martes, 24 de marzo de 2020

El mundo ha sido vencido por un enemigo invisible

Dos modelos de pensa-miento.
Dos maneras de comprender el problema de la pandemia.
Dos maneras de curar la pandemia.
El modelo imperante, la creencia dominante difundida por la OMS y otras organizaciones de salud responsabilizan al virus de la rápida y feroz difusión de la gripe.
Algo tremendo que paralizó al mundo.
El planeta Tierra en cuarentena.
El mundo ha sido vencido por un enemigo invisible.
La otra visión sostiene que el virus no es el verdadero problema sino la gran facilidad que le brindan las personas que tienen su capacidad inmune muy debilitada.
Si tiene la oportunidad avanzará.
Su misión es avanzar y reproducirse porque esa es la naturaleza de los virus.
Normalmente encuentra esta tarea muy difícil y laboriosa porque el sistema inmune de todos los animales vertebrados es poderoso y de una elevada eficacia.
Pero ahora encuentra grandes facilidades.
Lo dejan hacer y aprovecha.
Es su momento dorado.
Después de miles de años esperando.
Todos los gérmenes son poderosos porque son una expresión de la naturaleza.
Pero los sistemas inmunes de los animales también son muy fuertes y así se establece un equilibrio de poderes.
Así como los venados jóvenes trenzan sus cuernos para desarrollar su capacidad de auto defensa, los microbios y los aparatos inmunes se fortalecen y desarrollan habilidades fantásticas.
El beneficio es en este sentido para ambas partes.
Creer que la causa se debe a un organismo minúsculo nos deja impotentes y nos ata las manos.
Es muy poco lo que podemos hacer.
Básicamente esperar a que pase mientras rezamos para no contagiarnos.
Pero si asumimos la responsabilidad y trabajamos apasionadamente para recuperar nuestra fuerza inmune natural podemos curar esta pandemia en pocos días.
Basta con nutrirnos de una forma verdaderamente natural y comprender que hemos sido diseñados para la salud infinita.
Si tenemos miedo es porque estamos muy por debajo de nuestra capacidad biológica.
Porque si tuviéramos una salud poderosa no tendríamos ni una pizca de miedo.
El miedo revela la debilidad.
Y si el mundo está paralizado por el miedo es porque el planeta está muy enfermo.
Y ello no mejora con vacunas.
Porque las vacunas no curan el miedo.

-Martín Macedo-

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