Las enfermedades que el ser humano exprimenta en sus cuerpos físicos son el reflejo de su estilo de vida y de su nivel de conciencia. A los seres humanos ya no nos sorprende que nuestros cuerpos empiecen a envejecer poco después de los 30 años de edad y a los 60 estamos conviviendo con muchos problemas de salud esperando la deseada jubilación, pero lo que desconocemos es que nuestros cuerpos ya nacen con cierta debilidad debido a los malos hábitos nutricionales, estrés, diferentes vacunas, etc. que van pasando de generación en generación.
La carga emocional que el ser humano va acumulando a lo largo de su vida también afecta directamente a su estado de bienestar físico. La falta de ejercicio, la falta de aire sano, el nivel de toxicidad energético y electromagnètico al que muchos están expuestos en sus lugares de trabajo, el nivel de estrés y una mala alimentación contribuyen de manera directa a desarmonizar el cuerpo físico.
Si realizamos un repaso a los líquidos que el ser humano ingiere, nos daremos cuenta que la mayor parte de la población bebe aguas que contienen sustancias dañinas como el cloro artificial, el fluor y muchos otros descontaminantes químicos. También debemos tener conciencia de cuanto café, bebidas gasificadas, alcohol de cualquier tipo y diferentes bebidas artificiales son vendidas en todo el planeta diariamente. Nuestros cuerpos requieren de una purificación regular y el agua pura será la que nos ayudará a realizarla a diario para mantenernos en un estado constante de bienestar.
Las enfermedades son causadas por desequilibrios y toxicidad genética, nutricional, mental y emocional, pero todos estos factores podemos cambiarlos desde un estado o nivel de conciencia que nos permita querer a nuestro cuerpo y a nuestra vida. Con el despertar de la conciencia podremos cambiar los diferentes hábitos de alimentación, sabremos que debemos realizar más ejercicio físico, y que tenemos que buscar más tiempo para la diversión, reducir nuestros niveles de estrés físico y emocional y abandonar progresivamente las diferentes creencias que nos mantienen enfermos y cansados.
Nuestros cuerpos físicos son el reflejo de nuestras conciencias, a medida que sanamos nuestras emociones y nos amamos a nosotros mismos, abriremos nuestro corazón a formas de conciencia superior y las pondremos en práctica en nuestras vidas, así nuestros cuerpos expresarán esos cambios y esas transformaciones.
Jordi Guillén
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