus inhibiciones y la energía empezará a manar en todas las partes en donde ha sido reprimida. Todo lo que hagas, hazlo con la idea oculta de que tienes que lograr una mayor fluidez. Si tomas la mano de alguien, tómala de verdad. La estás tomando de todas maneras, ¿por qué no hacerlo realmente? ¡Hazlo de verdad! Que no se trate sólo de dos manos entrelazadas, cada una de ellas deseando desprenderse de la otra. Si hablas, que la charla sea apasionada, de lo contrario aburrirás a los demás tanto como a ti mismo.

La vida debería ser una pasión, una vibrante pasión, una pasión palpitante, una extraordinaria energía. Que nada de lo que hagas sea aburrido, de lo contrario no debes hacerlo. No hay obligación de hacer nada, pero lo que sea que te apetezca hacer, hazlo de verdad.

Osho

La vida te saca a empujones de los sitios donde no te conviene estar

A VECES LA VIDA TE SACA A EMPUJONES DE LOS SITIOS DONDE NO TE CONVIENE ESTAR 

En algunas oportunidades, nos hace falta generar algo radical que nos arranque toda posibilidad de querer permanecer en un lugar, especialmente un lugar afectivo, donde nos sentimos realmente involucrados.

Podemos no entender una decepción en el momento en el cual ocurre, sin embargo, nuestro amigo tiempo, se encarga de explicarnos el porqué de ciertas vivencias que nos marcaron de manera profunda y nos sacudieron la vida en alguna oportunidad. 

Siempre el Universo nos abre una puerta cuando alguna otra se cierra, sin embargo podemos estar tan enfocados en la puerta que se cerró que no podemos ver con claridad las oportunidades que están a un solo paso de distancia. 

Es justo la sanación de las heridas, la disposición y el tiempo lo que nos hace ver más allá de cualquier dolor que hayamos pasado y es allí donde damos ese primer paso que nos lleva por un camino diferente, que en muchos casos nos conduce hacia donde realmente debemos estar. 

Muchas veces sabemos cómo terminarán las cosas, pero nos negamos a ver las señales, nos negamos a aceptar realidades y en medio de esa nube que hemos creado para protegernos de lo inevitable, sencillamente se produce una tormenta de la cual no nos queda más alternativa que salir. 

Salimos golpeados, confundidos, alterados, desconcertados, pero salimos, que es lo importante y el mensaje mentalmente es captado: No era sano permanecer en un sitio que nos prometía sufri-miento, que no nos generaba tranquilidad o bien nos sometía a alguna incomodidad. 

No reneguemos de las experiencias vividas, todas llevan consigo un propósito, tengamos fe en el proceso de la vida, y confianza en que la normalidad es estar bien y en nuestro interior tenemos esa capacidad de generar todo aquello que nos preserve, aunque sintamos que los cambios son bruscos y dolorosos, todos llegan a nuestra vida con un propósito. 

Cuando aprendemos a escuchar nuestra intuición, cuando silenciamos nuestra mente, junto a sus miedos y necesidad de aferrarse, restamos la posibilidad de salir a empujones de cualquier lugar, podemos utilizar recursos que nos mantengan a salvo de forma más oportuna y sobre todo menos traumática. 

Aprendamos a generar límites sin ponernos murallas, no nos cerremos a posibilidades, entendamos que estamos aquí para aprovechar nuestro tránsito y debemos procurar que nuestros aprendizajes sean por la vía del amor y no del dolor. 

Exponernos a situaciones que nos comprometen es siempre una enseñanza, está en nosotros valorarla y aprenderla para que la vida no nos la repita. 

-Sara Espejo- 

El efecto espejo


El efecto Espejo 
Para encontrar mi Sombra.
En su mayor parte, la sombra se compone de deseos reprimidos e impulsos incivilizados que hemos excluido de nuestra propia auto imagen, es decir de cómo nos vemos a nosotros mismos. 
Estas motivaciones son percibidas cómo moralmente inferiores para nuestro "ideal" de lo que somos(o más bien dicho de lo que "creemos" que somos), por lo que también depositamos en la sombra fantasías y resentimientos. 
De esta manera la sombra abarca en general todas aquellas cosas de las cuales uno no se siente orgulloso.
Estas características personales no reconocidas a menudo se perciben en los demás a través del mecanismo de proyección, el cual consiste en observar las propias tendencias inconscientes en otras personas. Debido a la dificultad de reconocer y aceptar nuestra propia sombra, este mecanismo de proyección es una de las formas más recurrentes y negativas de no trabajar los propios defectos y adjudicar éstos sólo a los demás. 
Este es un fenómeno típico que por ejemplo se observa en gran parte a los chismorreos o comentarios por la espalda que ocurren dentro de cualquier vecindario o entre grupos pequeños de individuos.
El ser humano proyecta en un mal anónimo que existe en el mundo todas las manifestaciones que salen de su sombra, porque tiene miedo de encontrar en sí mismo la verdadera fuente de toda desgracia. 
Todo lo que el ser humano rechaza pasa a su sombra que es la suma de todo lo que él no quiere, pero debe ocuparse en forma muy especial de estos aspectos, ya que cuando rechaza en su interior un principio determinado, cada vez que lo encuentre en el mundo exterior desencadenará en él una reacción de angustia y repudio. 
C.G.Jung.

sábado, 25 de agosto de 2018

El proceso de auto-sanación biológica espiritual

Somos las únicas criaturas en la superficie de la Tierra capaces de transformar nuestra biología mediante lo que pensamos y lo que sentimos. Tus células están constantemente observando tus pensa-mientos y siendo modificados por ellos. Un ataque de depresión arrasa tu sistema inmunológico. Sin embargo serenarte, fortifica tremendamente.

La alegría y la actividad armoniosa te mantienen saludable y prolongan tu vida. El recuerdo de una situación triste libera en ti las mismas hormonas y sustancias biológicas destructivas que el estrés. Tus células están constantemente procesando todas tus experiencias y metabolizándolas de acuerdo con tus puntos de vista.

En tu cuerpo, la producción de neurotransmisores se altera, el nivel de hormonas varía, tu ciclo del sueño es interrumpido, la superficie externa de tus células se tornan más viscosas y más propensas a formar grumos y hasta tus lágrimas contienen trazas químicas diferentes al de las lágrimas de alegría.

Todo este perfil bioquímico será drásticamente modificado cuando te sientas tranquilo, y hasta tu proceso de envejeci-miento se neutralizará cada día. Shakespeare no estaba siendo metafórico cuando a través de su personaje Próspero, dijo: “Nosotros estamos hechos de la misma materia que los sueños”.

- ¿Quieres saber cómo está tu cuerpo hoy? Entonces recuerda lo que pensaste y sentiste ayer.
- ¿Quieres saber cómo estará tu cuerpo mañana? ¡Observa tus pensa-mientos y emociones hoy!

Al abrir tu corazón y tu mente evitarás que algún cirujano lo haga por ti.  La medicina está en tí y tú no la usas. La enfermedad viene de tí mismo y no te das cuenta.


Recuerda, no somos lo que creemos ser, sino lo que pensamos y sentimos sin saberlo.