sábado, 22 de diciembre de 2018

El cuerpo de la mujer debería ser tratado como un instrumento musical

El hombre es muy débil en lo concerniente a la sexualidad; sólo puede tener un orgasmo. La mujer es infinitamente superior; pue­de tener orgasmos múltiples. Y este ha sido uno de los asuntos más molestos. El orgasmo del hombre es local, confinado a los ge­nitales. EL ORGASMO DE LA MUJER ES TOTAL, NO ESTÁ CONFINADO A LOS GENITALES. TODO SU CUERPO ES SEXUAL, Y PUEDE TENER UNA BELLA EXPERIENCIA ORGÁSMICA MIL VECES MAYOR, MÁS PROFUNDA, MÁS ENRIQUECEDORA, MÁS NUTRITIVA QUE LA QUE PUEDE TENER UN HOMBRE. LA MUJER NECESITA UN LARGO JUGUETEO PREVIO PARA QUE TODO SU CUERPO EMPIECE A VIBRAR CON SENSUALIDAD.
PERO LA TRAGEDIA RADICA EN QUE TODO SU CUERPO TIENE QUE SER EXCITADO, y el hombre no está interesado en ello, nunca ha estado in­teresado en ello. Ha utilizado a la mujer como una máquina sexual para aliviar sus propias tensiones sexuales. En cuestión de segun­dos ya ha terminado. Y PARA CUANDO HA TERMINADO, LA MUJER NI SIQUIERA HA COMENZADO. En cuanto el hombre termina de hacer el amor, se da la vuelta y se duerme. El acto sexual le ayuda a dormir bien, más relajado, con todas las tensiones liberadas en la actividad sexual. Y toda mujer ha llorado y gemido cuando ha experimentado esto. Ella ni siquiera ha comenzado, no se ha movido. HA SIDO UTILIZADA, Y ESO ES LO MÁS FEO QUE HAY EN LA VIDA: cuando se te utiliza como una cosa, como un mecanismo, como un objeto. Ella no puede perdo­nar al hombre por utilizarla, en lo más profundo de su ser se crea un resentimiento.
Para hacer que también la mujer sea una compañera orgásmica, el hombre tiene que aprender juegos preliminares, tocando, acariciando toda la geografía muy despacio y delicadamente, besando, degustando, probando los sabores de los labios, la boca, el cuerpo en su totalidad, escuchando en el silencio la respiración agitándose, y oliendo completamente dejándose llevar por la invitación que emanan de las zonas erógenas y cada centímetro de su piel, involucrando todos sus sentidos totalmente, tiene que aprender a no tener prisa por ir a la cama ni tener como prioridad la penetración genital. Tiene que convertir ha­cer el amor en un arte. Pueden tener un lugar —un templo de amor— en donde se queme incienso, sin luces fuertes, sólo velas. Y él debería acercarse a la mujer cuando esté en un estado bello, ale­gre, para poder compartirlo con ella. Lo que sucede normalmente es que los hombres y las mujeres se pelean antes de hacer el amor. Eso envenena el amor. Para ellos el amor es una especie de tratado de paz que dice que la lucha ha terminado, al menos por una noche. Es un soborno, es una trampa.
Un hombre debería hacer el amor de la misma forma que pin­ta un pintor —cuando siente que un vivo deseo llena su corazón— o como un poeta compone poesía, o como un músico toca música. EL CUERPO DE LA MUJER DEBERÍA SER TRATADO COMO UN INSTRUMENTO MUSICAL SUAVE Y DELICADAMENTE; LO ES. Cuando el hombre se siente alegre, entonces el sexo no es simplemente una descarga de la tensión, una relajación, un método para dormir. Entonces hay juego preliminar. Él baila con la mujer, canta con la mujer, con la hermosa música que vibra en el templo del amor, con el incienso que les gusta. DEBERÍA SER ALGO SAGRADO, PORQUE NO HAY NADA SAGRADO EN LA VIDA CORRIENTE A NO SER QUE HAGÁIS SAGRADO EL AMOR. Y eso será el comienzo de la apertura de la puerta a todo el fenómeno de la supraconciencia.
El problema radica en que a no ser que pierdas el control al ha­cer el amor, no tendrás una experiencia orgásmica (y perder el control quiere decir qué olvides todo aquello que haz escuchado de otros sobre el sexo y deseches todos los miedos infundidos al respecto que te impiden vivir tu propia experiencia dejando manifestarse a tu propia naturaleza). Así que, al me­nos la gente verdaderamente amorosa verdaderamente consciente debe comprender mejor que la mujer suspire y gima y grite. Es porque todo su cuerpo participa, una participación total.
No es necesario que os asustéis de eso. ES TREMENDAMENTE CURATIVO: ella ya no se mostrará criticona contigo, y no te perseguirá con sus quejas, porque toda la energía que se vuelve queja ha sido transformada en un gozo inmenso. Y no os asustéis por los veci­nos. Es su problema si se preocupan por vuestros suspiros y gemidos, no es vuestro problema. Vosotros no se lo estáis impidiendo...
QUE HACER EL AMOR SEA PARA VOSOTROS UN ACTO FESTIVO, QUE NO SEA ALGO APRESURADO DONDE NO CONTROLÉIS EL TIEMPO Y PUEDAS INVOLUCRARTE PROFUNDA Y CONSCIENTEMENTE PERDIENDO LA NOCIÓN DEL TIEMPO. Bailad, cantad, tocad música, y no dejéis que el sexo sea cerebral. El sexo cerebral no es auténtico; el sexo debe ser espontáneo. Cread la situación. Vuestro dormitorio debería ser un lugar tan sagrado como un templo. No hagáis nada más en vuestro dormitorio; cantad y bailad y jugad, y si el amor sucede por sí mis­mo, espontáneamente, os sorprenderá inmensamente que la biolo­gía os haya dejado vislumbrar la meditación.
Y no os preocupéis de que la mujer se vuelva loca. Tiene que volverse loca, todo su cuerpo está en un espacio totalmente dife­rente, dejadla participar, que tenga espacio para moverse y así abrir la posibilidad de acoplar los ritmos. No puede permanecer bajo control; si lo controla será como un cadáver.
Millones de personas están haciendo el amor con cadáveres.
Las mujeres deberían abandonar el miedo a la intimidad y a perder total­mente el control con un hombre. Deja que el muy idiota tenga miedo; si él quiere tener miedo, eso es asunto suyo. TÚ DEBERÍAS SER AUTÉNTICA Y FIEL A TI MISMA. TE ESTÁS MINTIENDO A TÍ MISMA, TE ESTÁS ENGAÑANDO A TÍ MISMA, TE ESTÁS DESTRUYENDO A TÍ MISMA.
¿Qué hay de malo en que el hombre se asuste y salga corriendo de la habitación desnudo? ¡Cierra la puerta! Que todo el barrio se en­tere de que ese hombre está loco. PERO TÚ NO NECESITAS CONTROLAR TU POSIBILIDAD DE TENER UNA EXPERIENCIA ORGÁSMICA. La experiencia orgásmica es la experiencia de fundirse y disolverse, del estado sin ego, sin mente, sin tiempo.
Esto puede provocar tu búsqueda para encontrar una manera en que, sin ningún hombre, sin necesidad de pareja, puedas dejar la mente, puedas dejar el tiempo, Y PUEDAS ENTRAR EN EL GOZO ORGÁSMICO POR TU CUENTA. A eso lo llamo meditación auténtica...
No te preocupes, disfruta del juego en su totalidad, diviértete con ello. Si un hombre se asusta, hay millones de hombres más. Un día encontrarás algún tío loco que no se asuste.
El amor nunca debería ser forzado, nunca debería intentarse. No debería estar en la mente en absoluto. Estáis jugando, bailan­do, cantando, disfrutando... es parte de esta prolongada alegría. Si sucede, es bello. CUANDO EL AMOR SUCEDE, TIENE BELLEZA. CUANDO SE HACE QUE SUCEDA, ES FEO.
Debes tener siempre presente que la mujer tiene capacidad para tener orgasmos múltiples, por lo que el hombre tiene que ser lo más lento posible. Pero la realidad es que tiene tanta prisa en todo que destruye toda la relación. De­bería estar muy relajado, para que la mujer pueda tener orgasmos múltiples. El orgasmo del hombre debería llegar al final, cuando el orgasmo de la mujer ya ha alcanzado su cima. Es una simple cues­tión de entendimiento.
Tantra, Energía y Éxtasis

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