martes, 10 de abril de 2018

Podemos elegir qué pensa-miento alimentar y sostener


¿Qué tienes en mente?

¿Un viaje?
¿Una mudanza?
¿Cambiar de trabajo?
Es extremadamente importante vigilar lo que entretienes en la mente.
Porque puedes controlarlo, por algo se habla de "libertad de expresión" o de la "libertad de cultos" o de "libre pensadores".
Podemos elegir qué pensar y a qué pensamiento alimentar y sostener.
Porque si lo alimentamos con el nutriente llamado "atención" y le damos tiempo, germinará como una semilla en una placa de germinación.
Las semillas visibles son paquetes de información.
Las semillas invisibles también son paquetes de información.
Las visibles se hacen fuertes con el alimento del agua y los cuidados mínimos.
Las invisibles se hacen fuertes cuando les damos nuestra atención y creemos en ellas.
"Protege tu sueño" le dijo Will Smith a su hijo en la película "En busca de la felicidad".
Will no es sólo un filósofo; es alguien que ha logrado llevar sus deseos de grandeza al mundo que todos vemos.
Es un realizador y un hombre que desea la felicidad de los demás tanto como la suya y por eso comparte sus secretos del éxito.
Pero nadie puede proteger lo que no existe.
Si no tienes un sueño claro y definido, con fecha de vencimiento, si ni siquiera lo tienes escrito en un pergamino secreto y ni lo mencionas con palabras audibles....
No eres formal, tu objetivo no tiene forma, no es nada, sólo una nebulosa.
No puedes proteger a una nebulosa, ni la puedes encerrar ni puedes hablar de algo que no ha sido creado porque no deseas comprometerte.
Bob Proctor, uno de los protagonistas del documental "El Secreto" conoce sabias verdades.
El afirma que sólo el 3% de la gente vive la vida que desea vivir.
El resto lo intenta pero debe luchar mucho y obtiene migas.
En vez de enojarnos por semejante desigualdad, aprendamos de aquellos que han logrado plasmar como Will Smith sus ideas, sus sueños en bellas realizaciones.
Visualizar es crear, pero el 97% no tiene tiempo para perder.
Porque debe hacer horas extras.
Hay que creer y persistir.
Y si le damos el tiempo suficiente esa semilla hará lo que hacen todas las semillas del universo.
Crecerá y se convertirá en un gran árbol.
Pero debemos poner pasión e intensidad.
Y la voluntad de hierro que late en cada corazón.
Porque no estaremos para siempre en este cuerpo mortal.
Y la felicidad no puede esperar.
Porque tu vida es demasiado preciosa para privarla de semejante belleza.

-Martín Macedo-

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