domingo, 15 de marzo de 2020

Cuando dejamos de juzgar encontramos una profunda paz


Lo alto y lo bajo.
Lo sagrado y lo profano.
Lo femenino y lo masculino.
La dualidad, el antagonismo está por doquier.
Pero antes de ser dos, había unidad.
La unidad integrada se desdobló en yin y yang.
Antes de ser dos, éramos uno y finalmente volveremos a ser uno.
Pero la mente del hombre adora emitir juicios.
Lo alto, lo elevado es lo bueno.
Lo bajo, lo vulgar no vale nada.
La enfermedad es negativa, hay que erradicarla.
La salud debe ser defendida a cualquier precio.
Pero la voluntad infinita que todo lo crea.....
La inteligencia infinita que está en todo....
Precede a todos los juicios y a todas las calificaciones.
Cuando dejamos de juzgar encontramos una profunda paz.
Cuando no hay juicios todo es sagrado.
Todo es una maravilla porque antes de yin y yang todo era Uno.
Absoluto e indiferenciado.
Pero el impulso creador provocó que lo absoluto se desdoblara.
Yin y yang...ambos son sagrados.
Macho y hembra....... ambos son sagrados.
Lo alto y lo bajo también son sagrados.
La medicina no es una excepción.
Razona mediante juicios y clasifica a las células en benignas y malignas.
El cuerpo humano es sagrado.
Si un hombre daña el cuerpo de otro hombre, lo hiere, lo mutila o lo mata es severamente castigado.
El cuerpo se originó desde el Uno absoluto.
Es sagrado en su totalidad, hasta un pequeño cabello.
Pero la medicina tiene autorización para atacar o quemar o envenenar algunas partes del cuerpo sagrado porque su capacidad de juzgar las halla malignas.
Entonces ataca con fármacos o radiaciones ionizantes algunas partes del cuerpo que juzga como inapropiadas.
Esas células catalogadas como malignas también son sagradas.
Tienen una misión.
No son un producto del azar.
Ni son un error de la naturaleza.
Están allí para que recordemos quiénes somos.
Para que dejemos de destruir nuestro cuerpo con prácticas tóxicas.
Ellas son una expresión visible de nuestra toxicidad auto justificada.
Si nos tratamos con amor y respeto ellas desaparecen espontáneamente.
La culpa, el auto-rechazo, la falta de auto estima...son formas sutiles de maltrato a nuestro cuerpo sagrado.
Además de los alimentos de pobre calidad.
La enfermedad es también sagrada.
Debemos tomarla como un punto de apoyo.
Y desde esa base crear la salud infinita.
Pero si destruimos el punto de apoyo.
No podremos construir nada.
Porque si atacamos la raíz de un árbol......
La copa tarde o temprano caerá.

-Martín Macedo-

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