domingo, 22 de marzo de 2020

El gran quiebre de la humanidad en el siglo XXI

El innombrable (para no otorgarle poder) es un evento que representa un quiebre generalizado a nivel planetario. Se viene gestando hace mucho tiempo atrás e impacta directamente en lo cotidiano de cada una de las organizaciones e instituciones de un país, de las empresas y familias y en particular en cada uno de los seres humanos que habitamos en este mundo. Evento contundente que quiebra justamente la vida cotidiana de los pueblos tal cual la concebíamos hasta el momento. A partir de ahora ya nada será igual. La economía, la cultura, las relaciones sociales, la vida intima, los abrazos, los besos, todo cambiará. ¿Como serán los saludos y los festejos en el futuro inmediato?. Miles de preguntas que hoy no tienen respuesta pero seguramente no tendrán respuestas lineales, sencillas y únicas. Cada uno, es su singularidad y subjetividad requerirá dar la respuesta perfecta para su estado de conciencia. 

Algunos lo comparan con un estado de guerra o con las épocas oscuras de las dictaduras. Se transforma la vida social y las relaciones interpersonales, la cultura con su música, poemas, bailes, cantos, pintura, artesanías, las bases económicas que sostienen materialmente a la sociedad, los aspectos financieros y de coyuntura, los modos de producción, el consumo indiscriminado, los sistemas de salud, las prioridades de nuestra vida, la formas de relacionarnos, las emociones y los senti-mientos…todo, si, todo cambia, y seguramente cambiará mucho más aún. 

Ahora sí, las redes sociales cobran una importancia vital y el medio privilegiado de comunicación entre familiares, amigos, conocidos, colegas. Nuevamente se confirma, independiente de la interpretación que le demos al origen de la pandemia, que si los seres humanos no cambiamos por las buenas, por voluntad propia, el universo se encarga de hacer el trabajo por nosotros y todo será más radical. Lo que no aprendemos por dicerni-miento lo aprendemos por dolor y sufri-miento. 

Los quiebres que restan, en el aquí y ahora (ya que a largo plazo siempre suman), se generan cuando no hemos escuchado a la vida en la fase de susurro. Lo que no escuchamos en lo pequeño lo escuchamos en lo grande. Definitivamente, y se lo reitero a cada una de las personas que me consultan en el ámbito de la psicología o del coah,  requerimos aprender por discerni-miento y voluntad, y no esperar a que el universo harto de nuestra pasividad y desidia, nos de el golpe de gracia. Es aquel papá, por ejemplo, que desde una cama de un centro hospitalario, después de un evento traumático, se pregunta, ahora me doy cuenta (toma conciencia) de la importancia de estar y conectarme con mis hijos. 


Entre otras interpretaciones la más ingenua dice que es resultado de un proceso “natural” mutando de los animales a los seres humanos como tantos otros virus. La más jugada interpreta que este fenómeno responde directamente a una creación intencional y predeterminada por quienes dominan y deciden que hacer con el mundo y con todos nosotros. Creado en un laboratorio -guerra bacteriológica- con el objetivo de poner a prueba a la humanidad y observar las actitudes y reacciones de los seres humanos y de las sociedades mundiales ante situaciones extremas. Es una experiencia de laboratorio -como se realiza con ratones u otros animales-, probablemente, proponer y generar un nuevo orden mundial (en lo económico y en lo social) con otras reglas de juego. Finalmente es la creación del panóptico universal donde cada uno de los seres humanos y cada pueblo y región es observado por "los amos del mundo" dicen a través de una vacuna salvadora con "chip" incluido.


Reitero, desde mi interpretación y más allá del origen de la pandemia, este evento está generado por nosotros los seres humanos -aun por los que consideran que no tienen nada que ver con las causas que dieron origen a este evento-. No pretendo imponer ninguna perspectiva. Yo presento la mía y respeto quien no coincide con ella y presenta otra interpretación de acuerdo a su nivel de conciencia, ni mejor ni peor, simplemente otra. Requerimos saber, sin embargo, que la indiferencia, la pasividad y las decisiones desintegras suman a la hora de atribuir responsabilidades y nos desafía a encontrar el sentido del mismo. En este caso nadie queda excluido de la responsabilidad. La tarea central es develar el mensaje que hay detrás de los síntomas físicos (el virus y sus consecuencias físicas). Si hay quien domina hay quien se deja dominar. Insisto, desde esta perspectiva, nadie está exento de responsabilidad.

Desde el punto de vista físico y teniendo en cuenta el origen y los cambios genéticos operados en el virus, las recomendaciones realizadas por las autoridades y profesionales en cuanto a la prevención personal y social y todo lo que se ha informado en relación a los cuidados requeridos para detener un "bichito" que no se ve a simple vista y que pone en jaque a todo el planeta,  dejamos de asistir a eventos colectivos y privados y la inmensa mayoría nos recluimos en nuestros hogares, sin contacto físico con nietos/as o hijos/as, padres, madres, abuelos, abuelas, según la situación de cada uno. Una realidad nunca vivida aún por veteranos como yo.  

Las autoridades de la mayoría de los países han tomado “medidas draconianas”, capaces de causar un daño en la psicología de los seres humanos, en el tejido social y eventualmente a las bases económicas imprevisibles por el momento que quizás beneficios a la salud pública. Es un equilibrio muy delicado. Nos dicen que es una carrera contra el creci-miento exponencial de la pandemia (ya que todos, más tarde o más temprano dejaremos que el virus se aloje en nuestro cuerpo con más o menos consecuencias en nuestro organismo) y evitar y mitigar que los servicios de la salud se saturen y se vean superado en su capacidad de respuesta como ya vemos en muchos países del planeta (además tengamos en cuenta que a esta situación se agregan otras afecciones y patología que también requieren atención del sistema de salud).

Época de racionalizar las compras de comestibles -nada de compras exageradas-, mucha higiene personal y ambiental y no concurrir a espacios donde se aglomera mucha gente o más de dos o tres personas, quedarse en los hogares, "cuarentena" voluntaria, entre otras medidas con la urgencia de la pandemia pisándonos los talones a todas las personas sin distinción de ningún tipo. De todas maneras la mayoría sabemos que la mejor y quizás única protección verdadera es fortalecer la capacidad inmune de nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro espíritu para enfrentar con éxito este desafío. Se trata de elevar la vibración, generar Luz.

Estamos guardados en cuatro paredes y requerimos agudizar la creatividad y la imaginación para que ese tiempo nos resulte productivo y continuar enriqueciendo la vida. Cada persona cumpliendo el rol que corresponde, la gente común en su casa, los médicos y los trabajadores de la salud en la primera línea de acción, la guardia civil, los militares, los periodistas, los comerciantes, etc., todos cumpliendo con responsabilidad la tarea asignada. 

Una de las claves es no dejarnos ganar por el miedo, la angustia, el tedio y la rutina aburrida otorgándole –al virus y por lo tanto al encierro- un poder absoluto, omnipotente y omnipresente. Esta situación se agudiza además si interpretamos el evento como una creación humana con el objetivo de generar el caos y pedir a grito que "alguien" tome el mando de la humanidad sin importar el costo que implica para los seres humanos (perdida de libertad individual, el control centralizado,  los microchips, etc.). Dejaremos que esto se consolide de esta forma?, o reaccionaremos pro activamente y con responsabilidad proponiendo acciones compensatorias y que equilibren esta desigualdad de fuerzas y poder.

Una de las acciones claves que podemos encarar con cierta efectividad es el hecho de fortalecer nuestra capacidad inmunológica -física y espiritual. Como ya lo mencioné la alimentación de alto poder energético, pensa-mientos de vibración poderosa y conexión con la fuerza creadora haciendo realidad la sentencia de Shakespeare “Podría estar encerrado en una cáscara de nuez y sentirme rey de un espacio infinito”.  Aprovechar cada minuto para seguir cultivando nuestro físico, nuestro intelecto y expandir nuestra conciencia y conectarnos con el espíritu. 


Además de hacer tareas que normalmente las demoramos (por lo menos antes de este quiebre que seguramente cambiará todo nuestro sistema de creencias y prioridades). Limpiezas a fondo de roperos y armarios, acomodar objetos y ropas varias, leer, hacer ejercicios energéticos, interpretar alguna partitura, estudiar algún instrumento musical, y conectarnos, obviamente a través de redes ya que, por razones obvias, no podemos ver en forma presencial, la familia inmediata hijos/as, nietos/as, cuñados, hermanos, etc. algún amigo o en la relación profesional. El objetivo para cada grupo familiar es transformar el hogar en la "cascara de nuez y sentirnos reyes de ese espacio". 

Pero más allá de compartir con casi toda la humanidad esta rutina, en algún momento requerimos elevar un poco más la mirada y preguntarnos el significado profundo de este quiebre y responder a la pregunta del para que lo hemos generado. Por primera vez la tan mentada globalización la estamos viviendo con total crudeza, todos unidos en un mismo campo de quiebres y desafíos y es claro, para muchos de nosotros, que algún mensaje trae.  Saliendo del impacto inicial requerimos investigar, informarnos y abrir nuestra cabeza, reaccionando pro activamente y con responsabilidad ante nuevas realidades. 

También cabe la pregunta sobre el porque de este virus. Podremos hallar indicios y explicarnos tanto el origen inmaterial como el físico, su secuencia y el proceso hasta la situación actual. Requerimos descubrir la verdadera causa inmaterial y metafísica de este evento. Obtendríamos información de valor para tomar conciencia de nuestro lugar en el cosmos y como somos generadores de cualquier evento, por omisión o por reacción- e iniciar un camino para generar un cambio verdadero. 

Sin embargo, creo que la pregunta clave que abre y que genera nuevas posibilidades es el para que este evento. Para que generamos esta situación. Que nos está diciendo al oído o que está queriendo que hagamos. Imagínense que un gigante nos tira contra una pared, nos desarmamos totalmente e inmediatamente iniciamos el proceso de reconstrucción, ahora si desde otra perspectiva.

Seguramente habrá respuestas colectivas por región, por país, por continentes y respuestas mundiales y habrá también respuestas individuales., por persona, por familia, por pueblos. El golpe es duro. Está generando caos generalizado, en la psicología individual, en el entramado social, en los sistemas de salud y en el sistema económico. Cada uno, más allá de la coyuntura física extrema que claramente requiere atención, tendrá que preguntarse cuáles de las decisiones presentes y pasadas están directamente vinculadas con este evento profundizando en las verdaderas causas, repito más allá de lo físico, del evento mundial. 

Decisiones pasadas o presentes que fueron o son integras o decisiones que fueron o son desintegras que generan inevitablemente lo que estemos viviendo desde fin del año pasado. ¡Que me está devolviendo, como caja de resonancia, el universo¡. Es claro y evidente que representa una cachetada directa al ego y a la omnipotencia de los seres humanos que creemos que a nosotros no nos "pasará" nada o que el conoci-miento científico solo así sin más nos salvará de todas las tragedias humanas. En solo tres meses el mundo cambió, es otro mundo que requerimos incorporar a nuestra vida. 

A nivel global preguntas vinculadas con el cambio climático, el genocidio animal generalizado, el desequilibrio humano entre pobres y ricos, la discriminación absurda entre razas, religiones, regiones, sociales, las cifras económicas siderales que manejan ciertos sectores de la sociedad como el deporte, el consumo indiscriminado, y lo más relevante habrá, atrás de este evento, un intento expreso de los poderosos del mundo, de generar caos y proponer un nuevo orden mundial, entre otros temas que cruzan de norte a sur y de este a oeste nuestro hogar, la casa de todos. 

Estamos tomando conciencia de que vale más un médico o una enfermera que un jugador de fútbol, una persona que limpia o quienes actualmente se encuentran atrás de un mostrador de una farmacia o de venta de alimentos que una serie de profesiones que son totalmente subsidiarias  al momento de ponerle valor (aclarando que, como seres humanos somos equivalentes, valemos lo mismo, estamos haciendo mención a la profesión o a la tarea que desarrolla y no al ser humano que reitero valemos igual todos). 


Que hay gestos y emociones que no tienen precio económico: un beso, un abrazo,  una caricia, una sonrisa, un amanecer, un árbol, una brisa, el trinar de un pájaro, el mar, la arena, y todo lo que está ahí al lado y con nosotros implicados que no le damos el valor que requiere. Ahora si estamos re interpretando el mundo y jerarquizando distinto cada una de las situaciones de vida. Hay cosas que no tienen precio monetario el amor por ejemplo, abrazar a un ser amado, tocar y abrazar a un nieto o a una nieta, manifestar el amor a tus hijos/as, ...hoy todo esto se hace a la distancia y a través de un dispositivo del tamaño de una mano.

La realidad de hoy está mostrando la des armonía y desequilibrio de la sociedad humana. Atravesado y superado este evento requerimos pensar y hacer propuestas que cambien 100 por ciento la situación del planeta. Para esto, creo, si ya nos es tarde, hemos generado este evento. Para tomar conciencia de una vez por todas de las consecuencias de nuestras decisiones. La mayoría de las decisiones esta signada por la perspectiva de la escases con la falsa creencia que hay poco para muchos (dinero, amor, aire, oxigeno, agua, lo que se quiera) y que requerimos luchar, a costa de cualquier precio, por nuestro pedacito de la torta.  

Requerimos con urgencia -no con desesperación- generar un cambio de las formas de vida y del paradigma egoísta y auto centrado que rige a la humanidad en la actualidad por una forma de ser amorosa y altruista hacia los otros seres vivos del planeta, sabiendo que hay todo para todos y que no requerimos enfrentarnos unos a otros, ni estos con la naturaleza para vivir en abundancia. 


Una vez leída la nota y si le ves el valor sería interesante que puedas compartirla para generar lo que llamamos la "masa crítica" requerida para producir la transformación a nuevas formas de ser. No necesariamente requerimos contactar al 100 por ciento de una determinada población, con alcanzar la masa crítica es suficiente, gracias!!!.

Daniel Corsino

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