1. Estar ocupado no es lo mismo que ser productivo.
Observa a las personas a tu alrededor. Todas parecen estar ocupadas, corriendo de junta en junta y mandando cientos de correos electrónicos. Pero, ¿cuántos de ellos están realmente produciendo trabajo?. El éxito no viene del movimiento o la actividad. Viene de enfocarse, de usar tu tiempo de manera eficiente. Tienes las mismas horas en el día que las personas más exitosas del mundo. Úsalas sabiamente. Después de todo, eres el producto de lo que generas, no del esfuerzo que le pones. Esfuérzate en las acciones que te darán más resultados.
2. El éxito muchas veces viene precedido por el fracaso.
Nunca experimentarás verdadero éxito hasta que aprendas a aceptar el fracaso. Tus errores construyen el camino para el triunfo al revelarte los senderos equivocados. Los mayores hallazgos se suelen dar cuando te sientes frustrado y atrapado. Es esta sensación la que te impulsa a pensar diferente, fuera de convencionalismos y ver la solución que no estabas contemplando. El éxito requiere paciencia y la habilidad de mantener una buena actitud mientras se sufre por lo que se cree.
3. El miedo es una de las fuentes del arrepenti-miento.
Al final de la vida, se lamentan más las oportunidades perdidas que los fracasos. No temas correr riesgos. Muchas veces escuchamos a la gente decir “¿Qué es lo peor que te podría pasar? ¿Morirte?”. Sin embargo, no es el peor escenario posible. Lo más terrible que podría s generar es que te dejes morir por dentro y ya no vivir, solo existir.
4. Tu valor viene de dentro.
Cuando tu sentido de la satisfacción viene de lo que otros piensen de ti, dejas de ser el amo de tu propio destino. Cuando te sientes bien acerca de algo que has logrado, no permites que las críticas destructivas de otros te afecten. Aunque es imposible “apagar” el botón que hace que te importe la opinión de otros sobre ti, puedes no compararte con ellos y siempre tomar sus puntos de vista con cautela. De esta manera, no importará lo que hagan y digan pues tu valor propio vendrá de tu interior.
5. Eres tan bueno como las personas que te rodean.
Debes conectarte con personas que te inspiren, que te apoyen a ser mejor. Pero, ¿qué hay de quienes te jalan al fondo? ¿Por qué los dejas ser parte de tu vida?. Cualquier persona que te quiera hacer sentir devaluado, ansioso o que te robe la inspiración, no solo te está quitando el tiempo, también hace que te parezcas a ellos. La vida es demasiado corta para asociarte con personas así.
6. La vida es muy corta.
Ninguno de nosotros tiene asegurado el mañana. Sin embargo, cuando alguien muere, hace que reflexionemos sobre nuestra propia vida: lo que es realmente importante, cómo y que generamos, cómo tratamos a los demás. La pérdida es un recordatorio visceral de la fragilidad de la vida pero no debemos esperar por ella para apreciar lo que tenemos. Recuerda cada mañana cuando despiertes todas las bendiciones que has recibido. El momento en el que empiezas a tratar la vida como un regalo, comienza a comportarse como tal. Un gran día empieza con una gran actitud.
7. No se requiere esperar un perdón para poder perdonar.
La vida es mucho más sencilla una vez que decides olvidar los rencores y perdonar, incluso a las personas que jamás pidieron perdón. El resenti-miento permite que los eventos considerados restrictivos de tu pasado arruinen la felicidad del presente. El odio y la rabia son parásitos emocionales que pueden destruir la alegría en tu vida. Las emociones limitantes que surgen al guardar un rencor crean una respuesta de estrés en el cuerpo, y esto puede generar consecuencias en la salud. Cuando perdonas a alguien no estás condonando sus actos, simplemente te liberas de ser su eterna "víctima" y asumes responsabilidad de todo lo que generas.
8. Estás viviendo la vida que creaste para ti.
No eres víctima de la circunstancias. Nadie puede forzarte a tomar decisiones y hacer cosas que vayan en contra de tus valores y aspiraciones. Tú creaste la situación en la que vives actualmente y de la misma manera, el futuro depende totalmente de ti. Si te sientes atrapado, es porque probablemente temes tomar los riesgos que requieres para alcanzar tus metas y vivir tus sueños. Recuerda que siempre es mejor estar hasta el fondo de la escalera que quieres subir que en la cima de aquella en la que no quieres estar.
9. Vive el momento.
No podrás alcanzar todo tu potencial hasta que aprendas a vivir tu vida en el presente. Ni toda la responsabilidad del mundo no puede cambiar el pasado y ninguna cantidad de ansiedad puede controlar el futuro. Es imposible ser feliz si siempre estás preocupado por otras cosas, incapaz de abrazar tu realidad (mala o buena) del momento. Se requieren hacer dos cosas para poder vivir en el momento: Acepta tu pasado. Si no haces las paces con lo que has vivido, jamás te dejará y creará tu futuro. Y acepta la incertidumbre del futuro. Las preocupaciones no tienen lugar en el aquí y el ahora.
10. El cambio es inevitable, ¡abrázalo!.
Una vez que aceptes que el cambio encontrarás todo lo que suma que hay en él. Requieres una mente y brazos abiertos para poder reconocer, y capitalizar, las oportunidades que los cambios crean. Si te quedas hacienda lo mismo toda la vida, seguro fracasarás. Después de todo, la definición de locura es hacer las cosas de la misma manera una y otra vez esperando resultados distintos. La vida no se detiene por nadie. Cuando las cosas van bien, aprécialas y disfrútalas porque no está lejos el día en que la situación cambie. Si siempre estás en búsqueda de algo más grande, algo mejor, que crees que te hará feliz, jamás disfrutarás los grandes momentos del presente antes de que se vayan.
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