martes, 2 de julio de 2019

Las ideas construyen nuestra realidad


Las cosas más hermosas nacen en la mente.
Y las cosas más aterradoras también.
Hay personas que viven experiencias durísimas y nos gustaría poder apoyarlas.
Otras viven vidas perfectas.
Todas las experiencias, sin excepción nacieron como ideas, como pensa-mientos, como paquetes de energía.
Nos han educado a valorar lo concreto por encima de las ideas, porque las ideas no pagan las facturas ni traen el pan a la mesa.
Sin embargo las ideas construyen nuestra realidad.
Son los ladrillos con los que construimos nuestra realidad.
Si queremos tener una vida maravillosa se requiere cambiar las ideas que entretenemos en nuestra mente todos los días.
Porque si seguimos pensando, diciendo y creyendo las mismas cosas, las misas cosas que nuestros padres y abuelos repetiremos las mismas experiencias que ellos.
Las mismas enfermedades, las mismas limitaciones, los mismos problemas.
Si queremos una vida mejor que la que ellos tuvieron requerimos abrigar ideas y pensa-mientos mejores que los que ellos tuvieron y cultivaron.
La gente trabaja duro para ganarse el pan.
Pero cuando la vida se limita a trabajar de sol a sol para ganar el pan y el techo que nos protege de la lluvia no tendremos una vida maravillosa.
Eso es lo que hacen todos.
Una vida muy pobre, sin horizontes.
Invertir todo el tiempo y toda la energía en resolver los aspectos vinculados a la supervivencia es lo que todos hacen.
Como todo nace en la mente, deberíamos dedicar más tiempo y esfuerzos a la lectura, la meditación, al estudio.
Porque si la mente no se ejercita, se atrofia. 
Y una mente sin cultivar es como un terreno lleno de malezas y espinos.
La lectura, la meditación, la buena música, el buen cine llenan el alma de hermosas visiones y esas visiones cuando se sostienen en el tiempo se convertirán en las más maravillosas experiencias.
Muchas personas cuidan mucho su alimentación y dedican mucho tiempo a cocinar y a elaborar alimentos.
Pero apenas leen.
No son conscientes de que la mente es la mayor fuerza creadora y que el infierno o el paraíso nacen en el ámbito del pensa-miento.
Creen que porque siguen dietas naturales automáticamente alcanzarán un estado de gracia que les espera en un futuro lejano.
La ilusión de una felicidad futura.
De una felicidad que vendrá por alimentar muy bien al cuerpo.
Pero el cuerpo no se puede separar de la mente.
Porque el cuerpo es una proyección de la mente.
Un producto del pensa-miento.
Al igual que nuestra situación financiera.
Y la calidad de nuestras relaciones.
Preparemos el terreno con las ideas más bellas del mundo.
Para tener una cosecha de una belleza infinita.
Viviendo según la ley de la siembra y la cosecha.

-Martín Macedo-

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