jueves, 19 de marzo de 2020

Una guerra híbrida

“Comenzamos apenas a entender las consecuencias del Covid-19 para el futuro del turbo-capitalismo neoliberal. Es cierto que toda la economía global fue golpeada por un insidioso, literalmente invisible, interruptor de circuito. Puede ser sólo "coincidencia". O puede ser, como algunos argumentan valientemente, parte de una operación psicológica masiva que crea el entorno geopolítico y de ingeniería social perfecto para la dominación del espectro completo”
“Pekín está dando forma, paso a paso, con gran cuidado, a la narración según la cual, desde los primeros casos de pacientes infectados con coronavirus, los dirigentes ya sabían que se estaba bajo una guerra híbrida. La terminología utilizada por el presidente chino es elocuente. Xi dijo abiertamente que era una guerra. Y que era necesario iniciar una "guerra popular" como contraataque. Y describió el virus como "un diablo".
Xi, por su formación, es confuciano. Y a diferencia de otros antiguos pensadores chinos, Confucio no admitía discusiones sobre fuerzas sobrenaturales y juicios post-mortem. Sin embargo, en el contexto cultural chino, "diablo" se refiere a "diablos blancos" o "diablos extranjeros": guailo en mandarín, gweilo en cantonés. Xi, allí, hizo una fuerte denuncia, en código.
Cuando Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, expresó en un tweet incandescente que "es posible que el Ejército de los Estados Unidos haya traído la epidemia a Wuhan" –el primer disparo en esta dirección, proveniente de un funcionario de alto rango– Beijing lanzó un globo de ensayo, señalando que el guante había sido lanzado. Zhao Lijian hizo la conexión directa con los Juegos Militares de Wuhan en octubre de 2019, que incluyó una delegación de 300 militares estadounidenses.
Lijian citó directamente al director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC), Robert Redfield, quien, cuando se le preguntó la semana pasada si se habían descubierto muertes por coronavirus de forma póstuma en los Estados Unidos, respondió que "hoy algunos casos han sido realmente diagnosticados de esta forma en los Estados Unidos".
La conclusión explosiva de Zhao es que el Covid-19 ya estaba activo en los EE.UU. antes de que fuera identificado en Wuhan – debido a la ya completamente documentada incapacidad de los EE.UU. para probar y verificar las diferencias con la gripe.
Sumando todo esto al hecho de que los genomas de coronavirus recogidos en Irán e Italia ya han sido secuenciados, y ya se sabe que no son la misma cepa de virus que infectó a Wuhan, los medios de comunicación chinos ya han hecho y están preguntando abiertamente sobre una conexión con el cierre en agosto del año pasado de un laboratorio militar de armas biológicas declarado "inseguro" en Fort Detrick, los Juegos Militares y la epidemia de Wuhan. Algunas de estas preguntas se han hecho – y permanecen sin respuesta– dentro de los propios EE.UU.
El tablero de ajedrez cambia a una velocidad vertiginosa. Después de que Pekín identificara el coronavirus como un ataque de armas biológicas, la "guerra del pueblo" estalló, con todo el poder del estado. Metódicamente. Sobre la base de "todo lo que sea necesario". Estamos entrando en una nueva fase, que será utilizada por Beijing para recalibrar sustancialmente la interacción con Occidente, y bajo normas muy diferentes en lo que respecta a los EE.UU. y la Unión Europea.”

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