jueves, 20 de diciembre de 2018

El propósito de la macrobiótica es la libertad infinita.


El propósito de la macrobiótica no es curar la enfermedad.

No es un sistema médico.
No es una terapia.
Ni menos una "dieta".
El propósito es la libertad infinita.
Ayudar a las personas a escapar de la prisión de sus propios límites mentales.
Y sobrepasar los niveles del juicio sensorio y sentimental, los más bajos que mantienen al hombre en el nivel de un "reptil" educado y bien vestido.
Ascendiendo a los niveles del juicio intelectual, social, ideológico y supremo.
Paso a paso subiendo los niveles del juicio o comprensión.
Para ascender hay que estar liviano.
Si queremos que el globo aerostático se eleve debemos tirar el exceso de peso.
Los alimentos de origen animal al tener una vibración densa, condensada y caliente mantienen al ser humano con los "pies en la tierra" y dificultan el ascenso a niveles más elevados de comprensión.
Por esa razón las personas que se reúnen para comer carnes en abundancia sea rojas, blancas, pescado azul o jamón "pata negra" lo hacen inconscientemente para celebrar su decisión de permanecer en el juicio segundo (sensorio) y tercero (sentimental).
Puede que se hayan graduado con honores en universidades muy caras y prestigiosas.
Puede que tengan doctorados y maestrías.
Puede que tengan cargos muy relevantes en el gobierno o en grandes empresas.
Pero están en los juicios más bajos, sensorio - sentimental.
Y cuando las personas con bajo juicio gobiernan o tienen cargos de influencia tomarán importantes decisiones en base a la información que deriva de esos niveles de juicio.
Entonces obligarán a la vacunación y no permitirán que los niños no vacunados sean inscriptos en las escuelas.
Tampoco los niños podrán ser controlados por sus pediatras si no están vacunados.
Las mujeres no podrán obtener su carne de salud para trabajar si no se hacen las mamografías obligatorias como dice la ley.
Pero no son leyes sabias.
Son leyes provenientes del juicio más bajo.
Que se alimenta desde hace muchas generaciones en las mesas occidentales donde el alimento animal es el plato "fuerte".
Y que jamás debe faltar porque podría haber una anemia o falta de vitamina B 12.
Cuando los médicos y los gobernantes, los sacerdotes y los hombres de ciencia tienen el juicio sensorio - sentimental podemos comprender el atraso inmenso que las naciones experimentan en su camino a convertirse en naciones saludables y felices.
Esa es la razón del avance imparable de las naciones asiáticas.
Y el estancamiento y lentitud de las naciones occidentales nutridas con criterios "científicos" de alta proteína.
Y cuanto más carne comen, más lentas y menos tolerantes se vuelven.
Por eso en Uruguay y Argentina necesitamos a los activistas vegetarianos más talentosos del mundo.

Martín Macedo-

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