Cada uno de nosotros tiene una lista de personas en su vida con las
que sabe que puede contar. Y para la mayoría, si no es que para todos , es
bastante corta y no porque no seamos
amorosos ni amistosos, ni nos ocupemos de los demás.
Es porque la mayoría de
nuestras relaciones existen para servirnos. Cuando los seres humanos
llamamos a un amigo para ir al cine o para que venga a nuestra casa a ver un
partido, no lo hacemos por ellos; lo hacemos por nosotros mismos. Es cierto,
quizá ellos se diviertan en el proceso, pero ese no suele ser el objetivo, el
verdadero Motivo Interior.
Esto es así porque en lugar de
generar a personas a quienes Dar, nos enfocamos en buscar a personas que puedan
darnos. Así, cuando llamamos a nuestros amigos buscando a alguien con quien
pasar el rato, no somos mejores que un operador de venta telefónica que nos
llama durante la cena. Un vendedor telefónico quiere algo de nosotros; nosotros
queremos algo de nuestros amigos….
De esta forma acabamos limitándonos a nosotros mismos pasando la
mayoría de nuestro tiempo con personas que nos Dan, en lugar de enfocarnos en
encontrar a personas a las que podemos Dar.
El problema es que a veces sentimos que ¨necesitamos¨ a alguien, pero
en realidad no necesitamos a nadie. Nuestra energía —que significa nuestra
confianza, inspiración, autoestima y fuerza—
funciona cuando viene de la Fuerza de la
Integridad del universo, no de un ser humano. No hay nada reprochable en
querer contacto humano, pero es mucho más poderoso tenerlo y no estar ¨necesitados¨ de él.
¿Has mirado alguna vez a tu alrededor y has sentido como que no
comprendiste a las personas en tu vida, o que ellas no te comprendieron?
¿Quizá
te sentiste inferior, o tal vez superior? Esto se genera porque
no generamos almas a quienes dar. Buscamos almas que nos den. Te invitamos a retarte a partir de ahora, de este momento, a que
pienses sobre tus relaciones. Y no sólo a que pienses diferente, sino también a
que actúes diferente.
En lugar de analizar qué obtienes de cada una de tus relaciones, hazte
estas preguntas:
¿Cómo puedo ser útil para esta persona?
¿Conozco realmente cuáles son las legitimas pretensiones de esta
persona?
¿Sabe esta persona lo que siento por ella?
¿Estoy en esta relación para RECIBIR(receptor) o COMPARTIR(dador)?
Si compartimos de la forma
adecuada, siempre obtendremos algo de regreso. Ésta es la naturaleza del
universo. Puede ser que no lo recibamos de forma inmediata, pero conocer este
secreto, es comprender que lo que se va,
vuelve.
Si nos alejamos de la idea de ser
un receptor y nos acercamos a ser un verdadero dador, crearemos un gran cambio,
no sólo para nosotros mismos sino para el mundo entero
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