"Cuándo dejas de sentir carencias, todas las cosas vuelven a tí.
Cuándo cesas de pelearte con el mundo, todos se acercan para hablarte de amor.
Cuándo aceptas, transformas.
Cuándo te atreves a intentar lo nuevo, desaparecen los condicionamientos y el mundo te sorprende.
Cuándo te vuelves blando como el agua, penetras todos los poros de la tierra.
Cuándo comienzas a mirarte, desaparece el mundo.
Cuándo dejas ir lo que no es para tí, ese vacío atrae lo que realmente te pertenece.
Cuándo te pierdes, te encuentras.
Cuándo te decides, esa determinación encuentra a quién eres, y te susurra lo que quieres.
Cuándo renuncias a la guerra, ganas la batalla.
Cuándo aquietas tu mente, todo un Universo se pone a tus pies.
Cuándo no te apresuras, todo se acerca hacia tí.
Cuándo dejas de querer controlar, el mundo se acomoda a sí mismo.
Cuándo eliges no reaccionar, cambia el resultado.
Cuándo aceptas los cambios y la incertidumbre, dejas de sufrir.
Cuándo te vuelves humilde, el mundo te pertenece.
Cuándo te encuentras a tí mismo, cesa la búsqueda.
Cuándo abrazas tu dolor, lo conviertes en amigo.
Cuándo te vuelves consciente, aparece Dios.”
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