Si el maestro Kikuchi viviera hoy en día, muchas personas le solicitarían su sabia opinión para hacer frente al problema de la pandemia.
Hay muchos expertos y eruditos sobre virus y epidemias, pero sabios verdaderamente grandes hay muy pocos.
Y Kikuchi era uno de ellos.
El enseñaba que problema y solución eran lo mismo.
Cuando aparece el problema también aparece la solución.
Las medidas basadas en la lucha contra el agente microscópico y todos los protocolos de contención de las organizaciones sanitarias no han funcionado.
El virus se ha extendido por el planeta a sus anchas.
Esto se debe a que la visión de la medicina se enfoca en el microbio.
Y por eso las cuarentenas, los cierres de fronteras, la actividad económica paralizada, los transportes reducidos al mínimo.
La gente molesta por el encierro y atemorizada por el contagio.
Muchos con barbijos y viendo a sus hermanos como fuentes de contagio, separando a las personas.
Se paga un alto precio por la obstinación de la ciencia en culpar al virus.
No percibe la íntima conexión entre el germen y su ambiente.
¿Cuál es entonces la solución?
Fortalecer a las personas.
Luchar contra un microbio invisible es como luchar contra los fantasmas.
La solución es tan simple, tan efectiva, tan inmediata, tan económica.
Hay que fortalecer la capacidad inmune de la gente.
Hay que crear una mejor calidad sanguínea con alimentos saludables y nutritivos.
Los hábitos saludables crean un sistema inmune invencible.
Cuando mejora la calidad sanguínea, cuando no es tan ácida, la capacidad inmune es poderosa.
Porque nuestro sistema inmune es una maravilla que se ha perfeccionado durante miles de años.
Pero la gente sigue tomando mucha proteína animal, mucha leche y harina blanca.
Abundante fruta y dulces.
Así la sangre se acidifica, se llena de hongos y el sistema inmune colapsa.
Esa es la solución.
El virus nos obliga a mejorar nuestra calidad sanguínea.
Nos empuja un paso hacia la salud infinita.
Nos da un motivo para actuar.
Podemos aumentar nuestra inmunidad consumiendo alimentos sencillos.
Una dieta rica en nutrición basada en granos, semillas, legumbres y verduras.
Y en pocas semanas la gripe se detendrá.
Es una solución simple y efectiva.
Que todos pueden aplicar ahora mismo.
Pero la OMS no quiere que esto se sepa.
Porque su verdadero propósito es vender vacunas.
-Martín Macedo-
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