viernes, 13 de abril de 2018

Ser estricto es ser inteligente


Ser estricto es ser inteligente.
No es rigidez.
Ser estricto es ser sabio.
No es fanatismo.
Ser estricto es un atajo hacia la felicidad.
No es ser anti social.
La palabra "estricto" tiene una serie de connotaciones negativas, se lo vincula al ejército, a la dureza, a la falta de flexibilidad.
Entonces es socialmente más aceptable ser "flexible" en vez de ser muy "estricto".
El Universo, que tanto nos fascina por su magia y sus misterios insondables se basa en un gran Orden.
Orden y desorden son el yin y el yang, las dos caras de la moneda.
La salud es vivir conectados al gran Orden.
Los desórdenes nerviosos, se vinculan con los trastornos psiquiátricos.
Los desórdenes cardiovasculares requieren consulta con especialista.
Los desórdenes inmunológicos comprenden los trastornos auto inmunes, las alergias y las inmunodeficiencias.
Los desórdenes financieros llevan a una economía caótica.
Cuando el desorden se hace muy grande hablamos de caos.
Y el caos se convierte en un nuevo Orden porque extremo yin se convierte en yang.
Ser ordenado es yang y ser desordenado es yin.
Los leones y los búfalos son estrictos con lo que comen y beben.
Sólo toman lo que les beneficia y nada más porque no están interesados en experimentar un sólo minuto de malestar.
Porque en ese minuto un enemigo los puede emboscar.
Deben tener sus capacidades al 100% las 24 hs del día.
Los peces en los mares también son estrictos en cuanto a su nutrición.
Sólo toman lo mejor y nada más.
Los bebés son estrictos; no les importa lo que piensen los demás o las creencias de su pediatra.
Sólo quieren su pecho directo durante el primer año o incluso por más tiempo.
Ese alimento tomado a diario es el Orden, el gran Orden del Universo que el bebé desea observar y pone toda su voluntad de hierro en observar.
Así garantiza su salud, su bienestar, su felicidad.
Pero los hombres y mujeres hechos a imagen y semejanza de Dios, desean experimentar el desorden y por eso crean el caos para luego volver al Orden.
Ahora estamos en el momento más caótico de la historia.
Y por esa razón es necesario ser enérgicos en cuanto a la aplicación de las medidas correctivas que volverán a crear la felicidad del mundo.
No es tiempo de actitudes tibias, "más o menos".
Llegó la hora de crear poderosos cambios y para ello nuestra mente debe comprender claramente que el retorno del Orden es el retorno de la gran felicidad.

-Martín Macedo-

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