¿Por qué se producen las rabietas?
El niño necesita reafirmarse. Quiere comenzar a decidir, a manifestar sus preferencias, intereses... Si a todo esto unimos que aún no es capaz de gestionar bien sus emociones y que con frecuencia el niño es obstaculizado en prácticamente todas sus acciones y sus deseos, las rabietas van apareciendo e incluso repitiéndose cada vez con más frecuencia. Creo que la rabieta, en cierto modo, es una forma de rebelión natural del niño, una forma de lucha por seguir lo que marca su naturaleza.
Los niños nacen con una luz interna que guía su desarrollo. Una luz que, con frecuencia, nos empeñamos en ir apagando. Queremos ser nosotros los que iluminemos su camino y cerramos los ojos a sus necesidades y sensibilidades naturales.
La Dra. Montessori decía que en cuanto el niño comienza a caminar los padres cambiamos nuestra mirada hacia él. Empieza a aparecer el "NO" en nuestro vocabulario cada vez con más frecuencia. Llegamos a considerar al niño como un "perturbador de paz".
Los niños nacen buenos, puros, nobles, sin maldad. Los niños tienen capacidad de concentración, tienen ganas de aprender y son diligentes naturalmente. Esa es su auténtica naturaleza. Eso es lo normal. Debemos tenerlo presente siempre
Los adultos vamos poniendo zancadillas a su desarrollo natural para adaptar sus necesidades a las nuestras y esa esencia natural se va desnaturalizando. Es como si cerrasemos la puerta que canaliza su energía... "No toques eso que se rompe" "No te subas ahí" "Estate quieto". El niño es frenado y refrenado en una gran parte de sus acciones. Si a eso sumamos que, en ocasiones, nosotros perdemos los nervios (las rabietas de los adultos), gritamos y reaccionamos de forma desproporcionada van surgiendo las rabietas de manual.
Empiezan a surgir los miedos, las mentiras, los caprichos, las rabietas, la actividad incontenible y difusa...
Hay una frase de María Montessori que me encanta y me parece muy esclarecedora:
No viciamos al niño cuando cedemos a sus caprichos, si no cuando le impedimos vivir impulsándole hacia las desviaciones.
María Montessori. El niño. El secreto de la infancia.
El niño es bueno, el niño NO nos manipula. Debemos dar respuesta a sus necesidades para que aflore esas personalidad natural que está en él.
No podemos intentar combatir estas conductas con castigos, gritos y amenazas, porque estaremos incluso alejando más al niño de su verdadera esencia.
¿CÓMO PREVENIR RABIETAS?
He preparado una lista con 20 pautas para prevenir rabietas a corto y a largo plazo.Recuerda que el niño es una semilla que plantamos y lo que germina de ella no va a depender del sol que hace hoy, sino de todas las condiciones que haya tenido desde sus inicios.
1-Prepara un ambiente en casa que le deje moverse con libertad y le permita autonomía en su vida diaria. Tienes que recorrer la casa con ojos de niño. Puedes ponerte a su altura si eso te ayuda. Piensa soluciones para que él pueda hacer todas sus tareas diarias solito.
2-El niño debe tener un trabajo interesante que hacer, algo que le motive. Debemos dar la posibilidad al niño de que nos ayude en tareas reales.
3-Tenemos que hablarle con amabilidad, amor y empatía. Con el mismo tono y respeto que tendríamos hacia un adulto.
4-Ponernos a su nivel, mirarle a los ojos, pronunciar su nombre, hablar de lo que siente el niño, de lo que sentimos nosotros. Poner nombre a los sentimientos ayuda a saber qué nos pasa. Si tenemos un posible foco de problemas antes de que suceda podemos hablar con el niño de esta forma.
5-Debemos prestarle suficiente atención. En cantidad y en calidad. Si hay cosas que hacer, podemos integrarle en las tareas.
Si tenemos que hacer cosas de casa, dejaremos que nos ayude. Si tenemos que trabajar desde casa, podemos poner una silla a nuestro lado y materiales creativos para que nos acompañe. Preguntarle su opinión y hacerle partícipe de lo que hacemos le ayudará a no sentirse excluido.
6-Rutinas: Establecer un orden en sus días le ayudará a sentir seguridad y hará que las transiciones sean más sencillas. Con transiciones me refiero a los cambios de actividad. Por ejemplo nos vamos del parque a casa. Esos momentos de transición son delicados. Suelen ser foco de rabietas. Si tenemos unas rutinas y el pequeño sabe lo que viene después las minimizaremos.
7-¿Sueño y hambre? Bien, gracias. Estos son dos de los grandes aliados de las rabietas. Cuando hablo de cubrir sus necesidades también me refiero a este tipo de necesidades básicas. ;)
¿Un niño con hambre y sueño en un ambiente que no es suyo? Rabieta a la vista...
8-Ante nuevos escenarios: Habla con el/la peque de lo que va a pasar con sinceridad, sencillez y cariño. Saber lo que va a pasar les ayudará a gestionar la situación con más tranquilidad y seguridad.
El estrés y el nerviosismo son desencadenantes de rabietas.
9-Responde a sus necesidades naturales: La semana pasada vimos en el blog la importancia de aprender a observar a nuestros hijos para responder adecuadamente a sus necesidades. Te recomiendo que lo pongas en práctica desde ya mismo.
Los niños necesitan moverse, necesitan expresarse, jugar, necesitan orden, necesitan naturaleza, necesitan contacto, necesitan manipular...
Un niño que pasa toda la mañana en el cole, media tarde viendo dibujos, y la otra media jugando en casa no se ha movido lo suficiente. Su energía está en su interior y va a acabar explotando por algún lado.
10-Remar en la misma dirección: Cuando en la pareja cada miembro tiene una visión de la crianza y ambos quieren imponerla por encima del otro el niño se confunde, no sabe qué reacción esperar y toda esta ebullición puede desencadenar muchas rabietas.
Creo que lo mejor es sentarse en pareja y hablar de cómo vamos a afrontar las situaciones cotidianas de la crianza. Podemos dar nuestros motivos, exponerlos y tratar de llegar a acuerdos que nos lleven a remar en la misma dirección.
11-Explícale las decisiones de forma razonada: A nosotros, por ejemplo, nos cuesta bastante que el peque monte en la silla del coche. Se agobia con los cinturones, no le gusta... Es algo que tenemos que hacer sí o sí. Es algo en lo que no caben negociaciones, porque su seguridad está en juego. Así que lo que podemos hacer para prevenir es anticiparnos y explicarle por qué debe ir ahí.
Le explicamos qué podría pasar en caso de accidente. Le explicamos que todos debemos ir seguros.
12-Distraemos con la parte positiva de las situaciones: Sigo con el ejemplo anterior. Si a pesar de nuestro razonamiento el niño no quiere montarse en la silla nos podemos centrar en la parte positiva de la situación. En el coche vamos a cantar canciones, vamos a ver todas las cosas bonitas que hay por la ciudad, vamos a poder contar cuentoa. ¡OJO! No se trata de chantajear, si no de hacerle ver la parte positiva de ir en el coche. No debemos enfocarlo como un chantaje. Si montas te cuento un cuento
La frase sería: Además en el coche podemos contar cuentos, cantar... ¿Te apetece?
13-Imagina que tu hijo tuviese la capacidad de expresarse y de razonar de un adulto. Ahora imagina que le preguntasen ¿Pasas suficiente tiempo con tus padres? ¿Qué contestaría? Si la respuesta crees que sería NO, ahí tienes otro punto sobre el que puedes trabajar.
14-Relaciones sanas: ¿Qué es esto y qué tiene que ver con las rabietas? Me refiero a que el niño debe percibir en su entorno relaciones sanas. Personas que se comunican entre ellas de forma respetuosa, de forma serena, de forma amable... Los niños tienen una mente absorbente e interiorizan todo lo que ven como esponjas, si ven reacciones desproporcionadas o irrespetuosas en su ambiente, es posible que ellos mismos interioricen estas reacciones. No podemos exigirles lo que nosotros no damos.
15-No chantajeamos: Los chantajes son unos de los grandes causantes de las desviaciones de las conductas naturales de los niños. Si acabas la comida vamos al parque. Si te vistes rápido te compro un helado. Si vienes conmigo veremos una peli...
Seguro que ahora estarás pensando ¿Qué tiene que ver esto con las rabietas? Muchas veces prometemos lo que sabemos que no vamos a dar y la consecuencia directa es una rabieta. En otras ocasiones el niño espera a recibir ese chantaje, ese premio prometido para comportarse como se espera de él. Como nadie le promete nada se frustra y aparece la rabieta.
Los chantajes suponen entrar en una espiral de la que es difícil salir... Explica las consecuencias naturales y/o lógicas de sus actos y no trates de sobornarle para conseguir algo del niño.
16-Plantearle elecciones: A veces la rabieta surge como una rebelión a una orden planteada desde el autoritarismo al niño. ¡Te he dicho que nos vamos ya a casa!
Podemos plantearle elecciones cerradas y que él mismo elija. Sería algo así como anticiparle las consecuencias de sus actos. ¿Prefieres quedarte en el parque o ir a casa y jugar allí un ratito? En ese caso es el niño quien decide. Si elige quedarse más rato. Luego no podrá tener tiempo para el juego en casa. ¡Ojo! Hay una fina línea entre plantear elecciones y plantear chantajes. La diferencia es que cuando planteamos elecciones, todo es razonable, relacionado, respetuoso y lógico.
17-Distraemos y captamos su atención: Cuando sabemos que el niño está algo cansado, que puede avecinarse la rabieta. Podemos tratar de evitarlo cambiando de ambiente, captando su atención con una canción o invitando al niño a hacer otra cosa.
18- Evita el abuso del "NO": Si quieres motivos e ideas para evitarlo puedes consultar este post: 10 Frases que usamos para evitar decir NO a nuestro hijo
19-Relativiza: Si el niño quiere quedarse un ratito en el parque, quizá sea porque lo necesita. No se trata de ceder a todo lo que él quiera, si no de establecer negociaciones y dar una de cal y una de arena. Unos días habrá que ceder y otros habrá que negociar. Así es la vida, así son las relaciones sanas.
20-Si finalmente estalla la rabieta no te culpes y respira: No siempre podemos anticiparnos a las explosiones. Los niños están aprendiendo a gestionar sus emociones. Mantén la calma, controla tu propia ira. Si la rabieta es en público olvídate del mundo y centrate en tu hijo/a. Acompaña, empatiza, mirale a los ojos, respeta su momento y su espacio, respira hondo y ofrecele tu abrazo.
Sé que como padres y madres tratamos de hacerlo lo mejor posible, pero a veces no estamos para dar nuestra mejor versión.
Siempre lo digo, debemos aprender a perdonar nuestros errores, pedir perdón a los niños cuando nos equivoquemos y mirar hacia adelante.
La maternidad/paternidad no es fácil, pero nada de lo que merece verdaderamente la pena en la vida lo es.
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