miércoles, 25 de abril de 2018

El arte culinario es un arte sagrado


Pero el alma de la chispa no se extingue ya que sigue formando parte del espíritu del fuego.

Y como el Padre sigue creando chispas de todas las formas y dimensiones podrá hacer otro viaje como chispa e intentar cumplir con éxito su cometido.
El propósito de la chispa es llevar la luz de la divinidad allí donde vaya.
Algunas chispas caen en Uruguay, otras en Inglaterra y otras en Australia.
Las chispas tienen una existencia fugaz.
Entonces que sea intensa y cálida, en vez de fría y triste.
Este mundo está lleno de chispas divinas, pero muchas, tanto como el 60% adolecen de tristeza crónica que algunos técnicos sanitarios intentan mejorar con antidepresivos.
Nosotros tenemos una herramienta muy antigua.
El principio de las transformaciones.
Yang es cálido y yin es frío.
Nuestra chispa debe ser cálida y amorosa, debe iluminar la vida de aquellos que la conocen.
Porque si la chispa olvida su cometido debe morir de frío y soledad.
Pero algunas chispas consiguen encender un fuego y consiguen mantenerse por más tiempo.
Neville Goddard dice que los humanos somos versiones menos intensas de la fuerza infinita que nos creó.
Dios y sus chispas son esencialmente fuego divino.
Pero la chispa tiene menos intensidad.
Sin embargo algunas chispas aprenden el truco y consiguen crear un gran fuego.
Una gran intensidad, una gran luz, una gran alegría.
Los alimentos yin enfrían nuestro cuerpo.
Los alimentos yang lo vuelven cálido.
Los climas cálidos aumentan nuestra temperatura pero si tomamos mucha cerveza el calor se convierte en un problema.
Si queremos que nuestra chispa se haga grande y brillante debemos movernos con gran entusiasmo y crear el alimento de los dioses en el fuego de nuestras cocinas.
Porque el arte culinario es un arte sagrado que permite que las chispas aunque lejos de su origen mantengan viva la luz infinita.

-Martín Macedo-

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