El promotor de la banca ética Joan Melé disertó poniendo mucho énfasis en la espiritualidad.
Siendo una persona del mundo de las nanzas al principio podría asombrar aborde tanto el
tema, pero en la coherencia de la persona radica los temas que lo sustentan y las fronteras
que se autoimponen, y Joan Melé es un hombre coherente.
Para él la sociedad está enferma, somos “discapacitados morales”, algo que simplemente se
puede corroborar con el pánico al silencio que se aprecia en todos lados, es como si hubiera
pasado algo con el ser humano y el sentido que le da a la vida.
Como si se estuviera huyendo de la realidad por todas partes… se rerió al ejemplo de las
calles en Montevideo, donde hay mucho olor a porro, para él la gente se droga porque tiene
una necesidad absoluta de huir de la realidad, olvidándose de vivir como ser humano
consiente, algo así como una involución. Por eso la clave para él, lo constituye el cambio en el
despertar hacia la conciencia. Puso el ejemplo de la entrada a los aeropuertos y el cruce con
los free shops con las vendedoras invadiéndote con perfumes carísimos y sumamente
penetrantes… para él es como la necesidad de tapar por fuera y con dinero lo podridos que
estamos por dentro.
Se rerió a los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) de las Naciones Unidas, estipulando
que su éxito no está basado en el cumplimiento por los otros (sean gobierno, organizaciones o
personas), sino en cumplirlos cada uno de nosotros, siendo responsables de la cuota parte
que nos toca.
Para Melé es una lástima no creer en Dios, porque al no hacerlo en vez de ir hacia el
descubrimiento de la esencia interior, que es lo que nos permite crear, separamos lo material
de lo espiritual. No sabiendo leer el legado de la Naturaleza y el Universo. Por eso es una pena
que los ODS no hablen de espiritualidad, porque sin ella no se puede explicar la
responsabilidad, ni se puede sostener la ética, algo básico para el éxito de los ODS.
Nos invitó a que paremos, a que desconectemos los teléfonos y escuchemos el silencio. De
hecho para él cada día necesitamos alimento espiritual porque estamos anémicos del mismo.
Pero hay mucho miedo de hablar de espiritualidad; puso mucho énfasis en que cuando se
reere a espiritualidad piensa en la esencia del ser humano no en la religión.
Nos deberíamos de preguntar qué queremos dejar en el mundo además de una cuenta
corriente con números.
Contó que los griegos al tiempo libre lo llamaban “schola”, pero que irónicamente hoy muchos
al tiempo libre lo utilizan solamente para consumir, porque somos consumidores compulsivos,
viviendo en cuerpos de adultos pero actuando como inmaduros. Nos impulsa a “No compres
cosas de empresas donde no dejarías trabajar a tus hijos”, pues no existe lo ”barato”, porque si
pagas debajo del valor, es porque alguien lo pagará por ti, ya sea una persona en condiciones
laborales inhumanas, o un ambiente recibiendo gran contaminación.
Nos preguntó si éramos conscientes que más del 99 % del dinero que circula en el mundo no
genera valor, sino que es pura especulación. Por eso nos propuso que hagamos economía real,
nanciando proyectos que aporten valor al ser humano, constituyendo una “economía
humana”, globalizando la conciencia. “Por lo menos cambia Tu, y ya veremos luego si el
Mundo cambia”
Contó el caso del Banco europeo Tryodos, el cual contribuyó a un cambio de la sociedad desde
el sistema nanciero, pues el dinero debe de circular entre proyectos que valgan la pena
apoyar, que sean éticos, transparentes. El Tryodos llego a España en el año 2004, y en un
momento de su propia vida donde se planteó que antes de morirse quería hacer algo con
sentido, fue allí cuando le ofrecieron ser propulsor del Tryodos en España, esa noche paso la
noche sin dormir, dado que el daba conferencias sobre ética bancaria, pero el desafío de entrar
al Tryodos fue en un momento donde sus pares ya estaban dedicándose al puro vivir en sus
hobbies. Y precisamente en esos años, en plena crisis europea, la gente creyó y apoyó al
Tryodos por ser un banco que no especula con el dinero, sino que apela a la conciencia.
Ante la gente que lo etiqueta de “comunista”, simplemente responde “soy ser humano”, incluso
dice que se siente “a patria”, por eso aboga por generar una economía basada en el ser
humano, mas cultural y sin materialismo, promocionando empresas que favorezcan la equidad
social, porque la nueva economía es de apoyo mutuo no de competencia, dado que la
competencia nos destruye a todos. Debe de ser una economía con un crecimiento irreversible,
ascendiendo con tanta magnitud que impulse a las otras bancas a cambiar hacia la ética
nanciera, pero reconoce que para lograrlo se requiere mucha planicación, autenticidad y
coraje, es el “tsunami de la conciencia”; no se lo ve, se te viene encima y una vez allí te arrasa.
Nació en una familia católica, para luego a cierta edad cuestionárselo, y con el tiempo y por
conciencia propia regresar. Hay que vivir la experiencia del verdadero yo, que es una
experiencia interior, buscando la conciencia. Pero no nos confundamos con la falsa
espiritualidad, esa que te aparta del mundo, como se profesa en tantos lados hoy en día, sino
precisamente la inversa, la espiritualidad que te lleva a ver el mundo, ver que necesita el
mundo, la gente del mundo.
María Victoria Pereira
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