viernes, 19 de julio de 2019

El ego siempre está preocupado por el dinero.

El ego se pregunta....
¿Cómo podemos ganar dinero?
Y dedica mucho tiempo y esfuerzo a encontrar la forma más directa de alcanzar su objetivo.
"Necesitamos una idea que nos dé un millón de dólares".
"Podemos poner un negocio....obtener una maestría en una prestigiosa universidad o jugar al fútbol y hacer carrera".
"Entonces podríamos ganar mucho dinero".
El ego siempre está preocupado por el dinero.
¿Y por qué esa fijación con el dinero?
Porque el ego tiene miedo y el dinero significa protección.
El ego busca la protección que le da el dinero.
Es como un seguro contra todo.
Contra el hambre, contra el frío, contra las privaciones, contra los robos, contra la soledad, contra el sufri-miento.
El ego busca trabajo y se pregunta: ¿cuánto me van a pagar?
El ego vacila antes de elegir la carrera que estudiará....¿se gana bien en esta profesión?
El ego tiene miedo y se vende por dinero.
Y muchas veces obtiene dinero.
Pero el miedo sigue allí.
Entonces busca más dinero, porque siente que el dinero alivia su temor, al menos en forma temporal.
Entonces el dinero se convierte en un analgésico para su angustioso senti-miento de carencia.
Pero como toda droga con el tiempo su efecto se atenúa y requiere dosis más y más grandes.
El ego se pregunta...¿cómo podemos ganar dinero?
El amor se pregunta...¿cómo podemos servir al mundo?
Entonces se prepara para dar un servicio majestuoso y la forma de prepararse es haciendo aquello que más ama hacer, algo para lo cual el ser humano nació dotado con un talento especial.
Y se consagra con devoción a lo que ama hasta que se convierte en maestro.
Entonces dará un servicio maravilloso que hará felices a miles de personas.
Y ganará dinero a cambio de su servicio.
Pero el foco no está en ganar dinero.
El foco está en el servicio.
Y ello hace la gran diferencia.
Porque el que busca ganar dinero lo acaba perdiendo porque lo busca desde el miedo a la carencia.
Y el que sirve a sus hermanos se funde en el amor infinito y allí hay de sobra para todos.
Porque el amor infinito no sabe de cosas como pobreza, enfermedad e inseguridad.
Esas cosas son fruto de la mente egoica.
Y el ego sólo puede ser vencido con el desarrollo espiritual.
Con una expansión de la conciencia.

-Martín Macedo-

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