miércoles, 17 de julio de 2019

El poder del alimento vegetal.

Uno de mis consultores me ha pedido que vea una conferencia de Loli Curto sobre el colágeno que ha impactado a la comunidad macrobiótica.
Cada practicante tiene diferentes experiencias y en base a éstas y a sus estudios va entretejiendo un entramado de creencias y convicciones.
Ella hizo una dieta vegetariana estricta durante muchos años y un día notó que la piel se arrugaba prematuramente.
Entonces se dio cuenta de que se había debilitado.
Y como Loli es una estudiosa de la ciencia de la nutrición y siempre se actualiza en los avances científicos llegó a la conclusión de que tenía deficiencias de proteínas de calidad y por esa razón su cuerpo no producía el colágeno necesario para la salud de su piel.
La solución que resolvió su problema consistió en adicionar pescado a su dieta para aportar los aminoácidos que necesitaba para restablecer la síntesis de colágeno en los niveles adecuados.
Como ella es asesora y tiene mucha experiencia ha llevado su convicción a sus seguidores a los que recomienda el consumo de pescado.
En la conferencia ella dice que toma pescado cada día en alguna de las comidas principales.
Y desaconseja el arroz integral en las etapas iniciales a sus pacientes.
Esto parece alejarse bastante del consejo tradicional de los asesores y consultores macrobióticos.
Mi estudiante observa una dieta vegana y quedó preocupado por la sólida argumentación de Loli sobre la necesidad de incorporar el pescado.
Sobre todo porque tiene niños pequeños y no quiere que tengan deficiencias en su nutrición.
Escuché con toda atención la conferencia y comparto mi opinión sobre el tema del pescado y el colágeno.
Yo pienso que Loli tuvo una insuficiente aportación de calidad yang al seguir una dieta vegetariana estricta y al comer pescado resolvió el problema.
Pero también se podría haber resuelto con una aportación de yang de calidad vegetal.
Por ejemplo usando más cantidad de gomasio.
Aumentando la cantidad de gomasio y la proporción de sal junto con mayor cantidad de actividad física podría haber estimulado la síntesis de colágeno a niveles de excelencia.
Pero muchos macrobióticos no dedican suficiente tiempo a elaborar sus alimentos con excelencia y así no tienen suficiente calidad.
Y la salida fácil es pedir prestado al reino animal.
Muchos le tienen miedo a la sal, al misso, a las algas y a la presión de las ollas express.
Así generan una práctica dominada por el temor a la carencia.
Y no hacen suficiente ejercicio ni mastican adecuadamente.
El faltante de energía yang se puede hacer con alimento animal o alimento vegetal.
Pero cuando se toma pescado todos los días se sobrecarga el hígado y el sistema circulatorio de energía densa.
Y el desarrollo espiritual queda obstaculizado porque la energía densa del cuerpo animal impide remontar hacia niveles de juicio más elevados.
El propósito de la macrobiótica es crear un cuerpo fuerte y poderoso que resista todas las dificultados y que posea la mayor belleza y elegancia.
Y el desarrollo del juicio, el máximo desarrollo de la conciencia.
Para que el cuerpo finito encarne la sabiduría infinita.
Pero esto no es posible cuando la nutrición incluye comida animal a diario.
Por esa razón yo sugiero que a partir de los 40 años se practique una nutrición de calidad vegetal , pero con gran calidad en las preparaciones.
Así se aúnan la fortaleza y belleza del cuerpo con el máximo desarrollo de la conciencia.
La compasión debe extenderse a todas las formas de vida.
La expansión del juicio debe ser infinita.
Y para ello se necesita del poder del alimento vegetal.

-Martín Macedo-

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