El germen no es nada; el ambiente es todo.
Son palabras de Louis Pasteur.
Esto significa que la cura no está en la eliminación de los gérmenes con desinfectantes, el calor o los antibióticos.
La cura está en crear ambientes sanos para que todas las formas de vida puedan desarrollarse sin la necesidad de que unas destruyan a las otras.
El germen no se puede separar de su ambiente, de la misma forma que el verano no se puede separar del otoño.
Sin germen no hay ambiente y sin ambiente no hay germen.
Lo mismo se puede aplicar al cáncer.
La célula enferma está enferma porque vive en un ambiente enfermo.
Si elimino la célula con radioterapia, pero no curo el ambiente, no he curado nada.
Por eso los tumores regresan.
Es como ultimar a los terroristas que detonan explosivos.
Pero sin escuchar los reclamos del grupo étnico donde nacen estas personas.
Todas las formas de vida han sido creadas por la inteligencia infinita, para crecer y experimentar la existencia desde miles de ópticas diferentes.
No han surgido para que unas utilicen su poder para aniquilar a otras.
Ni para demostrar su superioridad.
Porque nada es superior a la fuerza que las crea y las anima.
Así el germen no vino a destruir nada.
El germen interactúa con el ambiente, lo necesita para vivir feliz y prosperar.
Pero si el ambiente se vuelve amenazante para su vida, el germen cambiará su comportamiento intentando adaptarse y lo hará bajo condiciones de estrés.
Entonces nuestro ego lo ve como "malo" y le teme y trata de destruirlo.
Pero al hacerlo se destruye a si mismo, porque al envenenar al germen envenena el ambiente que forma parte de la unidad germen-ambiente.
Y ese ambiente es en el que crecen y viven nuestras células.
Porque la inteligencia infinita está en el virus, la bacteria, en la célula sana, la célula maligna, la orina, la sangre y en cada gota de agua que ingresa a nuestro cuerpo como bebida o alimento.
Todo es sagrado y todo tiende espontáneamente al equilibrio y a la feliz convivencia de todas las existencias.
Pero cuando la mente se llena de temor comienza a crear planes de "defensa" en nombre de la ciencia y la medicina.
Y por esa razón liberar a la mente del temor es el primer paso hacia la curación.
-Martín Macedo-
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