lunes, 10 de septiembre de 2018

El perdón


"No se trata de un perdón que se esconde tras una máscara de aparente caridad entre el que perdona- que es bueno- y el perdonado- que es malo-, practicado por personas que se creen “mejores” y se rebajan para salvar a otras “inferiores”.

Tampoco es el perdón de quienes buscan ser mártires en manos de otros, del tipo “Fíjate que bueno soy que soporto con paciencia y santidad la ira y el daño que otro me inflige, sin mostrar el amargo dolor que siento”. Este es el perdón de las víctimas, que muestran la cara de la inocencia frente a la maldad de los demás, pero en su inconsciente sienten que los otros son culpables de su sufrimiento, y sus enfermedades son la prueba de ello.

Tampoco es el perdón basado en el intercambio: dar para recibir. Este es el perdón del regateo y el trato. Pretende esclavizar al otro, ofreciéndole amor a cambio de obediencia. Es el llamado chantaje emocional, que consiste en hacer sentir culpable al otro si no se adapta a nuestras expectativas.
El PERDÓN para salvar nunca pide nada a cambio, no discute ni hace lista de los errores, no da regalos con doble intención, no da para obtener.
Es un perdón que no ve errores, que comprende que uno mismo ha atraído todo lo que le ocurre y que, cuando algo se repite una y otra vez, se trata de una prueba para acabar de sanar y perdonar situaciones que no pudieron ser sanadas y perdonadas."

Enric Corbera

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