lunes, 24 de diciembre de 2018

Efecto Pigmalión


Efecto Pigmalión
En psicología y pedagogía, EL EFECTO PIGMALIÓN es uno de los sucesos que describe cómo la creencia que tiene una persona puede influir en la actitud y la manera que rinde en diferentes áreas de su vida de otra persona. El efecto Pigmalión se puede identificar de las siguientes maneras:
·         Suceso por el que una persona consigue lo que se proponía previamente a causa de la creencia de que puede conseguirlo.
·         Una profecía auto cumplida es una expectativa que incita a las personas a actuar en formas que hacen que la expectativa se vuelva cierta.

Efecto Pigmalión que suma (“positivo”): produce un efecto “positivo” en el sujeto, de forma que afianza el aspecto sobre el cual se produce el efecto, provocando un aumento de la autoestima del sujeto y del aspecto en concreto.

Efecto Pigmalión que resta (“negativo”): produce que la autoestima del sujeto disminuya y que el aspecto sobre el que se actúa disminuya o incluso desaparezca.

El efecto Pigmalión tiene su origen en un mito griego, en el que un escultor llamado Pigmalion (Πυγμαλίων en griego antiguo) se enamoró de una de sus creaciones: Galatea. A tal punto llegó su pasión por la escultura que la trataba como si fuera una mujer real, como si estuviera viva. El mito continúa cuando la escultura cobra vida después de un sueño de Pigmalión, por obra de Afrodita, al ver el amor que éste sentía por la estatua, que representaba a la mujer de sus sueños. Este suceso fue nombrado como el efecto Pigmalión ya que superó lo que esperaba de sí mismo y al creer que la estatua estaba viva esta llegó efectivamente a estarlo.

El efecto Pigmalión se estudia desde la perspectiva de la teoría de la profecía auto realizado. Esta teoría se entiende como uno de los factores que influyen en la motivación de los alumnos en el aula u de los trabajadores en la empresa. Aparentemente parece que es un efecto mágico, pero no lo es, lo que ocurre es que los profesores, gerentes, capataces  formulan expectativas acerca de la forma de comportarse en el aula o en una empresa de diferentes alumnos u colaboradores y los van a tratar de forma distinta de acuerdo con dichas expectativas. Es posible que a los alumnos u colaboradores que ellos consideran más capacitados o exista algún elemento diferencial les den más y mayores estímulos, más tiempo para sus respuestas, etc. 
Estas personas, al ser tratados de un modo distinto, responden de manera diferente, confirmando así las expectativas de los profesores u gerentes y proporcionando las respuestas acertadas con más frecuencia. Si esto se hace de una forma continuada a lo largo de varios meses, los alumnos por ejemplo conseguirán mejores resultados escolares y mejores calificaciones en los exámenes.
Si un empleado recibe la continua aceptación de su jefe, es muy posible que aquél exhiba un alto desempeño en sus funciones y por tanto su rendi-miento sea más alto, a la vez que efectivo. Si por el contrario, sus capacidades son siempre cuestionadas por parte del superior, la actitud indiferente y desmotivación por parte del subordinado irán aumentando, lo que incuestionablemente conllevará una disminución de la cantidad y calidad de su trabajo. 
En el mundo de la empresa, el efecto Pigmalión viene a significar que todo jefe tiene una imagen formada de sus colaboradores y les trata según ella; pero lo más importante es que esa imagen es percibida por el colaborador aunque el jefe no se la comunique. De tal manera que cuando es “positiva”, todo va bien, pero cuando es “negativa”, ocurre todo lo contrario.
En todos los grupos sociales, la tradición cultural asigna criterios para la forma de comportarse a las que se espera que se adapten sus miembros. Generalmente implícitas, estas normas imponen códigos de conducta que no es fácil rehuir, por ejemplo, el que una mujer deba tener gestos delicados o que si la familia de una persona es adinerada, entonces esa persona debe vivir en una casa lujosa. Lo que empieza como una imitación por parte de los hijos de lo que hacen sus padres se convierte en su propio modo de ser. Esto quiere decir que las personas adquieren un rol a partir de los demás, y acaban creyéndolo propio.



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