jueves, 5 de marzo de 2020

Corrección espiritual


Aunque todos nosotros nacemos en este mundo con un propósito único individual, también existe un propósito general que todos compartimos (la corrección espiritual, o Tikún).

Estamos aquí para equilibrar nuestra INTEGRIDAD y limpiar nuestro “equipaje” de vidas pasadas para así poder alcanzar nuestra corrección y por último, nuestra perfección. 

Todos estamos destinados a realizar esta corrección. Nos guste o no, todos vamos hacia ahi. No depende de nosotros. Lo que sí depende de nosotros es cómo lo haremos.

Al analizarlo, realmente se nos ha dado una sola opción en la vida. Podemos elegir reingeniarnos de manera proactiva, o podemos ser forzados a hacerlo de manera reactiva. 

La reingeniería proactiva comienza cuando nos vemos a nosotros mismos y decimos: “Esta no es la persona que quiero ser”.

El simple hecho de tomar la decisión de reingeniarnos es dar un gran paso hacia adelante, ya que está en nuestra naturaleza ser dominados por el Deseo de recibir sólo para nosotros mismos, la parte de nuestra naturaleza que es egoísta, molesta, limitada, que quiere permanecer en la comodidad; la parte que nos controla; la parte de nosotros que es EFECTO y no la CAUSA.

Salir de esta mentalidad y comprometerse con la espiritualidad es de hecho bastante sorprendente y son muy pocos los que deciden hacerlo. 

El camino reactivo de reingeniería es impuesto en nosotros a través de eventos externos y sus efectos. Puede manifestarse como la pérdida de nuestro empleo, nuestros amigos, o perder la salud o la pareja.

Si no buscamos ver voluntariamente y verle el valor a nuestra reingeniería personal, el caos activado a partir de nuestro propio comporta-miento reactivo finalmente nos despertará para transformarnos. 

En un sentido espiritual, estos dos caminos no son de igual valor. Una persona que ha elegido conscientemente hacer el trabajo espiritual de reingeniería revela más Luz en comparación con quien simplemente está reaccionando a las fuerzas externas.

Y ya que estamos todos conectados, lo que manifestamos, es también revelado al mundo. 

De una forma u otra, llegaremos de manera individual y colectiva a la realización y la perfección que están destinadas para nosotros. Si no es en esta vida, entonces será en un tiempo de vida futuro. 

Nuestro albedrío yace en cuál camino elegimos: El camino de la responsabilidad y la reingeniería personal, o el camino del sufri-miento. 

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