Cuando baja la temperatura el cuerpo se contrae.
Cuando sube el cuerpo se dilata.
La vida sólo puede ocurrir en la interacción entre un ser viviente y su medio ambiente.
No se puede separar el norte del sur.
Ni el ascenso del descenso.
Tampoco se puede separar al hombre de su ambiente.
Sin ambiente no hay hombre.
Sin vacío no hay abundancia.
Por esa razón no hay células buenas o malas.
O virus muy agresivos y virus pacíficos.
Son un producto del ambiente.
Si cambia el ambiente el virus cambia.
Pero la ciencia intenta matar virus.
Y al poco tiempo los virus vuelven, porque el ambiente quedó igual.
Si se cambia la dieta y por dentro sigue esa tormenta emocional, al poco tiempo la dieta se hace insostenible.
La dieta saludable sólo puede ser sostenida cuando hay amor, humildad, valentía y nobles propósitos.
Si el nivel de juicio sigue bajo, deseando los mismos placeres escandalosos de toda la vida, ninguna dieta saludable podrá sostenerse.
Hace tiempo una señora de unos 70 años me consultó por artritis reumatoide.
Ella sabía que podría llegar a tener deformaciones en sus manos y pies; entonces no quería tomar más medicamentos y optó por una dieta saludable para mejorar su salud.
Pero hallaba muy duro abandonar los alimentos de origen animal.
Le expliqué que era precisamente lo que más amaba lo que acidificó su sangre y deterioró su calidad de vida.
Lo entendió perfectamente pero su expresión era de pesar.
Algunas semanas más tarde me llamó por teléfono para decirme que era su cumpleaños y quería saber si podría festejarlo con un "pollito".
Su mayor deseo en este mundo era volver a gozar de sus aves a la parrilla.
Su interior sigue enfermo, por esa razón no consigue continuar la práctica con la suficiente pasión y persistencia como para alcanzar la cura.
La dieta gástrica no puede separarse de la dieta mental, del diálogo interno.
Si tomamos al virus más agresivo del mundo y lo colocamos sobre una roca al sol del desierto del Sahara, en pocos minutos se convertirá en una pequeña momia.
Si el ambiente cambia, el virus cambia.
Si lo colocamos en el océano su operativa biológica será diferente que si lo colocamos en la sangre de un diabético.
Las epidemias de gripe no son causadas por virus "altamente contagiosos" sino por un terreno rico en azúcares refinados y proteínas animales que crean un caldo de cultivo ideal para su rápida multiplicación.
Pero la autoridad sanitaria recomienda lavarse las manos cuidadosamente y evitar el contacto con personas infectadas.
Se olvidaron de Pasteur.
La cura del cáncer se halla en la cura del ambiente.
Pero los investigadores siguen buscando drogas.
No los podemos responsabilizar de la crisis sanitaria mundial.
Es el bajo nivel de juicio que anhela por encima de todo los placeres sensoriales.
Y en ese ambiente "cultural" prosperan las industrias que fabrican medicinas destinadas al segundo nivel de juicio.
No hay farmacéuticas sin bajo juicio.
Cuando los humanos subamos uno o dos peldaños en el nivel de juicio, las farmacéuticas cambiarán.
Por eso la tarea más urgente no es atacar a los químicos con protestas o promulgando leyes y sanciones.
Sino elevar la conciencia de la humanidad creando una masa crítica que espontáneamente creará una ola expansiva.
Comenzando con el ejemplo de cada uno.
Uno a uno los granos de arena llenan la playa de hermosos cristales de cuarzo.
-Martín Macedo-
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