Nadie nos ha enseñado a sentir. Nadie nos ha enseñado a qué hacer con nuestras emociones. Nadie nos ha enseñado a cuestionarnos. A ser Conscientes de aquello que pensamos, de aquello que creemos, y ponerlo en duda. Y ponernos en duda.
Consecuencia:
En lugar de ser nosotros los que llevamos la rienda de nuestras vidas es una sustancia, un aparato electrónico, un tipo de cuerpo 'perfecto', otra persona a la que cedemos todo nuestro poder (padres, amigos, jefes, gurús, parejas, políticos), un equipo de fútbol, una herramienta de autoconoci-miento, un tipo específico de camino espiritual, una bandera, una religión (con su Dios y sus manda-mientos-biblia creados por el mismo hombre al que tampoco se le ha enseñado a sentir ni a pensar), 'lo que está de moda' o cualquier otra creencia.
Cuando sentimos miedo, vacío, soledad, tristeza, ansiedad, ira..., en lugar de asumirlas, de permitirnos sentirlas sin rechazarlas, sin huir de ellas, sin apegarnos a ellas, las volcamos fuera a través de adicciones o de culpas externas.
No nos responsabilizamos de lo que somos en cada instante porque CREEMOS que sintiendo lo que sentimos vamos a ser rechazados porque no es lo correcto, porque no es lo políticamente correcto, porque nos han dicho que sentir eso no es 'bonito', no es de 'hombres', no es 'espiritual'.
Sin caer en la cuenta (porque no sabemos cuestionar nuestras REACCIONES) que casi todo el mundo actúa del mismo modo. Incluidos aquellos a los que 'seguimos'. A nuestros ídolos. A los que nos están diciendo qué hacer y qué no hacer, qué sentir y qué no sentir, qué pensar y qué no pensar, a quién votar y a quién no votar, a quién rezar y a quién no rezar, hacia dónde ir y hacia dónde no hacerlo.
Vistos desde fuera (a todos nosotros, a la sociedad, al mundo), somos como un pez que se muerde la cola. Estamos en un bucle de des-conexión total. De manipulación (porque no nos PARAMOS a reflexionar sobre nuestras acciones). De rebaño, donde la oveja negra es la que ha sido capaz de salirse de la película en la que estaba inmersa, enganchada, de su victimismo, ver el esclavismo que ha permitido, perdonarse por ello (a través de la humildad, la comprensión y la compasión) y hacerse cargo de su libertad. De todo lo que supone ser Libre. De toda la RESPONSABILIDAD sobre sus heridas, sus emociones y sus pensamientos que conlleva, sin echar pelotas fuera.
¿Eres capaz de ver cómo reaccionas ante lo que sientes? ¿Cuál es la válvula de escape que utilizas? ¿Por quién o qué te dejas 'pasear'? Duele verse así, ¿VERDAD? (a mí sí cuando lo he hecho y lo hago) Duele sentirse una marioneta. Por eso, preferimos poner excusas, justificar nuestro 'marionetismo', cegarnos y culpar a los demás. Para evitar sentirnos tan poca cosa.
Algunos son inconscientes. Pero muchos es por cobardía. Por no atreverse a ser 'oveja negra'. Porque es más fácil enfrentarse a 'lo que sea' (externo, parche, tirita, rama) en manada que afrontar tus propios miedos, tus sombras, tu oscuridad (raíz) solo. Sin nadie que te salve de ti.
Por eso, los cambios que se pueden llegar a producir son tan 'mentira'. Porque se ha cambiado únicamente el traje, pero la raíz sigue podrida. No ha habido una transformación real. No hay mariposa. Hay una oruga disfrazada de mariposa. Por eso, la 'historia' se sigue repitiendo una y otra vez. A lo 'moderno', pero siendo la causa la misma. Y no nos damos cuenta de ello. Y si lo hacemos, lo pasamos por alto para así no tener que OCUPARNOS de nosotros. Para así no tener que hacer cambios dentro, en nosotros mismos y, como efecto, en nuestras acomodadas (pero infelices) vidas. Tomando decisiones que no nos atrevemos a tomar por miedo a sentir lo que no queremos sentir por no saber sentir lo que sentimos y 'más de lo mismo'.
Y no pasa nada. Cada uno elige vivir su vida como considere oportuno. Eso sí. Si pretendes sentir felicidad, libertad (la real, no la superficial) y Paz (que es lo que todos anhelamos), las riendas... las tienes que llevar tú, no el de 'enfrente'. No 'los miedos que te sobran'. Con todo el precio que eso conlleva.
Ahora que nadie te ve. Ahora que no necesitas disfrazarte de ningún personaje. Ahora que no llevas máscaras con las que aparentar. Ahora que tu boca no tiene que repetir las palabras que repiten, a su vez, otras bocas, para 'pertenecer a' y así sentirte falsamente seguro. Ahora que ya no estás en medio del 'rebaño' del que has escogido formar parte. Pregúntate: ¿QUIÉN QUIERES SER?
Porque..., ¿sabes una cosa que quizás, sólo quizás, nadie te ha dicho aún (ni siquiera tú mismo), porque...quizás, sólo quizás, si te lo Recordasen se acabaría el 'negocio', el control sobre tu Humanidad? PUEDES SER QUIÉN TE DÉ LA GANA DE SER. Tu mente, ante esta afirmación, reaccionará con mil 'peros', que son fruto de la misma manipulación que te hacen creer que 'NO PUEDO' (bucle). Es como un virus informático que nos han ido inyectando desde que nacimos y que ataca a nuestra Esencia, a nuestra Libertad, a nuestro Amor propio. Pero que sólo uno mismo puede desprenderse de él, ELIGIENDO hacerlo. Nadie más.
La CUESTIÓN es: ¿Estás dispuesto a Ser quién quieres ser, quién eres en realidad, asumiendo (aceptando) todas aquellas emociones, pensa-mientos, creencias que surgen en ti en cada momento sin vomitárselas a otros, o prefieres seguir siendo lo que los demás quieren que seas para su conveniencia?. ¿Estás dispuesto a soltar (ser consciente de y no aferrarte a) tus condicionamientos, el personaje que te has creado y creído, y ser Auténtico?
¿Y ser tú mismo? ¿Y SER...?
TÚ DECIDES cómo te quieres ver.
TÚ DECIDES cómo quieres vivir.
TÚ DECIDES quién quieres ser.
- Emma "Regreso al Hogar "-
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