La bendición es uno de los más potentes códigos vibratorios que nos fueron transmitidos y raramente nos fue mostrada su aplicación. Este don representa la oportunidad de desembarazarnos de las cargas contenidas en nuestros organismos y de continuar con nuestra vida.
En el momento en que bendecimos un evento que -interpretamos- nos ha lastimado, o una persona que nos ha causado dolor o sufri-miento, afirmamos la naturaleza divina o sagrada de aquello que generamos.
Es divina y sagrada justamente porque existe en virtud del UNO y como parte de Él. La bendición puede ser definida como una cualidad de pensa-miento, senti-miento y emoción. Nos permite reconocer la naturaleza santa, divina, sagrada de todo evento generado, y no indica aceptación, consenso o remisión de alguna acción. Simplemente reconoce la naturaleza divina del evento y nos permite ir hacia adelante en la vida.
Si hay una fuente en todo lo que existe, entonces sin excepciones, todo aquello del cual somos testigo en la vida, debe pertenecer a aquella fuente y también pertenecer a una naturaleza sagrada y divina.
Cuando bendecimos aquello que, decidimos, nos ha hecho sufrir, sin duda estamos afirmando su naturaleza sagrada. Hay algo mágico que se genera cuando lo hacemos. No podemos explicarlo con palabras: es una experiencia que se requiere hacer personalmente para comprender el lugar de la bendición en nuestra vida.
Por lo tanto: ¿Qué es esta bendición? ¿Qué estamos afirmando cuando bendecimos algo? Qué se genera si bendecimos lo que, en primera instancia, nos hirió profundamente?. Imaginen que fuertes requerimos ser para poder hacerlo !!!.
Se trata de mirar directamente a la cara a los eventos que nos han causado el sufri-miento, que nos han llevado a nuestras oscuras profundidades y decir: "Yo bendigo esto". Estamos solo diciendo que lo que se generó es sagrado, divino, santo, que es parte del UNO, aunque no comprendamos el lugar que ocupa este hecho en el conjunto; y al hacerlo experimentaremos una sensación de liberación si bien puede no ser sentida la primera vez.
No estamos consintiendo que el gesto se repita, estamos solo removiendo la carga de nuestro cuerpo. Si le damos la espalda a aquellos que se generaron como los horrores de este mundo y simplemente los ignoramos, no es de este modo como encontraremos nuestro poder.
Nuestros más elevados niveles de maestría los encontraremos en ser testigos de lo que la vida nos ofreció re definiendo el significado de aquellos eventos. Si los re definimos y logramos liberarnos, entonces podremos seguir adelante en la vida.
No estamos hablando del complacer ni de ninguna acción que tenga que ver con la rabia o la venganza, sino especialmente de una acción que proviene de un punto de nuestra emocionalidad que ha logrado poder.
Los aliento a invitar a sus vidas esta gran forma de sanación que es el don de la bendición, y si logran comprender su significado, encontrarán rejuveneci-miento. Las lágrimas no representan necesariamente la tristeza, las lágrimas son también el modo en que nuestro cuerpo físico responde a la remoción de la carga, encontrando un nuevo equilibrio, equilibrio que llega en el momento menos esperado.
Durante siglos los antiguos pueblos indígenas nos han recordado el poder del pensa-miento y su lugar en nuestra existencia. Este código relativamente oscuro en los tiempos antiguos es discutido a menudo en estos tiempos sin ser realmente comprendido y es conocido como: EL DON DE LA BENDICIÓN, uno de los más grandes dones transmitidos por los antiguos ESENIOS. Es un código verbal que nos da la oportunidad de afrontar con gracia las experiencias de vida que más nos hieren.
- Gregg Braden-
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