Quien le teme a los virus ya ha sido derrotado por los virus.
No importa cuántas vacunas reciba.
No importa cuántos estudios se haga.
No importa cuántos suplementos se compre o cuántas novenas le rece a San Expedito.
El miedo revela la debilidad.
La inferioridad con respecto al virus.
El virus desconoce el miedo.
Su conciencia primordial no permite discernir entre la vida y la muerte, la debilidad y la fuerza, la ganancia o la pérdida.
Para el virus la vida es siempre vida infinita, vida eterna con todos sus cambios.
Nacerá y morirá una y otra vez.
Cientos de millones de veces.
El virus nos enseña.
No se aferra a la vida ni le teme a la muerte.
Cuando los boxeadores se miran momentos antes de iniciar la pelea siempre hay uno que teme ser derrotado y otro que se siente más confiado en su victoria.
La pelea ya está concluida en la mente y en el corazón de los púgiles.
Antes del primer golpe la pelea tiene un ganador en el mundo de la mente.
El que teme ya está derrotado.
Por esa razón quien le teme al virus del sida ya está derrotado.
Quien le teme al virus del HPV ya está derrotado.
Hepatitis, ebola, dengue...la lista es extensa.
He escrito un libro para vencer al virus del HPV....muchos jóvenes lo han leído debido a la aparición de verrugas genitales causadas por la infección.
Ellos me piden una dieta para erradicarlo de su cuerpo.
Pero eso es imposible.
No es posible separarnos de los virus, bacterias, hongos.
Convivimos en un gigantesco organismo llamado Gaia.
Un gigantesco ecosistema que sustenta millones de formas de vida que conviven saludablemente.
Cuando nos debilitamos, cuando quebramos el equilibrio químico de nuestra sangre ciertas poblaciones microbianas se multiplican excesivamente como cuando disminuye la salinidad del océano y aparecen bacterias nocivas para los bañistas.
El equilibrio químico de la sangre es crítico para mantener en orden el ecosistema biológico que somos.
Esto se puede solucionar con una nutrición de óptima calidad.
Pero los jóvenes que le temen a los virus....los médicos que le temen a los virus, el personal sanitario del hospital que le teme a los virus desean quitarlos del cuerpo como quien quita una mancha de la ropa o una espina clavada en la planta del pie.
El virus no representa ningún problema.
El verdadero problema es el temor.
Porque el virus es un paquete de inteligencia infinita.
Y nosotros también somos un paquete de inteligencia infinita.
Y la inteligencia no le debe temer a la inteligencia.
La inteligencia comprende la unidad de la vida infinita.
Y se sumerge en ella para expresar su máxima capacidad, su máxima belleza y su máximo poder.
Y sin una nutrición inteligente esa misma inteligencia se bloquea.
Surge el temor.
Y cuando surge el temor se anula la sabiduría.
-Martín Macedo-
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