domingo, 29 de marzo de 2020

Un enfoque distinto para el cambio que el mundo requiere

La humanidad está viviendo momentos de zozobra e incertidumbre. Nadie sabe a ciencia cierta que hay que hacer ante este dilema: priorizar lo sanitario o lo económico.


En muchos lugares del mundo las personas están sometidas a una cuarentena aconsejada por médicos y especialistas porque creen honestamente que es lo mejor en estas circunstancias, solo dudan en el tiempo de duración.

Por otra parte los economistas están haciendo cálculos sobre cómo quedará la economía global después de esta crisis sanitaria y aspiran a que la cuarentena dure el menor tiempo posible.

Lo cierto es que “el día después” de la crisis sanitaria la humanidad tendrá que enfrentar una dura crisis económica y financiera que provocará daños psicológicos y psicosomáticos que serán difícil o imposible de cuantificar, pero quizás sean mayores que los causados por el coronavirus.

Pero estas crisis, como todas, nos dejan un mensaje que requerimos aprender a descifrar.

Habrá muchas interpretaciones y muchas opiniones al respecto.

1) Cómo se crea la realidad: la nueva ciencia descubrió hace bastante tiempo que el ser humano es el creador de su realidad personal mediante sus pensa-mientos y emociones, es decir, que la realidad se crea primero en la mente de cada persona y después la experimenta.

Donde pone su atención y su emoción crea realidad.

Si de manera frecuente la atención la estamos poniendo en el coronavirus y la acompañamos con miedo, las posibilidades de contagio se incrementan notablemente, mientras que si la atención la ponemos en aumentar nuestras defensas y la acompañamos con emociones elevadas ocurrirá lo contrario.

Es muy importante saber que tenemos potencialmente todo el poder para crear nuestra realidad y mejorar las condiciones de salud y bienestar, que no necesitamos de nadie que lo haga por nosotros por la sencilla razón que nadie puede hacerlo.

2) la ley fundamental del universo es energía con información: la ciencia de vanguardia también descubrió que en el universo todo es energía que porta información.

Como el ser humano es parte del universo, en esencia es energía con información al igual que una flor, un perro, un gorrión, una bacteria o un virus. Esta es la ley fundamental de la naturaleza, es la ley que organiza la vida.

Ahora bien, la energía del ser humano puede variar de acuerdo a los pensa-mientos y fundamentalmente, de acuerdo a las emociones que experimente en virtud de la interpretación que haga de los acontecimientos del entorno.

La realidad se creará de acuerdo al nivel mental que haya alcanzado. Dicho de otro modo, cada persona crea su realidad personal, crea su vida, y está en directa relación a su estado vibracional.

Emociones de alegría, amor, dicha, paz, contribuyen a elevar las vibraciones, es decir el organismo funciona con una frecuencia energética más alta. Por el contrario, emociones de miedo, sufri-miento, culpa, preocupación, ansiedad, entre otras, debilitan el campo energético y el organismo funciona con frecuencias más bajas.

Los virus en general, y el coronavirus en particular, son moléculas que portan información codificada y fuera de un organismo vivo no duran mucho tiempo, solo horas.

Se pudo establecer que la energía de los virus vibra con baja frecuencia y necesitan de un hábitat (en este caso el organismo humano) que sintonice con una frecuencia similar para desarrollar su acción patógena.

A medida que la frecuencia energética del organismo se hace más rápida el virus primero se inactiva y a frecuencias más altas muere.

En qué casos las personas disminuyen su frecuencia energética?. Cuando por distintas razones comienzan a vivir a predominio de emociones negativas. Estas emociones contienen la información de vibrar más lento, es decir su carga energética es más densa.

Cuando esa energía sintoniza con la frecuencia de los virus, éstos se activan y comienzan a desarrollar su acción patógena.

Tenemos la capacidad de fabricar nuestra propia vacuna para evitar que el virus (que puede penetrar en nuestro organismo en cualquier momento) desarrolle la enfermedad.

Requerimos conocer las emociones que nos están dañando y transmutarlas, es decir, sanar nuestro inconsciente para que la energía del cuerpo se equilibre y vibre a una frecuencia que no sea apta para la vida de los virus.

Muchos de nosotros somos portadores del virus, algunos los tendrán de manera asintomática, otros pueden mostrar síntomas leves, otros síntomas más severos, y en otros podrán ocasionar la muerte.

En estos casos el virus no mata, la muerte es causada por las propias emociones que no se han podido, sabido o querido reconocer, aceptar y soltar. El virus no tiene la intención de matar porque sino estaría destruyendo su propio hogar y también desaparecería.

3) Si empezamos a comprender la relación virus-hábitat (ser humano) otra puede ser la historia.

Hay tres cuestiones que tienen que ser explicadas desde los nuevos conoci-mientos:

A) los órganos que ataca.
B) por qué hay personas más susceptibles que otras.
C) por qué hay zonas geográficas en las cuales el virus se desarrolla más fácilmente que en otras.

A) Los órganos que el coronavirus ataca: el coronavirus afecta al aparato respiratorio, fundamentalmente a la garganta que está ubicada a la altura del quinto chakra y a los pulmones que están ubicados en la zona del cuarto chakra.

El quinto chakra como centro energético, se relaciona con la expresión o comunicación a través del lenguaje hablado o gestual, con manifestar lo que uno considera como verdad.

Expresamos de acuerdo a lo que pensamos y sentimos, es decir, expresamos lo que creemos que somos y proyectamos al entorno.

Existen mucha razones que dificultan la expresión de lo que somos (inhibiciones, vergüenza, qué dirán o pensarán otras personas, para evitar conflictos, etc.), en ese caso podemos sentirnos frustrados y la energía se altera.

Para recomponer la energía de este chakra debemos elevar nuestro nivel de conciencia y diluir el ego. De esta manera aumentamos el poder de la voluntad para sostener nuestras decisiones y para mostrarnos como somos.

Una práctica muy sencilla para aumentar su frecuencia vibratoria es identificarnos con la consciencia de unidad porque en esencia no somos ego, ese es el falso yo.

En verdad somos seres espirituales que nos emocionamos ante las experiencias de la vida y “a veces razonamos”.

Estamos en este mundo para desarrollar nuestros propósitos desde un nivel de conciencia más elevado, no desde el ego, al lograrlo podemos expresar con toda naturalidad y simpleza lo que pensamos y sentimos, sin ataduras, elevamos la frecuencia vibratoria de este centro energético y alejamos las posibilidades de que el coronavirus o cualquier otro virus nos afecte.

En nuestra cultura el quinto chakra es uno de los que más se altera, esto se ha podido corroborar en las mediciones del campo electromagnético del cuerpo.

El cuarto centro energético o chakra ubicado en el centro del pecho (zona del corazón, de los pulmones y del timo) expresa la relación que tenemos con nosotros mismos. Guarda el significado de ser conscientes de lo que estamos sintiendo, de tomar conciencia de cuáles son las emociones que hemos reprimido, o no las hemos trabajado, que nos impiden ser uno mismo.

En estos casos la energía de este centro se altera y la persona no podrá experimentar sentimientos elevados, puede sentirse más triste y debilitar el sistema respiratorio y el sistema inmunológico. Cuando el sistema respiratorio (pulmones) se debilita energéticamente se torna más vulnerable al coronavirus.

La práctica a llevar a cabo es reconocer y transmutar las emociones que impiden manifestar con más frecuencia estados elevados de bienestar, por ejemplo: miedo a la soledad, al compromiso, a la traición, etc., que pueden originar celos, amargura, rabia, odio o incapacidad de perdonar.

Al experimentar de manera consciente sentimientos elevados de gratitud, generosidad, amor (no como una emoción sino como una sensación de unidad con el todo), bondad, plenitud, etc., aumentamos la frecuencia vibratoria de este centro, fortalecemos el sistema inmunológico y alejamos la posibilidad de que el virus desarrolle la enfermedad.

El quinto y el cuarto chakras expresan lo que soy y la relación que tengo conmigo mismo, y son los que tenemos que equilibrar energéticamente para aumentar la inmunidad contra el coronavirus.


B) Por qué hay personas más susceptibles que otras: El coronavirus ataca con más facilidad a personas de mayor edad porque son las más resistentes a cambiar su forma de ser, a evolucionar mentalmente y aumentar sus vibraciones, en cambio los niños naturalmente vibran más alto, por eso son más resistentes a este virus en particular. Pero cualquier persona que experimenta tensiones emocionales de alguna intensidad se torna más susceptible porque disminuye su nivel vibracional, su sistema inmunológico se debilita, y el coronavirus encuentra un hábitat propicio para desarrollar la enfermedad.


C) Por qué hay zonas geográficas en las cuales el virus se desarrolla más fácilmente que en otras: Los virus atacan más en el invierno o en climas fríos porque la baja temperatura hace a las personas más cerradas, con menos relación social. El clima frío invita a experimentar estados de tristeza y soledad, en consecuencia baja las vibraciones del cuerpo.

Pero hay otra razón que explica por qué el virus ataca a más personas en algunas zonas que en otras. Se genera cuando el nivel de conciencia colectivo baja.

En las zonas más afectadas por el virus, el nivel vibracional promedio es de más baja frecuencia (zonas donde las personas están sometidas a tensiones emocionales intensas, como por ejemplo Wall Street), por lo tanto, el virus encuentra un medio energético que sintoniza con su frecuencia vibracional para provocar la enfermedad.

Todos los seres humanos compartimos un estado de conciencia colectiva que genera una realidad colectiva. En otras palabras la energía del medio donde vivimos es el promedio de las frecuencias energéticas que cada uno de nosotros proyecta.

Esto indica que nuestros pensa-mientos y emociones importan y mucho, porque no solo nos afectan particularmente sino que influyen en los demás.

Sanemos nuestras emociones para nuestro bienestar, pero además como actitud solidaria con nuestros semejantes, seamos responsables.

Cuando hablamos de solidaridad este es el mayor acto de solidaridad que podemos realizar.

El universo nos empuja a aumentar la vibración para alinearnos con el proceso evolutivo, y si no lo hacemos nos manda una epidemia para que nos demos cuenta que tenemos que hacerlo.

Lo más importante en nuestras vidas es reconocer las emociones que nos dañan, transmutarlas y alcanzar un nivel mental más evolucionado para aumentar las vibraciones ya que es una manera muy eficiente de fortalecer nuestro sistema inmune.

El coronavirus nos ofrece una excelente oportunidad para hacer un click en nuestras vidas y cambiar nuestra forma de pensar y sentir, y por ende, la realidad personal y colectiva.

Aquel que no lo haga estará más expuesto a nuevos virus, a bacterias, a desórdenes genéticos, en definitiva a sobrevivir en vez de celebrar la vida.

Después de esta experiencia no podemos seguir siendo los mismos.

Veamos esto no como una tragedia sino como un punto de partida para un cambio global de conciencia, el mundo lo está necesitando.


Dr. Roberto M. Udrisar

Director de Salud Holística Paraná

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