Crear salud con disciplina.
No se necesita mucho dinero.
No importa donde vivas.
No importa el nivel educativo.
Ni la raza ni la genética ni los traumas del pasado.
Ni las enfermedades previas.
Sólo la voluntad de disciplinarse de verdad.
Sólo la pasión de alcanzar ese sueño.
Basta de quejarse, basta de hablar de lo que te atormenta o preocupa.
Esto forma parte de la disciplina.
A partir de ahora "impecable con las palabras" como enseña el segundo acuerdo tolteca.
Eres un gigante, sólo que no lo pueden ver tus ojos.
Pero lo sabes, tu mente no tiene límites, tu creatividad es inmensa.
En la naturaleza salvaje los animales viven en la disciplina natural.
Allí no hay lujos.
Las normas son aplicadas por la despiadada ley natural.
La disciplina no es una opción.
Porque sólo hay dos opciones: vivir o morir.
Pero en el mundo de los hombres hay muchas conveniencias y comodidades.
El humano es mimado por la tecnología y las facilidades del transporte.
Puede comer cada dos horas, incluso los indigentes.
Por eso no hay enfermedades incurables.
Hay indisciplinados incurables.
La macrobiótica es un camino de libertad.
Que nos puede llevar a la cima del Everest de la salud.
Un estado maravilloso que Ohsawa denominó la salud absoluta.
Pero para alcanzar ese estado la disciplina debe ser formidable.
Moneda grande tiene dorso grande.
Moneda pequeña tiene dorso pequeño.
Si quieres la gran salud, deberás conseguir la gran moneda.
Porque al que da más se le dará más.
Y al que no da ni los buenos días, perderá hasta la alegría de vivir.
Crear la gran salud es la mayor de las felicidades.
Es el mayor regalo para el que la posee y para toda la humanidad.
Porque cuando alguien brilla como un diamante, la energía que emite es como la luz del sol.
La sola proximidad física regocija el corazón de las personas.
E inspira a miles a seguir su ejemplo.
-Martín Macedo-
No hay comentarios:
Publicar un comentario