METÁFORA DEL AGRICULTOR
Sembrado semillas de luz
Sembrado semillas de luz
- "Recuerda esto: Cualquiera que siembra escasamente también recogerá escasamente, y cualquiera que siembra generosamente, también generosamente segará" - Corintios
- "No os engañéis. Dios no puede ser burlado. El hombre cosecha lo que siembra" -Gálatas
- "Podrás sembrar lo que quieras, más la cosecha será invariablemente la consecuencia de tu siembra" - Luis Espinosa
Siempre
y en cada instante generamos una oportunidad para sembrar semillas sanas o
sembrar semillas en mal estado, tóxicas. La elección es nuestra y la hacemos en cada momento con cada una de las decisiones que tomamos en la vida cotidiana y la cosecha tendrá relación con el estado de la semilla. Cada segundo tenemos
el desafío de la transformación. Cada segundo de nuestra vida es una
oportunidad o para estancarnos y retroceder o crecer en conciencia y crear
valor en nuestras vidas, expandiéndonos hacia lo mejor de nosotros.
Cada síntoma es una oportunidad para abrazar la incomodidad y quitar un átomo más de ego. Cada encuentro humano es una oportunidad más para hacer frente al egoísmo y compartir con alguien, no hay excusas para reanudar el camino de la Integridad y la Luz.
Esto es algo que, de la misma manera que el agricultor siembra la semilla, hacemos con cada decisión, cada palabra y cada acción, sembramos semillas de integridad o semillas de desintegridad. Las decisiones tienen el mismo efecto de la semilla, es decir el tipo de semilla, el estado de la tierra y cuanto nos esmeremos en su cuidado será el resultado de la “cosecha” que generemos, ésta será abundante y de calidad o escasa y de magra calidad. Lo mismo se genera con las decisiones, el Universo nos devuelve a modo de cosecha, lo que hemos sembrado con nuestras decisiones.
Requerimos, si le vemos el valor, prestar atención a la manera de sembrar (semillas), lo que es lo mismo requieres ser IMPECABLE con las decisiones, palabras, emociones, acciones que son las "semillas" de integridad que generan plenitud, bienestar, equilibrio, paz y Luz y que generan los estados del alma que nos permiten ambicionar proyectos, ideas, sueños o por el contrario pueden generar caos en nuestras vidas (el caos nunca se genera de afuera hacia adentro, sino siempre se genera de adentro y se manifiesta en el afuera, en el mundo físico, en la realidad de los cinco sentidos).
La metáfora del agricultor es útil para referirnos a nuestras semillas, a mis semillas, es decir, las “semillas” que sembramos en nuestra existencia. La metáfora de la semilla nos permite preguntarnos con qué intención -destructiva o constructiva- decido lo que decido, digo lo que digo y hago lo que hago, pienso lo que pienso, como hablo, como digo y que digo, las acciones, es decir qué hago y cómo lo hago. De esto dependerán los resultados que obtengamos en nuestra vida (rompiendo con la falsedad de que para alcanzar la plenitud requerimos de factores externos). Será una abundante y efectiva cosecha, frutos de bienestar, armonía, paz y plenitud y abundante en ideas y proyectos o por el contrario escasa, aburrida, triste y totalmente limitada en realizaciones.
Se trata de cultivar nuestro desarrollo espiritual con semillas integras y en un campo fértil. Esto se hace a través de mis decisiones, mis creencias, mis conversaciones, las palabras utilizadas…, es lo mismo que hace un granjero; hay un tiempo para nutrir la tierra, un tiempo para plantar, un tiempo para alimentar y cuidar las semillas, un tiempo para cosechar y un tiempo para dejar que la tierra descanse, es el momento de cuidar el campo (por ejemplo cuando me someto a procesos de revisión personal o de reingeniería humana).
Requiero regar la plantación, disipar (no matar) los insectos y cualquier otra cosa que inhiba el desarrollo noble y puro de mis semillas. Y en un tiempo iniciaré una cosecha abundante y generosa. El granjero decide, haciendo uso del albedrío, sembrar semillas en mal estado y no esmerarse en su cultivo y cuidado o directamente no plantar. En este caso requiere saber que no tendrá ninguna cosecha más tarde o que su cosecha será magra y en mal estado.
De forma similar, haciendo uso del albedrío, si utilizamos cada instante para sembrar lo mejor de nuestra vida, sembrar semillas de Integridad, disfrutaremos de los mejores frutos de lo próximo. Si atravieso y elimino de nuestro “campo” el miedo, el odio, el rencor, la ira, el resenti-miento, los celos, la envidia, el reproche, la queja, el egoísmo, el recibir solo para mí mismo, y decido solo desde la integridad, entonces me conectaré directamente con la Luz y se disolverán los obstáculos que se interpongan en el camino para alcanzar la plenitud.
Se genera un círculo virtuoso, constituido por el cuidado constante y dedicado del campo, siembra sana y esplendorosa, alcanzando armonía y bienestar en mi vida. Muéstrame los frutos de tu cosecha y te diré qué y cómo has sembrado.
El círculo virtuoso del que hablamos comienza con la certeza de la INTEGRIDAD. La certeza que la única forma de causar y generar resultados contundentes, disfrutables y a largo plazo es siendo ÍNTEGROS (plantando "semillas de la integridad”). Hay un solo camino para ser humano y desempeñar los diferentes roles en la sociedad: padre, madre, abuela, abuelo, pareja, profesional, y este camino es el de la INTEGRIDAD.
Cuando los seres humanos somos ÍNTEGROS podemos confiar en todo lo que vamos a recibir, estemos en el lugar que estemos, en el contexto que sea, siempre sumará. No hay nada, pero nada, que, desde la Mirada de la Responsabilidad Extrema (concepto que presenté en otros artículos de mi autoría en este mismo blog) lo generemos sin que tenga un sentido para mi vida y mi transformación. Todo es perfecto (en el entendido que cada evento, además de haberlo generado nosotros, por extremo que sea, es una oportunidad para crecer, cambiar, expandir posibilidades, aumentar la conciencia).
Con la certeza de mi total responsabilidad en generar lo que estoy recibiendo y que siempre, si aplicamos ante cada quiebre (tanto el que suma como el que reste en el aquí y ahora ya que a mediano y largo plazo siempre suman) con responsabilidad las dos únicas preguntas útiles para la transformación que son: porque (que explica el quiebre) y para qué (que abre a nuevas posibilidades) genere lo que genere , inevitablemente es una oportunidad para re aprender, crear valor, transformarnos, alcanzar espacios de Luz, -y así seguir con la tarea de disminuir mi zona de oscuridad (el ego) y alcanzar mi máxima posibilidad como Ser Humano.
Y con total certeza requieres saber que cuando estamos en INTEGRIDAD, el UNIVERSO siempre nos protege, me protege y desvía cualquier QUIEBRE que me reste del camino en el que esté yendo.
Cada síntoma es una oportunidad para abrazar la incomodidad y quitar un átomo más de ego. Cada encuentro humano es una oportunidad más para hacer frente al egoísmo y compartir con alguien, no hay excusas para reanudar el camino de la Integridad y la Luz.
Esto es algo que, de la misma manera que el agricultor siembra la semilla, hacemos con cada decisión, cada palabra y cada acción, sembramos semillas de integridad o semillas de desintegridad. Las decisiones tienen el mismo efecto de la semilla, es decir el tipo de semilla, el estado de la tierra y cuanto nos esmeremos en su cuidado será el resultado de la “cosecha” que generemos, ésta será abundante y de calidad o escasa y de magra calidad. Lo mismo se genera con las decisiones, el Universo nos devuelve a modo de cosecha, lo que hemos sembrado con nuestras decisiones.
Requerimos, si le vemos el valor, prestar atención a la manera de sembrar (semillas), lo que es lo mismo requieres ser IMPECABLE con las decisiones, palabras, emociones, acciones que son las "semillas" de integridad que generan plenitud, bienestar, equilibrio, paz y Luz y que generan los estados del alma que nos permiten ambicionar proyectos, ideas, sueños o por el contrario pueden generar caos en nuestras vidas (el caos nunca se genera de afuera hacia adentro, sino siempre se genera de adentro y se manifiesta en el afuera, en el mundo físico, en la realidad de los cinco sentidos).
La metáfora del agricultor es útil para referirnos a nuestras semillas, a mis semillas, es decir, las “semillas” que sembramos en nuestra existencia. La metáfora de la semilla nos permite preguntarnos con qué intención -destructiva o constructiva- decido lo que decido, digo lo que digo y hago lo que hago, pienso lo que pienso, como hablo, como digo y que digo, las acciones, es decir qué hago y cómo lo hago. De esto dependerán los resultados que obtengamos en nuestra vida (rompiendo con la falsedad de que para alcanzar la plenitud requerimos de factores externos). Será una abundante y efectiva cosecha, frutos de bienestar, armonía, paz y plenitud y abundante en ideas y proyectos o por el contrario escasa, aburrida, triste y totalmente limitada en realizaciones.
Se trata de cultivar nuestro desarrollo espiritual con semillas integras y en un campo fértil. Esto se hace a través de mis decisiones, mis creencias, mis conversaciones, las palabras utilizadas…, es lo mismo que hace un granjero; hay un tiempo para nutrir la tierra, un tiempo para plantar, un tiempo para alimentar y cuidar las semillas, un tiempo para cosechar y un tiempo para dejar que la tierra descanse, es el momento de cuidar el campo (por ejemplo cuando me someto a procesos de revisión personal o de reingeniería humana).
Requiero regar la plantación, disipar (no matar) los insectos y cualquier otra cosa que inhiba el desarrollo noble y puro de mis semillas. Y en un tiempo iniciaré una cosecha abundante y generosa. El granjero decide, haciendo uso del albedrío, sembrar semillas en mal estado y no esmerarse en su cultivo y cuidado o directamente no plantar. En este caso requiere saber que no tendrá ninguna cosecha más tarde o que su cosecha será magra y en mal estado.
De forma similar, haciendo uso del albedrío, si utilizamos cada instante para sembrar lo mejor de nuestra vida, sembrar semillas de Integridad, disfrutaremos de los mejores frutos de lo próximo. Si atravieso y elimino de nuestro “campo” el miedo, el odio, el rencor, la ira, el resenti-miento, los celos, la envidia, el reproche, la queja, el egoísmo, el recibir solo para mí mismo, y decido solo desde la integridad, entonces me conectaré directamente con la Luz y se disolverán los obstáculos que se interpongan en el camino para alcanzar la plenitud.
Se genera un círculo virtuoso, constituido por el cuidado constante y dedicado del campo, siembra sana y esplendorosa, alcanzando armonía y bienestar en mi vida. Muéstrame los frutos de tu cosecha y te diré qué y cómo has sembrado.
El círculo virtuoso del que hablamos comienza con la certeza de la INTEGRIDAD. La certeza que la única forma de causar y generar resultados contundentes, disfrutables y a largo plazo es siendo ÍNTEGROS (plantando "semillas de la integridad”). Hay un solo camino para ser humano y desempeñar los diferentes roles en la sociedad: padre, madre, abuela, abuelo, pareja, profesional, y este camino es el de la INTEGRIDAD.
Cuando los seres humanos somos ÍNTEGROS podemos confiar en todo lo que vamos a recibir, estemos en el lugar que estemos, en el contexto que sea, siempre sumará. No hay nada, pero nada, que, desde la Mirada de la Responsabilidad Extrema (concepto que presenté en otros artículos de mi autoría en este mismo blog) lo generemos sin que tenga un sentido para mi vida y mi transformación. Todo es perfecto (en el entendido que cada evento, además de haberlo generado nosotros, por extremo que sea, es una oportunidad para crecer, cambiar, expandir posibilidades, aumentar la conciencia).
Con la certeza de mi total responsabilidad en generar lo que estoy recibiendo y que siempre, si aplicamos ante cada quiebre (tanto el que suma como el que reste en el aquí y ahora ya que a mediano y largo plazo siempre suman) con responsabilidad las dos únicas preguntas útiles para la transformación que son: porque (que explica el quiebre) y para qué (que abre a nuevas posibilidades) genere lo que genere , inevitablemente es una oportunidad para re aprender, crear valor, transformarnos, alcanzar espacios de Luz, -y así seguir con la tarea de disminuir mi zona de oscuridad (el ego) y alcanzar mi máxima posibilidad como Ser Humano.
Y con total certeza requieres saber que cuando estamos en INTEGRIDAD, el UNIVERSO siempre nos protege, me protege y desvía cualquier QUIEBRE que me reste del camino en el que esté yendo.
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“La vida es como un eco: si no te gusta
lo que recibes presta atención a lo que emites” —Proverbio Chino
· "Todo lo que se cultiva crece" - Lao Tse
· "Todo lo que se cultiva crece" - Lao Tse
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