lunes, 8 de julio de 2019

Aprovechar que el río está revuelto.


Es fácil reducir tumores.
Demasiado fácil.
Pero esto no lo debe saber la gente.
Porque crearía una gran crisis en el sistema sanitario.
Grandes pérdidas económicas.
El tumor siente el impulso de crecer.
Al igual que los árboles y los insectos.
Creced y multiplicaos....(Gen 1:28)
Mi abuela era católica y tomó literalmente el mandato divino.
Y tuvo 13 hijos, y la menor es mi madre (la tuvo a los 46 años), todos en casa con la sola ayuda de la partera.
Los tumores obedientes crecen y se multiplican.
Los tumores benignos lo hacen con calma y sosiego.
Pero los tumores malignos lo hacen a toda velocidad.
La guerra contra el tumor es la guerra contra la inteligencia infinita.
Porque ella está en todo y en todos.
Es como la guerra en oriente medio.
Es un conflicto sin solución.
Los tumores están hechos de células enfermas.
Son aberraciones celulares, todas inmaduras, inútiles.
En la leucemia la gran cantidad de glóbulos blancos no significa más defensas.
Porque son leucocitos inútiles, sólo causan problemas.
Son basura biológica.
La calidad de la nutrición actual es la peor de la historia del mundo.
La más baja calidad de nutrición nutre a la más baja calidad celular.
Si logramos motivar al paciente para que comprenda esta realidad y conseguimos que se nutra de una forma rigurosamente saludable, está salvado.
El tumor se morirá de hambre porque ya no entrará basura al sistema que lo contiene.
Pero los tumores están en su mejor momento.
Millones comen en bares, en cafeterías, en heladerías.
Y se han vuelto tan adictos a la comida de baja calidad como los adictos a la heroína o a la cocaína.
Si se le niega su nutrición el tumor se secará como una planta a la que se la priva de agua.
Es tan fácil.
Tan económico.
Tan emocionante.
Pero esto no lo debe saber la gente.
Ni tampoco los médicos.
Hay que aprovechar que el río está revuelto.
Porque ninguna fiesta dura eternamente.

-Martín Macedo-

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