miércoles, 19 de diciembre de 2018

Todo naci-miento sigue a una muerte.

Todo naci-miento sigue a una muerte.
Para nacer primero hay que morir.
Hay que morir al viejo yo, lleno de miedos y falsas creencias.
Para curar el cáncer hay que matar a las células de calidad aberrante o "malignas".
Pero la matanza no debe ser indiscriminada como en la guerra ...."fuego a discreción"....matando todo lo que encuentre a su paso.
Ese comporta-miento es suicida.
Como un perro rabioso que muerde todo lo que se le pone adelante.
Al final lo sacrifican porque ataca sin control todo lo que se le cruza.
Los antibióticos y la quimioterapia funcionan con un programa similar al de un perro rabioso.
Van recorriendo junto con la sangre todos los rincones de la economía orgánica matando todo lo que puedan matar.
Es como tirar una bomba atómica en una gran ciudad.
Morirán los soldados enemigos pero también las monjas, los ancianos en la plaza y los niños jugando en los parques.
Desde 1960 hasta la fecha la medicina sólo ha cambiado los modelos de bombas.
Pero el problema no se resolverá encontrando la bomba ideal.
El problema está en su postura filosófica ante al enfermedad.
La mejor forma de matar al enemigo es dejar de sostener las condiciones que lo mantienen con vida.
Dejar los hábitos cancerosos.
Las prácticas de consumo sin control, que acidifican la sangre.
Estilos de vida contrarios a la naturaleza del hombre que se esclaviza y estresa para cumplir con expectativas marcadas por la moda o la cultura.
El cáncer es como la corrupción.
Si ponemos en prisión a los corruptos pero no tocamos los hilos profundos que sostienen un sistema corrupto en diez años más vamos a tener que volver a encerrar corruptos.
La baja calidad sanguínea, la baja calidad de emociones y senti-mientos, la baja calidad de las palabras que la gente usa diariamente, la baja calidad de sus sistemas de creencias que destruyen su auto estima...todo eso crea el sistema corrupto que crea células corruptas que forman los tumores malignos.
El cáncer no se genera para que los médicos lo ataquen.
Sino para que los hombres y mujeres recuerden su naturaleza superior y vivan conforma a ella.
Si no fuera así seguirían viviendo y compitiendo como cocodrilos hambrientos vida tras vida frenando la evolución de la conciencia que se detendría en la etapa de "reptil".


-Martín Macedo-

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