Todos queremos la salud.
Queremos mucha salud.
Cuando brindamos con amigos o familiares decimos con emoción: "salud"....
Y enviamos salud-os a las personas que apreciamos.
Tan importante es la salud que muchos gobiernos tienen un "ministerio de salud".
Tener salud nos da seguridad.
Es nuestro respaldo más absoluto.
Y cuando la perdemos nos sentimos desesperados....en un angustiante desasosiego.
Porque perder la salud es peor que perder el trabajo o la casa donde vivimos.
Se puede encontrar un nuevo trabajo, una nueva casa, una nueva relación.
Pero si la salud no tiene remedio, la vida se convierte en un infierno.
La base física de la salud es el cuerpo.
Si es fuerte, sea por genética, sea por disciplina personal la salud seguirá dándonos esa poderosa confianza que ninguna póliza de seguros puede otorgar.
Pero cuando el cuerpo se debilita con los años o por no haberlo cuidado desde la juventud, nuestra auto confianza se derrumba como un viejo edificio que se cae a pedazos.
Pero con la macrobiótica podemos volver a ser fuertes y saludables.
La inteligencia infinita ha dispuesto una salida para los que han perdido la fuerza y la pasión por la vida.
Sin embargo la salud es un estado que sólo se experimenta en el momento presente.
La salud no se halla en un futuro próximo o lejano.
No hay nada en el futuro para nosotros porque aún no ha llegado.
La salud o se experimenta en el presente o no se experimenta.
Los que la han perdido piensan ansiosamente en cuánto tiempo les tomará recuperarla (futuro) o lo bien que se sentían cuando eran sanos y fuertes (pasado).
El profesor Kikuchi ha dicho categóricamente: "la enfermedad es ausencia de presente".
Por ello la simple adopción de una dieta no es suficiente para experimentar la salud infinita.
La conciencia debe estar intensamente presente para que la energía fluya sin bloqueos hacia nuestro cuerpo y lo llene de vida.
Por ese motivo la práctica de la meditación o respiración consciente debe acompañar a los nuevos hábitos de nutrición.
Porque si la mente no está en el ahora, el practicante seguirá persiguiendo una quimera que nunca se alcanza porque lo que está en el futuro no existe todavía.
Martín Macedo-
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