He llegado a la conclusión de que una de las principales razones por las que la gente habla de manera negativa sobre su pasado es porque su presente no va bien. La mayoría de las personas se sienten más seguras en la seguridad y el confort del pasado que adentrándose en el futuro desconocido. Vivir en el pasado consolida todos los traumas y decepciones que hemos tenido en la vida, sin mencionar que nos sirve de excusa para justificar que no hemos sido capaces de cambiar. Sin embargo, de lo que no se da cuenta la mayoría de la gente es que, cuando nos excusamos a nosotros mismos en algo o alguien, damos nuestro poder a esa persona, cosa o acción del pasado y, como resultado, nos privamos de nuestro poder y capacidad para cambiar.
Afrontémoslo, todos hemos tenido traumas, shocks y decepciones en nuestras vidas que nos han creado fuertes cargas emocionales. Entonces, tiene sentido que, cuanto mayor sea la reacción emocional hacia algo o alguien, más atención se le ponga a la causa. Cuando nos pasa algo en la vida que tiene un resultado emocional tan fuerte, el cerebro se para y toma una foto del evento. En ese momento, la imagen queda grabada holográficamente en nuestros circuitos neuronales. Este es el proceso normal de cómo se crea una memoria a largo plazo. Nuestros problemas empiezan cuando estamos pensando y sintiendo dentro de los límites de ese circuito de la experiencia pasada y sentimos la química de esa emoción pasada. Cuando pensamos y sentimos dentro de los confines de la neuroquímica del evento durante un período de tiempo lo suficientemente largo, eso acaba convirtiéndose en nuestro estado de ser. Esto es así, porque cómo pensamos y cómo sentimos se convierte en nuestro estado de ser.
Así pues, si te despiertas por la mañana y empiezas a pensar en tus problemas, el momento en el que piensas en el recuerdo de ese problema, estás pensando en el pasado. Como todos los recuerdos llevan una emoción asociada, el momento en el que sientes dicha emoción, el cuerpo se encuentra en el pasado. Esto es así, porque los pensamientos son el lenguaje del cerebro y las emociones son el lenguaje del cuerpo y ahora tu cerebro y cuerpo están inmersos en el pasado. En consecuencia, cuando te sientes infeliz, frustrado, triste o desanimado a causa de los recuerdos de tus problemas, tu cuerpo no reconoce la diferencia entre el evento de la vida real o el recuerdo que está creando esas emociones. Así, si esas emociones negativas dirigen tus pensamientos, no puedes pensar más grande de cómo te sientes porque piensas como en el pasado. En el momento en que tus emociones se convierten en tu manera de pensar, creas más pasado.
Aquí es cuando la gente puede que te diga: “¿Por qué no has cambiado? ¿Por qué estás tan triste? Y les contestas: “Yo soy así por esta persona o por este acontecimiento”. Cuando hablas así, te conviertes en la víctima de tu propia vida porque, inconscientemente, estás manifestando que una persona, cosa o evento controla tu manera de pensar y de sentir. Si tus pensamientos y emociones crean tu realidad, estás reafirmando y recreando la misma realidad. Entonces, ¿cómo rompemos ese ciclo?
Como he mencionado, la razón principal por la que nos sumergimos en esas emociones es porque nuestra vida en el presente no va bien. Si nuestra vida no va bien, hay una gran posibilidad de que estemos sintiendo las emociones del pasado y que nuestro cerebro esté recordando el evento (o eventos) más potente del pasado, que fue el que produjo inicialmente esas emociones. Entonces estamos tentados a hablar sobre el evento e idealizarlo de la misma manera que hicimos con las emociones del pasado. Sólo se recurre al pasado, se analiza y se sienten las emociones del pasado si la vida actual no va bien. Si tu vida funciona, no tienes problemas con el pasado porque no estás atrapado en esa rueda emocional. Para que esto suceda, tienes que ir lo suficiente más allá de ti mismo para cortar de ese algo y convertirlo en nada. Te lo digo desde la experiencia. Yo tengo decepciones y traumas en mi vida, pero ninguno de ellos tiene importancia porque my vida está funcionando. Sin esas experiencias yo no sería quien soy hoy en día.
Cuando llegas al punto en el que amas tu vida y quien eres, el pasado no te importa, o si te importa es porque se convierte en un mecanismo de aprendizaje para ser quien eres hoy en día. Dicho esto, dejo unos consejos para liberarse del pasado:
- Escribe los pensamientos, comportamientos, emociones y patrones de expresión negativos con los que ya no quieras convivir. Repásalos cada día de forma que llegues al punto en el que te familiarizas tanto con ellos que esto te prevenga de sentirlos inconscientemente. Entonces, saldrás de lo conocido para acceder a lo desconocido.
- Escribe los pensamientos nuevos (eso es lo desconocido) que sí quieres grabar en tu cerebro y tómate un tiempo cada día en que tengas toda la atención e intención para grabarlos conscientemente en tu cerebro hasta que se conviertan en lo conocido.
- Cada día repasa comportamientos que quieras demostrar en tu vida. Esto quiere decir que cierres los ojos y que, en un estado relajado, empieces a instalar el hardware neurológico de cómo vas a ser durante el día. Esto prepara tu cerebro para vivir en el futuro, en vez de vivir en el pasado.
- Cada vez que medites, enseña a tu cuerpo emocionalmente cómo vas a sentir el futuro y no te levantes hasta que te sientas de esa manera. Si vas haciendo esto, el pasado se desvanecerá.
A modo de conclusión, lo que tienes que hacer es realizar el trabajo cada día y tienes que hacerlo con pasión. No hagas que tus meditaciones sean sobre esa persona, cosa o evento del pasado que te atrapa, sino hazlo sobre tu futuro yo, que está libre de su pasado. Si lo haces durante suficiente tiempo, despertarás en tu nueva vida como tu futuro yo, pero en el presente. Entonces, de una vez por todas, tu pasado será tu pasado y lo bendecirás porque te habrá llevado a tu valioso momento presente.
Joe Dispenza
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