jueves, 11 de julio de 2019

El poder de la palabra



Mi abuela tenía una frase que repetía casi todos los días.
"Las cosas que se hacen con la cabeza, salen mejor que las que se hacen con el corazón".
Ella tuvo 11 hijos (6 varones y 5 niñas).
Todas sus hijas escucharon esa frase como una letanía desde la más tierna niñez.
Y a su vez le inculcaron esa creencia a sus hijos.
El poder de la palabra repetida con convicción y tenacidad crea, y esculpe los destinos de las familias y de las naciones.
Si mi abuela repetía y creía en esto es porque algún sabio de su época se lo enseñó....o a su madre o a su abuela.
Una creencia es una idea firmemente anclada en el inconsciente.
Esto se hace por el simple proceso de repetir, repetir con gran tenacidad y firmeza.
El padre de mi abuela (mi bisabuelo) hizo una brillante carrera militar y luchó en la guerra civil de 1904.
Tal vez de ahí provenga esa tendencia a desoír los dictados del corazón.
Cuando mi madre era joven tenía varios admiradores.
Pero sólo salía con jóvenes que estudiaran o tuvieran un título profesional.
Mis tías también siguieron ese camino, debido a esa potente idea anclada en el inconsciente de la familia.
El ego busca protección.
Quiere seguridad.
Nada de riesgos ni exponerse a la desaprobación de la familia o de la sociedad de la época.
Hicieron "todo bien", como Dios manda.
Pero también fueron en su mayor parte profundamente infelices.
"Esto es lo que más te conviene" ....es la voz del ego.
"Esto es lo que amo y me voy a arriesgar"...es la voz del amor.
Lo mismo en la profesión.
Me convenía estudiar derecho para aprovechar la clientela de mi padre.
Pero elegí medicina porque es lo que amo.
Al elegir pareja el ego pone muchas condiciones.....
"Debe ser buena cocinera,bonita, amable, trabajadora, de buenas costumbres, responsable, inteligente, amante de la actividad física...." la lista puede ser muy grande...tan grande como el tamaño del ego.
El ego quiere controlarlo todo, no quiere sorpresas.
Pero procediendo así, según los dictados de la mente egoica la infelicidad está garantizada.
En cambio el corazón es el consejero más sabio.
El verdadero amor es la inteligencia infinita.
Y cuando permitimos que ella nos guíe.....sentimos un tipo de felicidad que ninguna protección financiera, civil o política nos puede otorgar.


-Martín Macedo-

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