domingo, 16 de diciembre de 2018

La raíz de la vida es biológica no intelectual


Los padres hacen grandes esfuerzos para que sus hijos reciban una sólida formación.
Los envían a colegios prestigiosos y luego a la universidad.
Unos pocos van más allá y financian maestrías en escuelas de fama mundial.
Todos estos esfuerzos comienzan desde el jardín de infantes.
El propósito es dar a sus hijos una seguridad futura.
Una educación sólida y de calidad.
Si un hijo llega a obtener un doctorado será más fuerte académicamente que otro hijo que no quiso terminar la formación universitaria.
Estará mejor "preparado" para la vida.
Obtendrá mejores trabajos y mejores ingresos.
Entonces será más fuerte en ingresos que el hermano más frágil que no terminó los estudios.
Sin embargo nadie se ocupa de la educación biológica.
Los jóvenes se alimentan en la cafetería de la universidad.
Pueden fumar, emborracharse los fines de semana y consumir drogas.
La vida "loca" de las ciudades universitarias es bien conocida.
No importa, siempre y cuando obtengan altas calificaciones y se gradúen con "honores".
Tanto esfuerzo y dinero invertido únicamente en la formación visible, evidente, aceptada socialmente como de un enorme valor.
Ohhhh, él es doctor, es abogado, es ingeniero aeronáutico...
trabaja en una gran empresa y tiene un elevado salario...
¡Qué felicidad!
¡Valió la pena tantos años de estudios y esfuerzos de la familia para costear su esmerada educación!
Todo esto es sólo una fachada y no tiene una base sólida.
Si no se tiene una educación biológica desde la niñez, al llegar a los 40 o 45 años se experimentarán dificultades inesperadas.
Y de nada servirá el doctorado ni el dinero en el banco.
Cuando la salud se derrumba, es como si los cimientos de un elegante edificio se fracturaran.
En las escuelas corrientes no se enseñan los principios eternos sobre los cuales se puede construir algo hermoso que no se oxida ni se debilita.
Sólo se enseñan técnicas, habilidades y principios que permiten triunfar durante unas pocas décadas.
Porque la marea de los cambios hará que los movi-mientos económicos desplacen totalmente las tendencias en 20 o 30 años y lo que era seguro en 1980 ya no funcionará en el 2015.
Lo esencial es aprender a diferenciar lo que es principal de lo que es secundario.
La educación principal es la educación vital o biológica.
La educación secundaria es la educación técnica, académica.
La primera asegura la salud absoluta que aumenta con los años.
La segunda sólo podrá garantizar el éxito si la primera se desarrolla en forma paralela.
Pero si únicamente se hacen esfuerzos en la formación técnico-profesional, no hay ninguna garantía de estabilidad futura.
Porque la raíz de la vida es biológica no intelectual.
Y sin una raíz fuerte, el doctorado será como la flor del cerezo.
Muy bonita pero sólo dura tres días.

-Martín Macedo-

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